3 métodos:Elegir y manejar a un burroProporcionarle alimento y albergueMantener al burro saludable

Los burros, con su dulce rostro y naturaleza amable e inteligente, son mascotas maravillosas. No merecen su reputación de testarudez; de hecho, son inteligentes y contemplativos. Los burros necesitan unas cuantas hectáreas de espacio, un lugar seco para dormir y abundante fibra para comer. Si cuidas muy bien de tu burro, puede vivir por más de 30 años. Lee el paso 1 para aprender cómo asegurarte de que tu burro lleve una vida larga y saludable.

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Método 1 de 3: Elegir y manejar a un burro

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    Elige un burro del tamaño, sexo y temperamento correcto. Al elegir a un burro, es importante tomar estos factores en consideración. Los burros machos y hembras tienen diferentes temperamentos, y hay burros miniatura, estándar y gigantes. Averigua cuál tipo se ajusta mejor a tus necesidades antes de elegir cuál llevarte a casa.
    • Si planeas tener el burro como mascota, elige uno castrado o una burra.
    • Si planeas cruzar al burro, necesitarás un burro intacto y una o más burras. Sin embargo, no consigas un burro intacto si solo quieres una mascota, y no lo mantengas con otros burros machos, ya que se pelearán.
    • Si planeas montar el burro, asegúrate de que sea lo suficientemente grande para resistir tu peso. Un burro puede cargar el 20% de su peso corporal de forma segura.[1]
    • Si planeas usar tu burro como un animal guardián contra depredadores, como lobos o perros, elige un burro estándar o gigante, no uno miniatura. Es importante que sea más grande que el depredador.
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    Asegúrate de que el burro tenga un entrenamiento básico. Si esta es tu primera vez manejando a un burro, debes elegir uno que ya sepa cómo pararse y caminar con una correa sin echar a correr. Es posible que también quieras asegurarte de que el burro pueda aceptar que lo acaricien en todo el cuerpo y de que te permita levantarle los pies sin problema. Los burros pueden ser un poco complicados de entrenar, así que, a menos que tengas experiencia con ellos, es una buena idea elegir uno que esté bastante bien educado.
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    Ten más de un burro si puedes. Los burros son criaturas extremadamente sociables y se entristecen cuando se les deja solos en las pasturas. El burro estará mucho más feliz con un compañero. Dos burras, dos burros castrados o una burra y un burro castrado son buenos compañeros el uno para el otro. Los burros formarán un vínculo profundo con sus compañeros de por vida y no querrán ir a ningún lugar sin el otro.
    • Los burros pueden formar vínculos con caballos, pero, si alguna vez planeas llevar al caballo a algún lugar sin el burro, no es recomendable permitirles formar un vínculo tan profundo. El burro se molestará cuando te lleves al caballo de las pasturas. Es mejor mantenerlos en recintos separados.
    • Los burros tienen necesidades dietéticas específicas y, si los mantienes con otras especies, es probable que suban de peso y se enfermen.
    • Los burros y los perros no son buenos compañeros entre ellos, a menos que se les críe juntos desde que sean bebés.
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    Sé amable con tu burro. A los burros no se les debe castigar severamente. Practica la amabilidad y la paciencia cuando estés tratando de llevarlo con la correa o enseñarle algo nuevo. No son testarudos, pero necesitan tiempo para procesar situaciones antes de decidir qué hacer, y no les gusta que se les apresure u obligue a actuar. Acaricia a tu burro, habla en tonos reconfortantes y no alces la voz ni seas enérgico.
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    Permite que tu burro haga ejercicio todos los días. A fin de mantenerse en forma y saludable, necesita ejercicio diario. Él mismo se ejercitará si tiene una pastura lo suficientemente grande como para deambular alrededor de ella. También puedes sacar a pasear a tu burro usando una larga cuerda como correa. Recuerda que no es una buena idea montar al burro a menos que sea lo suficientemente grande como para resistir tu peso.
    • Deja que tu burro haga ejercicio adicional en invierno. Si tienes que encerrar al burro durante el invierno, tendrás que dejarlo salir cada cierto número de días para que haga ejercicio. Si puedes permitir que el burro deambule por el granero entre paseos al aire libre, esto sería ideal. No obligues a un burro que odia la nieve a salir a la intemperie; proporciónale un área de ejercicio alternativa bajo techo. Mantén abrigado al burro si deseas durante los paseos de invierno para evitar el frío; los burros pueden desarrollar neumonía o bronquitis si se los somete a la lluvia o a un clima muy frío.
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Método 2 de 3: Proporcionarle alimento y albergue

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    Las fuentes principales de alimento del burro deben ser bajas en azúcar y altas en fibra. La paja de cebada (el tallo de la planta después de que el grano se haya cosechado) es una opción muy buena para esto y significa que puede masticarla alegremente por horas de horas sin subir de peso.
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    Los burros necesitan comer poco y a menudo (como otros equinos), y no les va bien si se les alimenta con grandes cantidades de comida de una sola vez; es decir, una "alimentación en cubeta" en la mañana y en la noche. Debes evitar alimentar a tu burro con cereales o granos, como avena, cebada, trigo y maíz. Estos productos son demasiado altos en almidón y azúcar y se les ha implicado en el desarrollo de enfermedades como la laminitis en burros, y también como una causa importante de la obesidad.
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    Los burros son más felices con bastante espacio para deambular y pastar, lo cual hacen durante la mayor parte del día. Es difícil decir específicamente cuánto pasto necesita un par de burros, ya que este puede variar mucho. El pasto debe considerarse como un adicional a la paja en lugar de constituir la mayor parte de su dieta.
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    Una muy buena alternativa a la pastura frondosa es tener un potrero de tierra o un área que no sea para pastar, como un patio de concreto o de arena. Los burros siempre necesitan tener algo que mordisquear, así que asegúrate de mantener una reserva suficiente de paja disponible en todo momento.
    • Durante el invierno, cuando el pasto esté muerto, o en otras épocas del año en las que no haya suficiente pasto, puedes suplementar la dieta de tu burro con heno de prado. Este tiene que ser de buena calidad en términos de estar limpio, ser bien producido y estar libre de moho. El heno cortado tardíamente puede ser mejor, ya que es más alto en fibra y bajo en azúcar. Evita la alfalfa a menos que tengas una burra embarazada o lactante, u otros animales con necesidades especiales. Asegúrate de que la alfalfa no sea demasiado antigua ni esté podrida, o el burro podría enfermarse. Si está a tu alcance la cascarilla con aditivos que estén dirigidos a los cascos, el pelaje, etc., es posible que quieras investigar las opciones disponibles. La cascarilla tiende a ser adecuada para burros más viejos con problemas dentales, burros convalecientes y burras lactantes.
    • Ten cuidado de no sobrealimentar a tu burro. Los burros desarrollan enfermedades que pueden poner en riesgo su vida cuando comen demasiada proteína y otros alimentos ricos en nutrientes. Los burros se desarrollaron en las áreas áridas y semi áridas del Medio Oriente y África del Norte y, como resultado, pueden obtener todos los nutrientes que necesitan de pasturas cubiertas de maleza y altas en fibra. Cuando el pasto sea demasiado rico o abundante (como pasturas para caballos o para burras lecheras), es posible que tengas que limitar el área disponible a ellos para evitar que coman demasiado y aumenten demasiado de peso. Armar una cerca eléctrica segura y movible te permitirá dividir el campo y restringir la cantidad que pueden comer. Mueve la cerca regularmente para darles un poco de pastura fresca.
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    Dales golosinas apropiadas. Como se mencionó anteriormente, los burros aumentan de peso fácilmente, así que ten cuidado con las golosinas. No les des más de un puñado de una golosina en cualquier momento. Las manzanas, zanahorias y plátanos (con cáscara) son ideales. Las sobras de tu cocina no son una buena idea, ya que los burros tendrán dificultades para digerir cualquier producto de la familia de las brasicáceas (brócoli, coliflor, etc.), las papas, las cebollas y muchos otros alimentos más. Las hojas de menta frescas o deshidratas son una golosina muy buena. Los burros necesitan una dieta simple y saludable, y esto no incluye cosas como pan tostado, galletas o pasteles. Evita los bocaditos altamente procesados y azucarados, tanto para humanos como para equinos.
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    Los burros son vegetarianos y nunca se les debe alimentar con productos derivados de la carne o el pescado.
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    Consulta a tu veterinario sobre los suplementos dietéticos; estos pueden ser recomendables dependiendo del tipo de suelo en tu región particular. Estos son algunos suplementos que tu veterinario podría recomendar:
    • Un bloque para lamer de sal u otro mineral específico para equinos puede ser útil, pero consulta a tu veterinario primero. Elige uno que no contenga melaza; de otro modo, simplemente lamerán el bloque por el sabor dulce del azúcar.
    • Cubos altos en fibra: se les puede dar a burros que necesiten aumentar un poco de peso, pero trata de buscar unos hechos específicamente para burros (es posible que no tengas suerte con esto dependiendo de dónde vivas), o una segunda opción puede ser uno para razas de ponis o caballos pequeños que pueden vivir con relativamente poco alimento.
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    • Pasto liofilizado: puede ser un suplemento útil para algunos burros enfermos o que estén por debajo de su peso ideal para ponerlos otra vez en forma. Asegúrate de que esté libre de pesticidas, y nunca alimentes a un burro con recortes de pasto, ya que el tipo de pasto puede ser perjudicial para el burro. Ten cuidado al alimentar al burro con pasto liofilizado en cualquier cantidad, ya que los altos niveles de azúcar podrían ser peligrosos para un animal saludable y desencadenar la enfermedad dolorosa de los cascos llamada laminitis.
    • Bolitas o cubos de proteína: estas bolitas prefabricadas contienen nutrientes esenciales. Son útiles para madres lactantes con potros o para burros pasando por inviernos muy fríos que puedan necesitar un empujón. De otro modo, este alimento es demasiado rico para propósitos cotidianos. Nunca lo sustituyas con bolitas hechas para un animal diferente (por ejemplo, bolitas para aves de corral); algunas bolitas contienen carne y esto es venenoso para los burros.
    • Zanahorias: ¿a qué ungulado no le gustan las zanahorias?
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    Proporciona agua limpia y fresca. Instala un abrevadero o cubeta para el agua y mantenlos llenos en todo momento de agua fresca que no esté congelada. Asegúrate de que el agua no gotee al suelo del albergue del burro, ya que los burros necesitan un suelo completamente seco para sus cascos. No olvides revisar en el invierno para ver si el agua se ha congelado; si es así, tendrás que quitar el hielo o equipar el tanque con un calefactor. Los burros más viejos realmente apreciarán un trago de agua tibia en el invierno.
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    Instala un albergue seco con suelos duros. Los burros se originaron en un clima desértico. Prefieren un clima más cálido, pero son muy resistentes, siempre y cuando se les dé una habitación adecuada. A los burros no les gusta el viento ni la lluvia y buscarán refugio de ambos. A diferencia de lo que sucede con los caballos, la lluvia se filtra en el pelaje de un burro y hace que su vida sea insoportable. El albergue no tiene que ser elaborado con tal de que sea adecuado y proporcione la protección que un burro está buscando. Un cobertizo o granero con suelos duros de madera es ideal. Asegúrate de que los suelos sean duros y estén secos. Los burros tienen cascos porosos y pueden enfermarse si se paran sobre áreas mojadas por demasiado tiempo.
    • En un clima templado, proporciona un albergue que consista de un mínimo de tres paredes, con un espacio trasero adecuado para refugiarse de la lluvia y el viento. Esto puede ser un cobertizo, un establo o incluso o un granero pequeño. Coloca paja en el suelo para darle comodidad y calor, sobre todo en los meses más frescos del año.
    • En un clima con inviernos severos (temperaturas bajo cero, hielo, nieve y vendavales helados), debes proporcionarle al burro un albergue en un granero. El granero debe ser acogedor; tapa cualquier agujero para evitar que el burro pesque un resfriado. Un granero para el invierno también debe tener espacio suficiente para el ejercicio en caso de que al burro no le guste que lo saquen mientras haya nieve en el suelo.
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    Si eliges poner un tapete encima del burro para el invierno (debido al clima realmente frío o a que el burro sea anciano o delgado), asegúrate de quitárselo, revisar en busca de fricciones y reemplazarlo todos los días.
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    Mantén limpia el área de alimentación. Para evitar posibles problemas de contaminación o parásitos, mantén siempre limpia el área de alimentación de un burro. Retira el barro, lava las cubetas de alimento diariamente y mantén el heno en una canasta de cuerda en la pared (una red para heno), lejos del suelo. Limpia el albergue por lo menos un día sí y uno no para retirar el heno y los desechos del burro. Rocía el suelo y las paredes con agua y deja que se sequen por completo antes de que el burro use el albergue otra vez.
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    Rodea el área con una cerca resistente. Para mantener al burro dentro y protegerlo de depredadores, como perros y lobos, o de intentos erróneos de atravesar la cerca, construye una cerca sólida y segura alrededor del área que hayas apartado para el burro. Los burros son bastante ingeniosos y encontrarán una forma de escapar si no instalas una buena cerca alrededor de la pastura y el albergue. Debe ser por lo menos del alto de los hombros del burro.
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Método 3 de 3: Mantener al burro saludable

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    Cepilla a tu burro regularmente. La mejor forma de limpiar a los burros es cepillarlos todos los días. No les gusta mojarse, así que no es necesario rociarlos con agua o darles baños. Un cepillado diario, así como limpiar la suciedad de sus cascos, será suficiente.
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    Mantén los cascos secos y cortados. Los cascos de los burros crecen, como las uñas de las personas, y necesitan cortarse de vez en cuando para que no se vuelvan demasiado largos ni se agrieten. Pídele a un herrador profesional que corte los cascos del burro al ángulo apropiado, que es de 60 a 65 grados.[2] Los cascos del burro deben cortarse alrededor de cada 8 semanas.
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    Revisa los dientes en busca de bordes afilados. Los dientes de los burros también crecen continuamente y se desgastan cuando el burro mastica la comida. Debes pedirle a un dentista equino que vea a tu burro cada año independientemente de cómo te parezca que se vean los dientes. Los dientes de tu burro pueden alcanzar la longitud de tu antebrazo, así que no hay forma de saber lo que está sucediendo en la parte trasera de la boca sin herramientas especializadas. El dentista necesitará revisar hasta la parte trasera de la boca para asegurarse de que el burro tenga dientes que sirvan y que no estén causando dificultades para comer ni dolor constante.
    • Un burro con dientes malos puede ser más feliz con una dieta de cascarilla, o de afrecho o alimento húmedo. Esto obviará la necesidad del burro de masticar demasiado pasto o heno. Consulta a tu veterinario sobre las mejores opciones.
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    Mantén las vacunas al día. Los burros son fuertes y casi libres de enfermedades, pero sí necesitan vacunarse anualmente contra el tétano, la gripe y el moquillo. Otras vacunas que debes considerar, dependiendo de dónde vivas, son la rabia, la encefalitis y el virus del Nilo Occidental.
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    Los burros, como los caballos, pueden desarrollar parásitos intestinales. Tanto los caballos como los burros están comenzando a sufrir debido al uso demasiado entusiasta de antiparasitarios en el pasado, gracias al cual ahora los parásitos no están respondiendo como solían hacerlo y los medicamentos se están volviendo más y más ineficientes. No existe una respuesta fácil para esto, pero la forma de proceder es definitivamente no seguir con el mismo patrón de desparasitación sin dirección que ha ocasionado que la situación surja en primer lugar. A los burros y caballos se les debe examinar las heces cuatro veces al año para ver cuáles parásitos tienen (si los hay) y saber cuál tratamiento adecuado puede se les puede dar. Pídele a tu veterinario que te oriente en esto y también pídele un chequeo de seguimiento para asegurarte de que el tratamiento haya funcionado.
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    Mantener la pastura y el granero lo más libres de desechos posible ayudará a romper el ciclo de vida de los parásitos, ya que estos necesitan vivir por una determinada cantidad de tiempo fuera del burro antes de que se les ingiera. Minimizar el número de larvas que se ingieren es una forma práctica de ayudar a combatir el número de parásitos intestinales en tu burro. Se ha encontrado que quitar los excrementos de las pasturas por lo menos 3 veces a la semana reduce significativamente el número de parásitos en las pasturas.
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Consejos

  • Si los insectos están molestando a tu burro, pregúntale al veterinario sobre repelentes de insectos adecuados. A veces, los piojos pueden ser un problema, ya que les gusta esconderse en el largo pelaje del burro. Los burros afectados por piojos se frotarán contra paredes y cercas para aliviar la comezón; con el tiempo, esto da como resultado áreas calvas y feas.
  • Si tienes que poner a tu burro a dieta para que baje de peso, hazlo solo bajo la recomendación de un veterinario. Los burros necesitan un forraje diario para mantener a los alimentos en movimiento a través de sus intestinos; si no obtienen esto, pueden enfermarse seriamente.
  • Pasa mucho tiempo con tu burro.
  • Los burros a menudo formarán un vínculo especial con niños y personas con discapacidad. Si vives en una granja o en una propiedad grande, piensa en esto al considerar a tu animal de compañía ideal. La terapia de monta de burros a menudo se usa para ayudar a personas con discapacidad, y se desarrollan verdaderas amistades entre el burro y el jinete. Si tienes tiempo de abrir tu granja los fines de semana para aquellos que necesiten de esta ayuda, puede ser una maravillosa válvula de escape para ti y los burros.
  • Los burros viven más que los caballos (generalmente es posible que vivan de 30 a 40 años), así que, dado esto, son un compromiso de por vida.
  • No debe esperarse que los burros toleren el clima severo de invierno, aunque pueden sacarse a la nieve ocasionalmente para respirar aire fresco con tal de que no expresen disgusto por esto (a algunos burros les gusta la nieve, otros la odian). Si dejas salir a tu burro a la nieve para que haga ejercicio, quita la nieve de su pelaje cuando regrese al granero para evitar que esta se derrita y enfríe al burro. El pelaje de los burros no es resistente a la lluvia o la nieve derretida.
  • Esta es una guía general breve para cuidar de los burros. Para información más específica sobre problemas o asuntos particulares, consulta a tu veterinario o el sitio web de una asociación reconocida de burros.
  • Aprende más sobre los burros. Navega por la red o pide prestados libros de una biblioteca para aprender sobre los diferentes tipos de burros, sus caracteres, sus enfermedades y otros antecedentes interesantes. Nunca puedes saber demasiado sobre tu animal de compañía.
  • El heno de alfalfa no es bueno para los burros porque tiene demasiados nutrientes. La hierba timotea y otros tipos de heno son los mejores para el bienestar de tu burro.
  • En el pasado, los burros han servido como compañeros para calmar a caballos de carreras muy nerviosos, y a menudo se los coloca junto a potros destetados de caballos para ayudarlos a superar su soledad inicial. Solo podemos admirar a este animal paciente y tranquilizador por ser tan generoso, pero por favor piensa en el burro solitario que se queda atrás una vez que el caballo de carreras o el potro pasan a cosas mejores. Los burros forman apegos o vínculos profundos con sus compañeros y, si les dan la oportunidad, a menudo formarán vínculos de por vida. No abuses de esta confianza.
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Advertencias

  • A las personas les encanta acariciar a los burros. Si te preocupa que se acerquen demasiado y les den a tu burro los alimentos equivocados, coloca letreros visuales y escritos advirtiendo a la gente que no alimente a los burros.
  • Si el burro ha dejado de comer o está comiendo muy poco, este es un indicador importante de que necesita ir al veterinario INMEDIATAMENTE para evaluar lo que pueda andar mal.
  • Entrena a tu burro a pararse quieto para el herrador y acostúmbralo a levantar sus patas. No dejes que el herrador haga que el burro se acueste para revisar sus cascos; esto molesta al burro y es innecesario.
  • No dejes que nadie trate mal a un burro. Los burros son criaturas dulces; nunca les jales las orejas ni trates de lastimarlos de cualquier manera. Si has rescatado a un burro, tendrás que dedicar mucho tiempo y esfuerzo a restaurar su confianza. A menudo, tales burros han sido maltratados y son nerviosos, tímidos y temerosos. Ya que esta no es su naturaleza normal, es realmente lamentable verlo y debes asumir este reto y buscar ayuda de una organización local para burros.
  • Muchas plantas son venenosas para los burros. La lista es demasiado larga como para mencionarla aquí, pero algunas de las más peligrosas figuran a continuación:
    • La hierba cana fresca o deshidratada
    • El tejo
    • Las bellotas y hojas de roble
    • Las hojas de sicomoro o de arce rojo

Acerca del artículo

Categorías: Mascotas y animales