Cómo cuidar un gato bengala

Aliméntalo con cuidado. A los bengalas les gusta todo tipo de comida, pero son muy cuidadosos cuando se trata de alimento para humanos. Alimentarlos con las sobras de lo que hayas comido no es algo que les vaya a hacer daño, tan solo ten cuidado con qué es lo que les está dando. Intenta darles de comer alimentos naturales ya sean secos o húmedos. Tampoco necesitas un gato gordo, de modo que aliméntalo de manera razonable. Los bengalas a menudo tienen algo llamado “piel móvil”. Esto ocurre cuando su lomo parece retorcerse y contractarse a lo largo del día debido a una reacción alérgica a su alimento. El gato intentará arrancarse el pelo para intentar detener esto. Entonces, no querrás arruinar la buena apariencia de estos lindos gatitos ¿verdad? Por lo general, la “piel móvil” suele ser ocasionada por el trigo o el salmón en sus alimentos. Procura retirarlos de su alimentación. Si esto no logra solucionarlo, retira algo de su alimentación por una semana. Si sueles darle snacks a tu gato, retíralos. Si el problema persiste, vuelve a darle los snacks y retira los alimentos húmedos. Repite este proceso, durante una o dos semanas, hasta que la enfermedad desaparezca y hayas encontrado el alimento que la ocasionaba. Retira ese alimento de la alimentación de tu gato, y cambia de marca.

Dales agua. Puedes servirles agua en un recipiente, o dejar que beban agua corriente del caño. Ya que estos gatos nacieron en un ambiente salvaje, están acostumbrados a las corrientes o ríos. Haz que se sientan “en casa”. Puedes obtener juegos de agua corriente en la tienda de mascotas más cercana. Si no encuentras uno ahí, puedes conseguirlos por internet. Puede que algunas personas no quieran comprar un bebedero para sus gatos. No hay ningún problema con eso, puedes darles agua en un recipiente y de vez en cuando hacer correr el agua del caño del baño y dejar que salten al lavadero y beban de ahí

¡Dales una caja de arena para gatos con techo! Les ayuda a sentir privacidad. Asimismo, asegúrate de darle una caja de arena con bordes altos. Los bengalas pueden saltar hasta tres veces su tamaño, así que no dudes en darle un poco de altura a los bordes de la caja. Esto es para que no orinen fuera de la caja. Si tan sólo tienen que entrar a la caja, puede que orinen a lo largo de los bordes, dejando así un gran desorden para limpiar. Si eres una de esas personas extrañas que pueden enseñarle a su gato a usar el inodoro, ¡tu trabajo es mucho más fácil! Lo único que tienes que hacer es jalar la cadena del inodoro de vez en cuando o limpiar los bordes del asiento. Si quieres enseñarle a tu gato a hacer sus necesidades en un inodoro, vea __. Algunas compañías tienen kits de entrenamiento para gatos. Estos kits pueden incluir pequeños asientos que pueden ser ajustables si es que estás entrenando a tu adorable gatito bengala.

¡Estos lindos gatitos no tienen un pelaje perfectamente hermoso! Tienes que ayudarlos a mantenerlo limpio. Los bengalas suelen disfrutar ser cepillados, esto puede ayudar a que su pelaje se mantenga liso y además ayudará a deshacerse del pelaje extra de las mudas. Cuando tienen la oportunidad, estos gatos no dudan en desplomarse para tomar un baño de sol, ¡pero a pesar de este comportamiento tranquilo siguen siendo gatos salvajes! Si no temes ensuciarte, dales un baño. Para hacerlo, asegúrate de ir a la tienda de mascotas más cercana y comprar shampoo para gatos. Procura conseguir shampoo específicamente para gatos, no uno que sea “para todo tipo de animales”. Los shampoo que son solo para gatos les darán la apariencia menos brillosa. Asegúrate de alcanzar cada zona de su cuerpo al bañarlos. Es mejor usar una manguera de ducha para que puedas pasarla por todo su cuerpo, alcanzando las partes que deseas, y ten cuidado de que nada le vaya a sus ojos. Usa agua tibia. Nosotros los humanos adoramos los baños con agua caliente, pero estos podrían hacerle daño a un gato. Para secar al gato, usa una toalla de mano y pásala sobre su lomo en la dirección en la que va su pelaje. Luego, el gato hará el resto del trabajo y lamerá su pelaje por una hora o dos hasta secarlo. Si tu gato es raro y no le gusta mojarse, acostúmbralo primero al agua. Este método funciona mejor cuando aún son gatitos, y todavía están acostumbrándose a las cosas. Si ya no son gatitos, acostúmbralos al agua lentamente. Tal vez acariciándolos con las manos mojadas. ¡Ten cuidado, muchos pelos se pegarán a tu mano! Pero si realmente eres un amante de los gatos, no te importará. Una vez que tu bengala deje de querer alejarse del agua, podrías meter sus patitas en una pequeña taza con agua, o en su recipiente del agua. Sigue este ritmo lento para acostumbrarlos por al menos durante un mes. Luego del mes, es mejor que los bañes en una tina por un buen rato, porque los baños de ducha son rápidos y ruidosos. A estas alturas, los baños ya no son una “amenaza” para los bengala, siempre y cuando tu gato no tenga miedo de mojarse las patitas.

¡Jugar con tus gatitos siempre es importante! Los humanos juegan Angry Birds para distraerse, y un juguete con plumas es el Angry Birds para los gatos. Los gatos adoran cualquier cosa que se mueva. Consigue una pluma o un hilo, y muévelo lentamente en el piso. Esto hará que tu bengala piense que está viva, sin que sospeche nada. Muévela lentamente, sacudiéndola hacia adelante y hacia atrás, hasta que tu bengala salte sobre ella. En ese momento, puedes dejar a un lado la pluma y saltar, y seguramente tu gato saltará también. Un puntero laser también funcionará, e incluso es mejor. Haz que salte contra la pared, o que lo siga lo más rápido que pueda. También puedes arrojar un ratón de juguete. Si tu gato considera que eres su “padre”, es posible que te lo regrese. Jugar con tu gato puede brindar horas de entretenimiento para ti y para tu bengala.

Si tu bengala se lesiona, o se enferma, o si tan solo necesita una revisión anual, llévalo al veterinario. Asegúrate primero de que tu veterinario atienda bengalas, porque no todos los veterinarios lo hacen. Vacuna a tu gato, para protegerlo y que tenga una vida más larga. Si alguien pisa a tu gato, se cae, o si se lastima de alguna otra manera y ves que no usa con frecuencia una de sus patitas, llévalo al veterinario. Si cojea, maúlla o sisea a los miembros de la casa. Esto podría significar fractura, hinchazón o artritis.