Cómo diagnosticar la EPOC

Vigila el desarrollo de una tos. La tos y producción de flema generalmente duran meses o años antes de realizar una consulta. El tabaquismo y otras enfermedades que causan la EPOC provocan alteraciones en las células de los pulmones y de las estructuras que aumentan la producción de mucosidad. El aclaramiento de la flema disminuye debido a que ciertas estructuras en el cuerpo se paralizan. La tos crónica se produce debido a que el cuerpo está tratando de despejar la flema y las sustancias químicas nocivas en los conductos de aire.^[1]

Ten en cuenta el aumento de la producción de flema. Al desarrollar EPOC, tu cuerpo comenzará a producir flema y mucosidad adicional para combatir la enfermedad. La mucosidad puede ser de color claro, pero puede cambiar sus características en el desarrollo de una infección secundaria. La saliva se mezcla con la mucosidad por lo que se vuelve muy pegajosa y espesa en consistencia.^[2]

Presta atención si tienes dificultad para respirar. Si tienes EPOC, desarrollarás una respiración trabajosa que sucede cuando ejerces energía. Esto sucede porque la EPOC crea una obstrucción de los conductos de aire. Esta dificultad en la respiración se describe a menudo como un mayor esfuerzo para respirar, falta de aire o jadeo.^[3]

• A medida que la enfermedad empeora, comenzarás a tener dificultades para respirar, incluso cuando estás en reposo y no ejerces ninguna energía.

Toma nota si desarrollas un "pecho de barril". Cuando el aire queda atrapado en los pulmones, estos se ven obligados a expandirse con el fin de facilitar la exhalación de aire en exceso. Las costillas tienen que expandirse para acomodar la expansión de los pulmones y el pecho de una persona adoptará la forma de un barril.

Vigila cualquier pérdida de peso que experimentes. En las fases avanzadas de la EPOC, experimentarás la pérdida de peso severa debido a la liberación constante de sustancias químicas inflamatorias del cuerpo y tu estado nutricional deficiente.

Ten en cuenta los síntomas de enfisema centrolobulillar. El enfisema centrolobulillar es una de las enfermedades que pertenece a la EPOC más grande. Mientras que las otras enfermedades reconocidas como EPOC, como la bronquitis crónica y el enfisema panlobular tienen los síntomas mencionados anteriormente, el enfisema centrolobulillar tiene sus propios síntomas únicos. Estos incluyen:^[4]:

• Hipoxemia crónica (disminución de los niveles de oxígeno en el cuerpo)
• Hipercapnia (cantidades excesivas de dióxido de carbono en el cuerpo)
• Policitemia (conteo elevado de glóbulos rojos debido a los bajos niveles de oxígeno en el cuerpo)
• Incidentes de insuficiencia cardíaca derecha, tales como edema periférico (acumulación anormal de líquido en los tobillos, pies y piernas)

Ten en cuenta que el tabaquismo es la principal causa de la EPOC. Un sorprendente 90% de los casos de EPOC se deben al tabaquismo. Esta estadística por sí sola es razón suficiente para que los fumadores dejen este hábito. El estado de salud y la capacidad de los pulmones alcanzan su pico en la adolescencia y declinan gradualmente durante la vida adulta. El momento en que se produce la exposición a los cigarrillos es muy importante en la EPOC. Las personas que comenzaron a fumar durante la adolescencia son más propensas a desarrollar EPOC debido a un pico incompleto de la capacidad y salud de los pulmones.^[5]

Ten en cuenta que tu medio ambiente es un factor importante. La exposición prolongada e intensa al polvo en el trabajo, los productos químicos, la contaminación interior y al aire libre puede agravar tu condición por inhalación debido a que estas toxinas son irritantes para el sistema respiratorio.^[6]

Investiga tu historial médico familiar. Las personas que tienen deficiencia de una enzima llamada alfa₁-antitripsina corren un gran riesgo de contraer EPOC. Esto es hereditario, especialmente si tu familia tiene un historial de la EPOC. Alfa₁-antitripsina es un tipo de proteína que produce el hígado y sirve para la protección del pulmón. El propósito principal de esta enzima es equilibrar la enzima proteasa de neutrófilos en los pulmones que se libera cada vez que hay infección o cuando una persona fuma.