6 métodos:Refrigerar el perejilBlanquear y congelar el perejilSecar perejil al aireSecar perejil en el hornoSecar perejil en un horno deshidratadorSecar perejil en el microondas

El perejil es una hierba muy versátil que sabe mejor cuando está fresca, pero que también se puede conservar para uso posterior. Es muy habitual en la cocina francesa e italiana y se puede utilizar para preparar una variedad de platillos, incluyendo pescado, pollo, pastas y vegetales. También se puede utilizar como guarnición o en infusiones para ayudar con problemas de digestión y de la vejiga, ya que es muy rico en vitaminas K, C y ácido fólico.[1] Algunas personas utilizan una infusión de perejil muy cargada como enjuague capilar para eliminar los piojos.[2]

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Método 1 de 6: Refrigerar el perejil

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    Cosecha el perejil fresco de tu jardín. Recoge el perejil antes de que abran las primeras flores y durante la mañana, luego de que se seque el rocío. A esta hora del día es cuando tiene su máximo sabor, ya que este disminuye con el calor de la tarde. También puedes comprar perejil fresco en el supermercado. Escoge ramos bien verdes que luzcan y huelan frescos. No escojas aquellos ramos que luzcan marchitos, que tengan una coloración café, que parezcan tener moho o que estén secos. Corta cuidadosamente el perejil conservando los tallos y ten cuidado de no dañar las hojas.
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    Enjuaga el perejil. Utiliza agua fría. Enjuágalo y sacúdelo suavemente para retirar el exceso de agua de las hojas. Esto ayudará a eliminar el polvo y los insectos.
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    Pica el perejil en trozos pequeños y bota los tallos. Otra opción es conservar los brotes de perejil enteros.
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    Coloca el perejil picado en un plato o bandeja y guárdalo en el refrigerador. Guarda el perejil en la repisa superior, lejos de cualquier elemento que pueda chorrear sobre él.
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    Revuelve suavemente el perejil todos los días. Al hacer esto podrás asegurarte de que se mantenga seco por todos lados. Dentro de 2 a 3 días se habrá secado por completo, conservando su color verde brillante.
    • Si utilizas también los tallos, el proceso de secado puede demorar hasta una semana.[3]
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    Transfiere el perejil seco a un recipiente hermético. Guárdalo en un lugar frío y seco.
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Método 2 de 6: Blanquear y congelar el perejil

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    Cosecha el perejil fresco de tu jardín. Recoge el perejil antes de que abran las primeras flores y durante la mañana, luego de que se seque el rocío. A esta hora del día es cuando tiene su máximo sabor, ya que este disminuye con el calor de la tarde. También puedes comprar perejil fresco en el supermercado. Escoge ramos bien verdes que luzcan y huelan frescos. No escojas aquellos ramos que luzcan marchitos, que tengan una coloración café, que parezcan tener moho o que estén secos. Corta cuidadosamente el perejil conservando los tallos y ten cuidado de no dañar las hojas.
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    Enjuaga el perejil. Utiliza agua fría, luego sacude suavemente el perejil para retirar el exceso de agua de las hojas. Esto también ayudará a quitar el polvo y los insectos.
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    Blanquea el perejil en agua hirviendo. El blanqueado es un método para escaldar hierbas, vegetales y frutas para que mantengan su color y sabor y duren más tiempo al guardarlos.[4] Para blanquear el perejil, sumerge los brotes con un par de tenazas en una olla con agua hirviendo y y gíralos brevemente en el agua. Retíralo cuando el color se torne más intenso.
    • Puedes saltarte el paso de blanqueado, pero es probable que el perejil tenga menos sabor si lo haces, así como un tono verde grisáceo.
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    Enfría el perejil bajo el chorro de agua fría o al aire. Esto evitará que se cocine luego de estar en contacto con el agua hirviendo.
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    Retira los tallos y pica el perejil finamente con un cuchillo.
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    Coloca el perejil picado en una bandeja de cubos de hielo y añade un poco de agua a cada compartimento. Ten cuidado de no desbordar los compartimentos en este proceso. Otra alternativa es colocar el perejil picado en bolsas pequeñas aptas para congelador.
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    Congela el perejil en la bandeja para cubos de hielo por unas 24 horas o hasta que esté congelado y sólido.
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    Guarda los cubos de hielo con perejil en una bolsa para congelador o en un recipiente hermético. Debes utilizarlos dentro de los próximos 4 a 6 meses. [5]
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Método 3 de 6: Secar perejil al aire

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    Cosecha el perejil fresco de tu jardín. Recoge el perejil antes de que abran las primeras flores y durante la mañana, luego de que se seque el rocío. A esta hora del día es cuando tiene su máximo sabor, ya que este disminuye con el calor de la tarde. También puedes comprar perejil fresco en el supermercado. Escoge ramos bien verdes que luzcan y huelan frescos. No escojas aquellos ramos que luzcan marchitos, que tengan una coloración café, que parezcan tener moho o que estén secos. Corta cuidadosamente el perejil conservando los tallos y ten cuidado de no dañar las hojas.
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    Enjuaga el perejil. Utiliza agua fría, luego sacude suavemente el perejil para retirar el exceso de agua de las hojas. Esto también ayudará a quitar el polvo y los insectos.
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    Ata varios ramilletes de perejil con cuerda para formar un fardo más grande. Envuelve cada fardo con una bolsa de papel para evitar que el perejil entre en contacto con el polvo y la luz solar mientras se seca. La luz solar puede provocar que el perejil pierda su color verde brillante durante este proceso. Al envolver los fardos de perejil con la bolsa de papel, asegúrate de dejar espacio para que el aire circule y así evitar la formación de moho. Revisa cada uno de los fardos ocasionalmente para asegurarte de que no haya crecimiento de moho.
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    Cuelga los fardos en interior o exterior. Si secas los fardos al interior, normalmente obtendrás hierbas secas más sabrosas. El proceso puede demorar una o dos semanas para que el perejil se seque por completo. Si cuelgas los fardos al exterior, asegúrate de escoger un lugar protegido de la humedad, los animales y las aves. Ata muy bien los fardos para que no vuelen con el viento.
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    Guarda el perejil. Cuando las hojas se vuelvan quebradizas, el perejil estará listo para guardarlo en un recipiente y en un lugar frío y seco.[6]
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Método 4 de 6: Secar perejil en el horno

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    Cosecha el perejil fresco de tu jardín. Recoge el perejil antes de que abran las primeras flores y durante la mañana, luego de que se seque el rocío. A esta hora del día es cuando tiene su máximo sabor, ya que este disminuye con el calor de la tarde. También puedes comprar perejil fresco en el supermercado. Escoge ramos bien verdes que luzcan y huelan frescos. No escojas aquellos ramos que luzcan marchitos, que tengan una coloración café, que parezcan tener moho o que estén secos. Corta cuidadosamente el perejil conservando los tallos y ten cuidado de no dañar las hojas.
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    Enjuaga el perejil. Utiliza agua fría, luego sacude suavemente el perejil para retirar el exceso de agua de las hojas. Esto también ayudará a quitar el polvo y los insectos.
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    Cubre una bandeja para horno con papel encerado y esparce las hojas de perejil sobre ella. Si el perejil entra en contacto con el metal de la bandeja, las hojas tomarán un color más oscuro.
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    Enciende el horno a fuego mínimo y coloca la bandeja con el perejil en la rejilla superior. Esto permitirá que el aire circule adecuadamente alrededor de la bandeja mientras el perejil se seca.
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    Revisa el perejil ocasionalmente para asegurarte de que no se queme. El proceso de secado tomará unas 2 a 4 horas.
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    Guarda el perejil seco en un recipiente hermético. Mantenlo en un lugar frío y seco.[7]
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Método 5 de 6: Secar perejil en un horno deshidratador

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    Cosecha el perejil fresco de tu jardín. Recoge el perejil antes de que abran las primeras flores y durante la mañana, luego de que se seque el rocío. A esta hora del día es cuando tiene su máximo sabor, ya que este disminuye con el calor de la tarde. También puedes comprar perejil fresco en el supermercado. Escoge ramos bien verdes que luzcan y huelan frescos. No escojas aquellos ramos que luzcan marchitos, que tengan una coloración café, que parezcan tener moho o que estén secos. Corta cuidadosamente el perejil conservando los tallos y ten cuidado de no dañar las hojas.
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    Enjuaga el perejil. Utiliza agua fría, luego sacude suavemente el perejil para retirar el exceso de agua de las hojas. Esto también ayudará a quitar el polvo y los insectos.
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    Precalienta el horno deshidratador entre 35 y 45 °C (95 y 115 °F). Si estás en lugar con mucha humedad, es mejor que eleves la temperatura a 51 °C (125 °F).
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    Esparce el perejil de manera pareja sobre una bandeja. Deja algo de espacio entre cada brote y coloca la bandeja en el horno deshidratador. Esto permitirá que el aire circule adecuadamente dentro del horno y alrededor del perejil.
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    Vigila el proceso. Revisa el perejil ocasionalmente y sácalo del horno cuando esté seco. Sabrás que está listo cuando las hojas estén quebradizas y los tallos se rompan en lugar de doblarse.
    • El proceso de deshidratación puede tomar entre una y cuatro horas, dependiendo del tipo de horno que tengas.
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    Guarda el perejil seco en un recipiente hermético. Mantenlo en un lugar frío y seco.[8]
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Método 6 de 6: Secar perejil en el microondas

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    Cosecha el perejil fresco de tu jardín. Recoge el perejil antes de que abran las primeras flores y durante la mañana, luego de que se seque el rocío. A esta hora del día es cuando tiene su máximo sabor, ya que este disminuye con el calor de la tarde. También puedes comprar perejil fresco en el supermercado. Escoge ramos bien verdes que luzcan y huelan frescos. No escojas aquellos ramos que luzcan marchitos, que tengan una coloración café, que parezcan tener moho o que estén secos. Corta cuidadosamente el perejil conservando los tallos y ten cuidado de no dañar las hojas.
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    Enjuaga el perejil. Utiliza agua fría, luego sacude suavemente el perejil para retirar el exceso de agua de las hojas. Esto también ayudará a quitar el polvo y los insectos.
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    Cubre el perejil con papel toalla. Coloca una lámina de papel toalla sobre un plato y luego una capa de hojas de perejil sobre ella. Cubre las hojas con otra lámina de papel toalla.
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    Calienta las hojas en el microondas por 30 segundos. Obsérvalas constantemente para asegurarte de que no se quemen. Si el perejil no está completamente seco, revuelve suavemente las hojas para que se sequen de manera pareja. Caliéntalas en el microondas por otros 30 segundos.
    • El tiempo de este proceso puede variar dependiendo del modelo de tu microondas. Sigue las instrucciones del fabricante.
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    Guarda el perejil seco en un recipiente hermético y en un lugar frío y seco.[9]
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Consejos

  • Las hierbas secas tienen un sabor más potente que las frescas. Reemplaza aproximadamente 1 cucharadita de perejil seco por 2 cucharaditas de la hierba fresca y picada.
  • No coseches el perejil hasta que estés listo para secarlo con el método que elijas. Si lo dejas mucho tiempo luego de cortarlo, el perejil se marchitará y obtendrás un sabor y color muy inferior luego del proceso de conservación.
  • También puedes conservar el perejil mezclándolo con otros alimentos, como una mantequilla de hierbas, un aceite a las hierbas o un pesto, entre otros.
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Acerca del artículo

Categorías: Hierbas y especias