Cómo tratar la cirrosis

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   Deja de beber alcohol para preservar tu hígado. El alcohol es una de las substancias más dañinas que puedas poner en tu cuerpo en lo que concierne a la salud de tu hígado. Si quieres recuperarte de la cirrosis, tendrás que dejar de beber alcohol. Incluso si el alcohol no es lo que causó tu cirrosis, aun así puede acelerar la enfermedad. También deberías evitar las bebidas que puedan empeorar el daño hepático como las que contienen cafeína y las carbonatadas.^[1]
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   Aléjate de los alimentos ricos en sodio. Para evitar la formación de edemas o de ascitis, elige comida con un mínimo de sal o sin ella. Trata de seguir una dieta no muy condimentada a todo costo. Puedes elegir adornar tus alimentos con otras hierbas y especias más saludables en caso no toleres comer alimentos sin mucho sabor.^[2]

   • Recuerda que el exceso de sal puede causar mucha retención de fluidos, lo que puede hacer trabajar de más a tu hígado dañado.
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   Sigue una dieta saludable y bien balanceada. Comer una comida con una combinación de frutas y vegetales frescos ayudará a combatir la malnutrición. Puedes banquetearte con carne magra y pescado al igual que con alimentos ricos en proteína como las legumbres y las aves. También asegúrate de comer carbohidratos. Cuando el hígado está dañado no puede acumular glucógeno, así que los doctores recomiendan a los pacientes que coman alimentos ricos en carbohidratos entre comidas.^[3]

   • Algunos bocadillos excelentes que te ayudarán a mejorar tu consumo de carbohidratos incluyen las galletas saladas, los cereales, las tortas de té, las frutas y las bebidas lácteas.
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   Protégete de las infecciones. Lávate las manos con regularidad, toma multivitamínicos y vacúnate contra la hepatitis B y C. Evita los lugares con mucha gente y aléjate de las personas que estén muy enfermas.
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   Ten cuidado con el consumo de medicinas sin prescripción para luchar contra los dolores de cabeza y otros dolores corporales. Recuerda que una vez que tu hígado esté dañado, le costará mucho descomponer los elementos de una medicina.

   • Consulta con tu doctor antes de tomar paracetamol, aspirina u otros medicamentos contra el dolor.
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   Si tienes sobrepeso, ejercítate. Los pacientes con sobrepeso y cirrosis deben ejercitarse con regularidad para evitar el consumo del tejido muscular, el cual puede ocurrir cuando se daña el hígado. Trata de ejercitarte tres veces a la semana durante al menos 30 minutos al día. Algunas excelentes maneras de ejercitarse incluyen caminar rápidamente, la natación y el ciclismo.
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El medicamento prescrito dependerá de la causa específica del daño hepático. A los pacientes se les aconseja evitar drogas antiinflamatorias que no sean esteroides, como el ibuprofeno y la aspirina, pues pueden causar más daño hepático.

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   Toma medicamentos para aliviar los distintos síntomas de la cirrosis inicial. Si la cirrosis se detecta en la etapa inicial, los factores que causan el daño hepático pueden ser tratados en vez de la cirrosis en sí. Una vez que las causas se eliminan, la cirrosis también desaparece.^[4]

   • A menudo se prescriben diuréticos para tratar la acumulación de fluidos.
   • También se prescribe vitamina K para los problemas de sangrado.
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   Toma medicamentos inmunosupresores. El sistema inmunológico debería suprimirse usando corticoides pues esto ayuda a reducir la inflamación del hígado. Los corticoides incluyen la prednisolona, que puede administrarse en dosis de 5mg mediante una píldora diaria. Esta dosis puede incrementarse a 20mg diarios.^[5]
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   Inmunízate. Los pacientes que sufren de cirrosis deben inmunizarse contra la hepatitis A y B. La vacuna se hace de virus muertos de hepatitis A y B que hace que el sistema inmunológico fabrique anticuerpos contra ellos. Hay una combinación que consiste de una vacuna tanto contra la hepatitis A como contra la B que se llama Twinrix. Las investigaciones muestran que actualmente no hay vacuna contra la hepatitis C.^[6]

   • Los medicamentos antivirales también pueden usarse para erradicar la hepatitis B y C. Esto incluye la lamivudina, que los pacientes con hepatitis crónica deberían tomar en dosis de 100mg al día durante un año. Sin embargo, estas drogas se usan con mucha cautela, pues podrían deteriorar la condición del paciente.
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