Alentar a los demás es un aspecto importante a la hora de ser un buen líder, miembro de familia y amigo. Todas las personas hacen su mejor esfuerzo en el mundo y, en ocasiones, una palabra agradable de aliento puede ayudar a los demás a no sentirse solos. Saber cómo alentar a los demás puede ser difícil, pero si elogias sus acciones que facilitan tu vida y proporcionas críticas constructivas, podrás comenzar a alentar a las personas de tu vida con facilidad.

Método 1
Método 1 de 3:
Demostrar que valoras a los demás

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    Menciona las tareas que se completen sin que tengas que pedirlo. Si tus empleados o hijos se han ocupado de sus responsabilidades sin que tengas que pedirlo, significa que toman la iniciativa y deciden por cuenta propia. Tu aliento reforzará el comportamiento y hará que estén más predispuestos a seguir haciendo cosas sin que tengas que pedirlo.[1]

    Por ejemplo:

    Elogia a tu hijo si ha hecho la tarea sin que tengas que recordárselo.

    Dile a tu empleado que has notado que ha entregado un informe u hoja de tiempo, cuando generalmente debes recordárselo.

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    Elogia las acciones que facilitan tu día. Piensa en las cosas que las personas hacen que hacen que tu día transcurra con mayor facilidad. Quizás tus empleados resuman un informe para que te resulte más fácil leerlo o un vecino te avise que la ventanilla de tu auto está cerrada. Agradecerles a las personas por sus acciones que tienen un impacto positivo en ti te permitirá alentarlos a seguir comportándose de esa forma en el futuro.[2]
    • Puedes decir “Mi mañana ha sido mucho más sencilla gracias a que has resumido el informe para que lo lea. ¡Muchas gracias!”.
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    Elogia las acciones que requieren mucho esfuerzo. Las personas adoran saber que su trabajo duro se valora. Si observas una acción que ha requerido mucho esfuerzo, asegúrate de decirle a la persona que lo has notado. Esto puede ser tan simple como que tu compañero de cuarto limpie toda la casa o puede ser algo más complejo, como que tu secretario haya organizado la agenda para el mes siguiente.[3]
    • Utiliza frases como “Sé que esto te ha tomado mucho tiempo. Solo quería decirte que observo y valoro el esfuerzo que haces”.
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    Procura que las críticas sean constructivas. En ciertos momentos, tendrás que criticar a las personas con respecto a su desempeño, y eso está bien. Sin embargo, asegúrate de hacerlo de manera constructiva para que pueda aprender de sus errores, en vez de acumular resentimientos hacia ti. Además, siempre debes brindar la crítica constructiva en privado para evitar que la persona en cuestión se sienta avergonzada.[4]

    Consejo: utiliza un formato de “sándwich de elogios” a la hora de brindar tus críticas. Esto consiste en decir algo positivo que aliente a la persona, transmitir la crítica constructiva, y luego decirle otra palabra alentadora y positiva.

    Por ejemplo: “Valoro mucho la forma en que has escrito el trabajo antes del plazo. La próxima vez, creo que deberías ejecutar el corrector ortográfico para que esté incluso más pulido. Pero en general, tu tema es sólido y los ejemplos que has utilizado indican que has hecho una buena investigación".

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    Enfócate más en las cosas positivas que en las negativas. Al observar las cosas que se hacen bien y restarles importancia a las cosas con las que no estás tan satisfecho o no te gustan, es muy probable que sigas observando el mismo comportamiento positivo y respuesta. Siempre debes resaltar el buen comportamiento y enfocarte en las acciones que transmitan una imagen positiva de la persona.[5]
    • Una vez que comiences a observar los comportamientos positivos, te resultará mucho más fácil enfocarte en ellos. Filtra tu mente para concentrarte más en las cosas positivas que en las negativas.
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    Comparte siempre los pensamientos positivos. Si bien a veces puede ser difícil, cuando pienses en algo alentador o quieras compartir un elogio, no te quedes callado. Trabaja en tu timidez y recuerda qué tan bien te sientes cuando los demás comparten pensamientos positivos acerca de ti.[6]
    • Tu pensamiento positivo puede ser tan pequeño como pensar que alguien tiene un calzado bonito. Si lo compartes, puedes estar seguro de que la otra persona se sentirá muy bien consigo misma, independientemente de qué tan insignificante haya sido tu comentario.
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Método 2
Método 2 de 3:
Hacer regalos de aliento

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    Alienta a los niños a través de calcomanías y premios. Si quieres alentar comportamientos nuevos, puedes recompensar una buena acción con un premio que tu hijo desee. El refuerzo positivo incrementará las posibilidades de que repita la misma acción en el futuro.[7]
    • Por ejemplo, si tu hijo está aprendiendo a usar el orinal, puedes darle una calcomanía cada vez que use el baño. De esta forma, relacionará el uso del baño con recibir un premio.
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    Alienta a tus empleados a través de premios y certificados. Si observas un rendimiento particularmente bueno de uno de tus empleados o notas que ha mejorado mucho, puedes entregarle un certificado que muestre que has observado sus esfuerzos. Puedes usar un premio como “Empleado del mes” para alentar una buena ética laboral.[8]

    Consejo: entrégale el premio al empleado en frente del resto de los empleados para que todo el grupo pueda valorar su esfuerzo y alentarlo.

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    Imprime fotos de los logros o recuerdos para tus amigos. Si quieres alentar a un amigo para que sea más audaz como en los viejos tiempos o simplemente recordarle los logros del pasado, entrégale un recuerdo de un buen momento para que tenga presente sus logros. Esto puede ser una foto de ambos, un recorte de un periódico e incluso un enlace a una canción que te recuerde un período específico.[9]
    • Esta idea puede brindar muy buenos resultados, en especial si tu amigo se siente mal con respecto a su vida y quieres recordarle que ha logrado muchas cosas positivas.
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    Envíale flores para hacerle saber que piensas en él. No es necesario que estés en el mismo lugar con una persona para darle un regalo. Puedes contratar un servicio de flores para enviarles un ramo a tus amigos o pareja. Esto les hará saber que piensas en ellos, por más que no los hayas visto ese día.[10]
    • Por lo general, habrá una opción para incluir una nota breve junto con las flores. Aprovecha este espacio para escribir algo considerado y alentador, como “He pensado en ti hoy. Quiero hacerte saber cuánto te valoro”.
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Método 3
Método 3 de 3:
Motivar a alguien que enfrenta dificultades

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    Recuérdale sus fortalezas. Todas las personas tienen sus fortalezas y cosas que dominan. Si un amigo, colega o pareja tienen dificultades para reconocer las cualidades positivas que aportan al mundo, recuérdales las cosas que dominan a la perfección. Puedes hacerlo de forma verbal o escribir una lista que puedan conservar y volver a leer en otro momento.[11]

    Menciona cualidades como: amabilidad, empatía, ética laboral o habilidades de gestión de tiempo.

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    Haz comentarios específicos acerca de las cosas en que una persona es buena. Quizás sea fácil decirle a alguien que es inteligente, pero es más efectivo elogiar los motivos por los que crees que es listo. Además, la persona notará que le prestas atención.[12]
    • Por ejemplo, si una persona es buena con las figuras geométricas, dile que tiene un don, en vez de afirmar que es buena con la materia en general.
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    Proporciona ejemplos de tu propia vida que te hayan alentado. En vez de decirle a alguien qué hacer para sentirse mejor, adapta tus sugerencias en función de las experiencias del pasado. Piensa en las cosas que hayas hecho para alentarte y relaciónalas con la otra persona.[13]
    • Por ejemplo, si comenzar a realizar ejercicio te ha motivado a seguir bajando de peso y llevar una dieta saludable, puedes decir algo así como “Antes de comenzar a trotar por la mañana, no tenía un buen estado físico. Ahora, espero con ansias salir de la cama por la mañana y también he bajado algunos kilos”.
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    Pregúntale si hay algo que puedas hacer para ayudarla. En ocasiones, la mejor forma de alentar a alguien es preguntarle específicamente si necesita ayuda. No siempre es fácil hablar de las dificultades, así que no te sientas ofendido si rechaza tu oferta. En cambio, dile que estás disponible para cuando te precise.[14]
    • Puedes decir algo así como “He observado que has tenido días difíciles. ¿Hay algo que pueda hacer para ayudarte?”.
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Consejos

  • Evita decirles a los demás lo que deben hacer. No les digas a las personas qué es lo que deben hacer o no, dado que podrían interpretar que adoptas una postura superior e incluso podrías desanimarlos, por más que quieras ayudar.
  • Alentar a los demás es muy motivador para ambas partes. Una vez que comiences a resaltar los aspectos positivos de las personas, posiblemente comiences a sentirte mejor contigo mismo.
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Categorías: Relaciones sociales
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