Las flores recién cortadas son una forma increíble de iluminar cualquier habitación de tu casa. Las flores se vuelven cada vez más susceptibles a marchitarse con el tiempo y pueden ser algo difíciles de mantener, porque se les ha separado de su raíz. [1] Por suerte, existen maneras comprobadas científicamente de aumentar la longevidad de las flores. Si aplicas algunas técnicas simples, puedes garantizar que tus flores duren más tiempo.

Método 1
Método 1 de 3:
Cortar las flores

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    Corta tus flores en la mañana. Si cortas tus flores más temprano, cuando está fresco, lo más seguro es que las flores hayan almacenado carbohidratos, que son necesarios para mantenerse vivas.[2] Conserva un cubo de agua a mano y asegúrate de trasladarlas inmediatamente después de haberlas cortado. Las flores necesitan un flujo de alimento constante para florecer y, si las privas de agua, se secarán.
    • Las flores deben cortarse a niveles de madurez diferentes, dependiendo del tipo de flor.
    • Los narcisos, las rosas, los lirios y las gladiolas deben cortarse en la fase de capullo, mientras que los delfinios, las caléndulas y las flores dianthus deben haber alcanzado el florecimiento antes de cortarlas.[3]
    • Usa un cubo de plástico. El metal puede destruir el balance de pH de las flores y reducir su vida útil.
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    Coloca las flores recién cortadas en el refrigerador durante seis horas. La refrigeración a 1,5 °C (35 °F) puede triplicar la vida útil de las flores recién cortadas en tu casa.[4] Si lo haces antes de transferirlas a un florero con agua, se desacelerará la pérdida de agua, la respiración y el desarrollo.[5] Tus flores necesitarán menos agua y morirán más lento si las colocas en el congelador.
    • Si desaceleras el desarrollo de la flor, la flor podrá permanecer en la fase de florecimiento por más tiempo antes de marchitarse y morir.
    • Además, puedes meter las flores en el refrigerador cuando vayas a dormir para preservarlas por más tiempo.[6]
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    Corta los tallos de las flores cada tres días. Corta 2 centímetros por encima de la base del tallo a un ángulo de 45° usando herramientas de jardinería duraderas como tijeras de podar. Las burbujas de agua pueden quedar atrapadas en el extremo del tallo de una flor, lo que no les permite absorber agua.[7] Si recortas las flores, sus niveles de absorción de agua permanecerán estables.
    • Las flores como los girasoles desarrollan savia en el extremo del tallo después de un tiempo. Puedes remediarlo vertiendo agua hirviendo en el extremo del tallo durante 20 segundos.[8]
    • No aplastes el tallo, ya que la flor quedará dañada internamente y se inhibirá la absorción de agua.[9]
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Método 2
Método 2 de 3:
Mantener tus flores

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    Retira las hojas dañadas y cualquier hoja que se encuentre por debajo del nivel del agua. Emplea tijeras filosas para cortar todas las flores que se encuentren por debajo del nivel del agua, ya que estas hojas pueden fomentar el deterioro de las flores.[10] Retira las hojas o pétalos que luzcan dañados. Si tienes rosas, no retires las espinas, ya que se ha comprobado que puede reducirse la vida útil de las flores.
    • Si no retiras las hojas dañadas o las hojas que están debajo del nivel del agua, pueden proliferar las bacterias en tu florero.[11]
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    Usa agua tibia para alimentar tus flores. La mayoría de las flores crecen mejor en agua tibia porque las moléculas del agua tibia se mueven más rápido que las moléculas de agua fría y facilitan la absorción de agua. Como regla de oro, mantén el agua de 38 °C a 43 °C (de 100°F a 110 °F).[12]
    • Aunque esto se aplica a la mayoría de las flores, hay excepciones a esta regla. Las flores bulbosas como los jacintos y los tulipanes necesitan agua fría para sobrevivir.[13]
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    Cambia el agua cada dos días y limpia el florero. Las bacterias y los microorganismos proliferan dentro del florero. Reemplaza el agua de tu florero cada dos o tres días para evitarlo. Frota con la esponja los lados con lavavajillas suave y recuerda enjuagar bien antes de volver a colocar las flores en el florero. Además de fomentar el deterioro de las plantas, ciertas bacterias son capaces de ingresar al tallo de una flor y detener la absorción de agua.[14]
    • Si utilizas un conservante floral químico, asegúrate de reemplazar los nutrientes y el agua.
    • Emplea un cepillo para botellas si el florero tiene cuello delgado.
    • Si tienes problemas para llegar a las grietas de tu florero, prepara una solución con una parte de lejía y diez partes de agua y deja remojar el florero durante toda la noche.[15]
    • Deja secar el florero al aire antes de volver a llenarlo de agua.
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    Mantén las flores alejadas de las corrientes de aire y de la luz solar directa. Las corrientes calientes y frías pueden fomentar la pérdida de agua en tu planta y la exposición a la luz solar directa puede obligarla a usar todo el alimento que ha almacenado.[16] Colócalas en un lugar fresco de tu casa que no tenga radiadores, televisores u hornos calientes.[17]
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    Compra conservantes florales de grado comercial. Los conservantes florales de grado comercial están disponibles en la mayoría de las tiendas del hogar, de jardinería y de herramientas y en las florerías. Contienen un biocida que previene el crecimiento bacteriano, un acidulante que promueve la absorción de agua, y azúcar que actúa como alimento para la planta.[18] Reemplaza los conservantes cuando cambies el agua del florero.
    • Emplea mediciones recomendadas cuando uses los conservantes florales.
    • Los conservantes de flores artesanales suelen tener resultados combinados y debe evitarse su uso.[19]
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Método 3
Método 3 de 3:
Usar diferentes remedios caseros

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    Coloca aspirina y una moneda en tu florero. Muele dos aspirinas de venta libre con una cuchara en un tazón. Una vez que estén molidas, vierte el polvo en el agua de las flores y luego agrega una moneda al agua. Aunque agregar una moneda al agua ha demostrado tener resultados diferentes, debe funcionar como fungicida para recoger bacterias. La aspirina aumenta la acidez del agua, contribuyendo a la absorción del agua.[20]
    • Se ha demostrado que la aspirina aumenta la vida útil de los claveles recién cortados.[21]
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    Mezcla soda de lima-limón, lejía y agua. Aunque no se ha comprobado, el azúcar de la soda proporciona la energía que tus flores necesitan y la lejía controla las bacterias. Agrega una taza de soda de lima-limón, como 7Up, una taza de agua y 1/2 cucharadita (2,5 ml) de lejía de casa al florero.[22]
    • Aún debes reemplazar el agua cada dos días si usas remedios caseros.
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    Agrega enjuague bucal y agua al florero. Agrega dos onzas (59.14 ml) de enjuague bucal por cada galón de agua a tu florero. El enjuague bucal como Listerine contiene sacarosa, que puede actuar como alimento y también contiene un bactericida, que elimina las bacterias que se forman en el florero.
    • Otro beneficio del enjuague bucal es que actúa como ácido que ayuda a las flores a absorber agua.[23]
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Acerca de este wikiHow

Rachel Cho
Coescrito por:
Diseñadora floral y especialista en plantas
Este artículo fue coescrito por Rachel Cho. Rachel Cho es diseñadora floral, especialista en plantas y propietaria de Rachel Cho Floral Design, una tienda de flores en la ciudad de Nueva York. Con más de 16 años de experiencia, Rachel se especializa en diseños florales originales e impactantes, y es conocida por su destreza, arte innato y sentido del diseño. Su trabajo ha aparecido en numerosos medios de comunicación nacionales como The New York Times, Harper’s Bazaar y Huffington Post Weddings. Este artículo ha sido visto 125 451 veces.
Categorías: Decoración del hogar
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