Mantener la ropa blanca no es tan sencillo, sobre todo debido a que las manchas casi siempre son imposibles de disimular en la tela blanca. A medida que se ensucia y se desgasta, tal vez consideres tirarla. Pero no todo está perdido. Existen diversas formas eficaces de limpiar y blanquear la ropa blanca manchada, además de estrategias para mantenerla reluciente por buen tiempo. Prueba técnicas de prelavado con ingredientes naturales, incorpora productos adicionales a tu lavado habitual, separa las prendas blancas de las de color y sécalas con el aire para lograr óptimos resultados.

Método 1
Método 1 de 3:
Aplicar tratamientos de prelavado en la ropa blanca manchada

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    Aplica un detergente enzimático líquido en las manchas antes de lavar la ropa. Si derramaste sopa sobre tu camiseta blanca o notaste manchas de sudor en la axila después de utilizarla, combátelas de inmediato sin dejar que se fijen. Frota un poco de detergente enzimático líquido en la zona afectada y déjalo actuar al menos por 15 minutos antes de lavar la camiseta con las demás prendas.[1]
    • Lee la información que figura en el envase para asegurarte de que contenga distintas enzimas diseñadas para acabar con la mugre.
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    Remoja la ropa blanca desteñida en una solución de agua caliente con carbonato de sodio. Si tus camisas blancas están percudidas o desteñidas, mételas en un balde lleno de agua caliente y 1/2 taza de carbonato de sodio. Déjalas reposar hasta por un día y échalas en la lavadora.[2]
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    Elimina las manchas persistentes remojándolas en una solución de jugo de limón, sal y detergente en polvo. Prepara una solución de agua caliente con 1 cucharada de sal, el jugo de 3 limones y 1/4 de taza de detergente en polvo. Pon a remojar tu ropa en la mezcla por 45 minutos y luego enjuágala unas dos o tres veces.[3]
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    Frota las marcas de sudor con bicarbonato y limón. Para neutralizar el color amarillento de la ropa blanca a causa de la transpiración, echa 1 cucharada de bicarbonato en la zona sudada. Parte un limón por la mitad y frota el lado cortado en dicha zona. Déjala por 15 minutos y lávala como de costumbre.[4]
    • Este método también es eficaz para las manchas de óxido, pero debes dejar reposar la prenda durante toda la noche. Al otro día, enjuágala con agua fría, puesto que el agua caliente puede hacer que la mancha se fije. Repite el procedimiento si se resiste a desaparecer.[5]
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    Elimina las manchas de vino tinto con sal y agua gasificada. Estas manchas en una linda camisa blanca pueden verse muy preocupantes, pero si las tratas de inmediato, podrías salvar tu camisa. Vierte sal en la zona afectada de modo que absorba la humedad. Espera 10 minutos y raspa la sal. Humedece la mancha con agua con gas antes de lavar la prenda de la forma habitual.[6]
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    Moja las manchas de hierba y tinta con vodka. Si hay marcas verdes de hierba o derrames de tinta en tu ropa blanca, vierte algo de vodka económico en las partes afectadas y déjalo actuar. Luego lava la ropa como de costumbre.[7]
    • El vodka también es eficaz para las manchas de savia de árboles o de lápiz labial.
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    Experimenta frotando un limón, vinagre o peróxido de hidrógeno en otros tipos de manchas. Estos ingredientes son excelentes quitamanchas y su eficacia depende de la naturaleza de la mancha. Frótalos en la zona afectada y deja reposar la prenda por un rato. Luego enjuágala y observa si hay alguna mejora.

Método 2
Método 2 de 3:
Añadir ingredientes a tu lavado habitual

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    Verifica la etiqueta de cuidado de la prenda para saber si se puede utilizar lejía. Antes de aplicar cualquier producto químico como la lejía en las prendas, pon atención a las instrucciones de la etiqueta que suele venir adherida al revés de la tela. Busca un triángulo, ya que este indica el uso de lejía.[8]
    • Si ves dos líneas al interior del triángulo, significa que solo puedes utilizar lejía sin cloro. Si el triángulo está tachado, no debes blanquear la prenda, puesto que la tela o el color pueden resultar dañados.
    • Observa si sugiere el lavado a máquina, a mano o en seco.
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    Empieza el lavado solo con detergente antes de meter la ropa en la lavadora. Espera 5 minutos o hasta que el agua esté espumosa. El tiempo de espera es importante, debido a que muchos detergentes demoran varios minutos en activar sus enzimas y la lejía detendrá dicha reacción.
    • Para una mejor limpieza, añade 1/2 taza de bicarbonato junto con el detergente.[9]
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    Añade lejía al agua cuando hayan transcurrido los 5 minutos. Por lo general, debes añadir 1/2 taza (120 ml) de lejía al agua. Déjala asentarse por unos cuantos minutos antes de añadir la ropa.[10]
    • El exceso de lejía daña o amarillea la ropa blanca, así que mide cuidadosamente la lejía y el agua.
    • Nunca eches lejía por encima de las prendas.
    • Si has utilizado bicarbonato con detergente, usa solo la mitad de lejía.
    • Una vez terminado el ciclo de lavado, observa si hay algún cambio de color en la prenda. De ser así, enjuágala de inmediato a mano.
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    Añade vinagre blanco destilado a tu lavado habitual si prefieres una solución más natural. El vinagre blanco elimina la suciedad a la vez que actúa como un suavizante de telas natural, lo que elimina la necesidad de utilizar un suavizante químico. Utiliza entre 1/2 y 1 taza de vinagre blanco destilado junto con el detergente en la lavadora.[11]
    • El olor a vinagre permanecerá mientras la ropa esté húmeda, pero desaparecerá una vez que esté seca.
    • No combines lejía con vinagre, puesto que su reacción producirá gas de cloro tóxico.
    • Puedes sustituir el vinagre blanco con 1/2 taza de bicarbonato para obtener un efecto similar.
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    Utiliza peróxido de hidrógeno en tu lavado habitual para un blanqueamiento sin lejía. El peróxido de hidrógeno es excelente para blanquear las prendas gracias a que no contiene lejía, un químico que puede dañar algunas telas. Añade 1/2 taza de peróxido de hidrógeno junto con el detergente en la lavadora.[12]
    • Utiliza peróxido de hidrógeno al 3 % que se vende en muchos supermercados o farmacias.
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    Añade detergente lavaplatos a la lavadora como un blanqueador alternativo. Utiliza detergente de ropa como de costumbre e incorpora 1/4 de taza de detergente lavaplatos. Si prefieres una opción ecológica, opta por un producto lavaplatos que no incluya fosfato o cloro.[13]
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    Si deseas una solución orgánica, utiliza jugo de limón aparte del detergente en la lavadora. El jugo de limón es excelente para blanquear la ropa y refrescar las telas. Utiliza entre 1/4 y 1/2 taza de jugo de limón, además del detergente que echas en tu lavado habitual para una ropa blanca más blanca.[14]

Método 3
Método 3 de 3:
Mantener blanca la ropa blanca

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    Lava la ropa blanca de forma regular y por separado. Mientras menos tiempo tengan las manchas para fijarse, menos difíciles serán de eliminar. Esto se aplica sobre todo a las manchas amarillas que están por debajo de las axilas a causa de la transpiración y el desodorante. Debes lavar la ropa blanca después de usarla una o dos veces para mantenerla limpia y blanca.[15]
    • Nunca laves la ropa blanca junto con la de color o podría desteñirse.[16]
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    Omite el suavizante de telas. Los suavizantes de telas con químicos suelen ser más dañinos que beneficiosos para las prendas blancas, puesto que los restos del producto hacen que la mugre se pegue más a la tela. Recuerda que el vinagre blanco es un suavizante natural y por ende es una mejor alternativa.[17]
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    Seca la ropa al aire libre bajo el sol. Los rayos solares actúan como un blanqueador natural y el aire deja la ropa oliendo fresco y limpio. Si puedes, coloca una cuerda o una rejilla de secado en el jardín o el balcón para secar la ropa blanca con el aire.[18]

Consejos

  • Si no vas a utilizar la lejía tan seguido, compra una botella pequeña. La lejía solo es eficaz hasta su fecha de caducidad, la que suele ser de 6 meses una vez abierta. Después de este tiempo, no será un buen quitamanchas.
  • La lejía con cloro puede blanquear la ropa blanca tanto con agua caliente como con agua fría, pero si deseas mejores resultados, utiliza agua caliente junto con el detergente para ropa.
  • Si la etiqueta de cuidado de la prenda está rota y no sabes si puedes utilizar lejía, pruébala en una parte pequeña de la prenda, por ejemplo, en el interior de una manga. Si cambia de color, significa que no debes usar más lejía. Ten presente que la lejía con frecuencia daña la seda y la lana.
  • Muchos agentes blanqueadores (por ejemplo, el bicarbonato o el jugo de limón) pueden utilizarse como quitamanchas para un tratamiento previo o como blanqueadores generales en el ciclo de lavado.

Advertencias

  • No combines amoniaco con lejía, ya que esto produce fuertes gases tóxicos. Lo mismo ocurre con el vinagre y la lejía. Como regla general, asegúrate de estar en una zona bien ventilada cuando limpies con químicos.
  • Nunca debes combinar el bicarbonato, el jugo de limón, el peróxido de hidrógeno y otros agentes blanqueadores. Combina solo uno de ellos con el detergente normal para maximizar su efecto.

Cosas que necesitarás

  • detergente para ropa
  • lejía
  • agua
  • bicarbonato
  • jugo de limón
  • vinagre blanco destilado
  • peróxido de hidrógeno (al 3 %)
  • detergente lavaplatos
  • rejilla de secado de ropa

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