¿Alguna vez has comprador un par de zapatos solo para darte cuenta de que los cordones son demasiado largos? Esto no solo puede hacer que los pises y los dañes, sino que podrías tropezarte y lastimarte. Pero eso no significa que debes ir a comprar cordones nuevos. Puedes acortarlos con algunos materiales sencillos que de seguro tienes en casa y dejar de preocuparte de una posible caída atroz.

Método 1
Método 1 de 3:
Medir y cortar los cordones

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    Ponte los zapatos. Si bien puedes calcular cuánto tienes que cortar de cada cordón a simple vista, por lo general es mejor probarte los zapatos para ver la cantidad que sobra a cada lado. Átate los cordones como lo harías normalmente de modo que te sientas cómodo y observa el largo para decidir en qué lugar los cortarás.[1]
    • Considera la forma en que prefieres atar tus cordones antes de decidir cuánto del largo cortarás. Si no quieres hacerles un nudo doble, crea un nudo normal y observa cuánto sobra a cada extremo.
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    Crea una marca en los cordones. Tendrás que saber exactamente en qué lugar cortar los cordones, así que es buena idea marcarlos. Con un rotulador, crea líneas en cada extremo para indicar dónde cortar lo que sobra.[2]
    • Puedes tener los zapatos puestos cuando marques los cordones, pero por lo general es más sencillo utilizar una regla para medir cuánto vas a cortar a cada lado mientras los tienes puestos y luego sacártelos para hacer la marca.
    • Generalmente, los cordones tienen tallas estándares según el tamaño, por ejemplo, de 70, 100 o 140 cm (30, 40 o 54 pulgadas). Por lo tanto, una vez que sepas cuánto del largo te sobra, podrás marcar todos tus cordones en el mismo lugar en el futuro.
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    Corta los cordones. Normalmente, es fácil cortar los cordones, así que puedes emplear cualquier tijera que tengas en casa. Sin embargo, será mejor que te asegures de que esté bien afilada a fin de que los cordones no se deshilachen demasiado cuando los cortes. Ten en cuenta las marcas que creaste para asegurarte de cortar en el lugar correcto.[3]
    • No cortes solo uno de los lados de los cordones. Si lo haces, tendrás un extremo con herrete y otro sin él, y el cordón quedará disparejo cuando lo vuelvas a colocar en el zapato.
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    Considera cortar lo que sobra del centro del cordón. En lugar de cortar el exceso de cada lado para luego tener que encargarte de los extremos, puedes deshacerte de lo que sobra en la parte central del cordón. De esta manera, tendrás dos partes con un herrete en uno de sus extremos y solo tendrás que atarlas para unirlas.[4]
    • Ponte los zapatos, utiliza una regla para medir cuánto sobra a cada lado, suma las cantidades y corta el resultado del medio del cordón.
    • Une ambas partes con un nudo ajustado y coloca un poco de pegamento instantáneo para asegurarlas mejor. Si sobra un poco de cordón luego de hacer el nudo, córtalo. También puedes coser ambas partes para unirlas.
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Método 2
Método 2 de 3:
Encargarse de los extremos

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    Envuelve los extremos con cinta adhesiva. Coloca un pedazo de cinta adhesiva en una superficie plana, con el lado pegajoso hacia arriba, y coloca el cordón cerca del centro. Tómate tu tiempo para enrollar la cinta alrededor del extremo del cordón a fin de darle un acabado resistente al herrete. Si alguna parte del cordón sobrepasa el borde de la cinta, córtalo con la tijera.
    • Puedes colocar unos puntos de pegamento bajo el extremo de la cinta antes de sellarla en el cordón a fin de que el herrete sea más resistente.
    • Al usar cinta adhesiva en los extremos de los cordones, puedes obtener un acabado similar al de los herretes de plástico que tienen los cordones de tiendas. Se ven tan parecidos que, si deseas, puedes cortar lo que sobra de solo uno de los lados en vez de ambos y no se notará la diferencia.
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    Aplica pegamento a los extremos. Cubre los extremos de los cordones con un poco de pegamento y, una vez que se empiece a secar, aplica presión en el área de modo que el material lo absorba y se vuelva más angosto. Una vez que el pegamento se seque por completo, puedes cortar el exceso del cordón y aplicar una capa delgada adicional para hacerlo más duradero y darle un mejor acabado.
    • No utilices pegamento instantáneo, como de la marca “Super Glue”, ya que se pegará con tu piel y no podrás darles forma a los extremos del cordón.
    • El mejor pegamento para este propósito es uno con solvente a base de acetona, como el Cemento de goma de Elmer. Este tipo de producto se torna traslúcido al secarse y es resistente al agua, de modo que es ideal para la creación de herretes.
    • Si no tienes pegamento a la mano, puedes utilizar un esmalte para uñas traslúcido.
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    Utiliza un tubo termorretráctil. Por general, este material se emplea para aislar conexiones eléctricas, por lo cual es lo suficientemente resistente y flexible como para cumplir la función de un herrete. Tendrás que cortarlo del largo de un herrete, que suele medir aproximadamente 1,2 cm (1/2 pulgada). Desliza una sección en cada uno de los extremos de los cordones y sostenlas sobre la llama de una vela, un encendedor o cualquier otra fuente de modo que el material se contraiga.
    • Elige un tubo con un diámetro suficientemente ancho como para que quepa el extremo del cordón. Por lo general, bastará con uno de 4 o 5 mm.
    • Al momento de colocar el tubo en el extremo del cordón, es buena idea girarlo ligeramente de tal manera que el material no se deshilache.
    • Encoger el tubo no requiere tanto calor, así que asegúrate de sostenerlo a una buena distancia de la llama. Si empieza a humear o burbujear, quiere decir que está demasiado caliente.
    • Si tienes una plancha para el cabello pequeña, puedes utilizarla para calentar el tubo de manera segura. Con cuidado, presiona cada uno de los tubos por entre 5 y 10 segundos para encogerlos y darle el toque final al cordón.
    • Un tubo termorrectráctil traslúcido te dará un acabado más similar al de los herretes de fábrica.
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    Derrite los extremos. Si los cordones están hechos de un material sintético, puedes derretir cada extremo para crear una punta pareja y sellada. Sostén uno de los extremos sobre la llama de una vela, un encendedor o cualquier otra fuente y derrite el material lo suficiente como para sellar el borde.
    • Asegúrate de no sujetarlo demasiado cerca de la llama o podrías quemar todo el cordón. Es mejor hacer este paso sobre el lavamanos en caso de que se produzca un pequeño incendio.
    • No toques la parte del material una vez que empiece a derretirse, ya que podría pegarse a tu piel.
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Método 3
Método 3 de 3:
Colocar los cordones en los zapatos

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    Empieza en los ojales inferiores. Siempre debes empezar a colocar los cordones en los ojales que están más cerca de la punta del zapato. Así podrás pasar los cordones por cada par de ojales para ajustarlos de tal manera que te sientas cómodo. Colócalos de esta manera y acomódalos hasta que el largo sea igual a ambos lados.[5]
    • Sin importar el método que emplees para crear los herretes de los cordones, asegúrate de darles el tiempo apropiado para secar o enfriarse antes de colocarlos en tus zapatos.
    • Muchos zapatos tienen dos filas de ojales paralelos; una más cerca de la lengüeta que la otra. Si tienes pies anchos, utiliza la fila que está más cerca de la lengüeta a fin de darle más espacio cada pie. Si tienes pies delgados, coloca los cordones en la hilera que está más alejada de la lengüeta a fin ajustar mejor tus zapatos.
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    Cruza los cordones. Si bien existe una gran variedad de formas de colocar los cordones, cruzarlos es una de las más empleadas. Una vez que termines de pasar los cordones a través de los ojales de abajo, jala el cordón del lado derecho hacia el siguiente ojal del lado izquierdo y haz lo mismo con el de la izquierda. Continúa alternando los lados hasta llegar al último par de ojales.[6]
    • Por lo general, cruzar los cordones te da un acabado más cómodo, ya que de esta manera quedan cruzados en el espacio que queda entre ambos lados del zapato en lugar de presionar tus pies.
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    Ata tus cordones. Podrás hacerlo de la manera normal, excepto que esta vez no tendrás que crear un nudo doble, ya que los cordones estarán más cortos. Una vez que termines, te darás cuenta de si los cortaste lo suficiente.[7]
    • Si los cordones aún están muy largos, vuelve a cortarlos y repite los pasos para crear los herretes.
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Consejos

  • Deja fluir tu creatividad al emplear cinta adhesiva o un tubo termoretráctil para crear los herretes para tus cordones. Ambos se encuentran disponibles en una variedad de colores, por lo que será fácil personalizarlos en honor a tu escuela o a tu equipo deportivo favorito, o utilizando tus colores favoritos.
  • Si te preocupa quemarte los dedos al utilizar fuego para sellar los extremos de los cordones, utiliza guantes de jardinería u otros parecidos que te permitan manipularlos con destreza mientras te protegen. Asimismo, puedes emplearlos para no lastimar tu piel si vas a utilizar pegamento para darle los toques finales a los herretes.
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Advertencias

  • Si vas a utilizar fuego para darle los toques finales a tus cordones, ten un extinguidor a la mano. Recuerda que las llamas pueden salirse de control fácilmente.
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Cosas que necesitarás

  • zapatos
  • cordones
  • tijera
  • rotulador
  • cinta adhesiva
  • pegamento con solvente a base de acetona o esmalte para uñas
  • tubo termorretráctil
  • encendedor, vela o fósforo

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Categorías: Trucos para el calzado
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