6 métodos:Comprender la infección y transmisión del VIHReducir el riesgo de transmisión sexualEvitar la transmisión por medio de jeringasEvitar el VIH como trabajador de la salud o como pareja de una persona seropositivaPasa a la acción si es posible que te hayas expuesto al VIHRecibir tratamiento para el VIH o el SIDA

El virus de inmunodeficiencia humana, o VIH, es un agente infeccioso que ha matado a más de 25 millones de personas desde el inicio de la epidemia a principios de la década de 1980. Actualmente, más de 33,4 millones de personas en el mundo están infectadas con el VIH o tienen SIDA, lo que significa que están en la etapa final de la enfermedad del VIH. No existe una cura para el VIH o el SIDA. Esto significa que la prevención es el paso más importante para proteger tu salud. Sigue leyendo para educarte sobre cómo se transmite el VIH y cómo puedes evitar infectarte.

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Método 1 de 6: Comprender la infección y transmisión del VIH

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    Comprende cómo funciona el VIH. El VIH invade y destruye los linfocitos T o células CD4 en la sangre, que son las responsables de combatir otros virus y bacterias, dejando a la víctima vulnerable a otras infecciones y enfermedades.[1] El virus del VIH necesita a estos linfocitos T para reproducirse, así que no puede sobrevivir en áreas sin glóbulos, como la piel o el cabello.
    • A alguien infectado con VIH se le refiere como "seropositivo" o "VIH+". Alguien con SIDA ya ha perdido casi todas sus células CD4 o su sistema inmunológico se ha dañado lo suficiente como para experimentar "infecciones oportunistas" o cánceres relacionados a la infección.[2]
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    Sé consciente de que la mayoría de interacciones sociales no puede propagar el VIH. Hablar con personas VIH+ o estrecharles la mano es completamente inocuo, así que no tienes que preocuparte si alguien a quien conoces tiene VIH. El virus no puede sobrevivir en el aire, el agua o la mayoría de las demás sustancias fuera del cuerpo humano, así que compartir comida, nadar en la misma piscina o compartir un baño con una persona VIH+ no ocasionará una infección.
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    Conoce cómo se transmite la infección. El VIH se transmite por medio de ciertos fluidos corporales, pero no todos. Estos son la sangre, el semen, el fluido preseminal, la leche materna y el fluido vaginal.[3] Cualquier exposición a estos fluidos podría dar como resultado la adquisición del VIH. Las siguientes secciones te brindan consejos específicos sobre cómo evitar el contacto con estos fluidos en cualquier situación, incluyendo las relaciones sexuales.
    • Toma nota de que la saliva o la flema no contienen el virus. Esto significa que la exposición no es posible a través de los besos, los estornudos o la tos, a menos que una cantidad visible de sangre esté mezclada con los otros fluidos corporales. Aun así, la transmisión por medio de un contacto breve es altamente improbable.[4]
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Método 2 de 6: Reducir el riesgo de transmisión sexual

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    Reduce los factores de riesgo sexuales. Es menos probable que te expongas al VIH si no tienes relaciones sexuales, si reduces el número de tus parejas sexuales, si les pides a tus parejas sexuales que se hagan la prueba del VIH o si limitas tus relaciones sexuales a parejas que no estén infectadas y que no tengan relaciones sexuales fuera de su relación contigo. Elegir una o más de estas prácticas sexuales es una excelente forma de reducir la posibilidad de transmisión de VIH, especialmente al combinarla con el uso de condones, como se describe a continuación.
    • Pídele a tus parejas sexuales de largo plazo que se hagan la prueba del VIH antes de tener relaciones sexuales sin condón. Un porcentaje significativo de personas con VIH no sabe que tienen el virus.[5]
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    Evita el intercambio de fluidos corporales durante las relaciones sexuales. El VIH puede transmitirse por medio del sexo oral, vaginal o anal si una o más personas involucradas son VIH+. Sin embargo, existen formas de reducir (pero no eliminar) la posibilidad de su transmisión. Siempre usa condones de látex o condones femeninos de látex al tener relaciones sexuales con una nueva pareja sexual, con cualquier pareja sexual que no se haya hecho la prueba del VIH o durante todos tus encuentros sexuales si tienes múltiples parejas. Al practicar sexo oral en una vagina o ano, utiliza barras dentales de látex o condones abiertos y sin lubricante para evitar el contacto directo con la boca.
    • Advertencia: los condones de piel de cordero no evitan la infección, ya que contienen agujeros microscópicos a través de los cuales el virus puede pasar. Los condones de poliuretano pueden no prevenir la infección tan efectivamente como los de látex.[6]
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    Aprende cómo usar un condón de forma efectiva. Practica colocar y retirar un condón o un condón femenino varias veces antes de usar uno por primera vez durante una relación sexual. Habla con tu pareja de antemano sobre el uso de condones para que no te presione para no usar uno a último momento, y asegúrate de que el condón esté colocado antes de que comience cualquier contacto genital.[7] Los condones masculinos deben pellizcarse en la punta antes de colocarlos para que haya un espacio para que el semen se acumule. Al retirar el condón, asegúrate de no exponerte a la parte que haya estado expuesta a los fluidos de tu pareja, sobre todo si tienes cortes en las manos. Sigue también estas instrucciones para el uso más seguro del condón:[8][9]
    • Un condón o banda dental de látex nunca debe desgarrarse, usarse más allá de su fecha de caducidad, reutilizarse o usarse por más de 20 minutos a la vez.
    • Aplica al condón una pequeña cantidad de lubricante a base de agua si es necesario para evitar que se seque y se rompa. Nunca uses lubricantes o lociones a base de aceite, las cuales pueden dañar el condón.
    • Los penes con condones deben retirarse de los orificios antes de que se pierda la erección, ya que el condón puede resbalarse cuando el pene ya no esté erecto.
    • Guarda los condones dentro de su envoltura en una ubicación oscura y seca. Reemplaza los condones que hayas guardado en tu billetera o auto por más de una o dos semanas.
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    Aprende sobre los mitos sobre la prevención del VIH. Existen muchos mitos o malentendidos sobre cómo protegerte del VIH o del SIDA durante las relaciones sexuales. Aprende la verdad para que no intentes protegerte con el método equivocado. Comprende que cualquier forma de sexo con una persona seropositiva conlleva el riesgo de infección, y que los condones son una de las formas más confiables de reducir ese riesgo.
    • No puedes evitar la infección usando cualquier tipo de anticonceptivo aparte de los condones.
    • No puedes eliminar la posibilidad de infección por medio de la circuncisión. Los estudios demuestran que la circuncisión reduce parcialmente la posibilidad de un hombre de contraer VIH de una mujer VIH+.[10] Sin embargo, esto no es lo suficientemente efectivo por sí solo como para considerarse "sexo seguro", y no necesariamente ayuda en encuentros sexuales entre dos hombres ni reduce la posibilidad de que una mujer contraiga VIH de un hombre.
    • No existe un lubricante especial, medicamentos antimicrobianos o vacunas que protejan contra el VIH.[11] El lubricante solo es útil para la prevención del VIH porque ayuda a evitar que los condones se rompan, no porque pueda detener el virus por sí solo.
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    Comprende cuáles prácticas sexuales reducen (pero no eliminan) la posibilidad de infección. Si bien ninguna actividad sexual que involucre la vagina, el pene o el ano es completamente segura, algunas involucran riesgos más bajos que otras y podrían ser preferibles si has decidido tener relaciones sexuales con alguien que sepas que es seropositivo. El sexo oral, sobre todo con la boca en la vagina, conlleva un menor riesgo que otras formas de sexo, aunque los estudios no son claros sobre el nivel exacto de riesgo.[12] Introducir dedos o juguetes sexuales en el ano o vagina acarrea muy poco riesgo de transmisión, con tal de que los dedos no tengan cortes o llagas abiertas y los juguetes se laven entre cada uso.[13]
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Método 3 de 6: Evitar la transmisión por medio de jeringas

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    Si es posible, deja de usar drogas inyectables. Puedes infectarte con VIH usando una jeringa que alguien con VIH haya usado anteriormente. Esto puede ocurrir incluso si la jeringa parece limpia. Debido a que muchas drogas inyectables son adictivas, puede ser difícil rechazar una oportunidad de inyectarte, incluso si sabes que la jeringa no es segura. Ingresar a un programa de rehabilitación del abuso de drogas es altamente recomendable en esta situación.
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    No reutilices o compartas agujas cuando te estés inyectando drogas o recibiendo piercings o tatuajes. Utiliza jeringas nuevas y esterilizadas cada vez, o confirma con el artista del estudio de tatuajes que no vaya a reutilizar una jeringa. Asegúrate de recibir las jeringas de una fuente confiable. Nunca reutilices o compartas cualquier cosa que se haya usado para preparar o consumir drogas, incluyendo el agua (ya que esta podría estar contaminada con sangre infectada con VIH). Después de usarlas, desecha las jeringas de forma segura tirándolas a la basura dentro de una botella cerrada, de preferencia una que no reciba un reembolso por reciclaje ni tenga un valor recolectable.[14]
    • Algunas regiones tienen programas gratuitos de intercambio de jeringas, en donde la gente puede entregar jeringas usadas y recibir a cambio jeringas limpias. Busca en línea programas en tu localidad.
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    Desinfecta las jeringas entre cada uso si no tienes acceso a jeringas limpias. Si dejar de usarlas o encontrar una jeringa nueva no es posible, limpia y desinfecta una jeringa usada antes de inyectarte. Esto no hace que la jeringa sea segura, solo reduce parcialmente el riesgo. Primero, llena la jeringa con agua limpia, agítala para desalojar las partículas de sangre, luego vacíala. Repite este proceso varias veces hasta que no haya más sangre visible. Luego, llena la jeringa con un desinfectante, como lejía doméstica, y déjala reposar por lo menos por 30 segundos. Vacíala y enjuágala otra vez con más agua limpia para eliminar el desinfectante.[15]
    • La lejía almacenada en un lugar cálido o soleado puede descomponerse y volverse mucho menos efectiva.
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Método 4 de 6: Evitar el VIH como trabajador de la salud o como pareja de una persona seropositiva

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    Reduce tu exposición si trabajas entre fluidos corporales. Los profesionales de la salud o cualquiera que entra en contacto con fluidos corporales que puedan transmitir el virus siempre deben ser cuidadosos en el trabajo. Nunca vuelvas a tapar objetos afilados (jeringas, lancetas, etc.) después de usarlos. Siempre desecha los objetos afilados usados en un recipiente transparente para evitar el contacto accidental. Usa la protección adecuada (guantes, batas, gafas de protección, etc.) al trabajar con sangre u otros fluidos. Siempre trata a toda la sangre y fluidos corporales como si fueran infecciosos.
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    Toma cartas en el asunto después de la exposición. Ya sea que seas un trabajador de la salud a quien le salpicó la sangre de un paciente o que un condón se haya roto mientras estabas teniendo relaciones sexuales, es importante consultar a un doctor lo más pronto posible. Revisa la sección sobre pasar a la acción para más detalles.
    • Si estás embarazada o sales embarazada, habla con un doctor sobre tu embarazo y la exposición al VIH para aprender más sobre cómo reducir el riesgo de transmisión al bebé.
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    Practica el sexo seguro. Si sabes que tu pareja sexual es seropositiva, encuentra una forma de tener una relación íntima con el mínimo riesgo. Usa condones al tener relaciones sexuales, o practica actos sexuales que no intercambien fluidos corporales, como que una persona introduzca sus dedos o juguetes sexuales en lugar de otras partes del cuerpo. Revisa la sección "Reducir el riesgo de transmisión sexual" para más detalles.
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    Investiga tus opciones si quieres tener hijos con una persona VIH+. Minimiza el riesgo de que una mujer o un bebé contraigan VIH de un hombre VIH+ por medio de la adopción o de un donante de esperma. Si una mujer tiene VIH, considera una madre sustituta. Usar el esperma de una persona VIH+ no es recomendable, pero profesionales de la salud pueden tratarlo para reducir (pero no eliminar) el VIH antes de que se use en la fertilización in vitro o la inseminación artificial.[16] Tener relaciones sexuales sin protección con una persona VIH+ conlleva el riesgo más alto de transmisión. Siempre habla con un profesional de la salud antes de tomar esta decisión y limita la actividad sexual al punto más fértil de la mujer en el ciclo de ovulación.
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    Habla con un doctor sobre la profilaxis pre exposición. Esta medicina preventiva, también conocida como PrEP por sus siglas en inglés, es un medicamento que se toma a diario para personas que se exponen regularmente al VIH, como las personas que con frecuencia tienen relaciones sexuales con personas VIH+. También puede recomendarse para las parejas sexuales de largo plazo de personas que estén en riesgo de VIH. No es 100% efectiva, y es mejor combinarla con otras prácticas de seguridad, como el uso de condones. Es importante tomar el medicamento todos los días en las dosis instruidas o será mucho menos efectivo.[17][18]
    • Si no te expones con frecuencia a los fluidos corporales VIH+, la PrEP no es para ti. En cambio, si hay un incidente que pueda haber transmitido el VIH, pregúntale a un doctor sobre la profilaxis post exposición inmediatamente después del incidente.
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Método 5 de 6: Pasa a la acción si es posible que te hayas expuesto al VIH

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    Contacta a un doctor sobre la profilaxis post exposición. Si te has expuesto, o temes haberte expuesto, a fluidos infectados, podrías tomar la profilaxis post exposición, o PEP por sus siglas en inglés, un medicamento antirretroviral. Este medicamento, cuando se toma inmediatamente después de la exposición (o hasta 72 horas después), puede reducir drásticamente la posibilidad de infección.
    • Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. recomiendan que solo las personas seronegativas que se hayan expuesto recientemente al VIH tomen este medicamento. Abusar de él puede conducir a riesgos de salud severos. Si bien este medicamento no cura el VIH, si se usa adecuadamente, puede prevenir que alguien que acabe de exponerse contraiga el virus.
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    Presta atención a los síntomas. De dos a cuatro semanas después de la infección, las personas seropositivas a menudo (pero no siempre) experimentan síntomas parecidos a los de una gripe. Esto se llama SRA (síndrome retroviral agudo) y es descrito como "la peor gripe de todas". La persona puede experimentar fiebre, dolor de garganta, ganglios linfáticos inflamados y un sarpullido. Estos síntomas pueden durar hasta 4 semanas.[19] Si notas estos síntomas, hazte una prueba inmediatamente.
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    Hazte pruebas regularmente. Las pruebas son la única forma de saber realmente tu estado. Al hacerte la prueba, lo más probable es que se te haga un examen de sangre, aunque también se utiliza la orina o una muestra del fluido. Los resultados estarán listos en unos días o hasta en solo 20 minutos, dependiendo de dónde y cuándo te hayas hecho la prueba. Si el resultado sale VIH+, lo que significa que tienes el virus, recibe tratamiento lo más pronto posible.
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Método 6 de 6: Recibir tratamiento para el VIH o el SIDA

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    Comprende las implicaciones de contraer VIH. Una vez que alguien se vuelve seropositivo, el virus nunca abandonará su cuerpo. Sin embargo, el tratamiento médico de todas formas es vital para retrasar el progreso de la infección, la cual a la larga puede llegar a ser una enfermedad más seria llamada SIDA. La medicina moderna ha podido desacelerar la propagación del virus y ayudar a pacientes VIH+ a llevar vidas relativamente cómodas, pero no existe una cura. Infectar a otros sigue siendo una preocupación, incluso si la persona VIH+ ha tenido una salud estable por años o décadas.
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    Haz una cita con un doctor que se especialice en tratar el VIH o el SIDA. Busca un especialista en enfermedades infecciosas (EI) en tu localidad, o pídele a cualquier doctor que te refiera a un especialista. Sé consciente de que, dependiendo de tu estado, él o ella puede pedirte que veas a otros doctores, así como abordar otros aspectos de tu salud. Si sigues las instrucciones de tu doctor y tienes acceso a un cuidado médico adecuado, puedes potencialmente evitar que el VIH se convierta en SIDA y llevar una vida relativamente sana.
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    Prepárate para la visita al doctor. Haz una lista de cualquier preocupación, pregunta, síntoma u otro problema médico que tengas. Esto ayudará al doctor a guiar la conversación durante la cita. Ciertos medicamentos no son compatibles, y es posible que el doctor revise tu régimen de medicamentos y tus síntomas para asegurar que estés maximizando los beneficios de tus medicamentos. También usa el tiempo antes de una cita para anotar cualquier pregunta o preocupación. Discutir estos pensamientos con un experto disminuirá tus niveles de estrés, te ayudará a encontrar fuentes valiosas de información y establecerá las expectativas para problemas futuros que puedan surgir.
    • Infórmate sobre tu diagnóstico específico. Investiga. Ninguna pregunta es insignificante. El VIH es una enfermedad que te cambia la vida, y, mientras más información tengas, podrás lidiar mejor con ella.
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    Acepta que encontrar los medicamentos adecuados para tu tratamiento toma tiempo. Como muchas otras enfermedades, existe un proceso de ensayo y error para encontrar los medicamentos correctos. Asegúrate de ser abierto con tu doctor sobre cualquier efecto secundario que puedas estar experimentando, ya que estos pueden ser un síntoma de un problema más serio. No te desanimes durante este proceso de ajuste. Algunos de los efectos secundarios pueden ser desagradables, pero la medicina moderna ha incrementado en gran medida la salud, el bienestar y la esperanza de vida generales de pacientes con VIH.
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    Reduce tu exposición a otras enfermedades infecciosas. Debido a que el VIH afecta tu sistema inmunológico, esto exacerbará cualquier otra infección o enfermedad que puedas contraer. Asegúrate de tomar precauciones durante la temporada de gripe o si sientes que podrías haberte expuesto a un virus.
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    Desarrolla tu sistema de apoyo. El SIDA puede ser una enfermedad mortal. Muchas personas necesitan ayuda para lidiar con el estrés y la incertidumbre de su situación. Cosas como grupos de apoyo comunitarios, diálogos abiertos con amigos y familia, y terapeutas pueden ayudarte a lidiar con los altos y bajos de este diagnóstico.
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    Reduce el riesgo de exponer a otros al virus. Si vas a mantener en secreto tu estado como VIH+, como muchas personas deciden hacerlo, entonces se convierte en tu responsabilidad tratar de limitar la exposición de las personas no infectadas a tu alrededor. Siempre hazles saber a tus futuras parejas sexuales que eres VIH+ e infórmales sobre las prácticas de prevención antes de tener cualquier tipo de relación sexual. Permíteles tomar sus propias decisiones informadas sobre cuál es la mejor forma de proceder.
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    Sigue las instrucciones de los doctores. Toma todos tus medicamentos a tiempo y no omitas ninguna dosis. Al hacer esto, aseguras que la "carga viral" en tus fluidos corporales sea baja. Esto mantendrá a tu cuerpo más sano y evitará la posibilidad de infectar a aquellos a tu alrededor.
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    Consulta a un doctor si sales embarazada. Si estás embarazada, habla con tu doctor sobre tus opciones. Si bien no existe una vacuna o cura para esta enfermedad, existen medicamentos que se pueden tomar para reducir la posibilidad de que una madre le transmita el virus al bebé a lo largo del embarazo, durante el parto y a través de la lactancia. Si bien esto no es 100% efectivo, sí reduce significativamente el riesgo.
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Acerca del artículo

Categorías: Salud