Cómo dejar de ser indeciso

Entender porque eres indeciso. La indecisión se debe a la incertidumbre. La incertidumbre está casi siempre presente en todas las situaciones que tenemos que enfrentar. Si siempre estás seguro, probablemente estás equivocado, porque ninguno de nosotros lo sabe todo. Así que la vacilación o indecisión es en realidad una especie de mecanismo de seguridad o de defensa, en una situación de incertidumbre, casi todo el mundo vacila un poco.

Enfrenta tus miedos. Un factor importante en la indecisión es el miedo a equivocarse, o a cometer un error. Hay dos formas de enfrentar esto principalmente:

• Una forma es imaginarse el peor resultado posible que te hace dudar (como quedar en ridículo, ese es uno importante para todos) y decirte “¿Y qué?” La gente se avergüenza a sí misma todo el tiempo; de hecho, si observas a las personas más populares y encantadoras, te darás cuenta que ellos también se equivocan, pero lo importante es que reaccionan de una manera simpática ante sus errores. Bromean sobre ello (observa que dicen cosas como, “¡Nooo!”, haciendo un intento exagerado de detener la catástrofe), incluso se burlan de sí mismos (¡Ay! ¡Soy patético!), y ellos aceptan inmediatamente que son humanos y que los errores suelen suceder. (“Me choca cuando pasa esto”). Hacen algunos comentarios tontos, se ríen de sí mismos y siguen adelante. Tú también puedes. Equivocarse, NO es el fin del mundo.
• Segundo, pensar en las consecuencias de no actuar. Recuerda que la indecisión significa, NO acción, y la no acción tiene sus propias consecuencias. ¿No quieres hablar con esa persona porque te da miedo decir una tontería y acabar con tus posibilidades con él/ella? Bueno, puede ser, y no pasaría nada, la vida continuaría. O puede ser que todo salga perfecto y te la/lo ganes, ¡Nunca se sabe! PERO, si no haces nada, garantizas que nada va a ocurrir. ¿Cómo puede haber química entre los dos, si no te atreves a acercarte? ¿Realmente vas a esperar que la otra persona dé el primer paso? ¿Qué tal si la otra persona tiene más dificultades con la toma de decisiones que tú? Cuando se acabe, ¿Estarías contento con la forma en que manejaste la situación en retrospectiva?

Entrénate para pensar y luego actuar. Superar la duda no significa que deben empezar a involucrarte en situaciones a ciegas, lo que podría meterte en problemas, o peor, podría ser peligroso. Pero tomarte un momento para pensar cuidadosamente en las consecuencias de la decisión A y las de la decisión B, y en algunos casos de la decisión C, te podría ahorrar algunos problemas más tarde. Entrenarte para pensar en la primera posibilidad, luego en la otra posibilidad, y detenerte a menos que exista una tercera posibilidad, es realmente obvio. No te permitas ir por una tangente y después por otra, tratando de encontrar cualquier obstáculo posible. Permítete elegir entre dos opciones (o entre la no tan frecuente, tercera opción), y decide.

Establéce un límite de tiempo. Para evitar caer en la “Parálisis de Análisis” debes establecer un límite de tiempo cuando estés considerando opciones importantes como comprar una casa, aceptando un trabajo o dejando otro. En lugar de quedarse atorado en las infinitas posibilidades, para luego descubrir que ya llevas considerando la situación por más de una semana y que es demasiado tarde para seguir preocupándote, mejor tómate un par de horas para considerar aceptar un trabajo, deja pasar una noche antes de decidir si poner o retirar un oferta sobre alguna casa. Pero una vez que hayas llegado a tu límite de tiempo, toma una decisión y actúa.

Toma la decisión. Si te das cuenta que eres indeciso hasta para las decisiones simples de todos los días, como invitar a salir a esa persona que te encanta, o si asistir a una fiesta de la empresa, o hasta para decidir lo que vas a comer en el almuerzo, intenta decidirlo en 30 segundos. En este ejercicio, debes decir “si”, cuando menos el 50% de las veces (en otras palabras, no se vale quedarse en el lado seguro de la “no acción” todo el tiempo). Esto te ayudará a guardar tus “no” para eventos o decisiones en los que tu respuesta sea de mayor o menor importancia. La próxima vez que te des cuenta que estás teniendo dificultad para decidir, mira el reloj, empieza a contar en froma regresiva desde el 30, y cuando llegues al 1, deberás tomar una decisión positiva. Por ejemplo:

• Compañero de trabajo: “Hoy en la noche vamos a ir a tomar algo a Jojo’s, ¿Vienes?”
• Tú: “Mmmmm….No sé…. ¿Quién va ir?...”
• Compañero de trabajo: “Todos los de contabilidad y la nueva chica guapa…sé que la quieres conocer…”
• Tú: (ahora realmente nervioso y vacilante) “Oh. No estoy seguro...”
• Compañero de trabajo: (resignado a que no vayas, como de costumbre) “Bueno, está bien, avísanos. Eres más que bienvenido si quieres venir…” (se empieza a alejar)
• El nuevo Tú: “Sabes qué, Sí, me encantaría ir. Estaba pensando si tenía algo que hacer, pero no es importante. Gracias por invitarme, nos vemos en la noche”.
• Compañero de trabajo: (Agradablemente sorprendido) “¡Genial! ¡Ahí nos vemos entonces! …. ah, se llama Emily, sólo para que lo sepas.”
• El nuevo Tú: “Ok, Ahí nos vemos. Mmmm, Emily…” (sonriendo por dentro).

Fuérzate a hacer cosas nuevas. Tener experiencias nuevas y diferentes te ayuda a aprender a lidiar con nuevas situaciones y aumenta tu auto-confianza, lo que te ayudará a ser una persona más determinada. A menudo, los comportamientos indecisos y vacilantes, son causados por haber vivido una vida sobreprotegida, o por no tener experiencias. Asiste a fiestas o reuniones, aunque sea sólo a juntas o convenciones, o al cine con diferentes personas; expandes tus horizontes un poco más cada vez que lo haces. Escucha las historias que los demás cuentan, y ya verás que muy pronto tendrás tus propias historias que contar. Al tener más experiencias, estarás más seguro de lo que puede suceder en diferentes circunstancias. Estar más seguro= Ser menos indeciso.