Puede ser muy difícil decir que no. Quizás un amigo te ha pedido un favor o un colega te ha pedido que le cubras el turno en la tarde. ¿Cómo puedes mantenerte firme sin sentir culpa (o, peor aún, hacer algo porque te sientes culpable)? No te preocupes. Este artículo reúne bastantes trucos y consejos para ayudarte a mantenerte firme en el futuro.

Método 1
Método 1 de 11:
Dilo en términos simples.

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    No es necesario que decirle que no a alguien sea complicado. De hecho, los expertos sugieren que tu explicación permanezca corta y al grano. Al dar una explicación larga e interminable sobre por qué no puedes hacer algo, es posible que quien te lo pida siga insistiéndote. En cambio, dale una explicación corta y breve.[1]
    • Podrías decir "Lo siento, ese día estoy ocupado" o "Me encantaría ayudarte, pero mi horario está muy ocupado ahora mismo".
    • Asimismo, podrías decir "No, tengo mucho que hacer este fin de semana" o "Lo siento, eso en realidad no me interesa".
    • Puede ser muy difícil decir que no al principio, sobre todo si te preocupa decepcionar o molestar a la otra persona. Intenta recordarte que tu tiempo vale tanto como el suyo y que nadie tiene derecho automáticamente a tu energía y tu tiempo libre.
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Método 2
Método 2 de 11:
Habla con firmeza.

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    Es posible ser asertivo sin ser grosero. Opta por palabras firmes y definitivas al decir que no de forma que no haya espacio para una negociación adicional. Con suerte, quien te lo pida te dejará en paz y pasará a otra persona.[2]
    • Si un colega te pide ayuda, podrías decir "Lo siento, no puedo ayudarte ahora mismo. Si tengo tiempo libre, definitivamente te lo haré saber" o "He estado trabajando turnos dobles los últimos 3 días y no tengo la energía para cubrir a nadie ahora mismo".

Método 3
Método 3 de 11:
Mantente firme.

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    En algunos casos, las personas no siempre aceptan un no como respuesta. Si la primera vez que te niegas no le transmite el mensaje, mantente firme. Vuelve a decirle que no puedes cumplir con lo que te pide y que no cambiarás de opinión. No hay problema con ser un poco prepotente, sobre todo si quien te lo pide no da su brazo a torcer. No olvides que no estás obligado a ayudarlo y que no eres una mala persona por decir que no.[3]
    • Si un vendedor molesto no te deja en paz, podrías responderle "Como dije antes, no me interesa" o "Sé que usted no se rinde fácilmente, pero no cambiaré de opinión al respecto".
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Método 4
Método 4 de 11:
Recuérdale a quien te pida el favor que no es nada personal.

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    Decir que no no quiere decir que rechazas a la otra persona. En cambio, explícale que tan solo no tienes el tiempo ni la energía para cumplir con lo que te pide en ese momento. Podrías ofrecerte a echarle una mano más adelante o pedirle dejar para otro día una invitación, según la situación.[4]
    • Si un amigo te invita a comer, podrías decir "Me encantaría almorzar contigo, pero ahora mismo estoy hasta el cuello de tareas. ¿Podría ser en otro momento?".
    • Asimismo, podrías decir "Aprecio la oferta, pero estoy muy ocupado".

Método 5
Método 5 de 11:
Responde en otro momento si estás nervioso.

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    No existe una regla que diga que debes responder de inmediato. Muchas veces, con simplemente decir "Déjame pensarlo" puedes tener un poco más de tiempo. Si no quieres hacer lo que te pide pero no tienes una excusa preparada, esta es la opción adecuada para ti.[5]
    • No hay ningún problema con pedir un poco más de tiempo para pensarlo, aunque debes tratar de no tomarte demasiado tiempo. Dile a la otra persona cuál es tu decisión en el espacio de unos días.[6]
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Método 6
Método 6 de 11:
Agradece en lugar de fastidiarte.

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    Haz el intento de ver lo que te pide por el lado positivo. El que la persona te haya abordado quiere decir que es probable que te considere responsable y confiable, lo cual definitivamente es un cumplido. No te sientas fastidiado ni obligado sino, en cambio, agradécele por pensar en ti aunque no puedas ayudarla.[7]
    • Si unos amigos o colegas te invitan a beber algo, podrías decir "Es un honor que hayan pensado en mí, pero ahora mismo estoy inundado de trabajo" o "Muchas gracias por avisarme, pero estoy muy ocupado".
    • Si te llama el representante de una organización benéfica, podrías decir "Aprecio mucho que haya pensado en mí. Me encantaría ayudar, pero mi horario está a tope".

Método 7
Método 7 de 11:
Ofrece una excusa como una escapatoria fácil.

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    Tu tiempo vale tanto como el de quien te pida el favor. Evita considerar las excusas como formas de lavarte las manos. De hecho, esto no puede estar más lejos de la realidad. Aunque no puedas ayudar a quien te pida algo, infórmale por qué es así. Es posible que tengas el horario lleno o que simplemente no tengas la energía. Sea lo que sea, díselo directamente. Es mucho más fácil decir que no cuando tienes una excusa como apoyo.[8]
    • Si un amigo te pide que lo ayudes a armar unos muebles nuevos, podrías decir "Lo siento, no puedo ayudarte. Ese día tengo una cita con el dentista" o "Voy a almorzar con mi hermana el sábado, así que no estaré disponible en ese momento".
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Método 8
Método 8 de 11:
Ofrece una concesión en lugar de rehusarte.

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    Las concesiones son un buen punto intermedio para ti y para la otra persona. Si de verdad quieres ayudar, ofrécete en cambio a hacer parte de lo que se te pida. Con un poco de negociación, es posible que encuentres un justo medio.[9]
    • Por ejemplo, podrías sugerir un cronograma diferente para quien te pida el favor. Podrías decir "Estoy ocupado las próximas 2 semanas pero, si no te importa esperar, podría hacerlo en 3".

Método 9
Método 9 de 11:
Sugiere una alternativa para que la persona de todos modos reciba la ayuda que necesita.

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    Fíjate si otra persona puede ayudar. Es probable que no seas el único que puede echarle una mano a quien te pida el favor. Después de decirle que no, sugiérele otra persona que podría ayudarlo mientras tanto.[10]
    • Si tu horario está muy ocupado como para ayudar a otro colega, podrías decir "Esta tarde estoy muy ocupado, pero quizás Carla pueda ayudarte".
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Método 10
Método 10 de 11:
Resiste las tácticas de manipulación.

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    Algunas personas intentan plantear sus preguntas de forma que no puedas decir que no. Si bien esto puede ser muy frustrante, tampoco es el fin del mundo. Con simplemente decir "Lo siento, no me interesa" o "No, gracias" puedes hacer mucho por rechazar a estas personas.[11]
    • Por ejemplo, un vendedor persistente podría preguntar "¿Puedo anotarte para una donación de $5 o $10?", en cuyo caso podrías decir "Lo siento, no tengo interés en hacer donaciones ahora mismo".

Método 11
Método 11 de 11:
Practica en un entorno de bajo riesgo.

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    Decir que no solo se vuelve más fácil con el tiempo. Busca oportunidades fáciles y básicas para decir que no en tu rutina diaria. Quizás tu colega ofrezca comprarte un café o el vendedor en una tienda de sándwiches te pregunte si quieres tomates en tu sándwich. Los rechazos pequeños y simples pueden serte de ayuda para desarrollar tu confianza a medida que trabajas para llegar a conversaciones más grandes.[12]
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Acerca de este wikiHow

Rebecca Tenzer, MAT, MA, LCSW, CCTP, CGCS, CCATP, CCFP
Coescrito por:
Terapeuta en comunicación
Este artículo fue coescrito por Rebecca Tenzer, MAT, MA, LCSW, CCTP, CGCS, CCATP, CCFP. Rebecca Tenzer es la propietaria y médica principal en Astute Counseling Services, un consultorio de asesoría privada en Chicago, Illinois. Con más de 18 años de experiencia clínica y educativa en el campo de la salud mental, Rebecca se especializa en el tratamiento de la depresión, la ansiedad, el pánico, los traumas, el duelo y las relaciones interpersonales a través de una combinación de terapia cognitivo-conductual, terapia psicodinámica y prácticas basadas en evidencias. Tiene una licenciatura en sociología y antropología de la Universidad DePauw, una maestría en docencia de la Universidad Dominicana y otra en trabajo social de la Universidad de Chicago. Se ha desempeñado como miembro de AmeriCorps y también es maestra de psicología a nivel universitario. Rebeca está capacitada en terapia cognitivo-conductual (CBT), es una profesional certificada en trauma clínico (CCTP), especialista certificada en asesoría de duelo (CGCS), profesional en el tratamiento de la ansiedad clínica (CCATP) y profesional certificada en fatiga por compasión (CCFP). Es miembro de la Sociedad Estadounidense de Terapia Cognitivo-conductual y de la Asociación Nacional de Trabajadores Sociales. Este artículo ha sido visto 35 267 veces.
Categorías: Relaciones sociales
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