Cómo hacer una intervención
3 partes:Planificar la intervenciónRealizar una reunión de intervenciónRealizar un seguimiento tras la intervención
Si alguien que amas tiene problemas con el alcohol, adicción a las drogas, con una ludopatía compulsiva u otros comportamientos destructivos, llevar a cabo una intervención psicológica puede ser la mejor forma de ayudar a esa persona a mejorar. Las personas con comportamientos adictivos serios a menudo niegan tener un problema. Si las charlas serias y otros intentos de ayuda han resultado ineficaces, puedes unir fuerzas con tus amigos, familiares y con un intervencionista profesional para confrontar a la persona con la verdad y con un plan de acción detallado.
AnuncioPasos
Parte 1 de 3: Planificar la intervención
- 1Consulta con un profesional. Para garantizar las mayores probabilidades de éxito, debes consultar con alguien que tenga experiencia en ayudar a adictos y en dirigir intervenciones psicológicas. Un intervencionista profesional podría guiarte a ti y a tu familiar a través del proceso, incrementando las probabilidades de que la intervención sea exitosa.[1] Puedes reunirte anticipadamente con el profesional para planificar las cosas e incluso podrías invitarlo a la intervención para que actúe como un facilitador. Es especialmente importante consultar con un profesional si ocurre alguna de las siguientes situaciones:Anuncio
- La persona tiene antecedentes de enfermedad mental.
- La persona es propensa a reaccionar violentamente a la intervención.
- La persona ha exhibido una conducta suicida.
- 2Forma un equipo de intervención. Este equipo debe estar conformado por cinco o seis personas cercanas y que inspiren respeto al intervenido. Los mejores candidatos pueden ser los padres, los hermanos, los parientes de confianza y los mejores amigos del intervenido. Invita a aquellos que se hayan visto afectados por la adicción de esta persona y que estén comprometidos con su futuro. Es importante invitar a aquellos en los que se pueda confiar para que estén al lado de la persona en momentos de necesidad, puesto que la intervención es solo el primer paso en el camino hacia la recuperación.[2]
- No invites a aquellos que no sean del agrado o de la confianza del intervenido. La persona a quien intentas ayudar podría terminar enfadándose y negándose a recibir la ayuda.
- No invites a aquellos que puedan interrumpir la intervención al emocionarse o salir en defensa de la persona intervenida. Por ejemplo, la persona que intentas ayudar podría ser cercana a su hermana menor, pero si esta última se encuentra presente durante la intervención y se pone de su lado diciéndole que no necesita realmente ir a rehabilitación, terminará haciéndole más daño que bien.
- Si crees que alguien en particular debe estar presente pero que podría interrumpir la intervención, entonces pídele que escriba una carta que se pueda leer en voz alta en lugar de acudir en persona.
- 3Encuentra el plan de tratamiento adecuado. El plan de tratamiento que pongas en marcha es una parte central de lo que hace que la intervención sea eficaz. Decirle simplemente a la persona que crees que tiene un problema no será suficiente para ayudarla a dejar su adicción. Establecer un plan de tratamiento bien documentado que la persona pueda comenzar de inmediato es mejor que solo decir “Necesitas recibir tratamiento”.[3]
- El plan de tratamiento debe incluir formas en las que tu ser querido pueda recibir ayuda profesional para superar su adicción. Esto podría significar asistir a rehabilitación, recibir psicoterapia o comenzar algún tipo de programa de tratamiento ambulatorio. Investiga las instalaciones y decide cuál es la más apropiada para la persona que intentas ayudar. Averigua cuáles son los pasos que se requieren para la admisión y prepara todo con anticipación. Quizás también necesites averiguar la forma de financiamiento que tendrá el tratamiento.
- Prepara una lista de grupos de apoyo en los que tu ser querido podría inscribirse inmediatamente. Quizás quieras ofrecerte a llevar a la persona hasta uno de esos lugares.
- Ten un plan listo para asegurarte de que la persona acuda al lugar donde recibirá el tratamiento. Si se trata de un centro de internamiento, cuenta con un plan de acción para transportar a la persona hasta allí. Si es un centro ambulatorio, asigna a un ser querido para que se haga responsable de llevar y traer a la persona en un horario regular.
- 4Determina las consecuencias que podrían presentarse. Todos los involucrados en la intervención deben presentar consecuencias que podría establecerse en caso de que la persona rechace el plan de tratamiento. Por difícil que sea, todos deben estar dispuestos a hacer un gran cambio con la finalidad de ayudar a la persona a tener un nuevo inicio. El objetivo principal es ayudar a la persona a que se dé cuenta de que sus seres queridos ya no aceptarán su comportamiento adictivo .[4] Esto hará que le sea mucho más difícil continuar con su con este tipo comportamiento.
- Si los familiares han estado acogiendo a la persona o prestándole dinero, una de las consecuencias podría ser el cese de la ayuda financiera o pedirle que encuentre otro lugar donde vivir.
- Para los más cercanos a la persona en cuestión, la consecuencia podría ser una petición de divorcio o el cambio en la relación de alguna otra forma.
- También considera las consecuencias legales. Por ejemplo, en lugar de sacar a esa persona de la cárcel después de que tuvo un incidente al conducir en estado de ebriedad, la familia y amigos podrían prometer que no la ayudarán la próxima vez. Ya no habrá más “rescates”.
- 5Elige un lugar y una hora. Una vez planificada la intervención, establece una fecha y una hora en la que todos estén presentes. Elige un lugar privado en el que la persona se sienta cómoda, como en la casa de un ser querido. Todos los presentes en la intervención deben comprender la gravedad de la situación y asegurarse de llegar a la hora fijada. Una ausencia podría ser perjudicial para la intervención.
- 6Realiza un ensayo. Dado que la intervención puede ser muy emotiva, realizar un ensayo con anticipación puede ser de ayuda. Es muy importante mantener las cosas según lo previsto durante la intervención y es por eso que ensayar todo el proceso ayudará para que las personas se apeguen al plan cuando llegue el momento indicado. Si planeas contar con la presencia de un intervencionista profesional para que guíe la sesión, ve si puedes programar un ensayo con todos presentes.Anuncio
- Comunícate abiertamente con todos y toma notas de las cosas que hace tu ser querido y que son perjudiciales tanto para él como para los demás. Recopila información acerca de la persona con la que estás lidiando. Haz de la confidencialidad una regla clara para todos los participantes en la reunión.
- Considera la posibilidad de crear una lista de acciones y patrones de comportamiento que ya no serán tolerados. Al lado de cada actividad, escribe la acción que realizarás si la persona continúa con estos comportamientos.
- Pídele a los demás que escriban lo que piensan decir. No es necesario que los demás memoricen sus líneas; no se trata de una actuación. Lo importante es cubrir todas las bases sin alejarse demasiado del programa.
- Anticipa las reacciones de la persona y prepara algunas respuestas. Si la persona reacciona a la defensiva o con ira, todos deben prepararse para controlarla sin interrumpir la intervención.
Parte 2 de 3: Realizar una reunión de intervención
- 1Invita a la persona a la reunión sin decirle de qué se trata. Si le dices lo que ocurre, lo más probable es que no vaya. Con la finalidad de garantizar la presencia de esa persona, es necesario omitir la información de que su familia y amigos son los que organizan la intervención. Elabora un plan para hacer que la persona asista al lugar de reunión sin tener idea de lo que ocurre. Por ejemplo, podrías decirle que vaya a cenar a tu casa o encontrarse en la casa de un amigo para pasar el rato.
- Asegúrate de que el plan no parezca poco natural. Pídele a la persona que haga algo que no esté fuera de lo común.
- Para cuando la persona en cuestión llegue, todos ya debe estar reunidos en el lugar. Cuando esta persona llegue, dile que se trata de una intervención y que todos tienen algo que decirle.
- 2Haz que cada uno hable. Siguiendo el formato ensayado para la reunión, todos deben leer el discurso que prepararon. Si hay un intervencionista profesional presente, puede actuar como el líder de la reunión e invitar a cada uno a hablar. Dale a cada familiar o amigo la oportunidad para que exprese la forma en la que las acciones de la persona han afectado sus vidas a un nivel personal y lo mucho que la estima y quiere que las cosas mejoren.
- No es recomendable gritar o actuar con rabia y agresividad. Si esto sucede, la persona a quien intentas ayudar podría simplemente levantarse e irse. Las personas deben mantener estos sentimientos para sí mismas con el fin de realizar una intervención exitosa.[5]
- Dicho eso, está bien expresar una cierta cantidad de emoción. Expresar tristeza y esperanza en que las cosas mejorarán puede ayudar a que la persona actúe. Está bien llorar.
- Evita aligerar el estado de ánimo o desviar el tono serio de la conversación.
- 3Expón el plan de tratamiento. Después de que todos hayan hablado, el líder del grupo (o el intervencionista) debe exponerle el plan de tratamiento a la persona. Déjale en claro que el plan de tratamiento es uno que los expertos han investigado y recomendado ampliamente, y dile que todos creen que es la mejor alternativa que tiene para mejorar. Pídele a la persona que tome una decisión inmediata para aceptar el plan.
- Discute las consecuencias de no aceptar esta alternativa. Debe dejarse en claro que si la persona no acepta la alternativa expuesta, habrá consecuencias.
- Prepárate para presenciar las expresiones de rabia, llanto o incluso risas de esta persona. Enfatiza la seriedad de la situación y no des marcha atrás.
- 4Termina la reunión con una idea concreta de los pasos a seguir. Tan pronto como la reunión de intervención termine, la persona debe comenzar con un tratamiento de algún tipo. Esto puede significar acompañarla personalmente a un centro en donde pueda comenzar a desintoxicarse o someterse a un tratamiento, o incluso iniciar una terapia o programa ambulatorio. Haz que la persona se comprometa a pasar por el proceso completo de tratamiento y haga todo lo necesario evitar que la adicción siga avanzando.Anuncio
Parte 3 de 3: Realizar un seguimiento tras la intervención
- 1Apoya a la persona en caso de que elija el tratamiento. Podría pasar un tiempo antes de que puedas determinar si la intervención tuvo éxito. Aun cuando la persona acepte el tratamiento al principio, hay un largo camino que recorrer antes de que las cosas se estabilicen y se vuelvan seguras nuevamente. Ayúdala a sentirse conectada y apoyada a lo largo de este periodo difícil. Es importante que todos los involucrados en la intervención cumplan con su papel para hacer que el proceso sea lo más llevadero posible.[6]
- Muchas personas se sienten escépticas y negativas durante el proceso de recuperación, quejándose del lugar en el que reciben el tratamiento, del terapeuta, de los otros miembros del grupo de apoyo, etc. No te des por vencido si la persona te pide terminar el tratamiento antes de tiempo. Resiste la tentación de compadecerte por ella, ya que eso puede perjudicar su recuperación.
- No aceptes medias tintas. La persona podría sostener que las dos semanas de rehabilitación fueron suficientes para curar su adicción o que asistir a terapia tres veces por semana es demasiado. Haz lo que sea necesario para ayudarla a apegarse al plan de tratamiento original aprobado por un profesional, ya que las medias tintas generalmente no funcionan.[7]
- 2Prepárate para que esa persona rechace el tratamiento. A veces, la negación y la ira terminan triunfando haciendo que decida no recibir el tratamiento. Si esa persona no se siente segura, no hay forma de obligarla a someterse al tratamiento. Lo más que puedes hacer es alentarla todo lo posible para que lo inicie por su cuenta y dejarle en claro que la apoyas durante todo el proceso.
- Incluso si la persona rechaza el tratamiento, no significa que la intervención haya sido inútil. Ahora ya sabe que su familia piensa que tiene un problema serio.
- Al dar a conocer estos problemas, la familia puede detener el proceso de estimular la adicción de la persona.
- 3Cumple con las consecuencias. Por más doloroso que sea, es importante cumplir con las consecuencias planeadas en caso de que la persona rechace el tratamiento. Permitirle seguir viviendo de la misma manera que antes de la intervención nunca será de ayuda. Hasta que la persona haya controlado por completo su adicción, siempre existe el riesgo de que tenga una crisis.[8] Lo mejor que puedes hacer es recortar el financiamiento, romper la relación o hacer lo que sepas que creará un cambio significativo en la vida de esa persona y que pueda ayudarla a tomar un nuevo rumbo.Anuncio
- Si más adelante se produce otra crisis, aprovéchala. Por ejemplo, si la persona termina en la cárcel o en el hospital, utiliza esa experiencia para demostrarle que realmente necesita un tratamiento. Realizar una segunda intervención podría ser de ayuda.
- Recuerda que eres tú quien está ayudando a esa persona a sanar. A veces, necesitamos soportar el dolor de un ser querido con la finalidad de brindarle la ayuda necesaria para mejorar.
Consejos
- Escucha lo que la persona tiene que decir, pero NO estés de acuerdo con ella. Sigue explicando tus observaciones al detalle. No cedas y mantente firme en tus pensamientos y sentimientos sin titubear. Dale a cada uno un turno para decir lo que piensa mientras mira directamente a la persona sin vacilar.
- Esto puede perjudicar a toda la familia y podría parecer como si atacaran al adicto, aunque de cierto modo lo hacen, pero le será menos doloroso que terminar muerto o en serios problemas.
- No temas usar este procedimiento en niños que comienzan a meterse en problemas y que no escuchan. Por supuesto, es necesario adaptar las consecuencias de acuerdo con la situación.
- Este método es muy conocido y lo utilizan muchos ciudadanos destacados. Por ejemplo, en el caso de Betty Ford, ex Primera Dama de los Estados Unidos, sus hijos utilizaron el método de la intervención psicológica para ingresarla en un centro de rehabilitación a causa de su alcoholismo. Con el tiempo, fundó el Centro Betty Ford.
- Por lo general, los adictos optan por acudir a centros de tratamiento en lugar de aceptar las consecuencias. ¡No permitas que esto se posponga o pase a segundo plano!
Advertencias
- La negación no siempre significa una mentira: algunos usuarios pueden estar diciendo la verdad cuando afirman que su adicción está bajo control. Sé honesto contigo mismo acerca de si en realidad esa persona te causa daño o si solo tratas de controlarla.
- Consigue asesoramiento legal antes de proceder o podrías afrontar una responsabilidad civil o incluso penal por secuestro o por encarcelamiento ilegal.
- Asegúrate de que en realidad haya un problema serio real y de que el comportamiento del amigo o familiar en cuestión cause a los demás más que daño de lo que la intervención podría causarle a esa persona.
- Ten mucho cuidado con el estado mental de la persona a la que le realizas la intervención. Este proceso solo debe realizarse en alguien con un estado mental normal para garantizar la seguridad tanto del intervenido como de las personas que realizan la intervención.
wikiHows relacionados
Referencias
- ↑ http://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/mental-illness/in-depth/intervention/art-20047451?pg=2
- ↑ http://www.nacr.org/wordpress/404/crisis-intervention-and-mistakes-families-make
- ↑ https://ncadd.org/get-help/intervention
- ↑ http://www.interventioninfo.org/research/family.php
- ↑ http://www.interventioninfo.org/research/family.php
- ↑ http://www.interventioninfo.org/research/family.php
- ↑ http://www.nacr.org/wordpress/404/crisis-intervention-and-mistakes-families-make
- ↑ http://www.nacr.org/wordpress/404/crisis-intervention-and-mistakes-families-make
Acerca del artículo
Categorías: Relaciones