4 métodos:Sátira Horaciana vs JuvenalianaEscoge un temaEscribe la sátiraPublica la sátira

La sátira es un tipo de humor muy refinado, y escribir una sátira puede ser un desafío si nunca lo habías hecho antes. Aquí hay algunos consejos sobre cómo escoger el tema adecuado y cómo escribir tu sátira lo más efectivamente posible.

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Parte 1 de 4: Sátira Horaciana vs Juvenaliana

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    Debes comprender lo que es la sátira. La escritura de sátira es un género particular del humor, en el que el escritor usa su humor para criticar alguna parte de la sociedad humana. La presentación puede ser severa o amable, pero el objetivo es siempre atraer atención sobre alguna falla que necesite corrección.[1]
    • Cuando escribas una sátira, es importante escribir desde una perspectiva que contemple el deseo de corregir las partes rotas de la naturaleza humana y de la sociedad, antes que un deseo de romper aún más estos elementos.
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    Familiarízate con la sátira Horaciana. La sátira Horaciana es amable, y su idea general es la de persuadir a las personas a que enderecen las cosas que están mal mediante una risa comprensiva.
    • Buenos ejemplos de sátira Horaciana son: El Espectador (The Spectator) de Joseph Addison y Richard Steel, o Candide de Voltaire. En la última, por ejemplo, Voltaire crea caricaturas de varias ideologías para señalar risueñamente la locura que hay en cada una de ellas.
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    Examina la sátira Juvenaliana. La sátira Juvenaliana tiene matices amargos e inflamados. La idea general es la de demostrar un sentido de idignación moral mediante el uso del sarcasmo, la parodia y otras técnicas similares, para demostrar lo rotas que están las cosas.
    • Uno de los mejores ejemplos de sátira Juvenaliana es Una Propuesta Modesta (A Modest Proposal) de Johathan Swift. Swift hace la para nada modesta sugerencia de comerse a los niños sobrantes para aliviar el peso económico de su país, y utiliza lenguaje y argumentos lógicos de la época para justificar la proposición. Al hacerlo, demuestra las fallas de los mismos argumentos que simula utilizar.[2]
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Parte 2 de 4: Escoge un tema

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    Escoge un tema sobre el que la gente sepa algo. La sátira está hecha para ser leída. Para que la gente comprenda algo de tu trabajo, necesariamente deberás escoger un tema con el que la gente esté familiarizada, incluso si no conocen necesariamente todos los detalles sobre el mismo.
    • Por este motivo, los eventos actuales suelen ser utilizados como materia prima para la sátira. También puedes abrevar en la cultura popular, o señalar fallas sociales.
    • Aunque escoger un tema que le interese a la gente es importante, también necesitarás asegurarte de que a ti también te interese. Escoger un tema moderadamente popular que te preocupe mucho suele ser mejor que escoger un tema muy popular que te interese poco.
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    Concéntrate en un individuo famoso.[3] Los políticos y las celebridades son los blancos más fáciles para la sátira. En general puedes salirte con la tuya si criticas a alguien famoso, siempre y cuando le critiques sus ideas o su comportamiento y no a la persona física.
    • En general, debes evitar burlarte del trasfondo racial, religioso o familiar de alguien. También es aconsejable alejarse de las discapacidades y de las enfermedades. Sin embargo, si esa persona está constantemente llamando la atención sobre alguno de estos elementos, probablemente puedas usarlo siempre y cuando lo uses sólo para burlarte en el contexto usado.
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    Aléjate de los grupos de personas con los que no tienes ninguna relación. Esto se refiere, principalmente, a cuestiones étnicas y raciales, pero en una mayor escala también se refiere a enfermedades médicas o psicológicas. Apuntar con el dedo de la crítica a un grupo al que no perteneces puede hacerte ver intolerante hacia ese grupo.
    • Por ejemplo, los comediantes afroamericanos pueden salirse con la suya siendo satíricos con la subcultura afroamericana, así como los asiático americanos pueden salirse con la suya bromeando sobre elementos de la cultura asiática o asiático americana. Una persona blanca que se burle de alguno de esos grupos no recibirá risas, y sólo parecerá racista.
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    Escoge la política o eventos de actualidad. Los políticos son un buen blanco, pero también lo son los partidos políticos y los eventos generales dentro del mundo de la política. La mayoría de las personas que entenderían una sátira tienen al menos algún nivel básico de familiaridad con eventos actuales, en particular los más importantes, y casi siempre podrás encontrar a alguien que aprecie las bromas hechas sobre él.
    • Tan sólo ten en cuenta que también podrás encontrar casi siempre alguien que se ofenda o se altere por tu posición en eventos actuales y asuntos políticos.
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    Ten cuidado al usar eventos trágicos. Escribir una sátira sobre eventos trágicos puede resultar extremadamente difícil, por lo que necesitarás ejercitar la precaución al escoger la tragedia adecuada para satirizar. Más aún, la sátira deberá apuntar a las personas responsables de la tragedia o hacia quienes pretenden disminuir su importancia.
    • Cualquier tragedia que sea llamada un escándalo suele ser buen material. El término escándalo sugiere que hay una persona o grupo de personas detrás del evento, en cuyo caso también hay alguna política que necesite corregirse.
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    Mira la religión. La religión es otro tema dudoso, y si la sátira religiosa sale mal los resultados pueden ir desde el mal gusto hasta el peligro.
    • La apuesta más segura es escribir una sátira sobre tu propia religión. Igual que con otros temas sobre grupos de personas, la gente suele tomar un poco mejor las críticas si provienen de alguien que está adentro del grupo, en lugar de alguien por afuera.
    • Podrías salirte con la tuya si escribes sobre otra religión pero acerca de algún personaje público o del liderazgo de dicha religión. También puedes dirigir tus críticas a alguna subfacción de una religión a la que la mayoría se niegue a reconocer. Por ejemplo, no muchos cristianos se enojarían por una sátira escrita sobre la Iglesia Bautista de Westboro.
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    Búrlate de ti mismo. La autocrítica es a forma más segura de sátira. Como la idea de la sátira es llamar la atención hacia algo que está mal en la sociedad, necesitarás hacerlo de manera que se conecte con algo más grande que tú mismo.
    • Una manera de hacerlo es burlándote de ti mismo como parte de una burla de algo más grande.
    • Otra manera de hacerlo es llamando la atención hacia alguno de tus propios vicios, cuando ese vicio pueda ser corregido a una mayor escala.
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Parte 3 de 4: Escribe la sátira

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    Revisa los hechos. Para tener un argumento válido, necesitarás asegurarte de que las evidencias sean precisas y fácticas. Basar tu sátira en algo que no sea cierto sólo de desacreditará ahora y en el futuro. Una investigación completa es vital.
    • La manera en la que presentas estos hechos es igual de importante. En general, deberías asegurarte de que los hechos sean completamente ciertos, o completamente falsos.[4] Presentar hechos verdaderos en medio de comentarios sarcásticos y escenarios irónicos te dará un apoyo argumental, pero agitar un hecho incorrecto podrá poner todo tu argumento en cuestión. Por otro lado, si todos los hechos son falsos, y si se exponen de manera obviamente falsa, sugiere que conoces la verdad del asunto y que estás exponiendo intencionalmente mal como forma de argumentar.
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    Mantén una escritura sencilla. Tu audiencia necesita comprender lo que estés diciendo. Las palabras difíciles sólo impresionan a personas con un vasto vocabulario, y sustituir el nombre de alguien por un nombre falso sólo funciona si ofreces suficientes detalles como para conducir al lector a que sepa de quién estás hablando.
    • Una manera de inventar un nombre falso para alguien es utilizando un nombre que sea parecido al nombre original mientras brindas detalles que coincidan con los de ese personaje real.
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    Equilibra el límite entre la crueldad y la agudeza. Tu humor debe ser filoso si escribes sátira, pero deberías evitar ser directamente cruel, incluso si estás escribiendo con un tono Juvenaliano.
    • Por ejemplo, puedes establecer una conexión entre la cantidad de canciones sobre rupturas de alguna cantante y la cantidad de ex-novios, y funcionaría. Pero implicar que esa cantante no puede ser amada puede resultar demasiado cruel para ser gracioso.
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    Evita las obscenidades. Las mejores sátiras son cultas y maduras. Volverte obsceno puede hacerte ver infantil, lo que socava la validez de tu argumento.
    • La obscenidad suele ser bastante fácil de identificar y de evitar. Por ejemplo: demasiadas palabrotas, comentarios vulgares sobre la madre de alguien o sobre su higiene personal, o implicaciones sobre cuestiones de la vida sexual de alguien, son temas que suelen estar fuera de los límites.
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    Simula seriedad. La buena sátira es sutil antes que explícita. Cuando argumentes de manera satírica, debería ser en un tono serio o fáctico.
    • Aunque la sátira necesite ser obvia, a diferencia de otros tipos de humor, requiere de un tono sofisticado y maduro para que funcione realmente.
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    Voltea una historia de arriba a abajo. Una de las maneras más fáciles de escribir una sátira es tomar la posición exactamente opuesta a la que en realidad tienes. Para hacerlo puedes demostrar lo absurdo de la posición.
    • Refiérete a Una Propuesta Modesta de Swift. Él escribió desde la perspectiva de alguien que utilizaba el humanismo para justificar actos muy inhumanos, y al hacerlo, arrojaba luz sobre las personas que en su sociedad usaban la misma metodología de maneras menos dramáticas.
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Parte 4 de 4: Publica la sátira

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    Conoce a tu audiencia. Otra manera de expresarlo sería: comprende la audiencia para la que estés trabajando. Un periódico serio o un medio grande de comunicación rara vez usan la sátira, por lo que si quieres entregarle tu trabajo a un editor que lo vaya a usar con una audiencia que lo aprecie, escoge una publicación que utilice la sátira con frecuencia.
    • El contexto también es una parte importante de la comprensión. Es mucho más fácil aceptar y comprender la sátira cuando esperas leerla, pero menos si se revela cuando estabas esperando algo directo.
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    Escoge un título apropiado.[5] Un titular o título será responsable de atraer la atención del lector. Quizás creas que no es importante, pero sin un buen título podrías no convencer a nadie para que lea tu sátira.
    • El título también juega con la sátira. Refiérete a Una Propuesta Modesta de Swift, la que era cualquier cosa menos modesta.
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    Encuentra una buena imagen, si corresponde. Si estás escribiendo una sátira para un periódico o una revista, necesitarás una buena imagen o foto para acompañarla. Como el título, una buena imagen atraerá la atención de los lectores para que lean tu artículo.
    • En ciertos casos, la imagen es responsabilidad del editor, por lo que no necesitarías preocuparte por ello.
    • Observa, también, que esto es menos importante si estás escribiendo un libro.
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    Relee tu trabajo. Igual que con otras formas de escritura, necesitarás asegurarte de que la sátira sea todo lo perfecta que puedas antes de enviarla al editor. Una ortografía descuidada, y los errores gramaticales, pueden alcanzar para que el editor rechace tu trabajo inmediatamente.
    • Observa además que tu trabajo probablemente sea editado incluso después de haber sido aceptado. Estas ediciones pueden ser grandes o pequeñas, pero siempre se hacen con la intención de mejorar la obra. Comprende que editar no es lo mismo que censurar.
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Acerca del artículo

Categorías: Escritura