Economizar los alimentos ha sido siempre algo natural en la historia de la humanidad, a pesar de la aparente abundancia en muchas dietas orientales actuales. Extender una comida implica una reducción de desechos, hacer que la comida en buen estado dure por más tiempo y utilizar la comida que tienes en formas distintas, de modo que extiendas la comida conservando su sabor y gusto. Ya sea que debas recibir a un visitante inesperado, tu presupuesto se vea reducido de pronto o tengas una horda de adolescentes hambrientos a los cuales alimentar, extender una comida es un talento que todo buen cocinero necesita aprender.

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Pasos

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    Ten en cuenta con qué víveres cuentas y considera en qué formas puedes extender el menú. Con práctica podrás aprender fácilmente cómo compensar ingredientes o recetas existentes, como incrementar una cacerola de salsa para pasta hecha en casa con una lata extra de pasta de tomates o rellenar el plato principal con ingredientes adicionales. Si tienes vegetales frescos extra en tu refrigerador, puedes agregar una ensalada simple o un plato de vegetales como complemento para extender mucho más la comida. No seas demasiado estricto con la exactitud de la receta que utilizas para preparar un plato: un buen cocinero normalmente puede adaptar la receta al agregar más ingredientes de modo que quede balanceada y sin sobrecargar o arruinar el plato.
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    Utiliza las sobras de manera creativa. Si tienes algunos vegetales de sobra de la noche anterior, solo necesitas calentarlos y no cocinarlos desde cero. Esto los hace candidatos ideales para una comida combinada rápida y sencilla. Dependiendo de su estado, puedes recalentar los vegetales y mezclarlos con un poco de jugo de limón, hierbas picadas y mantequilla derretida (si cuentas con ella), aplastarlos y prepararlos como croquetas, combinarlos en una tortilla u omelette, o picarlos y agregarlos a una salsa o guiso.
    • En situaciones muy severas, puedes utilizar las cáscaras y tallos de los vegetales (de cebollas, apios, zanahorias, etc.) como una reserva básica y sabrosa de vegetales. Al combinar, hervir, triturar y sazonar las cáscaras de vegetales que contienen almidón (como las papas) o vegetales sobrantes, el resultado puede ser una buena sopa de vegetales. Puedes servir esta sopa en vasos pequeños (como vasos de trago corto o tazas de café pequeñas) con triángulos de pan tostado como crotón para crear un bocadillo novedoso. Puedes agregar sobras de carne como pollo y vegetales congelados como guisantes o maíz para extender esta sopa aún más.
    • Puedes picar los vegetales sobrantes, mezclarlos con queso ricota (¡incluso puedes hacer tu propio queso ricota en casa!), agregar huevo batido, sal, pimienta, un poco de nuez moscada y utilizarlos como relleno de masa de canelones y servirlos en triángulos (como los clásicos triángulos de queso y espinaca) o mezclarlos con curry en polvo al gusto y envolverlos en masa de tartas para hornearlos o freírlos y servirlos como samosas.
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    Sirve un bocadillo o entremés. Puedes servir simplemente algunas nueces, fruta y vegetales picados con una salsa aparte, pan o galletas con algo de queso, o algún bocadillo pre-preparado y congelado que puedes preparar y servir rápidamente. Los bocadillos no son solo buenos para la digestión, ya que estimulan el apetito; sino que también pueden ayudar a reducir la cantidad de comida que comerás. Este es un truco común de las cafeterías y restaurantes que sirven pan al ajo como entrada o pan y salsa de aceitunas, ya que es más probable que de este modo disfrutes de la comida y menos probable que dejes la mesa con hambre.
    • Si tienes una reserva de huevos puedes preparar un omelet como una entrada rápida y sencilla. También puedes hervir los huevos, rebanarlos y servirlos sobre pan con mayonesa o salsa picante.
    • Puedes untar masa para empanadas con queso y mostaza, queso y pimienta negra o salsas sazonadas de queso crema (como las especias mexicanas, por ejemplo), luego cortarlas en porciones pequeñas del tamaño de un dedo y hornearlas, o enróllalas y rebánalas como “caracoles” para servirlas como un bocadillo rápido y sencillo. Presta atención al cocinarlos, ya que se cocinan en tan solo unos minutos en el horno caliente.
    • Puedes utilizar aceitunas, pimientos, cebollas o pepinillos encurtidos y otros alimentos conservados, como queso, para preparar rápidamente antipasto o tapas como entrada o primer plato.[1] ¡El punto es utilizar de manera creativa lo que tienes!
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    Confía en los rellenos clásicos. Pan, arroz, pasta y fideos, polenta y otros alimentos a base de harina o grano molido son buenos rellenos. Si no puedes extender un estofado o guiso con carne o vegetales, puedes servir carbohidratos extra, ya sea como un plato complementario o en la salsa. Algunos ejemplos clásicos incluyen utilizar guisantes para extender un plato de chili con carne o una sopa y pizza, la cual es una de las formas más famosas de extender ingredientes mínimos esparciéndolos sobre masa de pan.
    • Prueba hacer bollos. Al agregar bollos a la sopa o estofados se vuelven más sustanciosos y es una manera rápida y sencilla de preparar y utilizar ingredientes de la despensa.
    • Al extender el uso de la carne, las papas y arroz son tus aliados. Agrégalos al curry o estofado de carne para extender la comida.
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    Ajusta tu tiempo de cocina para la llegada inesperada o atrasada de visitantes. Si estás cocinando arroz y pasta (y la mayoría de vegetales), tendrás que cocinar una nueva porción por separado si llegan visitantes de forma muy inesperada en vez de agregar ingredientes crudos a la comida a medio cocinar. Al servir, puedes utilizar la primera porción cocinada y para cuando hayas terminado de servir los platos, normalmente la segunda ya estará lista. Mantener a los invitados informados es comúnmente la forma más simple de aplacar los temores de que alguien vaya a quedarse con hambre.
    • Para la pasta y arroz puedes cubrir la primera porción para mantenerla caliente hasta que la última porción esté lista agregando solo la cantidad necesaria de mantequilla o aceite para que no se peguen (no pases la pasta bajo agua fría si piensas dejarla reposando, ya que se pegará y comenzará a arruinarse y estará pastosa al momento de servirla).
    • Al cocinar vegetales en porciones, lo mejor es retirar la primera porción de la hornilla y colarlos cuando estén crujientes y les falte cocinar solo un poco, ya que durante el tiempo que se mantengan calientes se terminarán de cocinar. De este modo, si lograste balancear el tiempo de forma adecuada, los vegetales quedarán cocinados de forma pareja.
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    Extiende el uso de la carne y pescado. La carne y el pescado suelen ser la parte más cara de una comida y puedes extender su uso sin perder el gusto. A continuación te mostramos algunas formas excelentes de hacerlo:
    • Corta o rebana porciones de carne. Aún puedes servir la carne de forma atractiva en rebanadas y pocos invitados lo notarán. La única forma de asegurarte de que las chuletas de carne alcancen para todos es cortar la carne hasta el hueso y servirla en rebanadas.
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    • Corta la carne en chuletas. Si originalmente pensabas servir muslos de pollo o bistec para cada persona durante la cena, puedes cortar la carne en chuletas para hacer porciones más pequeñas y convertir estos pedazos de carne en un plato distinto. Puedes utilizar estos pedazos para preparar un saltado, curry, estofado o pastel (simplemente agrega masa sobre la comida y una salsa de queso como relleno) o sirve los pedazos en vez de toda la chuleta, si puedes hacerlo sin que se vea tacaño. Cortar la carne en chuletas presentables puede dar la impresión de que se supone que se sirva así, en vez de servirla completa. Agrega una cantidad generosa de vegetales y tal vez un poco de cuscús o quinua, ambas se cocinan rápidamente y complementan la proteína. Otro truco es colocar una base ordenada de arroz u otro grano (dale forma utilizando un vaso u otro envase pequeño para hacer una torre), colocar los pedazos de carne encima con cuidado y agregar algunas ramitas de hierba o brotes para complementar el look de la comida.
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    • Filetes de pescado: cuando solo tengas cuatro filetes de pescado y debas alimentar a seis invitados, modifica el plato. Si el pescado está crudo, retira la piel y prepara croquetas o hamburguesas de pescado, córtalo en tiras largas o porciones alargadas con forma de cuña y desmenúzalas para freírlas, prepara albóndigas de pescado o paté con muchas rodajas de pan tostado y sirve una sopa rápida para acompañar. Al cocinar, puedes desmenuzar ligeramente los filetes y servirlos fríos con mayonesa o salsa tártara, o mezclarlos con jengibre desmenuzado, chili picado, jugo de limón, azúcar al gusto, hierbas picadas y salsa de pescado para crear una ensalada de pescado estilo tailandesa o vietnamita.
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    Extiende el uso de los vegetales. Si no tienes muchos vegetales para cocinar, existen muchas maneras de crear la ilusión de que sí los tienes. Algunas incluyen:
    • Reduce los vegetales en porciones más pequeñas. Por ejemplo, si tienes coliflor o brócoli, divide los tallos en porciones más pequeñas que lo habitual. Al hacer porciones pequeñas y parejas, parecerán más grandes. En vez de rebanar las zanahorias, córtalas en cubos. Picarlas en vez de rebanarlas siempre hace que parezca que hay más cantidad de zanahorias.
    • Utiliza partes adicionales de los vegetales. Los tallos del brócoli son deliciosos cuando los cortas en tiras como dedos y los cocinas con el resto de las cabezas; normalmente toman el mismo tiempo en cocinarse. Puedes sofreír o saltear las hojas de la coliflor y brócoli con un poco de mantequilla y caldo hasta que queden tiernas. Puedes lavar la cáscara de las papas y otros vegetales que contienen almidón y freírla u hornearla hasta que quede crocante y sazonarla para servirla como un bocadillo o guarnición sabrosa.
    • Combina los vegetales con huevos. Al agregar huevos a los vegetales puedes sacarles provecho preparando omelettes, quiches crocantes, pasteles a base de huevo, tortilla, croquetas, huevos revueltos, etc. Al agregar vegetales, mejoras mucho la apariencia de la comida, lo cual significa que en algunas ocasiones también los puedes utilizar para una cena casual.
    • Complementa vegetales de temporada con vegetales fuera de temporada congelados (y bayas para postres) que estén en oferta. Los supermercados ponen frecuentemente la comida congelada en oferta y esa es tu oportunidad para complementar los vegetales frescos de temporada por un bajo costo. Al balancear los alimentos congelados con alimentos frescos, te aseguras de conservar todos los nutrientes y al utilizar sobre todo vegetales de temporada ahorrarás dinero y alimentos.
    • Prepara los vegetales que tengas en una lasaña. Te sorprenderás de todo lo que puedes agregar a una lasaña y que aún tenga un sabor completamente delicioso. La salsa de tomate y la de queso cubren el sabor y la textura de cualquier cantidad de ingredientes extraños. Puedes picar o rebanar los vegetales para agregarlos a una lasaña colocándolos en capas individuales (de calabacín o calabaza prensada, etc.) o picados y mezclados en la salsa de tomate (como repollo, apio, zanahoria, guisantes, etc.).
    • Prepara una sopa de vegetales y agrega varios ingredientes, como papas, arroz e incluso harina para darle consistencia. Si la sopa parece algo ligera, agrega bollos o guisantes, o utiliza pasta como macarrones o pedazos de risoni para darle consistencia.
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    Considera servir un postre u otros aperitivos. Muchas veces lo único que puedes hacer es simplemente reducir las porciones de los platos principales, lo cual puede dejar a tus invitados insatisfechos. Una opción es extender el postre incorporando más fruta fresca, cualquier pastel o bizcocho, o helado (de tenerlo). Los panqueques pueden ser una forma rápida y fácil de preparar o extender un postre utilizando ingredientes comunes de la alacena y refrigerador. De lo contrario puedes servir té, café, queso y galletas, y otros alimentos típicos para ayudarte a extender una comida y que tus invitados queden satisfechos.
    • ¿Qué puedes hacer cuando has preparado postres individuales pero no son suficientes? En muchos casos, dividir los postres se verá terrible; imagina un mousse con un gran pedazo faltante o una manzana horneada cortada a la mitad. Una solución es ofrecer una selección de postres ¡y mala suerte el que es demasiado lento en elegir! Además de la cantidad de postres individuales, sirve unos cuantos boles de ensalada de frutas, un envase de crema batida (con un poco de licor o jugo para mejorar su gusto) y tal vez un plato de queso y galletas. Coloca todo sobre la mesa en el centro o crea un buffet lateral y pídeles a tus invitados que se sirvan ellos mismos.
    • Si el postre original es lo suficiente fluido o aguado, vuelve a colocar las porciones individuales en un bol y mézclalas. Esta suele ser una solución rápida para platos estilo mousse, flan y jalea. Cubre la parte superior del nuevo postre con crema batida, flan, coulis o azúcar impalpable colada para disimular lo dañado y sírvelos con cucharitas pequeñas para evitar bocados grandes. Repetimos, un poco de ensalada de fruta (así sea de lata) y crema batida adicional ayudará a extender el postre.
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    Planea a futuro para hacer que tu día sea más sencillo. Así recibas visitas frecuentemente o rara vez, compra comida en grandes cantidades, en porciones, congelada o almacénala y cocínala, ya que es una buena forma de asegurarte de tener suficientes reservas. Comprar guisantes congelados en paquetes grandes es un ejemplo básico de algo que muchas personas hacen, pero esto también puede servir para muchos tipos de comida para congelar y precocinada, como sopas, salsas (incluyendo sobras de pasta de tomate), platos con vegetales, pastelillos, postres y otras comidas que pueden congelarse bien. De este modo, cada vez que recibas invitados inesperados, será más fácil hacer una porción extra y, al ser más pequeña, se descongelará y cocinará más rápidamente.
    • Suele ser más económico comprar los alimentos que cocinas con frecuencia en grandes cantidades, dividirlos en porciones y congelarlos con papel film o en contenedores seguros para el congelador. Para artículos de alacena, guárdalos en contenedores herméticos. Almacenar bien los alimentos reduce los riesgos de que se malogren y desperdicien.
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Consejos

  • Debes guardar las nueces con cáscara en el congelador, ya que es una lástima ir a buscarlas en la alacena y descubrir que se han vuelto rancias porque no las utilizaste lo suficientemente rápido. Como las nueces incrementan considerablemente la cuenta del supermercado, almacenarlas bien asegurará que se conserven por más tiempo.
  • Un cocinero sabio siempre hace porciones extra de todo plato individual cuando se trata de una cena con invitados. Unas cuantas porciones extra de mousse, tartas o pechugas de pollo te pueden dar la seguridad de que si algún invitado inesperado llega, alguno de los platos se cae o tienes un invitado muy hambriento, tendrás porciones de respaldo para salvar el día.
  • Mantén víveres de emergencia que te ayuden a estirar la comida. Uno de esos artículos es masa para empanadas, ya que casi todos los alimentos pueden servir para preparar un pastel salado o dulce si tienes masa para empanadas en el congelador. Otros víveres de emergencia útiles incluyen latas de guisantes y lentejas, de salsa, de ensalada de frutas, pasta seca y tallarines asiáticos rápidos de preparar y de buena calidad.
  • Puedes almacenar el queso en el congelador. Es recomendable primero rallarlo y luego congelarlo, ya que el queso rallado es más fácil de descongelar y suele durar más. Notarás que comprar queso en grandes bloques y rallarlo en casa suele ser más barato que comprarlo rallado.
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Cosas que necesitarás

  • Buenos envases para almacenar: si no puedes comprar envases decentes para almacenar, prueba las tiendas de segunda mano o subastas en línea, ya que al limpiarlos bien, estos envases pueden servir bien y hasta verse un poco eclécticos.
  • Recetario: al almacenar pedazos de información sobre cómo extender tus comidas, con el tiempo formarás una gran base de datos que te servirá en recetas futuras.


Referencias

  1. Ten en cuenta que al hacer referencia a “entrada” es la forma británica de decir primer plato o bocadillo, no la utilización americana de “plato principal”.

Acerca del artículo

Categorías: Preservación de alimentos