Cómo amar la vida

Deshazte del resultado. Uno de los cambios más radicales consiste en deshacerse de la voluntad de controlar el resultado de toda situación. Ten presente que lo único que podrás controlar es tu reacción ante cada situación, muy poca veces (acaso, nunca) podrás controlar la situación en sí. La necesidad del controlar nace por el miedo y, si actúas por temor, querrá decir que no estás amando la vida en lo absoluto.^[1]

• Si renuncias a la necesidad de controlar el resultado de determinada situación, pregúntate a qué le temes. Por ejemplo, si crees que si tu novia olvida el vino para una velada importante arruinará la misma, cuestiona ese supuesto. ¿Se arruinará en serio? Podría ser tu actitud la que en realidad arruinará la velada, no el vino.
• Por ejemplo: si recién estás comenzando una relación (o estás buscando pareja), no tendrá nada de malo planificar tus expectativas de la relación con antelación, siempre y cuando te mantengas abierto a las maneras en que podría desarrollarse que sean muy diferentes a tus expectativas previas.
• Otro ejemplo sería si tienes alguna enfermedad de cualquier tipo. En lugar de estar enfadado constantemente sobre el problema, recuerda que no puedes controlar la enfermedad (solo podrás mejorarla o empeorarla), lo único que podrás controlar son tus actitudes con respecto al problema.

Sé flexible. No quiere decir que tienes que doblarte como un pretzel, sino que deberás mostrarte abierto a posibilidades diferentes. Se relaciona con tu necesidad de controlar los resultados, porque no si no eres flexible con la vida, te encontrarás con algo que hará que te quiebres.^[2]

• Cuestiona tus pensamientos y palabras. Observa lo que piensas y dices (sobre todo si se relacionan con por qué no puedes hacer algo). Empezarás a ver los aspectos de tus pensamientos y acciones en los que eres más rígido, así podrás tratar de menguarlos.
• Varía tu rutina. No tendrán que ser cambios radicales, pero hacer algo distinto a diario te mantendrá alerta, aunque sea algo sencillo como tomar una ruta diferente al trabajo todos los días o ir a otra cafetería de vez en cuando.

Hazle frente a tus problemas. Todos tenemos problemas grandes o pequeños. Ignorarlos o evitarlos solo los agrandarán a tal punto que dominarán tu vida. No tienes necesariamente que enfrentarlos todos a la vez, pero lidiar con los problemas a medida que surjan en lugar de esperar te ayudará con tu capacidad para amar la vida a largo plazo, porque de esta manera los problemas no se acumularán.

• Céntrate en buscar una solución al problema, en lugar de centrarte en el problema en sí, por ejemplo, si tienes algún problema con tu compañero de cuarto, en lugar de enfocarte en el problema en sí y dejarlo empeorar, enfócate en lo que ambos tendrán que hacer para que la convivencia sea llevadera.
• Pregúntate si un problema realmente lo es. En ocasiones, convertimos algo en un problema sin pensar por qué es así. Por ejemplo: si llamar por teléfono te genera ansiedad, pregúntate por qué es así. Obligarte a pensar en una razón por algo que parece ilógico te ayudará a eliminar la ansiedad sobre algo que consideras un problema.

Tómate un descanso. En ocasiones, lo que más necesitamos para volver a estar energizados y amar la vida es tomarse un descanso de todo. Es decir, darse un tiempo para mimarse o solo tomar ese descanso tan necesario.

• Toma un baño caliente y escucha un audiobook o música para que tu mente no piense únicamente en aquello que te preocupe.
• Durante un tiempo, solo dedícate a soñar despierto, nada más. Quizá vayas al trabajo o la escuela en autobús todos los días. Aprovecha este tiempo para viajar en tu mente y ejercitar tu imaginación, cosa que será importante para tu salud y productividad general.
• Haz algo divertido, grande o pequeño (podría ser leer un libro que te encante o irte de vacaciones), siempre y cuando sea algo que te permita desconectarte de todo.

Ríete. Siempre se dice que la risa es la mejor medicina y lo más curioso es que te ayudará a mejorar tu salud y estado de ánimo considerablemente. La risa te ayudará a incrementar el flujo sanguíneo, fortalecerá el sistema inmunológico, te ayudará a relajarte y a dormir. Inclusive, podría disminuir los niveles de azúcar en sangre.^[3]

• Si te sientes estresado, pon tu comedia favorita o haz un descanso viendo videos de YouTube. La risa te ayudará a reducir los niveles de estrés.
• Reúnete con amigos y rememoren sus momentos favoritos y más embarazosos. Reírte con otras personas te ayudará a sentirte apoyado y cultivará una actitud más positiva.

Mantén una buena salud. La salud ejerce una gran influencia en las emociones y actitudes. Podría ser muy difícil amar la vida cuando se tiene gripe o un resfriado grave. Hacer todo lo que esté a tu alcance para mantener una buena salud te ayudará a tener una mejor actitud ante la vida.

• Los ejercicios emiten químicos que mejoran el estado de ánimo, ayudan a combatir la depresión y contribuyen a regularizar los patrones de sueño. Aun hacer un poco de ejercicios todos los días será muy beneficioso. Por eso, sal a caminar, corre, haz yoga o ¡ponte a bailar al son de la música!^[4]
• Toma mucha agua. El agua es necesaria para tener una salud óptima. Deshidratarse hará que uno no se desempeñe tan bien y se sentirá mal. Procura beber al menos 2 litros (80 onzas) de agua todos los días (evita las bebidas con una alta cantidad de azúcar o cafeína, ya que podrían deshidratarte).
• Consume una alimentación balanceada. Evita los alimentos azucarados o procesados al máximo (¡de vez en cuanto no te hará daño!). Limítate a comer muchas frutas y verduras, proteínas o carbohidratos buenos (como arroz integral, quinua, granos integrales, avena).
• Duerme lo suficiente. Dormir las horas necesarias te ayudará a mejorar tu sistema inmunológico, la depresión y cualquier otra enfermedad. La cantidad de horas óptima será de 8 a 9 horas al día y si no está a tu alcance hacerlo, haz una siesta durante el día.

Aléjate de la rutina y de todo aquello que conozcas. Para amar la vida tendrás que estar dispuesto a probar cosas nuevas y ponerte desafíos de aquello que te ponga nervioso. Gran parte de amar la vida y ser feliz consiste en no dejarse dominar por el miedo, el cual te ahogará en la infelicidad.

• Empieza con cosas pequeñas, sobre todo si hacer cosas nuevas te genera mucha ansiedad. Empieza a aprender a tejer o cocinar en tu casa. Aprenderás mucho con los tutoriales de YouTube sobre el tema, además será una habilidad muy útil.
• Entre más intentes cosas nuevas, te alejes de tu rutina y de aquello que conozcas, te será más fácil hacerlo. Lidiar con el miedo de hacer cosas nuevas exige mucha práctica.
• No te castigues si no puedes hacer algo (como paracaidismo o viajar a un lugar lejano solo). Siempre habrá cosas que no podrás hacer y ¡no tiene nada de malo! Prueba otra cosa.

Canta. Cantar, sobre todo en grupo, libera químicos (endorfinas y oxitocinas) que nos hacen sentir bien, contentos, además disminuyen los niveles de estrés. Cantar en grupo te hará sentirte unido a los demás y como parte de una comunidad, lo cual será un sistema de apoyo adicional que te ayudará a sentirte seguro y aliviará la depresión y la soledad.^[5]

• Busca en tu ciudad una comunidad de canto a la que puedas unirte. Si no hay ninguna, considera la posibilidad de crear una. Podrás hacerlo solo con amigos y ¡podrán cantar cualquier canción!
• Cantar solo también es muy beneficioso, pues ayuda a regular la respiración al igual que el yoga y será excelente para relajarse.

Ayuda a los demás. Emplea tu tiempo, tus energías y/o tu dinero para ayudar a los demás. Cuando uno es filantrópico, obtiene un sentido de la perspectiva y de propósito en la vida. La filantropía también ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, mientras te da la oportunidad de relacionarte con otros.^[6]

• Ofrécete como voluntario en un comedor de beneficencia o en un albergue. Trabaja como voluntaria una vez al mes, como mínimo (o una vez por semana). Existen muchos tipos de albergues (de mujeres que han sufrido violencia doméstica, de familias o incluso de animales).
• Hacer algo tan simple como ayudar a un familiar o amigo es una acción filantrópica. Podrías llevar a alguien a su cita con el doctor o ayudar a alguien a mudarse a un departamento nuevo. Podrías preparar una comida para tu familia (si es algo que casi nunca haces) u ofrecerte a lavar el auto de tus padres.

Practica la atención. La atención se refiere a vivir el presente, no a apresurarse al futuro o estar estancados en el pasado, dos cosas que dificultarán la capacidad de amar la vida y ser feliz.^[7]

• Haz un acción a consciencia. Podría ser algo tan simple, por ejemplo, comer la cena o sentarse a hacer la tarea. Préstale atención al sabor de lo que comas y su textura. ¿Es crujiente? ¿está picante? ¿está salado? No critiques la comida si está demasiado picante o si tiene un mal sabor, porque así estarás enfocándote en lo negativo en lugar de ser neutral.
• Tómate 20 minutos diarios para practicar una respiración a consciencia. Inhala un cierto número de veces (4 veces) y luego exhala dos veces más (6 veces). Observa la manera en que tu vientre se ensancha a medida que inhalas profundamente. Si tu mente empieza a divagar, vuelve a contar.
• Tómate un descanso de 5 minutos. Si tienes un periodo corto entre clases o durante tu trabajo, tómate un momento para mirar por la ventana en lugar de revisar tu celular o tu correo electrónico inmediatamente. Observa el paisaje, el clima, el color del cielo. Te lo volvemos a recalcar, hazlo sin criticar.

Practica la gratitud. Ser agradecido y practicar la gratitud se refiere a celebrar todo aquello que te haya sucedido en la vida, a no tomar nada por sentado y valorar tus experiencias. Practicar la gratitud te hará sentir mejor con la vida y contigo mismo, así te sentirás más contento.^[8]

• Lleva un diario de gratitud, en donde podrás anotar todo por lo que te sientas agradecido (como tener un techo donde vivir, un plato qué comer o una buena salud), observa a las personas por las que estás agradecido y la bondad que hayas experimentado.
• Observa lo pequeño. Las cosas pequeñas son realmente lo que hacen que la vida sea más fácil o más difícil. Enfócate en cosas como el abrigo de tu chaqueta en un frío día de invierno o el hecho de comer un cupcake o algo lindo que alguien te haya dicho.
• Habla de aquello por lo que te sientas agradecido. Habla con un familiar, amigo o terapeuta de confianza sobre aquello por lo estés agradecido. Hacerlo te ayudará a recordar los aspectos positivos del día y ya no estarás tan pendiente de las cosas más difíciles.

Trázate metas razonables. Podrás trazarte y esforzarte para conseguir grandes metas a largo plazo, pero asegúrate de trazarte objetivos más pequeños que puedas lograr más rápidamente. De esta manera, te sentirás pleno y ¡con la capacidad de hacer muchas cosas!

• Ponte el objetivo de limpiar tu dormitorio o casa una vez al mes. Podrás poner música y cantar mientras limpias, así te sentirás sumamente pleno, además todo estará ordenado cuando termines.
• Si no puedes lograr algo o cumplir con el plazo fijado, no te castigues, sino pregúntate qué aprendiste de la experiencia y qué harás diferente la próxima vez. Verlo como una experiencia de aprendizaje en vez de un fracaso te ayudará a ser más productivo y feliz.