6 partes:Al llegarIntégrateSé independienteNo te conviertas en el huésped indeseadoMuestra agradecimientoA la partida

Cuando visites la casa de alguien, ya sea un familiar cercano, parientes más lejanos, amigos o colegas, es importante ser un huésped amable. Esto podría marcar la diferencia entre una estancia agradable o nunca más ser invitado. Seguir estos consejos ayudará a hacer tu estancia agradable para ti y para tus anfitriones.

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Parte 1 de 6: Al llegar

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    Sé específico con las fechas de llegada y de partida. No mantengas tu visita indefinida. Además, no realices una reservación en una compañía aérea antes de discutirlo primero con tu anfitrión (o anfitriones). Si tus anfitriones han acordado ciertas fechas, no trates de añadir otras más a esas fechas sin discutirlo con tu anfitrión, respeta que él tendrá que hablar sobre tu estancia con su pareja.
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    Llega cuando digas que llegarás. No aparezcas antes. Es posible que tu anfitrión no esté listo para ti y que una llegada anticipada lo pueda incomodar de forma considerable. Si, por alguna razón inesperada, tomaste una conexión antes o tuviste un día adicional de vacaciones y quieres llegar antes, llámalo primero. Si suena indeciso, dile que estarás feliz de dejar los planes como los convinieron originalmente, después encuentra otra cosa que hacer con tu tiempo adicional.
    • Esto también dependerá de con quién te quedes, es probable que a tu mamá y papá no les importe en lo absoluto; sin embargo, un amigo, colega o incluso un hermano podría tener otros compromisos, así que no les pidas que cambien sus planes.
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    Evita aparecer de manera inesperada varias horas o incluso el día después al que dijiste que llegarías. Esto puede molestar a muchos anfitriones que podrían haberse preocupado por ti, o enfadarlos porque podrían haber reorganizado su horario para hospedarte. Esto llena el aire con mala vibra. Una vez más, si te demoras por alguna razón, llámalos y explícales. Ellos comprenderán, pero solo si les das explicaciones razonables para tu cambio de planes.
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    Lleva un regalo para “agradecer” cuando llegues. Ofrecer algo como una forma de agradecer a tu anfitrión con anticipación es un gesto atento y cariñoso. Este muestra tu aprecio por su gran contribución al hacer que tu estancia sea buena. Los regalos baratos y considerados incluyen una botella de un buen vino, una caja de chocolates, una cesta con fruta o un ramo de flores, o tal vez un disco de música de los artistas de tu región o país. Si no quieres llevar nada adicional, considera enviar algo antes de tu llegada o comprar algo en el camino.
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Parte 2 de 6: Intégrate

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    Sé cortés al dar a conocer a tu anfitrión (o anfitriones) tus planes y comunica claramente tus idas y venidas de su casa. Si no vas a estar con tus anfitriones todo el tiempo, háblales de tus planes para asegurarte de no incomodarlos de forma involuntaria. No dejes su casa, incluso por una salida corta, ¡sin avisarles! Tu anfitrión no tiene que adivinar si saliste o si estás en tu habitación con la puerta cerrada.
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    Sé flexible. El espacio habitable diseñado para hospedarte de forma temporal y por un plazo corto es el hogar a tiempo completo de tu anfitrión (o anfitriones). Realiza un esfuerzo consciente para adaptarte a sus preferencias y patrones. Para que quede claro, pregúntales sus expectativas sobre ti durante tu estancia.
    • Por ejemplo, pregunta si esperan que compartas las comidas con ellos, a qué hora prefieren que apagues las luces, etc. Es muy importante levantarse cuando tus anfitriones lo hagan (o al menos cuando tus hijos lo hagan) y también aceptar que los demás tienen que vivir en la casa.
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    • Date cuenta de que si tus niños crean un caos a las 7:00 a. m. durante los fines de semana (y tu pareja y tú siguen durmiendo mientras ellos corretean por la casa de tus anfitriones), sería algo que debas reconocer que tus anfitriones (que se desempeñan en un trabajo exigente de tiempo completo mientras vacacionas) toleren.
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    Mantén limpia la zona para huéspedes. Tiende tu cama antes de aparecer en el desayuno o quítale el cubrecama para ventilarla si así lo prefiere tu anfitrión. Ten cuidado de no ensuciar la alfombra, sofá o colcha con aceite, sal o con la mugre de la base de tu maleta; para evitarlo, no hagas circular tu maleta dentro de casa.
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    Mantén tu maleta y pertenencias lo menos visibles que puedas, especialmente si la habitación es una espacio compartido o visible al paso de tus anfitriones. No es una opción solo cerrar la puerta a una habitación desordenada.
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    No dejes tus artículos personales en la mesa del comedor todo el día y la noche; además, recuerda limpiar la mesa mientras tus anfitriones la ponen y preparan una comida casera para ti y tu familia. Sé considerado y saca tus cosas.
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    Coloca la maleta fuera del camino para mantener ordenado el espacio común.
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    Si necesitas espacio en el armario, siempre pide permiso primero.
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    No actúes de forma territorial. Si tienes tu propio dormitorio, mantén la puerta abierta cuando no estés dentro, con la cama bien hecha y tus pertenencias limpias y ordenadas.
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    Sé razonable cuando compartas el baño de la casa. Si la casa solo tiene un baño, pregunta cuándo es conveniente que lo uses. Si la familia trabaja, va a la escuela, etc., lo último que querrás es estorbar. Llega a un acuerdo tan pronto llegues y sé flexible con su uso. También se espera que seas considerado si duermes en una sala cerca del único baño, recuerda que los otros pueden tener que usarlo después de que te acuestes. Asegúrate de hacer lo siguiente:
    • Tira de la cadena del inodoro y baja la tapa. No discutas con tu anfitrión respecto a no creer que debas bajar la tapa, si te dijo que prefería eso en su casa.
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    • No dejes el grifo goteando y apaga la luz cuando termines.
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    • Si hay más baños, asegúrate de usar el que se te asignó y tratar los otros baños como privados.
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    • Sé limpio. Revisa que no dejes cabello en el piso o salpicaduras de pasta dental en el lavabo. Asegúrate de siempre dejar el baño limpio.
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    • Chicos: es más higiénico simplemente sentarse para orinar. Pero si quieres orinar de pie, levanta el asiento primero, limpia el borde después y vuelve a colocar el asiento en su lugar cuando termines.
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    • Chicas: si consideras más cómodo sentarte en el asiento del inodoro, no uses todo el papel para forrarlo. En su lugar, usa solo lo suficiente para limpiarlo o estar encima de este. Si no estás acostumbrada a “orinar sin sentarte”, echa un vistazo después de las primeras cuatro o cinco veces para buscar salpicaduras ya que algunas chicas tienen un flujo de orina inusual. Si puedes "orinar sin sentarte" sin errores, no hay necesidad de revisar el asiento después.
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    Si no han colocado las toallas para ti en el cuarto de huéspedes, no asumas que las toallas elegantes en un baño compartido son para ti. Pregunta amablemente: "¿Qué toallas quieres que use?" Si te han dado el baño de visitas, aun así mantenlo limpio y siempre cuelga las toallas de forma ordenada.
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    Si compartes un baño, sé considerado. No cubras las toallas de tus anfitriones con tu toalla húmeda. Sin importar lo mucho que les agrades, es probable que no quieran descubrir que también compartes su toalla. No hurgues sus aparadores en busca de un cepillo o pasta dental, o champú. A menos que te digan lo contrario, no uses la cuchilla de afeitar, lociones o productos para el cabello. Mantén el espejo y el grifo limpios. Si tienes alguna enfermedad como tiña, ten cuidado de usar sandalias en la ducha y aplícate algún medicamento para no contagiarla a tus anfitriones. Una enfermedad no es el tipo de regalo de despedida por el que te agradecerán tus anfitriones.
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    Si los anfitriones tienen mascotas, sé respetuoso con sus necesidades también. No hagas que la mascota te imite ni la acostumbres a que le den palmaditas, tampoco le des demasiada atención si es evidente que se pone ansiosa. Algunas mascotas padecen enfermedades relacionadas al estrés como la diarrea después de recibir visitas en el hogar. No alimentes a la mascota con golosinas sin consultarlo primero con tu anfitrión.
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    Siempre ofrece tu ayuda para las comidas. No hay nada más enervante que tener invitados que se sienten a esperar expectantes durante todas las comidas. Este es el momento en el que una estancia se transforma de ser hogareña a como estar en un hotel. Eso no significa dejar al anfitrión fuera de la cocina, sino que implica recoger los platos, llevar los platos, ofrecerte a lavar o apilar los platos en el lavaplatos, limpiar las mesas y sacar la basura. Incluso podrías ofrecerte a cocinar una o dos comidas. Si no estás seguro de qué hacer, ¡pregunta! Incluso si el anfitrión te dice “¡Nada!”, insiste en hacer al menos una cosa. ¡Muy pocos anfitriones pueden rechazar esta oferta!
    • Esto es muy importante si tus anfitriones trabajan y tú no. No hay nada más probable de generar resentimiento que llegar a casa del trabajo después de un día duro y tener que cocinar para personas que han estado por ahí dando vueltas o relajándose todo el día.
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    • Si te tomas el tiempo de cocinar para ti, cocina lo suficiente para tus anfitriones, especialmente si usas los alimentos de primera necesidad y los insumos de la cocina de tus anfitriones.
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    No hagas suposiciones. A menos que te indiquen específicamente que “tomes lo que quieras” del refrigerador o de la despensa, siempre pregunta antes de tomar algo y nunca tomes lo último de algo. Esto se aplica especialmente a las sobras de cosas que no se reproducen fácilmente o a artículos caros. Si tienes que comer los alimentos de tu anfitrión cuando no esté disponible para dar su consentimiento, una buena idea es comprar más para reemplazar lo que comiste. A menudo, el nivel de importancia se basa en la conveniencia (por ejemplo, es más probable que tu anfitrión se moleste si el supermercado está muy lejos y comes lo último de algo a que si la tienda se encuentra a 2 cuadras de distancia y es de fácil acceso) y en el nivel de ingresos de tus anfitriones (por ejemplo, es menos probable que tus anfitriones se preocupen por el racionamiento de la comida si ganan mucho dinero y gastan sin siquiera preocuparse en comparación a alguien que gana muy poco dinero y vive con un presupuesto ajustado).
    • Ten en cuenta que muchas personas que ganan mucho dinero pueden tener con frecuencia huéspedes cuya actitud es la de que sus anfitriones pueden darse el lujo de pagar por ellos, así que puede ser una agradable sorpresa para tus anfitriones tener un huésped atento que se ofrezca a ayudar, incluso si la ayuda es rechazada.
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    • En la mayoría de casos, es probable que tus anfitriones no te digan nada si cometes un error como uno de estos, pero eso no significa que no se hayan dado cuenta. En un esfuerzo por evitar cualquier conflicto o inconveniente con tu anfitrión (o anfitriones), asume que “debes reemplazar lo que comas".
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    • Nota: comprar el mismo producto pero mantenerlo separado de los alimentos comunes, comerlo tú solo o llevarlo contigo cuando te vayas no significa reemplazarlo. Si eliges consumir los alimentos de tus anfitriones y ellos compran productos orgánicos, no los reemplaces por productos convencionales; en vez de eso, haz un esfuerzo por comprar productos similares para tus anfitriones o no consumas sus alimentos.
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    • No asumas que está bien revisar los armarios, cajones, etc. de tus anfitriones cuando necesites algo. Pregunta dónde puedes encontrarlo o si ellos te lo pueden dar.
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    Ten en cuenta las diferencias familiares, personales o culturales. Por ejemplo, es posible que seas un omnívoro que se quede con una familia vegana; sin embargo, siempre es amable probar lo que ofrezcan servirte. Sé respetuoso y no critiques las preferencias de tus anfitriones. Si comer un tipo específico de comida es una violación de tus creencias religiosas o culturales, por favor infórmalo a tus anfitriones antes de llegar. Sin duda apreciarán la advertencia y respetarán cualquier creencia cultural o religiosa que tengas. Además, si te educaron para creer que los hombres no realizan las labores domésticas y tus anfitriones piensan lo contrario, es tiempo de salir de tu zona de confort y contribuir con las labores domésticas como se espera de cualquier persona.
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    Recuerda que la esposa de tu amigo no es tu cocinera ni tu mucama y que si ella no se siente bien con tu estancia, tu amigo te mostrará la salida; así que reconócelo. Es irrelevante el tiempo que conozcas a tu amigo o si tratas a tu propia esposa como una mucama, tu amigo se pondrá totalmente de parte de su esposa si ve que actúas como un cerdo incomprensivo y tratas a su esposa como una mucama.
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    Habla el mismo lenguaje, literalmente. Si eres un huésped que habla un idioma extranjero, trata de no hacerlo mucho delante de tus anfitriones. Esto es una cortesía general que se aplica a otras situaciones; sin embargo, es más importante cuando los anfitriones que te alojan están presentes y tratan de entretenerte, o solo viven sus vidas con normalidad.
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    Ten cuidado con el uso del teléfono y del Internet. Si necesitas usar el Internet o teléfono en la casa de tus anfitriones, en lugar de suponer que puedes usar sus servicios, asegúrate de preguntarles primero si está bien para ellos. Si implica ciertos costos (especialmente con las llamadas de larga distancia), asegúrate de dejar el pago adecuado. Mejor aún, usa tu propio teléfono celular. Sin importar las consecuencias financieras, navegar en Internet toda la noche es muy grosero.
    • Si usas la computadora de tu anfitrión, sé considerado y solo revisa tus correos electrónicos o tus actualizaciones favoritas, después apágala y retoma la conversación.
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    • Si necesitas leer tu correo electrónico, ¿por qué no usas la señal de Internet de una biblioteca o un café local, o usas tu propia fuente de servicio itinerante móvil en lugar de las líneas de la casa de tus anfitriones? Esto será menos molesto y no interrumpirás su horario (por ejemplo, para la tarea de los niños, etc.).
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Parte 3 de 6: Sé independiente

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    Ofrécete para realizar contribuciones. Incluso si no comes en la casa de tus anfitriones, ofrécete para comprar los comestibles (después de todo, ¡aún necesitas papel higiénico!). Por lo general, este es el gasto adicional más agobiante para tus anfitriones. Recuerda que probablemente ya hayan comprado comestibles adicionales y hayan gastado mucho tiempo y dinero para estar listos para tu visita. Podrías financiar su siguiente viaje al supermercado o podrías ofrecerte para salir y comprar las cosas para ellos y para ti (pídeles una lista).
    • Si a tu anfitrión le avergüenza darte una lista, realiza contribuciones financieras de modo regular como acompañar a tus anfitriones al supermercado y pagar en la caja, o deja dinero en un lugar visible de forma regular con una indicación clara de que se utilice para los comestibles.
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    • Si tus anfitriones no quieren que contribuyas, aun así hazlo. Compra comestibles de forma regular que correspondan con los que ellos usan en la casa. Para las estancias más largas que duren más de un par de días, ¡ayudar con la cuenta de los comestibles es crucial!
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    • Sin importar la duración de tu visita, al menos ofrécete a llevar a tus anfitriones a cenar. Debe ser en un restaurante de su preferencia; aunque si lo sugieres de la forma correcta, también podrían disfrutar de un restaurante que prepare cocina local el cual ellos consideren te impresionarán como un visitante.
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    Lava tu ropa. No sientas pena de preguntar si está bien lavar tu ropa en la casa de tu anfitrión. Ellos comprenden que después de algunos días tendrás ropa interior sucia. No hagas que tu petición suene como si quisieras que ellos añadan tu ropa sucia al momento de lavar la suya. Además, nunca supongas que la lavadora o secadora se encuentran disponibles, siempre pregunta a tu anfitrión cuándo es el momento más conveniente para que laves tu ropa y destaca que no quieres interrumpir su rutina doméstica normal.
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    Entretente. Tus anfitriones te ofrecen su casa pero no necesariamente su tiempo. Deja que tus anfitriones te aclaren si tienen o no tiempo para llevarte a distintos lugares o para pasar tardes enteras contigo. Ellos pueden trabajar desde casa y tener que responder llamadas sin la televisión retumbando desde la otra habitación. También, pueden trabajar durante el día lejos de casa o trabajar en el turno nocturno y tener que dormir durante el día. No supongas que puedes contar con su generosidad para llevarte a lugares o mostrártelos.
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    Prepárate para tomar el transporte público y los taxis. Otra alternativa es alquilar un carro para ti, especialmente si planeas ver muchos lugares de interés locales o si eres más activo que tus anfitriones.
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    Tus anfitriones ya pueden haber visitado los lugares muchas veces, especialmente si viven en una ciudad que es un destino turístico. Si te llevan a los lugares que han visto, asegúrate de pagar la entrada si se cobra un cargo. Después de todo, hubieras tenido que pagar mucho más dinero si estuvieras en una visita organizada o si pagaras los gastos de alojamiento por estar allí. Los gastos por hacer turismo son gastos adicionales para tus anfitriones al ser un resultado directo de tenerte como huésped.
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    Tómate un tiempo libre para estar por tu cuenta y permitir que tus anfitriones pasen un tiempo para ellos sin tener que “entretenerte”. Si te vas a quedar con tus anfitriones por un cierto tiempo, es una buena idea programar regularmente ir a dar un paseo, o retirarte a tu habitación para leer un libro o tomar una siesta breve en un horario conveniente. De esa manera, los anfitriones pueden pensar en retomar las cosas que suspendieron mientras te quedas con ellos.
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Parte 4 de 6: No te conviertas en el huésped indeseado

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    No prolongues tu visita. Es posible que tus anfitriones no estén de vacaciones como tú (la mayoría tiene que trabajar mientras juegas) y aunque ellos te hayan invitado gentilmente a su casa, ya han reorganizado sus rutinas normales por ti. También, su hospitalidad requiere una inversión de tiempo, energía y dinero para gastos adicionales en comida, bebidas, servicios, entre otros. Si no estás seguro de la fecha de partida, mantén informados a tus anfitriones de las actualizaciones relevantes a medida que se desarrollen; tus huéspedes no deben adivinar o preguntarte cuál es tu itinerario de partida, especialmente si tu estancia dura más de dos semanas.
    • Una estancia breve es una estancia agradable y todos se sienten bien entre sí. Como dijo una vez Benjamín Franklin: “Después de tres días, el pescado y los invitados apestan”. Si te quedas por un periodo más prolongado, considera adoptar medidas sobre una base financiera, o encontrar formas de irte y quedarte en otro lugar por unos días para dar a tus anfitriones algo de tiempo a solas.
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    Si crees que eres una excepción a la regla porque eres amigo de la persona desde hace 20 años, no es así. ¿Crees que tu amigo que está casado y no tiene hijos quiere hospedar a tu familia con dos hijos por un periodo de tiempo prolongado? La respuesta probablemente sea no. Si crees que eres una excepción, continúa y “compruébalo”. Además, “comprobarlo” significaría preguntarle: “Qué te parece esta medida” frente a “Amigo, lamento que estemos aquí”. La última frase solo enuncia lo evidente y no es una forma útil de dar a tu anfitrión un canal conveniente para sugerir opciones alternativas de alojamiento.
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    Mantente aseado. Los familiares pueden tolerar los hábitos personales entre sí porque han tenido años para acostumbrarse a ellos (o aprender a tolerarlos). Anticipa que te bañarás a diario si eso es lo que hacen tus anfitriones y no te demores mucho, respeta que su ducha no la tuya; además, presta especial atención al olor corporal. Lo que puede ser “algo sin importancia” o “natural” en tu casa, puede ser ofensivo en la de tus anfitriones, y muchos anfitriones serán reacios a acercarte a ti por eso.
    • ¿Has trabajado afuera? ¿Has sudado o usado zapatos sin medias? Es probable que quieras mantener tus zapatos en la puerta, cambiar tu camisa y ponerte más desodorante. No te sientes en el sofá todo sudoroso después de una carrera larga. Siempre báñate tan pronto regreses de hacer ejercicio.
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    • Lava tus dientes en la mañana y en la tarde (o si has consumido alimentos con un olor fuerte como ajo o cebollas). También, ten en cuenta que tu ropa sucia conserva el olor, lávala lo más pronto posible.
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    Dúchate todos los días pero por corto tiempo, también es grosero acabarse el agua caliente o aumentar la cuenta de luz de tu anfitrión. Si tus anfitriones te piden que abras las ventanas después de bañarte para evacuar el vapor del baño y proteger la pintura del baño, hazlo cada vez que tomes una ducha caliente.
    • También, ten en cuenta que ducharte diariamente podría ser un lujo para tus anfitriones y podrías aumentar sus cuentas de agua y de calefacción de una forma que ellos no esperen, aprecien o no puedan pagar.
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    • Si sientes que debes bañarte con frecuencia, especialmente cuando tus huéspedes no lo hacen, muestra que valoras el gasto adicional al realizar una contribución en función a los gastos de manera anticipada para que no expresen una inquietud creciente sobre tu uso excesivo de la calefacción y el agua.
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    Haz todo lo posible para no contagiar nada a tus anfitriones. Si tienes algo contagioso, ten cuidado con tu higiene (usa sandalias de baño o gel de alcohol si tienes un resfriado). Si viajas con niños y ellos tienen algo contagioso, cancela tu viaje a menos que definitivamente tengas que ir. Nada es tan triste como una familia abatida por una gripe estomacal porque un huésped la haya traído a casa.
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    Limpia lo que ensucies de inmediato. No dejes tus platos sucios en el fregadero. Incluso si ves que tu anfitrión deja sus platos en el fregadero, hacerlo se considera muy grosero. Debes dejar la cocina más limpia de lo que la encontraste; sin embargo, se espera que laves tus platos tan pronto termines con ellos sin que te lo digan.
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    Cuando te levantes en la noche o muy temprano por la mañana, recuerda ser cuidadoso para no molestar a tus anfitriones. Además de preocuparlos y hacerlos creer que necesitan ayuda, esto da lugar a anfitriones cansados y a una molestia considerable. Golpear fuerte las puertas, encender las luces fuera de tu habitación o generalmente hacer mucho ruido asegurará que te recuerden como el huésped que nunca más querrán hospedar de nuevo. Eso está garantizado.
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    No mantengas despiertos a tus anfitriones hasta tarde. No importa cuánto haya pasado desde la última vez que los viste o cuántas historias emocionantes tengas que contarles. Deja que tus anfitriones se acuesten para que tengan un descanso nocturno decente. Es probable que te sientas muy emocionado por verlos que ni siquiera notes tu cansancio por el viaje, así que será beneficioso que también vayas a dormir a una hora razonable. Asimismo, no te levantes tarde ni hagas que tu familia anfitriona camine de puntillas a tu alrededor. Sé considerado. Lleva tus propios auriculares para escuchar música o para ver la televisión a fin de no molestar a tu anfitrión, que puede preferir un poco de tranquilidad o no compartir tu aprecio por la música o algunos programas de televisión.
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    Llega a casa a tiempo. A menos que hayas llegado a un acuerdo claro con tus anfitriones de que no entrarás ni saldrás como y cuando quieras, dales una idea del momento en el que regresarás. Si tus anfitriones te ofrecen una cena, llega ahí al menos media hora antes de la hora de la comida. Esto te da tiempo para colaborar con la comida, ayudar a poner la mesa o realizar otras labores domésticas. Si vas a llegar tarde a la comida, llama primero y da una explicación. Mejor aún, si has estado fuera haciendo turismo todo el día y sabes que llegarás tarde a la casa, no llegues hambriento al suponer que tu anfitrión te espera para alimentarte. Come mientras estés fuera o lleva la cena contigo a casa (¡una pizza es excelente!) que sea suficiente para tus anfitriones.
    • Sé muy silencioso cuando regreses tarde y si tienes una llave, úsala. Después, apaga las luces y asegúrate de cerrar la puerta detrás de ti.
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    No invites a otras personas a la casa sin aclararlo primero con tus anfitriones. Esto es solo una cortesía común, ya que eres un invitado en su casa. Invitar a tus amigos durante el día o para que pernocte sin el permiso de tu anfitrión no es adecuado. Respetar la autoridad de tus anfitriones sobre quién entra y sale de su hogar es primordial. No importa si los otros visitantes son personas agradables con las cuales estar o si estos son ruidosos y groseros, tener aún más personas en marcha puede ser una carga financiera adicional y una molestia, especialmente si no fueron invitados personalmente por tus anfitriones.
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Parte 5 de 6: Muestra agradecimiento

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    Sé apreciativo. Muestra aprecio por la comida local, por hacer turismo y por otras atracciones. No critiques o compares nada de una forma superior a como se realizan las cosas donde vives. Si tus anfitriones te ofrecieron una comida casera, muestra tu agradecimiento al ofrecerte para encargarte de la siguiente comida. Si tus anfitriones son lo bastante atentos para haberte preparado una habitación especial para ti (por ejemplo, darte juguetes para tus hijos), asegúrate de regresar los juguetes tal como te los prestaron (con las partes intactas, en las cajas correctas, etc.) para que no tengan que perder tiempo en reordenarlos después de que te vayas.
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    Deja un regalo de agradecimiento cuando partas. Una vez más, nada muy costoso si tuviste una estancia corta, solo una muestra pequeña de tu aprecio para mostrar que valoraste su hospitalidad. El valor del regalo debe ser relativo a la duración de tu estancia. Algunos detalles lindos son flores, una botella de vino, bayas frescas o una carta escrita a mano.
    • Haz tu tarea y trata de elegir algo que sepas les agradará.
    • Reflexiona sobre cómo te gustaría que te recuerden tus anfitriones. ¿Quieres que te vuelvan a invitar?
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    • Si no puedes ir a una tienda para comprar un regalo adecuado, considera hacer que les entreguen flores. Recuerda que ciertas flores en algunas culturas se asocian con el luto, muestra sensibilidad y sentido común.
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    No te comportes como si fuera tu propia casa. Sé respetuoso con sus objetos personales y adáptate al estilo de vida de tus anfitriones. Puede haber niños, mascotas, padres ancianos, etc. en la casa con los que no puedas estar acostumbrado a vivir. Después de todo, ¡sin duda sabías esto antes de ir! Disfrútalo y trata de aprender algo de la experiencia. Además, ten mucho cuidado con tu lenguaje alrededor de los niños más pequeños. Ellos recordarán y repetirán todo lo que digas, ya sea bueno o malo. Adáptate a su estilo de vida en lugar de esperar que ellos se adapten a la tuya.
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Parte 6 de 6: A la partida

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    Cambia la ropa de cama cuando partas. No te estás quedando en un hotel y tu anfitrión tendrá que lavar tus sábanas y toallas cuando te vayas. Hazlo más fácil al quitar las sábanas, fundas de las almohadas y cualquier otra ropa de cama. Colócalas en una pila ordenada al pie de la cama o en el cesto de la ropa sucia. Mejor aún, empieza a lavarlas por tu anfitrión. Después de todo, probablemente ya hayas lavado tu propia ropa durante tu estancia, así que estarás familiarizado con usar la lavadora y secadora. Durante tu visita, si te has quedado el tiempo suficiente para tener que lavar tus sábanas, hazlo tú mismo y vuelve a tender tu cama.
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    Asegúrate de incluir los gastos de los servicios y los productos de limpieza dentro de cualquier remuneración que des a tus anfitriones. ¿Tu anfitrión usa un servicio de limpieza? Ofrécete a pagarlo. Incluso podrías ofrecerte a contribuir con los gastos de los artículos de limpieza y de lavandería (especialmente si tu anfitrión vive en un edificio de departamentos donde sea costoso usar secadoras o lavadoras que funcionan con monedas).
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    Márchate en silencio y con cuidado. Si tienes que salir muy temprano por la mañana, despídete la noche anterior. Si partes a altas horas de la noche o temprano por la mañana, reserva tu propio transporte. No esperes que el anfitrión te lleve al aeropuerto o estación de bus a menos que él lo sugiera, incluso si te vas a una hora razonable. Si partes cuando los anfitriones están en el trabajo o fuera, asegúrate de realizar los arreglos previos para dejar las llaves en un lugar seguro y de saber con certeza cómo cerrar el lugar correctamente.
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    Envía una nota de agradecimiento. Envía una tarjeta pequeña o una tarjeta electrónica para dar las gracias cuando regreses a casa. Sí, son muchos agradecimientos, pero es educado reconocer el hecho de que tus anfitriones te abrieron su casa; además, esto mantiene una posibilidad abierta para otra estancia si todos recuerdan tu visita cordialmente. Esto es muy importante cuando sabes que el momento de tu visita no fue el ideal para tu anfitrión, pero aceptó alojarte de todos modos.
    • Un ejemplo de un momento no ideal para visitar por un periodo de tiempo prolongado es antes de la boda de tus anfitriones u otros hitos familiares importantes. También, es muy importante agradecer de manera explícita si no ayudaste con las comidas, la limpieza o si no ofreciste ayudar económicamente durante tu estancia.
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Consejos

  • Algunos anfitriones son muy exigentes con el orden y la limpieza. Además de ser lo más ordenado que puedas, también ten cuidado con ofrecerte a hacer la limpieza por ellos, excepto para ordenar tus cosas, recoger la mesa o lavar los platos. Si notas (después de haber estado allí un par de días) que es necesario barrer el suelo o aspirar la alfombra, ofrécete a hacerlo. Determínalo según lo que sepas de tu forma habitual de limpiar la casa, y sé considerado y discreto.
  • A veces, con ciertas diferencias entre tu estilo de vida y la de tus anfitriones, puedes sentir como si lo ofendieras; sin embargo, recuerda que es posible llegar a un acuerdo tolerante para una estancia agradable. Sé abierto, honesto y considerado. Si se hace evidente que tu estancia es irritante, habla con tu anfitrión sobre cómo podrías hacer las cosas más agradables para ellos.
  • Algunos anfitriones no estarán radiantes y contentos a primera hora de la mañana; además, pueden estar acostumbrados a pasar un tiempo a solas en silencio. Si no estás seguro, peca por darle mucho tiempo a solas a tu anfitrión, pueden estar acostumbrados a ello.
  • Presta atención a las instrucciones de seguridad en la casa de tu anfitrión; no querrás exponerlo a una prestación de seguro si no la cierras correctamente. Cuida muy bien de cualquier llave que te presten. Ofrécete a reemplazar lo que utilices.
  • Si tienes necesidades dietéticas especiales, lleva tu propia comida. Ofrécete a cuidar de tus necesidades dietéticas especiales y sé claro sobre lo que esto significa como en la preparación de la comida. Sin embargo, tienes que estar listo para prepararla tú mismo. Si no has podido llevar los productos contigo, pregunta a tu anfitrión dónde puedes comprarlos.
  • A algunos anfitriones les gustan los huéspedes que se ayudan a sí mismos y que por sí solos se sienten como en casa. Por ejemplo, a algunos les gustará que compres tus propios bocadillos, mientras que a otros no. Trata de averiguar si a tu anfitrión le gusta que lo hagas o no.
  • Siempre ofrécete a ayudar en la cocina. Sé sensible, si resulta evidente cuando ofrezcas tu ayuda que tu anfitrión es un cocinero que trabaja solo en la cocina, entonces déjalo solo. Si este es el caso, existen otras maneras de ayudar en la casa. Sé lateral al pensar en maneras de ayudar. Respeta sus costumbres y opciones, tal y como te gustaría que respetarán las tuyas en tu casa.
  • Siempre sé generoso. Recuerda que es insultante para tu anfitrión hacer un gesto simbólico que solo cubra un porcentaje pequeño de sus gastos, a menos que puedas devolver el favor en un periodo de tiempo corto. Cuando le entregues una donación en efectivo para el gas y la comida, asegúrate de reconocer los gastos adicionales debidamente, como aquellos para encontrarse contigo en el aeropuerto (por ejemplo, el estacionamiento, los gastos de los viajes de un día a los te puedan haber llevado, así como los servicios y alimentos básicos). De lo contrario, corres el riesgo de hacer que tus amables anfitriones se sientan menospreciados y "usados".
  • Si tu anfitrión se ofrece para transportarte, ¡por lo menos paga la gasolina! Recuerda que para ellos es un viaje de ida y vuelta cuando te recogen o te llevan al aeropuerto o a la estación de bus. Sin duda, aun así es más barato para ti que tomar un autobús o un taxi, y no debe ser a expensas de tu anfitrión.
  • Es preferible realizar donaciones con regularidad durante tu estancia, en el momento en que se generen los gastos. Tus anfitriones apreciarán esto, verán tu gratitud "en el momento", y así podrán reconocer y agradecerte de inmediato por realizar contribuciones regulares.
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Advertencias

  • Siempre mantén tus objetos personales (ropa, juguetes, billetera, etc.) fuera de las áreas comunes. Es posible que el anfitrión no sea la persona más ordenada del mundo; sin embargo, ciertamente detestará ver tus cosas abarrotadas en las mesas de la cocina, sala de estar o comedor.
  • No interpretes su bienvenida a la casa como un permiso para entrar en las habitaciones, buscar en los armarios o inmiscuirse en cualquier área en la que no se te haya sido invitado de forma explícita. Respeta la privacidad de tu anfitrión al pecar por exceso de precaución, incluso cuando visitas a amigos o familiares.
  • Nunca critiques o chismees sobre tus anfitriones, sus hogares o familiares, sobre todo durante tu estancia. Es irrespetuoso y grosero. Solo te declararás un huésped ingrato, poco probable de ser invitado incluso por aquellos con los que chismees. Evita chismear sobre otros anfitriones que puedas haber tenido, eso hará que tus anfitriones actuales se pregunten sobre qué dirás acerca de ellos.
  • No seas tacaño. A nadie le gusta una persona tacaña, especialmente no un huésped tacaño (y arrogante). Si realmente tienes problemas financieros, sé humilde, muestra agradecimiento y ofrécete a hacer cosas en la casa. Si realmente tienes problemas financieros, debes sentirte aún más agradecido de que tu amigo y su familia estén dispuestos a ayudarte en un momento de necesidad. Lo que no debes hacer es irte al sofá después de una comida que prepararon para ti, sin ayudar con la limpieza u otras tareas y dejar nada más que una nota de agradecimiento. Si no fuiste útil, al menos debes estar agradecido; sin embargo, no ser útil ni agradecido después de permanecer en la casa de tus amigos durante dos meses con dos hijos inmediatamente antes de la boda de tus amigos... eso es una pesadilla para un huésped.
  • No lleves una mascota, incluso una mascota de fuera, sin preguntar. Si tu anfitrión parece vacilante cuando le preguntas sobre llevar a tu mascota, entonces no lo hagas. No todos aman a tu perro tanto como tú. Si te permiten llevar a tu mascota, limpia lo que ensucie regularmente.
  • Siempre reemplaza lo que dañes. Incluso si fue un accidente, eres responsable y debes hacer lo correcto por tu anfitrión al arreglar el objeto, reemplazarlo o dejar una reparación monetaria. Al hacerlo, demuestras que respetas las posesiones de los demás. No tratarlo puede generar que recuerde el problema por el resto de su vida, lo que sin duda se transmitirá en los círculos de familia o amigos.
  • Sé útil y recuerda que eso significa hacer las cosas que tus anfitriones normalmente deberían hacer. Ser útil significa que le ahorras tiempo, energía u otros gastos a tu anfitrión. Si visitas a tu anfitrión con dos niños y a ellos se les cae la comida por todo el suelo cuando comen, y todos los días pierdes tiempo barriendo el piso, entonces no eres "útil". Serlo es limpiar lo que ensucia tu familia. Asimismo, si sacas la basura pensando que estás siendo útil, debes reconocer que tu familia de cuatro que está de visita y come 3 comidas al día en la casa de tus anfitriones acumula mucha más basura que tus anfitriones, los que están casados sin niños y están en el trabajo durante todo el día. Si te hospedas en casa de tus amigos por 2 meses y cocinas solo para tu familia y no contribuyes económicamente, limpiar lo que ensucie tu familia y sacar la basura es lo menos que puedes hacer.
  • ¿Tus anfitriones te invitaron para esta visita o te invitaste? Si te has invitado, este es el caso más frecuente, estos pasos son fundamentales para que puedas regresar para otra visita. Incluso si tus anfitriones te invitan, ten en cuenta todos estos pasos y realmente hazlos. Recuerda que tú estás de vacaciones, pero ellos no. Ofrece tu ayuda hasta el final de tu estancia. Tus acciones, o falta de ellas, se guardarán en la memoria de tus anfitriones, y buena o malas, ¡las recordarán cuando preguntes si puedes volver!
  • Si tu pareja y tú no hablan entre sí acerca de algo importante, eso es una forma segura de buscarse problemas cuando pasen un periodo de tiempo significativo bajo el techo de tus amigos. La esposa no debe suponer que el esposo ofreció algo para la estancia (o que expresó su gratitud por cualquier otro medio) y el esposo no debe suponer que las labores de la esposa en la casa compensen la estancia, especialmente si estuvo muy ocupada bañando a los niños, porque en realidad el esposo no se ofreció y el que alguien que limpie lo que tu familia ensució no fue más que una expectativa para los anfitriones... con ello, tus anfitriones se quedarán dándole vueltas al asunto preguntándose qué te ocurre a ti y a tu esposa.
  • Si no conoces mucho la ciudad, pide a tu anfitrión que te acompañe en tus salidas para que no te pierdas.


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Categorías: Relaciones sociales