Un forúnculo es una infección cutánea que causa la formación de protuberancias llenas de pus debajo de la piel que son muy dolorosas y antiestéticas. Afortunadamente, en muchos casos es posible tratar un forúnculo de manera natural en casa, y las personas no suelen necesitar atención médica. Sin embargo, ten cuidado de no propagar la infección. Ten paciencia y sigue los pasos correctos para curar el forúnculo sin experimentar complicaciones. Si no desaparece después de dos semanas o causa mucho dolor o fiebre, pide una cita con tu dermatólogo para recibir un tratamiento profesional.[1]

Método 1
Método 1 de 2:
Realizar los cuidados adecuados de la herida

Tratar un forúnculo de manera apropiada requiere paciencia mientras permites que se seque. Si bien puede ser un proceso lento, evita mayores dolores, inflamación e infecciones. Si has tratado el forúnculo en casa durante dos semanas y no desaparece ni mejora, pide una cita con un dermatólogo para obtener un tratamiento profesional.[2]

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    Evita explotar, apretar o pellizcar el forúnculo. Por más tentador que sea, explotar un forúnculo hará más mal que bien. Lo único que lograrás será propagar las bacterias que contiene en toda la piel, lo cual puede causar la formación de más forúnculos en distintas partes del cuerpo. Es probable que también lleves el pus a una capa más profunda de la piel y se forme un absceso. Ten paciencia y trata el forúnculo de manera apropiada sin explotarlo. [3]
    • Si visitas a tu dermatólogo, es probable que haga una punción y drene el forúnculo, pero esto no es lo mismo que reventarlo en casa. Un dermatólogo es un profesional de la medicina que cuenta con un equipo esterilizado, por lo que puede hacerlo sin causar un mayor daño.
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    Lava el forúnculo con jabón antibacteriano y agua dos veces al día. Mantener el área limpia es muy importante para evitar que el forúnculo se propague o infecte. Mójalo con agua tibia y frótalo suavemente con jabón común. Luego, enjuaga todos los restos de jabón. Hazlo dos veces al día hasta que el forúnculo se cure, incluso después de que comience a drenar.[4]
    • No ejerzas mucha presión en el forúnculo al lavarlo, dado que podrías causar irritaciones o romper la piel.
    • No es necesario que uses un jabón fuerte. Los jabones antibacterianos normales funcionan bien.[5]
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    Coloca un paño tibio en el forúnculo y déjalo actuar por 10 o 20 minutos, tres o cuatro veces al día. Esto ayuda a llevar el pus hacia la superficie y drenar el forúnculo. Humedece una toalla en agua tibia y presiónala contra el forúnculo. Mantenla en su lugar durante 10 o 20 minutos a la vez.[6]
    • Este tratamiento no actuará de inmediato. Tendrás que continuar por cinco o siete días seguidos para llevar el pus a la superficie. Ten paciencia y sigue con el tratamiento con calor tres o cuatro veces al día hasta que el forúnculo comience a drenar.
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    Cubre el forúnculo después de que se rompa. Después de algunos días de tratamiento con calor, el forúnculo comenzará a drenar. Cuando esto ocurra, mantenlo cubierto en todo momento con gasas esterilizadas. Esto evita que la infección se propague y aleja a las bacterias de la herida.[7]
    • Ponte un vendaje limpio cada vez que laves o sumerjas el forúnculo para evitar infecciones.
    • Si usas un vendaje adhesivo, asegúrate de que la parte con pegamento no toque el forúnculo.
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    Sigue aplicando calor por al menos tres días después de que comience a drenar. Cuando el forúnculo se rompa, habrá restos de pus debajo de la superficie de la piel. Sigue aplicando calor tres o cuatro veces al día durante al menos tres días después de que comience a drenar para quitar el pus restante. Si quedan restos, el forúnculo se volverá a formar.[8]
    • Quizás te veas tentado a comenzar a apretar el forúnculo para quitar el resto de pus. Sin embargo, es importante que no lo hagas. Permite que salga de manera natural para evitar mayores infecciones o inflamación.
    • Si pasan tres días y el forúnculo aún parece inflamado u observas pus en la herida, sigue aplicando calor para quitar el resto.

Método 2
Método 2 de 2:
Evitar la propagación del forúnculo

A diferencia de las espinillas o el acné, los forúnculos son contagiosos. Podrías propagar la bacteria a otras partes del cuerpo u otras personas. Mientras esperas a que se cure, toma las medidas necesarias para contener la bacteria y asegúrate de contener el forúnculo.

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    Lávate las manos antes y después de tocar el forúnculo. Esto es muy importante para alejar las bacterias del forúnculo y evitar que se propague a otras partes del cuerpo. Cada vez que laves el forúnculo, cambies el vendaje, apliques una toalla o lo toques de alguna forma, lávate bien las manos antes y después.[9]
    • Es por este motivo que es importante mantener el forúnculo cubierto, dado que evita que lo toques por accidente y propagues la bacteria.
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    Lava las toallas o los paños que uses para lavar el forúnculo después de un uso. Tan pronto como uses toallas o paños en el forúnculo, estarán contaminados, así que no debes usarlos más de una vez. Ponlos en la lavadora tan pronto como termines de usarlos, y lávalos bien antes de volver a usarlos.[10]
    • Una buena idea es designar algunas toallas o paños específicos para limpiar el forúnculo para no confundirte y usar los incorrectos. Esta es una buena forma de evitar la propagación de la infección.
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    Sella los vendajes usados y las gasas en una bolsa plástica. Los vendajes usados y las gasas pueden propagar la infección, así que procura contenerlos. Ponlos en una bolsa plástica sellada y tíralos a la basura. Esto evitará que el líquido se filtre.[11]
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    Lava tus prendas y ropa de cama con agua caliente para matar las bacterias. El forúnculo podría propagarse a otras partes del cuerpo en tus prendas o ropa de cama, así que lávalas de manera regular. Usa el programa con agua caliente para matar las bacterias que puedan tener.[12]
    • El agua caliente puede dañar algunas telas o causar decoloraciones. Revisa la etiqueta de cuidados de todas tus prendas y ropa de cama para asegurarte de que sea seguro usar agua caliente.
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    Usa tus propias toallas, sábanas, paños y artículos personales. Los forúnculos también pueden propagarse a otras personas, así que no compartas nada con quienes convivas. Usa tus propias toallas y artículos personales para que nadie se contagie de la infección. Tampoco debes compartir la ropa.[13]
    • Usar tus propios artículos personales es una buena práctica incluso cuando no tengas un forúnculo, dado que evita la propagación de todo tipo de infecciones entre las personas.

Consejos

  • Aplicar una crema antiséptica o un aerosol en el forúnculo no lo curará, dado que la crema no puede penetrar en la piel. Todo lo que necesitas es agua y jabón.[14]
  • Lavar el forúnculo no hará que desaparezca más rápido. El motivo principal por el que es importante lavar el área es para evitar la propagación del forúnculo.[15]
  • Si el forúnculo causa mucho dolor, algunos analgésicos de venta libre (como el ibuprofeno) pueden ayudar.[16]

Advertencias

  • Existen muchos remedios naturales para los forúnculos en internet, incluyendo el aceite de árbol de té o de neem, cúrcuma y ajo. No hay estudios que demuestren que estos tratamientos son efectivos, y ningún médico los recomienda como tratamiento casero. Evítalos para no hacer más mal que bien.[17]
  • Llama a tu médico si el forúnculo se forma en el rostro, la columna vertebral o el ano. Estos forúnculos podrían requerir un tratamiento especial.[18]

Acerca de este wikiHow

Zora Degrandpre, ND
Coescrito por:
Doctora en salud natural
Este artículo fue coescrito por Zora Degrandpre, ND. La Dra. Degrandpre es una médico naturista con licencia en Vancouver, Washington. También es revisora de subvenciones para los Institutos Nacionales de Salud y el Centro Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa. Recibió su doctorado en neuropatía en el Colegio Nacional de Medicina Natural en 2007. Este artículo ha sido visto 18 585 veces.

Descargo de responsabilidad médica

El contenido de este artículo no pretende ser un sustituto del consejo, examen, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre debes comunicarte con tu médico u otro profesional de salud calificado antes de comenzar, cambiar o suspender cualquier tipo de tratamiento de salud.