El gustarte alguien puede conducir a una gran cantidad de emociones confusas. Podrías sentirte insegura por cómo actuar cerca de esta persona o qué decir. Si quieres empezar a salir con un chico, es posible que te sientas nerviosa por lo que pensarán tus padres. Sin embargo, tu mamá puede ayudarte a lidiar con los sentimientos que estás experimentando. También puede establecer las reglas básicas para las citas y relaciones en tu casa. Inicia la conversación al encontrar un buen momento y lugar para hablar. Sé respetuosa y escucha lo que tu mamá tenga que decir. Si surge algún conflicto, lidia con ellos adecuadamente. Enojarse o estar a la defensiva evitará que la conversación se realice sin problemas.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Iniciar la conversación

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    No te estreses por la conversación. Es posible que te sientas nerviosa por sincerarte con tu mamá acerca de un enamoramiento. Puede sentirse extraño hablar acerca de algo tan privado con uno de tus padres. Es posible que te preocupe que tu mamá se moleste porque estás creciendo. Intenta relajarte al iniciar la conversación.[1] [2]
    • Es natural estar nerviosa por abordar este tema con tus padres. Además, puede sentirse extraño tocar este tema. Tu mamá vivió una vida entera hasta el momento en que naciste, por lo que es muy probable que tenga buenos consejos para ti. Generalmente, a los padres les gusta que sus hijos les pidan consejos, por lo que podrías estar abriendo la oportunidad de sentirte más cercana a tu mamá.
    • Probablemente tu mamá haya tenido enamoramientos mientras crecía. Tal vez ella recuerda lo que se siente tener tu edad. Ella entiende que en ocasiones necesitas la guía de un adulto, así que no tengas vergüenza de hablar con ella.
    • Recuerda que tu mamá puede parecer inquieta o preocupada mientras hablas con ella. Es posible que tenga muchas dudas y preocupaciones. No tomes esto como una señal de desaprobación. Tu mamá simplemente está tratando de asegurarse de que estés segura y feliz.
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    Elige un buen momento y lugar para hablar. Debes estar segura de que tu mamá no esté ocupada o distraída. Esfuérzate por encontrar un momento y un lugar que se adapten al horario de tu mamá.[3]
    • Si se sienten cómodas, pueden hablar en un lugar público, pero podría ser más fácil hablar en un lugar privado. Por ejemplo, pueden hablar en tu habitación o en un lugar tranquilo de la casa.
    • Ten en mente el horario de tu mamá al momento en el que decidas cuándo hablar. Si tu mamá siempre está ocupada los miércoles y jueves por la noche, no hablen en esos días. En lugar de eso, elige una noche durante la semana en la que ella siempre esté en casa.
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    Piensa acerca de lo que quieres decir. Realizar una lluvia de ideas con anticipación puede ayudarte a manejar el estrés de la conversación. Tómate un tiempo antes de acercarte a tu mamá para planificar lo que vas a decir.[4]
    • Hacer una lista puede ayudarte. Escribe una larga lista de todo acerca de lo que quieres hablar, al igual que de los sentimientos que estás experimentando. También puedes escribir tus sentimientos en una carta o en un diario.
    • Si te sientes muy nerviosa, practica hablando frente a un espejo o diciendo lo que quieres decir en voz alta. Podría parecer tonto, pero puede ayudarte a prepararte.
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    Inicia la conversación. Acércate a tu mamá y dile que necesitan hablar. Si estás nerviosa, respira profundamente antes de hacerlo.[5]
    • Iniciar la conversación no tiene que ser complicado. Puedes empezar haciéndole saber a tu mamá que quieres hablar.
    • Di algo como “Mamá, ¿podemos hablar?” o “Mamá, hay algo que quiero decirte”.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Tener una conversación productiva

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    Sé honesta. No ocultes información. Querrás construir una relación basada en torno a la confianza, especialmente si estás esperando obtener permiso para salir con alguien. Ser honesta hará que sea más probable que tu mamá confíe y crea en ti.[6]
    • Cuéntale acerca del chico que te gusta. Dile cómo lo conociste y cómo es él. Si te preocupa que a ella no le guste algo acerca de él, cuéntale de todas formas. Es mejor que ella lo sepa por ti a que lo descubra en el camino.
    • Ten en cuenta que tu mamá puede tener sus dudas acerca de este chico por diferentes razones. Si bien esto puede ser frustrante, siempre es mejor ser honesto. Podrías terminar dañando tu relación más adelante si mientes ahora. Si te sientes nerviosa por contarle algo, dile algo como “Sé que tal vez esto no te guste, pero Miguel es dos años mayor que yo”.
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    Introduce el tema. En realidad, hacer que las palabras salgan de tu boca puede ser difícil, por lo que debes mantener la calma. Dile a tu mamá cómo te sientes con respecto al chico y por qué él te gusta. Ser directo siempre es lo mejor.[7]
    • Si te sientes nerviosa, respira profundamente. Di algo como “Mamá, estuve pensando mucho en Miguel últimamente. Creo que tengo sentimientos por él”.
    • La conversación se realizará sin problemas si no haces que tu mamá adivine lo que quieres decir. No te vayas por las ramas. Simplemente expresa que te gusta el chico.
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    Escucha el punto de vista de tu mamá. Es posible que asumas que tu mamá no recuerda cómo es tener tu edad, pero ese no es el caso. Incluso si tu mamá no te dice exactamente lo que quieres oír, escucha lo que ella tiene que decir.[8]
    • Si no estás de acuerdo, intenta ver el lado de tu mamá. Por ejemplo, tal vez estás en primer año y el chico es un estudiante de último año. Tu mamá puede tener dudas debido a que el chico es mayor y tiene más experiencia. Ella también se preocupa por tus sentimientos. Por ejemplo, si el chico va a la universidad el próximo año, podrías terminar con el corazón roto.
    • Trata de escuchar tanto como hablas. Incluso si tu mamá está diciendo algo que no te gusta, evita interrumpirla.
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    Observa cómo se siente tu mamá acerca de que tengas citas. Los hijos y los padres no siempre están de acuerdo acerca de las citas. Si quieres salir con el chico que te gusta, tu mamá podría tener algunas reglas. Presta atención a lo que dice tu mamá para que no hayan malentendidos entre las dos.[9]
    • Si todavía estás en secundaria, es posible que tu mamá no quiera que tengas citas en lo absoluto. Si ella te permite las citas, es posible que haya reglas estrictas. Por ejemplo, te podría permitir asistir a los eventos de la escuela (como bailes y juegos deportivos) con el chico, pero no tener citas a solas con él.
    • Si todavía estás en primaria, es posible que tu mamá no quiera que tengas citas en lo absoluto. Si bien puede ser frustrante, ten en cuenta que tu madre quiere lo mejor para ti de corazón. Aún eres muy joven y todavía te queda mucho por crecer.
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    Mantente abierta a un acuerdo. Es posible que tú y tu mamá no estén de acuerdo con respecto a las citas. Ya sea por cultura, religión o razones personales, es posible que existan reglas estrictas en cuanto a las citas en tu casa. Si tu mamá le dice que no a las citas, analiza si pueden llegar a un acuerdo.[10]
    • Averigua si tu mamá te permitiría salir con este chico en entornos supervisados. Por ejemplo, tal vez él podría ir a pasar el rato en tu casa. Tal vez puedes ir a lugares públicos con él, donde haya gente a su alrededor.
    • También puedes preguntar si podrías tener una amistad con este chico. Tal vez tus padres estarían abiertos a permitirte hacer nuevos amigos, siempre y cuando te mantengas alejada de las citas por ahora.
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    Habla con tu mamá sobre el sexo. Si estás considerando volverte sexualmente activa, entonces es una buena idea hablar con tu mamá acerca del sexo por primera vez.[11] Incluso si simplemente tienes curiosidad sobre el sexo y no planeas volverte sexualmente activa, es una buena idea hablar con tu mamá y hacer preguntas. Probablemente ella sea capaz de responder a tus preguntas e incluso puede quedar impresionada por tu buena disposición para preguntarle al respecto.
    • Intenta decir algo como “Estoy considerando volverme sexualmente activa, pero tengo algunas dudas. ¿Te molestaría si te pregunto algunas cosas?” o “No estoy planeando volverme sexualmente activa, pero tengo algunas dudas acerca de eso. ¿Te molestaría si te hago algunas preguntas sobre el sexo?”.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Lidiar con conflictos

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    Evita compararte con tus hermanos. Tus padres podrían tener reglas diferentes para ti y para tus hermanos. Todos los hijos son diferentes, así que no te sorprendas si te tratan diferente. Por ejemplo, si tu hermano es mayor, es posible que tenga permiso para tener citas y tú no.[12]
    • Evita estar a la defensiva. No digas “Pero tú le permites a Martín tener citas, ¿por qué yo no puedo?”. Es posible que te haga parecer argumentativa, lo cual podría frustrar a tu mamá.
    • Intenta dejar a tus hermanos fuera de la discusión tanto como sea posible. Céntrate en tu relación con tu mamá, y deja a tus hermanos y hermanas fuera de esto.
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    No discutas ni te quejes. Esto probablemente frustre a tu mamá. Eso no te ayudará a encontrar una solución al problema. En el caso de que tu mamá no esté dispuesta a llegar a un acuerdo con ciertas reglas, trata de dejarlo y sigue adelante.[13]
    • Discutir no ayudará a suavizar la situación. Incluso si sientes que las reglas de tu mamá son injustas, desafiarla a una discusión no la ayudará a ver tu punto de vista. En todo caso, se frustrará más. Es posible que piense que eres inmadura, lo cual podría tener como resultado establecer reglas más estrictas.
    • En lugar de discutir, trata de ser madura. Di algo como “Está bien. No estoy de acuerdo, pero respeto que te sientas de esa manera”. En el futuro, puedes intentar plantear el tema nuevamente. Tu mamá puede cambiar de opinión en el camino.
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    Busca soluciones realistas para el desacuerdo. Un compromiso es posible, pero debes mantener tus expectativas alineadas. Por ejemplo, si tus padres son muy religiosos y no permiten las citas en lo absoluto, no puedes esperar que ellos abandonen esa regla completamente. Sin embargo, puede haber formas más realistas de resolver las cosas.
    • Sé madura. Intenta decir algo como “Definitivamente no estamos de acuerdo en esto. ¿Cómo piensas que debemos proceder?”.
    • Averigua si hay alguna manera de cambiar un poco las reglas. Supongamos que tienes 13 años y que tu mamá no quiere que tengas citas hasta los 16. Puedes pedirle que tal vez te permita empezar a tener citas a los 14 o 15 años.
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    Lidia con el hecho de que desapruebe al chico que te gusta. Es posible que a tu mamá no le guste el chico que te gusta. Existe una variedad de razones por las que tu mamá puede desaprobarlo. En esta situación, hay cosas que puedes hacer para enfrentar esto.[14]
    • Intenta entender el punto de vista de tu mamá. Ella viene de una época diferente a la tuya y, como consecuencia, tiene valores diferentes. Si ella critica al chico que te gusta, no critiques su punto de vista.
    • Evita tomar un lado. Está bien si te gusta alguien que no es del agrado de tus padres. Las relaciones, especialmente cuando eres joven, pueden efímeras. No hay necesidad de tomar un lado firme en la situación. Simplemente reconoce los sentimientos de tu mamá sin dejar de aceptar que te gusta ese chico.
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    No escondas la relación de tu familia. Esta es una mala idea. Tus padres querrán saber con quién sales. Ellos se sentirán excluidos si les ocultas cosas. Incluso si tu mamá lo desaprueba, debes decirle si te gusta alguien y quieres salir con él.[15]
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Consejos

  • Trata de preguntarle a tu mamá acerca de su primer amor. Ella podría tener algún conocimiento que ofrecerte acerca de cómo lidiar con tus sentimientos.
  • En el caso de que su respuesta sea negativa no se trata de que ella quiere que te quedes solterona para siempre, que no conozcas a ningún muchacho ni tampoco que te vayas a convertir en monja. Simplemente puede haber razones como:
    • Quizás el muchacho no es buena persona (es drogadicto, tiene malos hábitos, es conflictivo, es patán, es mujeriego, etc.)
    • Desea protegerte del maltrato en las relaciones.
    • Quiere evitar que vayas a quedar embarazada, mucho más si eres menor de 19 años.
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Acerca de este wikiHow

Trudi Griffin, LPC, MS
Coescrito por:
Consejera profesional
Este artículo fue coescrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es un consejero profesional con licencia en Wisconsin especializado en adicciones y salud mental. Brinda terapia a las personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y los traumas en entornos de salud comunitaria y práctica privada. Recibió su maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en la Universidad Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 69 913 veces.
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