Quizás sea difícil mantener limpios los zapatos blancos, sobre todo si sales con frecuencia. Los zapatos de cuero blanco incluso son más difíciles de limpiar, ya que los químicos, como el amoniaco, pueden provocar una decoloración indeseada y no puedes lavarlos en la lavadora. Afortunadamente, existen algunos métodos naturales para limpiarlos con productos caseros como pasta de dientes, vinagre blanco y aceite de oliva. Si usas las técnicas adecuadas y dedicas un tiempo para proteger y darles mantenimiento a los zapatos, puedes lograr que siempre luzcan como nuevos.

Método 1
Método 1 de 3:
Usar pasta de dientes

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    Quita el exceso de suciedad o de lodo. Raspa el exceso de suciedad que haya quedado y no se haya impregnado en el cuero. Limpia todo el zapato con un cepillo suave de nailon o con un paño de algodón. De esta forma, la mayor parte del polvo y la suciedad seca se aflojará y se eliminará de la superficie.[1]
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    Quita los cordones de los zapatos. Remoja los cordones en un tazón con agua tibia y detergente para ropa o colócalos en la lavadora. Será más fácil limpiarlos si los quitas mientras limpias el resto del zapato.[2]
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    Humedece el exterior del zapato con un trapo o una toalla. Humedece el trapo, pero no lo empapes. No debes saturar el cuero porque puede dañarse a largo plazo. Frota el paño húmedo en todo el zapato para quitar la suciedad inicial.[3]
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    Frota un poco de pasta de dientes sobre las manchas y rasguños. Asegúrate de usar una pasta blanqueadora que no sea en gel y que no contenga colorantes artificiales que puedan manchar los zapatos. Aplica un poquito de pasta en las áreas problemáticas y empieza a frotarla en el cuero con los dedos.[4]
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    Restriega las manchas con un cepillo de dientes. Frota la pasta con movimientos circulares pequeños hasta que la mancha desaparezca. Limpia de esta forma todo el zapato.[5]
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    Limpia la pasta de dientes con una toalla. Asegúrate de quitar toda la pasta que haya quedado después de limpiar. Si tienes dificultades para quitarla, humedece el trapo con un poquito de agua tibia y pásalo en el zapato para eliminarla.
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    Seca los zapatos. Después de eliminar toda la pasta, limpia los zapatos con un paño de microfibra o un trapo. Puedes repetir el procedimiento de limpieza si los zapatos aún lucen sucios. Déjalos secar por completo antes de guardarlos.[6]
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Método 2
Método 2 de 3:
Usar vinagre y aceite de oliva

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    Combina un poco de vinagre y aceite de oliva en una botella con atomizador. Vierte ¼ de taza (60 ml) de vinagre y ½ taza (120 ml) de aceite de oliva en una botella mediana con atomizador y agítala con fuerza.[7]
    • La solución se separará, así que debes asegurarte de agitarla mientras la uses.
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    Rocía la solución sobre los zapatos. Cubre bien todo el zapato. Aplica un poco más en las áreas decoloradas o sucias.
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    Deja reposar la solución durante cinco minutos. El cuero deberá absorberla, lo cual sacará a relucir las manchas o la suciedad incrustada en el material.[8]
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    Limpia la solución con un paño seco. Cuando limpies la solución de vinagre, las manchas también deberán desaparecer. Usa un paño suave de microfibra o de algodón para evitar crear más rasguños. Sigue limpiando hasta que el zapato luzca seco y la solución haya penetrado en el cuero.[9]
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Método 3
Método 3 de 3:
Evitar las manchas en los zapatos

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    Aplica un producto impermeabilizante en los zapatos. Estos productos protegerán los zapatos y evitarán que se dañen con el agua. Puedes encontrarlos en forma de aceite, cera y aerosol. Lee las instrucciones que se incluyan y síguelas al pie de la letra. Por lo general, debes aplicar el producto en todo el zapato y dejarlo secar antes de aplicar otra capa.[10]
    • No olvides limpiar el zapato antes de aplicar el producto.
    • Algunas marcas populares de impermeabilizantes para cuero son Meltonian, Obenauf, Scotchguard y Jason Markk Repel.[11]
    • Asegúrate de que el producto esté diseñado para cuero, no para gamuza.
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    Limpia los zapatos en cuanto se ensucien. Una forma fácil de mantener la apariencia de los zapatos blancos es limpiar zonas específicas. Limpia con un trapo húmedo o una toalla de papel los rasguños, las marcas y la suciedad en cuanto aparezcan. Revisa los zapatos todos los días cuando llegues a casa después del trabajo o la escuela y quítales los residuos.[12]
    • Mientras más cuidadoso seas para limpiar las manchas con frecuencia, menos tendrás que limpiar el cuero blanco.
    • Si las manchas son más profundas, puedes usar un jabón para platos que sea suave y sin colorantes, y un cepillo de dientes para eliminar la suciedad.
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    Mantén los zapatos en el interior y lejos de la luz solar directa. La luz solar podría darles un tono amarillento y dañar el cuero. Para preservarlos, guárdalos en algún lugar oscuro y fresco de la casa cuando no los uses.[13]
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Cosas que necesitarás

  • trapo de algodón
  • pasta de dientes
  • aceite de oliva
  • vinagre blanco
  • botella con atomizador
  • cepillo de nailon (opcional)
  • paño de microfibra (opcional)
  • producto impermeabilizante (opcional)

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Categorías: Trucos para el calzado
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