2 métodos:Concentrar tu atenciónDeshacerte de las rutinas

Técnicamente, no puedes ralentizar el tiempo, pero puedes aprender a ralentizar tu percepción de este, así como a apreciar el tiempo que tienes. Si quieres aprender a dar un paso atrás, enfocar tu atención y liberarte de tus rutinas típicas, puedes aprender a ralentizar tu experiencia del tiempo.

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Método 1 de 2: Concentrar tu atención

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    Enfócate en los detalles pequeños. Hay muchas teorías que explican la razón por la que el tiempo parece acelerarse cuando crecemos, tanto subjetivas como científicas. Las vías neurales que formamos cuando somos niños casi siempre son nuevas, pues cada experiencia también lo es.[1] Es como si cada detalle pequeño fuera significativo. Sin embargo, a medida que crecemos y nos familiarizamos con el mundo en que vivimos, esos detalles pequeños no nos atraen tanto como antes.
    • Para recobrar parte de la maravilla de tu juventud, intenta entrenarte para que puedas enfocarte lo más posible en las cosas pequeñas. Tómate un tiempo breve diariamente para apreciar literalmente algunas flores, observar el atardecer o realizar una actividad que involucre la meditación, como escuchar música u ocuparte del jardín.
    • Involucra todos tus sentidos para tratar de estar completamente presente, aun cuando el suceso sea insignificante. Mientras más pequeño sea, mejor. Mientras estás varado en medio del tráfico, concéntrate en la temperatura, la sensación táctil de tu cuerpo sobre el asiento, los aromas del auto y del tráfico. ¡Qué extraño es conducir!
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    Enfócate en tu respiración. La meditación por medio de la respiración es uno de los métodos más sencillos y comunes de entrenarte para ralentizarte y ser más consciente. Enfócate en rituales de respiración básica para estar más presente en el momento y ralentizar el tiempo.
    • Siéntate derecho en una silla cómoda con una buena postura y respirando profundamente. Contén la respiración y luego exhala lentamente. Hazlo por lo menos diez veces mientras tienes los ojos cerrados. Siente el oxígeno entrando en tu cuerpo, nutriéndote y luego siente cómo lo abandona.
    • Desplaza el aire que respiras a diferentes partes de tu cuerpo mientras meditas. Siéntelo mientras trabaja para tu beneficio.
    • Después de hacer diez respiraciones controladas, abre los ojos y presta atención a los detalles a tu alrededor. Si estás al aire libre, mira el cielo, el horizonte y escucha los sonidos a tu alrededor. Si estás en el interior, mira el techo, las paredes y cualquier mueble. Permanece en el momento.
    • Si no te gusta la idea de “meditar”, simplemente piensa en ello como respirar. No es necesario que haya una gran cantidad de jerga espiritual involucrada para que te sea efectivo.
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    Prueba la relajación muscular progresiva. La relajación muscular progresiva es una forma básica pero formalizada de relajar tu cuerpo sin hacer mucho más que solo enfocar tu atención en lugares distintos de tu cuerpo y empujar tu presencia hacia dichos puntos. Es una forma de relajarte y mantenerte activo, y puede ser una manera útil de enfocarte en una actividad simple y ralentizar el tiempo.
    • Para empezar, siéntate derecho en una silla cómoda mientras te enfocas en tu respiración. Luego, elige una parte de tu cuerpo, comenzando por los pies o por la cabeza y tensa un músculo. Intenta moldear tu rostro, como si comieras algo amargo y mantén esa expresión durante unos 15 segundos para luego soltarte lentamente y sentir que la tensión desaparece.
    • Sigue moviendo diferentes partes de tu cuerpo, tensando los músculos, sosteniéndolos y luego liberando lentamente la tensión hasta que hayas trabajado todo el cuerpo. Esta es una excelente forma de centrarte, estar presente en el momento y relajarte.
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    Canta o toca música. Otra táctica comúnmente utilizada para ralentizar el tiempo es realizar una vocalización repetitiva, como por ejemplo un canto, con la finalidad de enfocarte y entrar en una especie de trance. Puedes hacerlo mediante canciones o cánticos, o incluso por medio de la música, algo que se hace en muchas tradiciones, desde los cristianos pentecostales hasta el Hare Krishna.[2]
    • Puedes cantar cualquier frase, mantra o fragmento. Canta el Hare Krishna o incluso una canción que te brinde un mantra positivo y eficaz.
    • Si tocas algún instrumento, quizás estés muy familiarizado con la experiencia de perder la noción del tiempo mientras tocas un fragmento repetitivo o una serie de acordes. Solo repite las mismas tres notas en el piano, dejando que suenen lentamente. Sigue el flujo de las notas y enfócate en tu respiración. El tiempo se ralentizará.
    • Si no tocas ningún instrumento y no te interesa cantar, escucha música de ambiente suave o resonante. Algunas composiciones excelentes para sentirte en la gloria y ralentizar el tiempo pueden ser Disintegration Loops de William Basinski, Gymnosphere de Jordan De La Sierra y cualquier canción de Brian Eno.
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    Intenta cantar. Si le preguntas a un monje Zen qué es la meditación, generalmente te dirá “Solo siéntate”. Si le preguntas qué es el Zen, probablemente la respuesta sea nuevamente “Solo siéntate”. El gran secreto de la meditación y la ralentización del tiempo es que no hay secreto. Si te sientes agitado y quieres ralentizar el tiempo, solo siéntate. No hagas nada, concéntrate en el hecho de estar sentado y sé tú mismo.
    • Haz solo una cosa a la vez. Cuando estés sentado, solo quédate así. Cuando leas, solo lee. No leas, comas rosquillas, hables con tu amigo por mensajes de texto y pienses en el fin de semana. Solo lee.
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Método 2 de 2: Deshacerte de las rutinas

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    Cambia las rutas que tomas para ir a lugares habituales. ¿Alguna vez te ha pasado que entraste en tu auto y condujiste automáticamente hacia el trabajo cuando en realidad querías ir corriendo hasta la tienda? Las acciones repetitivas forman vías en el cerebro que hacen que sea mucho más fácil entrar en piloto automático, realizando la misma actividad sin si quiera darte cuenta de lo que haces. Estas acciones pueden acelerar tu percepción del tiempo. Así que el truco es aprender a deshacerte de tus rutinas para hacer que tu cerebro experimente cosas nuevas con la mayor frecuencia posible.[3]
    • Intenta seguir la mayor cantidad de rutas y métodos distintos para llegar a diferentes lugares a los que necesites ir. Maneja bicicleta algunas veces, conduce en otras y también camina. Busca la mejor y la peor ruta para cada uno de esos medios de transporte, y usa todas ellas en un nivel intermedio.
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    Realiza la misma actividad en diversos lugares. A algunas personas les gusta trabajar en el mismo escritorio todos los días durante la misma cantidad de horas y realizando las mismas actividades. La consistencia tiene el efecto de hacer que el tiempo vuele. Sin embargo, si quieres ralentizarlo, oblígate a ir a otro lugar para realizar las mismas tareas debes hacer de manera repetitiva.
    • No estudies en el escritorio de tu habitación todas las noches, sino más bien realiza un circuito. Hazlo en lugares distintos, como por ejemplo, en la biblioteca o bajo un árbol en el parque. Estudia en todas partes.
    • Si eres un corredor, no practiques en el mismo lugar más de una o dos veces. Siempre explora vecindarios, parques y senderos nuevos. No permitas que la rutina se convierta precisamente en eso, una rutina.
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    Haz cosas que te asusten. En un estudio reciente, un investigador les pidió a unos conductores que condujeron por un trayecto escalofriante que describan cuánto tiempo les tomó cubrir un par de cientos de metros. Cada participante sobreestimó la cantidad de tiempo en aproximadamente 30 %. Cuando experimentamos momentos que nos ponen nerviosos, que nos asustan, el tiempo parece prolongarse de manera palpable, incluso si no ocurre realmente.[4]
    • Prueba algunas tácticas de miedo sencillas de realizar o mira una película de terror en caso de que quieras sobresaltarte sin realizar una actividad realmente riesgosa o aterradora. Asústate a ti mismo desde la seguridad de tu sala.
    • No adoptes conductas peligrosas, pero toma riesgos calculados y ve tras ellos. Si cantar en frente de las personas te causa temor, toma tu guitarra y un micrófono, y sal al frente. Serán los 15 minutos más largos de tu vida.
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    Explora. El mundo es un lugar extraño y hermoso pero muy a menudo nos limitamos a un reino tan pequeño como el tamaño de un cráneo. Estamos en casa, luego vamos a la escuela o al trabajo, luego nuevamente a casa y vemos televisión. Esa es una buena forma de hacer que el tiempo vuele. En lugar de eso, oblígate a explorar lugares como tu propio vecindario, tu propio mundo y tu propia mente.
    • ¿En cuántos lugares diferentes puedes comprar un cepillo de dientes, un sándwich o un par de zapatillas en torno a tu propio vecindario? ¿Cuál es el más barato? ¿Dónde se encuentra el lugar más extraño? Averígualo.
    • Explora tus propias habilidades y alrededores. ¿Puedes escribir un poema narrativo? Desafíate. ¿Puedes tocar el banjo? Haz la prueba. Aprender cosas nuevas nos ayuda a recobrar esa mente de principiante, la cual funciona con lentitud. Esta es la alegría de la exploración.
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    Haz menos cosas al día. Si quieres ralentizar el tiempo, tu objetivo debe ser realizar menos actividades diarias y experimentar cada una de ellas con plenitud y de manera más completa. Si quieres que el tiempo se ralentice, ralentízate a ti mismo y al ritmo en el que haces las cosas.
    • La mayoría de las personas tienen algunos cientos de horas de música en su computadora o en el teléfono celular y la experiencia instantánea de acceder a ella hace que sea difícil ralentizar el tiempo y experimentar las canciones. Si no te gustan los primeros treinta segundos, puedes omitirlos. Pon una canción que en verdad te guste y escúchala una y otra vez en lugar de limitarte a escuchar una hora de radio.
    • Aun si haces algo pequeño, como leer o ver un libro, no trates de acaparar todo en tu cerebro de una sola vez. No acumules una gran cantidad de libros en tu cama. Quédate con uno durante un mes. Lee un poema durante un año. Experiméntalo de verdad.
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    Deja de hacer muchas cosas a la vez. Mientras más dividas tu atención en tareas múltiples, más difícil te será mantenerte concentrado en lo que haces, centrándote y ralentizando la forma en la que percibes el tiempo. Cuando hagas una cosa, dedícate a ella hasta que la termines.
    • Realizar tareas múltiples generalmente tiene como finalidad “ahorrar tiempo” para hacer otras cosas. Pensamos “Oye, si puedo preparar la cena, mirar mi serie favorita y llamar a mi hermana, ahorraré tiempo después”, pero al final del día, apenas podrás recordar lo que ocurrió en el programa, la cena se quemará y tu hermana no te prestará atención.
    • En lugar de eso, concéntrate en hacer algo bien y de manera apropiada. Tómate mucho tiempo y hazlo lentamente. Cuando cocines, presta atención a cada ingrediente que piques. Haz las cosas bien.
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    Practica un ejercicio memorístico a diario. Al final del día, realiza un ejercicio pequeño. Recuerda algo que hayas hecho ese día y descríbelo lo más detalladamente posible. Podría ser la mirada que te hizo tu amigo después de que le contaste una broma hilarante, un cartel que viste en el patio de alguien o una formación de nubes en particular. Sé específico y detallado.
    • Después de hacerlo ese día, trata de hacer lo mismo con el día anterior. ¿Qué de diferente recuerdas hoy acerca de ayer que no recordaste ese día? Después de eso, intenta recordar algo que hiciste la semana pasada, luego un mes, luego diez años, o incluso recuerda algo de tu infancia. Poco a poco intenta obtener recuerdos específicos y detallados de puntos distintos de tu vida.
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Consejos

  • Esto puede parecer una guía para relajarte, pero la respuesta simple es que cuando estás relajado (o haces algo sumamente aburrido), el tiempo parece ralentizarse. A diferencia de cuando haces algo interesante, el tiempo parece avanzar con rapidez, de aquí el dicho “El tiempo vuela cuando te diviertes”.
  • Respirar con lentitud y profundidad puede ayudarte a relajarte.
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Advertencias

  • No exageres. Algunas situaciones pueden requerir de una atención urgente, de modo que tenemos que apresurarnos para hacer que sucedan.

Acerca del artículo

Categorías: Salud alternativa