Castrar a un perro es el proceso de eliminar quirúrgicamente sus testículos, junto con estructuras asociadas, los cuales son responsables de la producción de esperma y de la secreción de testosterona.[1] Si bien cada clínica veterinaria tiene su propia rutina, por lo general la cirugía de castración implicará la preparación previa a la operación, la cirugía y luego la recuperación. Dado que se trata de un proceso quirúrgico, solo es legal realizarlo en una clínica veterinaria. La castración que se realiza en una casa constituye crueldad animal y puede matar al perro debido a una infección o pérdida de sangre. Si tu perro es castrado, es importante conocer los beneficios de hacerlo, así como los pasos que implican el proceso quirúrgico y el cuidado posterior a la cirugía.

Parte 1
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Castrar a tu perro

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    Comprende por qué es importante castrar a tu perro. Existen tres beneficios importantes para castrar a un perro. Estos incluyen una disminución de cachorros no deseados, beneficios médicos para el perro castrado y una reducción de los comportamientos negativos que se asocian con los perros intactos (no castrados).
    • Control de la población perruna. Un perro castrado ya no puede tener crías. En los Estados Unidos, ya hay 3 700 000 cachorros no deseados a los que se les aplica la eutanasia (los hacen dormir) cada año. Al castrar a tu perro, le quitas la responsabilidad de contribuir con este problema abrumador.
    • Beneficios médicos. Al quitarle los testículos a tu perro, evitas cualquier enfermedad o cáncer que afecta estos órganos. Además, a medida que el perro envejece, estos órganos se agrandan y se pueden infectar. Si optas por castrar a tu mascota, evitas ambos problemas y reduces la posibilidad de que desarrolle cáncer de próstata.[2]
    • Comportamientos negativos. Los perros intactos desarrollan comportamientos que la mayoría de la gente considera repugnantes. Estos incluyen a marcar un lugar con orina, mostrar agresividad, vagar (para encontrar hembras con las cuales aparearse) y montar.[3] Si bien la castración de un perro no elimina por completo estas tendencias, sí puede reducir en gran medida que sucedan. De esta forma, puedes lograr que el entrenamiento de su conducta sea un poco más fácil de realizar.
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    Asegúrate de que tu perro esté lo suficientemente sano para la cirugía. Tendrás que asegurarte de que tu perro esté lo suficientemente sano como para aplicarle anestesia, dado que lo sedarán y estará bajo anestesia durante la cirugía. Esto siempre implica un poco de riesgo para el perro; por lo tanto, asegúrate de que esté sano.
    • La alimentación adecuada, los ejercicios y las vacunas contribuirán a garantizar que tu perro esté lo más sano posible.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    La Dra. Elliott, miembro del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios, es una veterinaria con más de 30 años de experiencia en cirugía veterinaria y práctica en animales de compañía. Se graduó de la Universidad de Glasgow en 1987 con un título en Medicina y Cirugía Veterinaria. Ella ha trabajado en la misma clínica de animales en su ciudad natal durante más de 20 años.
    Pippa Elliott, MRCVS
    Pippa Elliott, MRCVS
    Veterinaria

    Pippa Elliott, una veterinaria certificada, recomienda lo siguiente: “También es importante hacer que un veterinario evalúe el temperamento del perro antes de la cirugía. Algunos perros muy ansiosos o temerosos podrían beneficiarse al no someterse a una castración, ya que la testosterona mejorará un poco su confianza”.

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    Programa la cirugía. Tendrás que llamar al hospital o la clínica veterinaria para programar una cita quirúrgica. Te darán un protocolo previo a la operación, el cual por lo general incluye restringir alimentos la noche anterior a la cirugía y suspender la ingesta de determinados medicamentos.
    • También te indicarán si tu perro puede irse a casa el mismo día de la cirugía o si es preferible que se quede durante la noche para que lo observen.
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    Lleva a tu perro a la cirugía. Cuando lleves a tu perro a la clínica veterinaria el día de la operación, el veterinario lo pesará y lo examinará para asegurarse de que esté listo para la cirugía. Si es así, procederá a preparar a tu perro.
    • Esto por lo general incluye darle un sedante, ponerle un tubo por la tráquea, aplicarle anestesia, ponerle una vía intravenosa en la vena para administrarle líquidos y medicamentos, y afeitar y limpiar la parte de la cirugía.
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    Comprende lo que implica la cirugía de castración. La operación en sí misma es simple. Se hará una incisión directamente en la piel que está en la parte superior o justo adelante de los testículos. Se separará cada testículo del cuerpo, los vasos sanguíneos y las partes cercanas se “atarán” con material de sutura, y luego se extraerán los testículos.
    • Una vez que el veterinario se asegure muy bien de que no haya sangrado, la parte de la incisión se suturará, engrapará o pegará según sus preferencias. El gas anestésico se retirará y el perro se despertará lentamente.

Parte 2
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Cuidar a un perro después de una cirugía

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    Lleva a casa a tu perro. Sé amable con tu perro y dale amor y atención. Sigue el consejo del veterinario respecto a los chequeos de seguimiento posteriores a la operación y bríndale todos los medicamentos para el dolor como te lo haya indicado.
    • Algunos veterinarios optan por “enterrar” las suturas, lo cual significa que no habrá suturas visibles. Otros utilizan suturas en la piel, las cuales se deberán retirar luego de 7 a 10 días en la clínica veterinaria.
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    Mantén a tu perro lo más calmado posible. Durante las primeras 24 horas después de la cirugía, la mayoría de los perros estarán tranquilos, ya que estarán aturdidos debido a la sedación y anestesia. Hasta por una semana después de la operación, el perro se debe mantener razonablemente tranquilo (no jugará ni correrá vigorosamente) y seco (no debe nadar ni lo debes bañar).
    • Tu perro podrá reanudar sus actividades normales y ejercicios una semana después de la operación a medida que la incisión sane lo suficiente como para permitir las actividades.
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    Revisa la parte de la incisión dos veces al día. La incisión no se debe abrir ni sangrar. La piel debe estar pálida o tener su color normal alrededor de la incisión. En los perros de piel clara, es posible que también veas algunos hematomas leves. Las cosas que debes buscar y que deben llamar la atención del veterinario son:[4]
    • aberturas en la parte de la cirugía
    • enrojecimiento de la parte de la cirugía y de la piel que hay alrededor
    • cualquier secreción o hinchazón alrededor de la parte de la cirugía
    • cualquier otra anomalía (por ejemplo, sangre que gotea de la herida u olores inusuales)
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    Evita que tu perro lama en exceso la parte de la incisión. La mayoría de los perros se recuperan sin complicaciones de la cirugía, siempre y cuando la incisión se mantenga limpia y seca y el perro no la lama. Lamer puede causar que la herida se abra, lo cual puede provocar una infección.
    • Si ves que tu perro se lame de forma constante la parte de la incisión, es posible que tenga que usar un collar isabelino (o el temido cono) para así evitar que dificulte la curación.

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott, miembro del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios, es una veterinaria con más de 30 años de experiencia en cirugía veterinaria y práctica en animales de compañía. Se graduó de la Universidad de Glasgow en 1987 con un título en Medicina y Cirugía Veterinaria. Ella ha trabajado en la misma clínica de animales en su ciudad natal durante más de 20 años. Este artículo ha sido visto 21 064 veces.
Categorías: Perros