¿Tienes camisetas, pantalones o sábanas amarillentas que no quieres echar a la basura aún? Existen una variedad de métodos que puedes probar para devolverles su color blanco brillante. Algunos métodos pueden dañar las telas delicadas, así que asegúrate de usar el tratamiento más apropiado para la prenda que quieres blanquear. En los pasos siguientes puedes encontrar instrucciones para tratar la ropa amarillenta con blanqueador en conjunto con otros químicos o con la ayuda de artículos naturales de uso doméstico.

Método 1
Método 1 de 2:
Usa blanqueador y otros químicos

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    Usa blanqueador de cloro para tratar la ropa blanca. El blanqueador de cloro es un producto fuerte para blanquear la ropa, aunque solo debe utilizarse en prendas de color blanco. Si quieres blanquear una prenda con patrones o con varios colores, usa productos diferentes al blanqueador de cloro. Esta es la manera correcta de utilizar este producto:
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    Usa blanqueador sin cloro para tratar la ropa lavable. Los blanqueadores sin cloro usan oxígeno o peróxido de hidrógeno para blanquear la tela. Esta opción es más suave con las prendas, por lo que resulta más segura de usar en la ropa que puede dañarse por el blanqueador de cloro. Algunos productos que blanquean la ropa sin la ayuda del cloro son el Oxiclean y el Clorox 2. Los puedes usar de la siguiente manera:
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    Usa blanqueador sin cloro para tratar las manchas. También puedes tratar las manchas más pequeñas con blanqueador sin cloro o con peróxido de hidrógeno puro. Si puedes, trata de eliminar la mancha antes de que se seque y se fije en la ropa. A continuación encontrarás un método efectivo para eliminar las manchas:
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    Usa añil líquido. Este líquido es una combinación de ferrocianuro férrico y agua. El añil líquido aclara las prendas blancas al agregar el tono más débil del azul para contrarrestar los matices amarillos que pueden aparecer en las camisetas, las medias y las sábanas.

Método 2
Método 2 de 2:
Usa artículos naturales de uso doméstico

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    Usa la luz del sol como blanqueador. Lava las sábanas de algodón y de lino, los manteles y cualquier otra prenda de color blanco. Luego, pon a secar las prendas bajo la luz directa del sol. Extiende la ropa en un tendedero o ponla sobre el césped para dejar que el sol la blanquee. Los rayos UV del sol blanquearán tus prendas en poco tiempo.
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    Prueba con el zumo de limón. Añade 1/2 taza de zumo de limón al ciclo de lavado junto con el detergente. El limón es un agente blanqueador natural asombroso. Sin embargo debes tener cuidado, ya que el zumo de limón puede dejar manchas blancas en la ropa de color. Lo más recomendable es usar zumo de limón únicamente en prendas que sean totalmente blancas.
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    Añade 1/2 taza de bicarbonato de sodio al detergente. Este es un blanqueador natural excelente que probablemente encuentres en el gabinete de tu cocina. Puedes hacer un tratamiento preliminar para eliminar las manchas más difíciles de las prendas blancas aplicando una pasta espesa hecha de bicarbonato de sodio y agua.
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    Usa bórax. El borato de sodio (también conocido como bórax) es un mineral natural que descompone las manchas que hacen que las prendas se tornen amarillas. Para obtener los mejores resultados posibles, añade 1/2 taza de bórax a la lavadora al principio del ciclo de lavado.[2]
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    Usa vinagre blanco destilado. Vierte 1 taza de vinagre blanco destilado a la lavadora junto con el detergente de costumbre. Esta es una manera excelente de recuperar los colores de la ropa que se ve un poco sucia.

Consejos

  • Lava regularmente las prendas blancas con agua fría para evitar que las manchas se fijen en la ropa y hagan que los tejidos se tornen amarillos de manera permanente.
  • Para conseguir los mejores resultados posibles, elige detergentes diseñados específicamente para blanquear la ropa y utilízalos de forma regular.

Advertencias

  • Ten cuidado de no mezclar productos químicos de limpieza, ya que éstos pueden ocasionar consecuencias desagradables y vapores peligrosos.
  • No uses añil líquido junto con suavizante de telas o blanqueador.
  • Nunca mezcles amoniaco con blanqueador o con un detergente que contenga blanqueador.
  • No viertas el blanqueador directamente en la ropa, ya que podrías descolorarla. Diluye el blanqueador en agua antes de usarlo en la ropa o utiliza el dispensador de blanqueador que se encuentra en tu lavadora.
  • Prueba los productos y los métodos para blanquear en un área escondida de la ropa para asegurarte de que no dañan la tela.

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