Cómo hacer rizos de chocolate

Derrite el chocolate. Vierte aproximadamente una taza de agua en una olla al Baño María o en una cacerola. Derrite lentamente y a fuego lento una taza de chocolate o una barra de chocolate o usa un bol que resista el calor y que se pueda poner encima de la cacerola.

Cuando el chocolate comience a derretirse, remuévelo constantemente. No calientes demasiado el chocolate ni dejes que caiga agua a la mezcla o se arruinará todo lo que has preparado.

Justo antes de que se haya derretido completamente, retira el chocolate del fuego. Remuévelo muy bien. El chocolate debería quedar suave. Deja que se enfríe un poco.

Coloca una hoja de papel encerado encima de la bandeja del horno. Vierte la mezcla de chocolate frío sobre el papel, ten cuidado de no echarlo muy deprisa. Extiende el chocolate con una espátula o con la parte de atrás de una cuchara para que quede fino.

Levanta la bandeja del horno y dale unos golpecitos con suavidad sobre una superficie lisa para que salga el aire de cualquier burbuja.

Deja que el chocolate repose hasta que se endurezca. Tardará unos 20 minutos. Para que se enfríe más deprisa, pon la bandeja en el refrigerador o en el congelador.

Coloca la bandeja fría sobre una superficie estable y que no resbale.

Coge un cuchillo largo y coloca el filo al final de la hoja de chocolate. Ráspalo hacia ti con mucho cuidado, formando rizos de chocolate con la cuchilla. Para hacer los rizos de chocolate con una raspador de pastelería o una espátula, empuja la herramienta en dirección opuesta a ti hasta que se forme el rizo.

Varía la manera de raspar para hacer rizos de chocolate con tamaños diferentes. Raspa con movimientos largos y con firmeza toda la hoja de chocolate para hacer unos rizos más grandes, o raspa con movimientos más cortos para que los rizos sean más pequeños. Raspa el chocolate desde distintos ángulos para crear rizos variados.

Levanta los rizos con cuidado son un utensilio, por ejemplo: un tenedor, una brocheta o un palillo de dientes. Ponlos en tu plato o en el postre.

Prepara el rodillo. Enrolla una hoja de papel encerado alrededor del rodillo. Pega el pape al rodillo con cinta adhesiva o pon unas gomas elásticas en los dos finales del rodillo para que el papel se quede hacia abajo. Prepara la superficie colocando en la parte de abajo una gran hoja de papel encerado para recoger cualquier chocolate que gotee.

Haz los rizos. Coge algo del chocolate derretido con un cazo, una cuchara grande o con una taza. O viértelo en una manga pastelera para hacerlo con más precisión. Lentamente echa una pequeña cantidad de chocolate sobre el rodillo. Sigue vertiéndolo sobre el rodillo con movimientos en zig-zag.

Deja que el chocolate repose en el rodillo hasta que esté casi duro.

Déjalo reposar. Con mucho cuidado retira el chocolate del rodillo. Ponlo sobre un plato cubierto con papel encerado y coloca el plato en el refrigerador o en el congelador hasta que se endurezca. Úsalo inmediatamente y guárdalo en una bolsa ziploc (de abrir y cerrar) en el congelador hasta que lo necesites.

Encuentra una tableta de chocolate de buena calidad. Servirá una que tenga un 50%-70% de cacao. Puede que tengas que enfriar el chocolate unas horas en el refrigerador antes de rasparlo. Si tratas de hacerlo con el chocolate a temperatura ambiente los rizos de chocolate se quedará pegajosos, rotos y muy gruesos en lugar de finos, y frágiles.

• Bloques de chocolate envuelto se pueden encontrar en la mayoría de tiendas y en almacenes especializados. No te saldrá si usas barritas de chocolate porque son muy blandas.

Domina la técnica del pelador. Mantén la barra de chocolate en una mano—quizás quieras usar una servilleta para sostenerlo y evitar que se derrita en tu mano. Lentamente y con cuidado, usa el pelador para raspar a lo largo toda la barra y hacer unos bonitos rizos de chocolate.

• Los rizos serán más grandes y más espectaculares si presionar con profundidad el pelador en el chocolate, mientras que al con suavidad por los bordes los rizos serán más pequeños y más delicados.