Cómo criar a un niño

Pon la paternidad en primero lugar. Esto es difícil en un mundo con tontas demandas. Los buenos padres planean y le dan tiempo a la paternidad. Ellos hacen que su prioridad número uno sea desarrollar el carácter de sus hijos.

Piensa en cómo pasas las horas y los días de la semana. Piensa en la cantidad de tiempo que tus hijos pasan contigo. Piensa en cómo puedes incluir a tus hijos a tu vida social y cómo puedes introducirte a sus vidas.

Sé un buen ejemplo. Los Seres humanos aprendemos de la imitación. No puedes evitar ser un ejemplo para tus hijos, ya sea bueno o malo, por lo que ser un buen ejemplo es probablemente tu trabajo más importante.

Desarrolla un oído y un ojo de lo que tus hijos están absorbiendo. Los niños son como esponjas. Mucho de lo que toman tiene que ver con valores morales y carácter. Libros, canciones, televisión, internet y películas están todo el tiempo dando mensajes morales e inmorales a nuestros hijos. Como padres debemos controlar el fluido de ideas e imágenes que están influyendo a nuestros hijos.

Lee para tus hijos. De esta forma también siembras un gusto por la lectura.

Usa el lenguaje del carácter. Los niños no pueden desarrollar un compás de moral a menos que la gente a su alrededor usa palabras claras acerca de lo que está bien y lo que está mal.

Castiga con un corazón amoroso. Hoy el castigo está mal visto. El resultado son padres con culpa e hijos fuera de control. Los niños necesitan límites. Ignorarán los límites en ocasiones. El castigo razonable es una de las formas en las que los Seres humanos siempre han aprendido. Los hijos deben aprender para qué es el castigo y que sepan que lo haces por amor.

Aprende a escuchar a tus hijos. Es fácil dejar de escuchar a los hijos. De lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos es marcarles un curso en sus vidas. Ayudar a los hijos a ser bueno estudiantes los ayudará también a desarrollar un carácter fuerte.

Haz que sea importante comer en familia. Algo de lo más peligroso en Estados Unidos es que ya no hay comidas familiares. La mesa no sólo es un lugar para poner las cosas si no para hablar de valores, modales y reglas. La hora de la comida debería comunicar y sustentar ideales que los hijos tendrán en sus vidas.