La cotorra monje (a veces llamada cotorra argentina o cotorra verdigrís) es una especie de ave inteligente, juguetona, a menudo parlanchina y regularmente traviesa. Las cotorras monje pueden ser un gran complemento para tu familia, pero sí requieren un cuidado activo y frecuente para desarrollarse bien. Si estás considerando adquirir una, considera tu nivel de compromiso, tu capacidad para mantener el bienestar del ave y tu tolerancia para el ruido, el desorden y la desaparición de tus baratijas. En el ambiente adecuado, una cotorra monje puede ser una compañía adorable por los años (o incluso décadas) venideros.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Conocer a tu cotorra monje

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    Aprende sobre la especie. Las cotorras monje no son las cotorras más grandes ni más coloridas, pero están entre las más inteligentes y (dependiendo del ave individual) las más parlanchinas. Familiarízate con los siguientes detalles generales antes de considerar adquirir una:[1]
    • Tienen un promedio de 28 a 33 cm (11 a 13 pulgadas) de largo y normalmente son de un color blanco grisáceo y verde. Pueden vivir durante 30 años en cautiverio, así que considérala como una adquisición de largo plazo para tu hogar.
    • Las cotorras monje originalmente son nativas de partes templadas de Sudamérica, pero parecen desarrollarse bien en casi cualquier clima.
    • La preocupación por la capacidad de las cotorras monje que se escapan de desarrollarse bien y de abrumar a los ecosistemas nativos es parte de la razón por la cual la posesión de la especie está prohibida o restringida en más de una docena de estados de los EE.UU., por ejemplo, incluyendo California.[2] Revisa las políticas actuales del lugar en donde vivas antes de proceder con cualquier plan de adquisición.
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    Conoce las tendencias de las cotorras monje. Los términos como "inteligentes", "valientes", "curiosas" y "traviesas" surgen frecuentemente en las descripciones de las cotorras monje y no en vano. Vivir con una es similar en muchos sentidos a vivir con un niño pequeño.[3]
    • Normalmente aprenden rápido y están dotadas para la imitación, así que generalmente son compañeras aviares muy parlanchinas (sin embargo, nunca asumas que cualquier cotorra individual, independientemente de la especie, será habladora). Sin embargo, a pesar de ser parlanchinas (y graznadoras), generalmente no son excesivamente ruidosas en comparación con otras especies de cotorras.
    • Las cotorras monje construyen nidos en su estado salvaje que son similares a bloques de apartamentos, con "apartamentos" de múltiples habitaciones construidos adyacentes a los de otros "inquilinos" a su alrededor. Por esta razón, son expertas en pedir cosas prestadas (o en robar, dependiendo de tu perspectiva).
    • Las cotorras monje se llevarán cualquier cosa, desde gafas hasta bolígrafos y trozos de papel, y los guardarán en sus jaulas como parte de su instinto de recolectar materiales para sus elaborados nidos.
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    Considera en dónde debes adquirir una. Las cotorras monje a menudo cuestan entre $50 y $200, lo que hace que sean razonables para la mayoría de los compradores interesados. No solo el precio sino también la personalidad del ave podrían ser determinados por el lugar en donde la adquieras. Los lugares comunes incluyen:
    • Un criador responsable. Esto costará más que las alternativas, pero es tu mejor opción para obtener un bebé cariñoso y alimentado a mano.
    • Un centro de rescate de cotorras. Si tienes suerte, podrías encontrar una cotorra monje en uno de estos lugares. No conseguirás un bebé, pero el costo será menor y la cotorra irá a un hogar necesitado y amoroso.
    • Un albergue. Es poco probable que encuentres una cotorra monje en un lugar como este, pero revisa de todos modos. Es probable que no tengas ninguna idea de la historia de la cotorra monje si la adoptas de un albergue, y esta ruta solo es recomendada para propietarios experimentados de aves.
    • Una tienda de mascotas. Investiga antes de considerar si comprar de una tienda de mascotas. Los precios pueden ser más baratos, pero es posible que obtengas un ave poco saludable que valga menos que lo que pagues por ella. Por no hablar de tantas tiendas de mascotas que compran a sus cotorras de fuentes desprestigiadas que utilizan métodos inhumanos para adquirir y criar a sus aves.
    • Del periódico, en línea, etc. Algunas personas pueden querer encontrarles un nuevo hogar a sus cotorras monje y este es un buen lugar para conseguir una, pero recuerda revisar que la persona no quiera buscarle un nuevo hogar a su cotorra debido a problemas médicos o de comportamiento.
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    Decide si elegir una cotorra monje bebé o adulta. Puede ser tentador pensar que una cotorra adulta que ya ha sido entrenada y socializada será más fácil de cuidar, especialmente para un novato, pero es posible que no sea el caso. La mejor posibilidad de entrenar a la cotorra, establecer buenos hábitos y manejarla es con una cotorra joven.
    • Las cotorras monje pueden desarrollar un apego a una persona en particular, así que una cotorra adulta puede tener problemas para adaptarse a un nuevo hogar y un nuevo "padre".
    • Además, a menos que estés seguro de la historia del ave, es posible que adquieras una con una historia de problemas de comportamiento, quizás incluso debido al abandono o al abuso. Es un gesto noble acoger a una cotorra monje de un centro de rescate, pero puede presentar un desafío demasiado grande si no tienes experiencia previa.
    • Como se indica en el paso anterior, adquirir una cotorra monje bebé que ha sido alimentada a mano es probablemente la ruta más segura (si bien quizás la más costosa), sobre todo si no tienes mucha experiencia cuidando de aves. No hay ninguna garantía, por supuesto, pero es más probable que una cotorra monje a la que se le haya cuidado responsablemente desde su nacimiento se convierta en un adulto equilibrado y cariñoso.
    • Si de todas formas eliges a una cotorra monje bebé, instala su jaula, sus juguetes, etc., en tu hogar antes de su llegada, como lo harías con la cuna de un bebé y cosas por el estilo. Debes estar listo para darle la bienvenida a su nuevo hogar.[4]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Cuidar de tu cotorra monje

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    Compra la jaula correcta. Las cotorras monje son una raza más pequeña de cotorras, pero debido a su naturaleza activa, les va mejor en una jaula espaciosa. Es probable que una jaula de 45 x 45 x 45 cm (18 x 18 x 18 pulgadas) deba ser el tamaño mínimo para tu cotorra, pero también considera las características de seguridad.[5]
    • Las cotorras monje son conocidas por ser escapistas, así que asegúrate de que las barras de la jaula no estén demasiado separadas ni al mismo tiempo sean lo suficientemente estrechas como para que a una cotorra curiosa se le pueda quedar la cabeza atascada entre ellas. Un espaciado de 0,6 cm (5/8 de pulgada) entre las barras es un buen punto de referencia.
    • Del mismo modo, para contrarrestar su curiosidad y habilidad para escapar, elige una puerta que se balancee para abrirse (no una puerta estilo guillotina que una cotorra pueda levantar solo para que se convierta en una trampa). Se ha sabido de cotorras monje que han descubierto cómo abrir una puerta, así que también considera poner un candado.
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    Proporciónale una dieta diversa. A una dieta diaria repetitiva de gránulos de comida para aves no solamente le falta diversidad para proporcionar la nutrición adecuada sino que también podría ocasionar aburrimiento (y, por tanto, una falta de apetito) en aves como las cotorras monje.
    • Haz que los gránulos sean parte de la dieta pero también mezcla una variedad de frutas y vegetales, así como semillas y nueces ocasionales.[6]
    • Sin embargo, evita alimentar a las cotorras con aguacate, ya que este puede ser tóxico para ellas. También omite el chocolate, la cafeína y el alcohol.[7]
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    Espera desórdenes y una limpieza frecuente. Las aves son desordenadas, no hay remedio. Además de excremento, las cotorras monje desparramarán por la jaula y sobre tu piso restos de comida, juguetes destruidos y trozos de cualquier otra cosa que puedan tomar con el pico.
    • Dale una limpieza rápida y diaria a la jaula, retirando trozos grandes de basura y reemplazando el forro de periódico (es posible que quieras suscribirte a un periódico diario si vas a tener un ave).
    • Cada semana, dale a la jaula una limpieza más minuciosa, fregando las barras y cosas por el estilo.[8]
    • Es posible que quieras colocar la jaula sobre una superficie de suelo fácil de limpiar, como baldosas o madera dura en lugar de alfombra.
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    Busca un buen veterinario. Lleva a tu cotorra monje a chequeos anuales (y más según se requiera) con un veterinario, preferiblemente uno con una especialización en aves.
    • La salud del pico, las uñas y las plumas deben ser áreas de un enfoque particular para ti y tu veterinario, ya que los problemas en estas áreas a menudo son indicadores de problemas más graves.[9]
    • Las cotorras monje pueden ser más susceptibles a la enfermedad hepática grasa, así que no dejes que tu cotorra tenga sobrepeso. Limitar las semillas y otros alimentos ricos en grasas puede ser necesario. Habla con tu veterinario si estás preocupado.
    • Arrancarse las plumas también es otro trastorno que puede ser común entre las cotorras monje y que tiene causas físicas y conductuales. Un buen veterinario aviar también puede ayudarte con este problema.[10]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Vivir con tu cotorra monje

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    Protege a tu ave. Debido a su naturaleza traviesa y a veces temeraria, tienes que tomar medidas para proteger a tu cotorra de sí misma, no solo de las personas y de otras mascotas.
    • La práctica de cortarles las alas es controversial. Esta hace que el escape sea menos probable y reduce el riesgo de lesiones por chocarse contra objetos. Lee el artículo Cómo cortarle las alas a un loro o visita a tu veterinario para obtener mayor información. Sin embargo, la capacidad del ave para volar se restringe. Esto significa que obtiene menos ejercicio y es más probable que se sienta frustrada. Además, muchas aves tratan de volar pero tienen aterrizajes forzosos y se dañan el pecho. Estas lesiones pueden ser bastante graves y ahora la opinión es que cortarles las alas es anticuado. En cambio, el entrenamiento adecuado (como el entrenamiento con clicker) es preferible para controlar al ave durante su tiempo fuera de la jaula.
    • Algunas cotorras monje son lo suficientemente temerarias (o quizás ingenuas) como para perseguir a gatos o perros, lo cual puede dar como resultado lesiones graves o algo peor, así que ten cuidado si tienes otras mascotas en la casa. La única forma de saber qué tan bien interactuarán es dejar que suceda, pero prepárate para mantener a las cotorras separadas de las demás mascotas si es necesario.[11]
    • Lo mismo va también para otras aves. Algunas cotorras monje se desarrollan bien con un "cómplice", mientras que otras no tanto. La exposición a una edad temprana es probablemente la mejor opción para tener éxito.
    • Exponer a tu cotorra monje a otras personas a una edad temprana también es la mejor forma de evitar que se convierta en un "ave de una sola persona" que solo interactúe bien contigo. Sin embargo, esto es cosa de dos, y es posible que tengas que indicarle a las personas (sobre todo a los niños) cómo actuar en presencia de tu cotorra.[12]
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    Juega con tu cotorra. Las cotorras monje necesitan atención y en general les encanta jugar, así que busca tiempo cada día para pasarlo interactuando con la mente y el cuerpo de tu mascota.
    • Enséñale a tu cotorra a una edad temprana a "subirse" a tu dedo cuando lo golpetees contra su pecho. Esta es una puerta para otras órdenes, trucos y juegos.[13]
    • Proporciónale a tu cotorra monje juguetes y mézclalos con frecuencia para mantenerla ocupada. Las cotorras monje regularmente destruyen juguetes, así que es posible que quieras mezclar juguetes, juegos y desafíos caseros. Por ejemplo, algo tan simple como envolver una golosina en un fajo de papel puede proporcionarle a tu cotorra un poco de estimulación mental (por lo menos la primera vez).
    • Hablar no es una garantía con cualquier cotorra, pero a las cotorras monje generalmente les gusta hablar y toman la costumbre fácilmente. Repetir frases durante la hora de juego es una forma fácil de enseñarle nuevas palabras o pasa a lecciones enfocadas de 10 a 15 minutos cada una.[14]
    • Sin embargo, ten en mente lo que las cotorras monje escuchen de ti (o de la televisión, etc.), ya que generalmente son imitadoras habilidosas y entusiastas.[15]
    • Consulta también Cómo cuidar a un loro para obtener más ideas de juegos.
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    Mantén a la cotorra activamente involucrada. Las cotorras monje quieren ser "parte de la acción", así que no las aísles en una jaula bien alejada en un lugar de poco tráfico. Como un niño pequeño, la atención regular y activa hará que tu cotorra monje sea más feliz y saludable.
    • Ubica la jaula en un espacio principal, como una sala. Sin embargo, colócala en una esquina no remota de la habitación de forma que la cotorra pueda sentirse activamente involucrada y a la vez tener un trozo de territorio que pueda ser suyo.[16]
    • Dale al ave también bastante tiempo diario fuera de la jaula. Haz esto no solo para la hora de juego sino en lo posible también durante actividades diarias. Haz que tu cotorra sea una verdadera parte de la familia.
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    Acepta el caos. Si prefieres que tu hogar y tu vida sean pulcros y ordenados, silenciosos, reglamentados y predecibles, es probable que una cotorra monje (o, de hecho, cualquier cotorra) no sea para ti. Si puedes aceptar un enorme desorden ocasional, un reloj desaparecido y graznidos regulares a cambio de un poco de diversión y compañía constante, una cotorra monje podría ser justo lo que necesitas.

Consejos

  • Debido a que las cotorras monje destruyen juguetes fácilmente, trata de hacer algunos tú mismo en lugar de comprar nuevos constantemente.
  • Evita usar cualquier utensilio de cocina antiadherente, ya que los gases que emiten cuando se calientan son fatales para las cotorras.

Advertencias

  • Aunque las cotorras monje son generalmente buenas habladoras, nunca compres una por su habilidad para hablar. Es posible que tu cotorra hable o no hable.
  • Si vas a comprar una cotorra joven, siempre asegúrate de que el lugar de donde la compres obtenga a sus aves de criadores de calidad. Pregúntales de dónde obtienen sus aves y si tienen pruebas escritas de que las aves fueron criadas en cautiverio. ¡No compres aves de tiendas de mascotas que no estén dispuestas a proporcionar esta información! El comercio ilegal de cotorras existe debido a que la mayoría de los compradores no se molesta en pedir pruebas de crianza.

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 63 571 veces.
Categorías: Aves silvestres