3 métodos:Crear un código de ahorroRecurrir a instituciones financierasAprovechar la cultura mexicana

No es un secreto que México ha padecido a causa de las crisis económicas. Para subsistir, las personas contratan créditos que las endeudan de por vida o adoptan medidas más arriesgadas. Antes de tener que recurrir a ello, es preferible que desarrolles una cultura personal del ahorro, no solo para enfrentar los imprevistos, sino también para adquirir con el tiempo un patrimonio tangible, o emprender ese sueño que siempre has tenido.

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Método 1 de 3: Crear un código de ahorro

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    Ponte una meta precisa. Un error común es no pasar nunca de las buenas intenciones. Puedes pensar que si te quedaron billetes en la cartera a fin de mes vas por buen camino, pero eso no sirve de nada si al mes siguiente acabas pidiendo prestado. Mejor hazte un propósito concreto, como ahorrar 500 pesos cada quincena durante un año, o si tienes en mente un objetivo específico, estima cuánto necesitas separar de tu salario cada vez que cobras según el tiempo en que te gustaría conseguirlo.
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    No te conformes con guardar lo que sobre de tus gastos. Los economistas afirman que una buena administración del dinero consiste en solventar los egresos una vez hecha la aportación debida a tu fondo de ahorro personal, no antes.
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    Diseña un esquema que tome en cuenta tu modo de vida. Cuando piensas en ahorrar, quizá se te vengan a la cabeza todas las cosas que ya no podrás hacer, pero no necesariamente debe ser así: el punto de partida es ser honesto con tus necesidades y tus preferencias a fin de saber qué puedes y estás dispuesto a sacrificar, y qué no. Por otra parte, cuando hagas un balance concienzudo de tus finanzas, encontrarás con seguridad gastos superfluos o hechos a la ligera, que deben ser los primeros en irse.
    • El servicio de televisión por cable, por ejemplo, se ha ido convirtiendo poco a poco en un anacronismo. Cualquier programa, película, serie o encuentro deportivo se puede encontrar en Internet de manera gratuita o a un costo considerablemente menor.
    • La renta puede convertirse en un gasto muy oneroso. Los expertos suelen recomendar que a lo sumo el 32% de tu ingreso se destine a este rubro.
    • Establece un fondo de diversión. Si ya tienes cubierto lo necesario para todos los gastos básicos (alquiler, comida, servicios, la colegiatura de tus hijos, en su caso), una buena táctica de ahorro es destinar una cantidad fija a los pequeños placeres de la vida.
  4. Imagen titulada Close a Bank Account Step 3
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    Aléjate de lo que guardes. Si eres de esas personas a las que los billetes les saltan como peces de las manos, pon tu dinero en el banco y dale la tarjeta a tu mamá, a tu pareja o a un amigo. Si lo tienes bajo el colchón o en un libro, lo más probable es que no se quede intacto.
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    Paga tus deudas. Gastar para ahorrar puede sonar paradójico, pero cubrir solo la cuota mínima de tus créditos o los “abonos chiquitos” del refrigerador es como un goteo constante que drena tus finanzas. Esfuérzate en cancelarlas en cuanto puedas: no solo tendrás un buen historial crediticio, sino una conciencia tranquila.
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Método 2 de 3: Recurrir a instituciones financieras

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    Pon a trabajar tu dinero. Quizá pienses que la inversión a través de un banco solo está reservada a quien cuenta con grandes capitales, pero hay diversas modalidades que pueden darte buenos frutos mientras hagas contribuciones constantes, sobre todo pensando a largo plazo.
    • Cierto, una cuenta de ahorro básica no te dará demasiados intereses. Piensa en opciones como una cuenta de ahorro de alto rendimiento, una cuenta de interés variable (que da más entre mayor capital inviertas) o una inversión a plazo.
  2. Imagen titulada Buy Stocks Step 2
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    Atrévete a incursionar en el mercado de valores. Probablemente lo has visto en las películas: fortunas que se hacen de la noche a la mañana, apostadores que lo ganan o lo pierden todo en una jornada. La realidad es que la Bolsa mexicana goza de cierta estabilidad y una inversión pequeña o moderada puede traerte beneficios mayores que una gran inversión por otros medios. [1] Por supuesto, existe un mayor riesgo y puedes perder lo que pusiste. Para evitarlo, vale la pena efectuar lo siguiente:
    • Invierte una cantidad fija y deja que crezca. No te pongas ambicioso si ves buenos resultados de entrada y comprometes enseguida todos tus ahorros. De este modo, en el peor de los casos, solo habrás perdido lo que pusiste inicialmente.
    • Consulta a un buen corredor de bolsa. Infórmate sobre él y sobre su reputación, asegúrate de comprender lo que él y tu dinero harán por ti.
    • Si ya invertiste y haz obtenido un buen rendimiento por tu depósito inicial, considera retirar al menos una parte cuando se cumplan los plazos estipulados. Es algo semejante al apostador que sabe retirarse a tiempo de la mesa de juego luego de una buena racha.
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    Ahorra en instituciones sólidas. ¿Por qué es preferible depositar tu dinero en un banco que en una caja de ahorro o en una tanda? Porque, desgraciadamente, en México los fraudes están a la orden del día. Aún está fresca en la memoria colectiva el caso de Ficrea, cuyo principal accionista dejó sin ahorro a 6 mil personas. Organismos como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y la Condusef brindan en sus sitios de Internet información sobre las distintas instituciones financieras del país y su nivel de confiabilidad. Consúltalas antes de tomar una decisión. [2][3]
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Método 3 de 3: Aprovechar la cultura mexicana

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    No desdeñes la gastronomía popular. Claro, quién no ama las pizzas o comer en buenos restaurantes, pero visitar la cocina de un mercado o cenar en cualquiera de los innumerables puestos de antojitos es una opción mucho más económica que, además, no va en detrimento del sabor.
    • También es aconsejable incorporar a tu dieta la inmensa cantidad de frutas y vegetales disponibles en Mexico locales y extranjeras ya que son más sanos, más nutritivos y más baratos que la carne o los alimentos procesados y su costo suele verse menos afectado por la inflación que otros productos.
    • Si andas en plan de gastar poco, no declines las invitaciones a las fiestas populares como los famosos moles en honor del patrono de un pueblo o de un barrio. Un buen anfitrión no solo te dará de comer ese día, sino que te obsequiará un itacate, una porción de la comida que haya preparado, que puede alimentarte dos o tres días más.
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    Considera las ventajas del lugar en el que vives. Cada punto de la geografía mexicana cuenta con sus peculiaridades y permite ahorrar en ciertos aspectos.
    • En materia de transporte, por ejemplo, en el Distrito Federal el metro es un medio indispensable para recorrer grandes distancias. En Chihuahua, el Vivebus cuenta con un carril de uso exclusivo que te llevará de manera rápida y eficiente adonde debas llegar. En Xalapa, capital de Veracruz, los taxis son tan baratos que mucha gente los prefiere a tomar camiones que a veces no están en el mejor estado y cuyo costo es mayor en comparación con otras ciudades.
    • Haz compras de manera inteligente. Busca las ofertas locales y haz algunos viajes para ofertas en lugares aledaños.
    • La búsqueda de entretenimiento puede salir muy cara y es lo primero que se recorta o limita cuando se trata de guardar algo de dinero. Pero eso no implica que no debas salir de casa. En la mayoría de las ciudades hay una oferta cultural constante.
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    Explora otras formas de viajar. Es comprensible que si trabajas todo el año no quieras renunciar a los sagrados días de las vacaciones, pero el derroche necesario para viajar a destinos como la Riviera Maya o Puerto Vallarta es incompatible con un plan de ahorros. En cambio, hay sitios poco explorados con una infraestructura de buena calidad y a mejor precio, como los muchos Pueblos Mágicos a lo largo y ancho del país, o las ciudades coloniales como Tlaxcala.
    • Incluso, si precisamente estás ahorrando para ir a un gran destino turístico, en esos mismos lugares hay opciones más amables para tu bolsillo: en Cancún, las playas públicas son tan bellas como las de los grandes hoteles y menos concurridas.
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    Sé solidario. Ayudar a los demás quizá no parezca relacionarse de manera directa con tu economía, pero recuerda que la solidaridad de los mexicanos los ha hecho salir adelante en momentos difíciles y es una práctica que conviene asumir si no te relacionas mucho con quienes te rodean o si piensas venir a vivir a este país.
    • Darle un pequeño apoyo a quien lo necesite puede evitarte desembolsos extra cuando la situación se invierta: es más barato que tu vecino te haga el favor de pagar el recibo de Internet si no tienes tiempo de hacerlo, que cubrir una cuota de reconexión. También gastarás menos en gasolina si tú y un compañero que viva cerca de ti se alternan en el uso del automóvil para llegar al trabajo.
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Consejos

  • Es imposible saber hasta el último decimal cuál va ser el gasto de cada mes, pero a la hora de hacer una estimación, siempre es preferible exagerar los egresos y subestimar los ingresos. También es una medida de prevención en caso de que una entrada con la que contabas se retrase por alguna razón.
  • Dale una oportunidad a la lectura. Recuerda que los libros son una forma de entretenimiento mucho más barata en relación con su costo y las horas de distracción que proveen. No tienes que acabar el Quijote o volverte un erudito en arquitectura vienesa del siglo XVIII: siempre puedes encontrar en una librería de viejo algo que te interese, sea digerible y te dé una nueva perspectiva sobre las cosas. Incluso una que otra idea para un negocio.
  • Al apartar un monto para diversión, ponlo en un frasco o en una billetera vieja y no excedas de ella. De ese modo sabrás bastante bien cuándo puedes irte de fiesta y cuándo el hacerlo te robaría lo destinado a otros rubros.
  • El costo de ir al cine, en ese mismo sentido, es el cuádruple o el quíntuple de ver la misma película en la comodidad de tu casa, con todos los ingredientes del combo más grande incluidos. Y dejar de lado una serie de gastos hormiga quizá baste para que no debas renunciar a algo en verdad significativo, como ese concierto de tu grupo de rock favorito al final del año.
  • Al tener una cuenta de ahorro es probable que tu capacidad de retirar fondos se vea limitada, pero justo ése es el punto, ¿no? Además, si llegaras a tener una emergencia, una institución financiera puede ofrecerte una cierta gama de seguros asociada a tu cuenta.
  • Para ayudar en los costos de la renta puedes tratar de reducir ese porcentaje, ya sea cambiándote de residencia o compartiendo los gastos con otra persona. Tener un roomie no es solo algo de estudiantes: cada vez más personas adultas eligen esta forma de vivienda. También puedes buscar un inmueble más barato, que podría resultar más espacioso, en una ciudad pequeña cerca de tu sitio de trabajo. [4]
  • Si vives cerca de los grandes centros de producción manufacturera, como León, Guanajuato, un viaje corto para renovar tu guardarropa una vez al año puede ser más fructífero que ir de shopping cada mes a un centro comercial. De manera semejante, los electrónicos son más baratos en las zonas libres de impuesto que existen en cualquiera de las fronteras: te conviene más llenar tu alcancía para comprar allí una televisión al contado que comprometerte en una tienda de electrodomésticos durante años de abonos, por más pequeños que parezcan. Si no habitas una región así, contempla también las posibilidades más cercanas: te sorprenderán los hallazgos que puedes hacer en los bazares y las tiendas de ropa de segunda mano.
  • Acércate a los cineclubs de tu ciudad, que suelen tener proyecciones gratuitas o con una cuota de cooperación simbólica. Suscríbete al perfil en redes sociales de los institutos de cultura de tu localidad: no solo te enterarás de la oportunidad de presenciar el trabajo de artistas nacionales e internacionales de gran nivel, sino de participar en bailes y fiestas más alegres y auténticas que una noche de antro.
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Advertencias

  • Hay que insistir en que tengas mucho cuidado con las compras a crédito en las tiendas departamentales. Incluso si adquirir una lavadora hoy promete ahorrarte tiempo y dinero, la acabarás pagando durante años por mucho más que el precio normal.
  • Algunas personas recomiendan invertir en la compra de onzas de plata o centenarios de oro. Su argumento es que son el respaldo físico de todo el papel moneda que hay en el mundo, por lo que esos metales nunca se depreciarán. Es cierto, pero también piensa que en caso de emergencia, quizá tengas que malbaratar tus monedas para salir del apuro. En cualquier caso, encontrar un comprador que quiera tomártelas por el precio justo o más de lo que pagaste por ella es todo un arte. No quiere decir que sea una mala idea, solo ten cuidado y pregunta por la experiencia de otras personas.

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