¿Tu perro ha destrozado tu par de mocasines favorito? ¿Ha mordido muchas veces al cartero y al repartidor de periódicos? ¿Se ha negado a jugar póquer contigo, sin importar la cantidad de veces que lo has sentado en una silla cómoda, lo has vestido de esmoquin y has puesto un full en sus patas? Cada una de estas situaciones hipotéticas, desde las predecibles hasta la irracional, pueden considerarse como “indeseadas”. Fundamentalmente, tienes que entrenar a tu perro para que se comporte de forma correcta; no obstante, eres tú quien determina su conducta. Para lograr tu objetivo, necesitas comprender el proceso de toma de decisiones de tu perro, evaluar el motivo de esas decisiones y luego enseñarle a comportarse apropiadamente.

Método 1
Método 1 de 3:
Evaluar las causas de los problemas de comportamiento

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    Determina el origen de la conducta de tu perro. Recuerda que los perros toman todas sus decisiones pensando en ellos mismos. ¿Qué consigue con ese comportamiento? ¿Tu atención, ya sea buena o mala? ¿Se convierte en un juego divertido para él? Una vez que hayas determinado el motivo que lo lleva a comportarse así, tendrás más claro qué es lo que debes hacer para modificar esa conducta en un sentido positivo.[1]
    • Analiza los problemas de comportamiento de tu perro desde una perspectiva más amplia. Lo más probable es que su mala conducta se deba a varios motivos. Debes tener en cuenta diversos factores, como su alimentación y el tiempo que pasa ejercitándose o encerrado en una jaula o habitación.
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    Fíjate en tu comportamiento. ¿Estás siempre a disposición de tu perro para gritarle o persuadirlo para que se detenga? Quizá eso sea exactamente lo que quiere de ti. Atención es atención, incluso si estás enojado; tu perro quiere hacerse notar y ser parte de la manada. Si solo te fijas en él o le prestas atención cuando se porta mal, eres responsable por haberle “enseñado” a comportarse así.[2]
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    Observa el ambiente de tu perro. ¿Existe algo prácticamente “irresistible” en su espacio? ¡Para esto tal vez sea necesaria una investigación exhaustiva o quizá se trate de algo que claramente salta a la vista! Si muerde tus pantuflas, retíralas. Si no puede evitar ladrarles a las personas que pasan por la parte externa de tu casa, obstaculízale la vista. Prepáralo para alcanzar el objetivo. Cuando se porte como es debido, dale un premio. Si no hay detonantes, tu perro mejorará su comportamiento.[3]
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    Toma en cuenta su alimentación. ¿Los patrones al inicio de su mala conducta coinciden con un cambio en su alimentación? Así como algunos niños son intolerantes a ciertos alimentos o aditivos, los perros también pueden presentar intolerancia a un ingrediente o conservante en particular de algún alimento, lo cual puede originar hiperactividad y mal comportamiento. Si crees que este puede ser el caso, inicia un proceso de desintoxicación; sírvele nuevamente su alimento original o prepárale una dieta blanda (pollo y arroz) durante un par de semanas y observa si su comportamiento mejora.[4]

Método 2
Método 2 de 3:
Corregir el problema de conducta

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    Descarta el castigo físico. Si has castigado a tu perro más de tres veces por el mismo comportamiento, la sanción no es la adecuada. ¡Recuerda que la definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar que los resultados sean distintos! El castigo físico perjudicará la relación con tu perro y es probable que el problema se agrave. Un castigo no tiene por qué ser físico. Encuentra una opción que no signifique lastimar o asustar a tu perro. No golpees ni lastimes a tu perro en ningún sentido. Esto genera perros agresivos, atemorizados, que no se dejan querer ni abrazar.
    • Nunca golpees a tu perro. En lugar de eso, solo dile “¡No!” con firmeza. Tu perro asociará su comportamiento y lo que has hecho para detenerlo.[5]
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    Retira las cosas que lo estimulan. Si en tu casa o en tu jardín hay objetos, juguetes o plantas que aparentemente “estimulan” a tu perro, sácalas. Dale un juguete que le guste, con el que juegue durante una hora. Consigue un hueso de cuero crudo, un hueso de verdad o un juguete para masticar que sea seguro. Si hay alguna forma de llamar su atención con premios, pasará más tiempo tratando de obtenerlos.[6]
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    Toma en cuenta el adiestramiento con clicker. Este entrenamiento se basa en dar una recompensa inmediata con la ayuda de un clicker (dispositivo pequeño que al presionarlo emite un “clic”). Haz clic e inmediatamente dale un premio a tu perro o acaríciale la cabeza. De esta manera, el adiestramiento con clicker refuerza el buen comportamiento con la rapidez que corresponde a la velocidad de aprendizaje del perro. Funciona basándose en la asociación positiva entre el sonido del clic y la recompensa. Con el tiempo, tu perro considerará que el sonido del clicker por sí mismo es un premio suficiente por su buena conducta. Puedes aplicar el principio de este tipo de adiestramiento a cualquier orden que le quieras dar a tu perro.[7]
    • Haz clic con el dispositivo e inmediatamente dale un premio. Esto crea una asociación positiva con el sonido del clicker. Más adelante, este sonido “calificará” un comportamiento como bueno, de manera que el perro sabrá que ha hecho algo bien.[8]
    • Cada vez que se comporte como tú esperas, deberás hacer clic y darle un premio. Una vez que repita esa conducta de forma regular, podrás identificarla con una orden y darle un nombre. Empieza por relacionar la orden con el comportamiento con la ayuda del clicker.
    • Por ejemplo, antes de enseñarle a tu perro la orden “siéntate”, haz clic, dale un premio y elógialo cuando se siente. Cuando empiece a sentarse solo para obtener su premio, comienza a decir la palabra “siéntate” para que obedezca. Combínalo con el sonido del clicker para darle su recompensa. Con el tiempo, tu perro aprenderá que al sentarse ante la orden “siéntate” obtendrá un premio al sonido del clicker.[9]
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    Recompensa el buen comportamiento. Cuando tu perro se porte como tú quieres, como por ejemplo, si se tumba en lugar de ladrar, dale un “premio”. Es más probable que repita el buen comportamiento y menos probable que insista en portarse mal. Cuando los estímulos de la mala conducta desaparecen y se ofrecen otros que motiven el buen comportamiento de manera constante, el perro pronto aprenderá a responder como tú deseas.[10]
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    Modera tu comportamiento. Intenta dejar de gritarle, persuadirlo o actuar de alguna forma que le indique a tu perro que estás alterado, con ganas de jugar o concentrado en él. Aunque probablemente te sientas muy molesto e incluso furioso, tu perro puede malinterpretarte y pensar que le estás haciendo alguna gracia y querer ser parte del juego. No caigas en la tentación. Es mejor que lo ignores y que no digas nada en lugar de gritar. Arregla el desorden después, cuando el perro esté en otro sitio.
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    Genera confianza. Si tu perro huye de ti y se esconde, tienes mucho trabajo que hacer para reconstruir esa relación que ahora está dañada. La confianza que tu perro te tenía se ha visto vulnerada; por lo tanto, se requerirá mucha constancia de tu parte y un adiestramiento basado en el refuerzo positivo para restablecer una relación que ahora está rota y convertirla en algo maravilloso.
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    Ten paciencia. Los perros aprenden lentamente y no tienen las mismas capacidades reflexivas que los seres humanos. Ellos no pueden aprender de una situación y aplicar el mismo criterio para otras. Básicamente, se necesita tiempo y dedicación para modificar la conducta de un perro. Si has adoptado un perro adulto con hábitos que parecen inalterables, relájate. Los hábitos no son inamovibles. Recuerda que los perros dependen mucho de una situación en particular y eso juega a nuestro favor. Ahora, tu perro tiene una nueva manada y un nuevo hogar; por lo tanto, si estableces los límites y las expectativas tan pronto llegue a la casa, aprenderá. Algunas veces, cuando hay que lidiar con un comportamiento instintivamente programado, como un border collie que arrea a los niños del barrio como si fueran ovejas, no te será fácil adiestrarlo para que deje esa conducta. Es mucho más fácil manejar la situación, en lugar de adiestrarlo para que deje de hacerlo.[11]
    • El tiempo que se requiere para modificar una mala conducta depende de qué tan afianzada esté. Si se trata de una costumbre enraizada, puede resultar complicado romper la asociación entre el comportamiento y la recompensa. De hecho, en el corto o mediano plazo la mala conducta puede empeorar, ya que el perro se esforzará más por obtener la recompensa.[12]

Método 3
Método 3 de 3:
Entender la mente de tu perro

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    Entiende que tu perro aprende a través del ensayo y error. Tu perro actúa de una forma en particular porque espera una recompensa, ya sea comida, un juego o atención. Cuando se porte mal, piensa qué es lo quiere conseguir en materia de recompensas y asegúrate de no dárselo. Lamentablemente, la atención es un premio muy adictivo para la mente de un perro; esto quiere decir que gritarle o regañarlo solo estimula la mala conducta. Cualquier acción ocasiona tres posibles resultados, uno grato, uno incierto y uno desagradable.[13]
    • Lo importante es la respuesta del perro ante esos resultados. Cada uno de ellos provoca una reacción distinta.
    • El resultado grato significa que es probable que la conducta se repita.
    • Un resultado indefinido quiere decir que el perro puede o no repetir el comportamiento.
    • El resultado desagradable significa que es improbable que la conducta se repita.
    • Ahora ya te das cuenta de que gritarle y castigarlo es una recompensa que cambia totalmente la naturaleza de la reacción ante un mal comportamiento; solo empeoras el problema, no lo resuelves.[14]
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    Comprende que tu perro asocia las cosas de forma directa. Los perros viven el momento. Si tu perro muerde tus zapatos favoritos y no lo reprendes inmediatamente, no aprenderá la lección. Si tu mamá llega más tarde, descubre que los zapatos están estropeados y le da un manotazo, el perro asociará el castigo con el amo que ha llegado a casa y lo ha golpeado sin motivo. Por consiguiente, se volverá desconfiado con su amo. Los perros no aprenden nada acerca de lo malo que puede ser morder un zapato.[15]
    • A menudo, el castigo no queda claro para los perros. Si sorprendes a tu perro mordiendo un zapato y lo regañas de inmediato, simplemente podría relacionar el castigo con su dueño, en lugar de asociarlo con el objeto inanimado que ha destruido.
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    Reflexiona acerca de su rutina. Recuerda que los perros son animales de hábitos. Determina si el tuyo está aburrido o ansioso. El aburrimiento más un exceso de energía pueden convertir a un perro normal y bien educado en un revoltoso. Asegúrate de que se ejercite lo suficiente y de que tenga oportunidades de sobra para desplegar su energía física siguiendo rastros y corriendo. Esto lo deja satisfecho y feliz, por lo que es menos probable que al volver a casa haga travesuras.[16]
    • Si cuando no estás en casa tu perro se vuelve destructor, considera la posibilidad de que se sienta ansioso o aburrido en tu ausencia. Prueba dándole un juguete que capte su atención durante 20 o 30 minutos, como un kong relleno de alimento para perro. En los días de calor, llena el kong y mételo en el congelador durante la noche, de tal forma que tu perro tenga una refrescante paleta de helado hecha de alimento para perro con la cual mantener su mente ocupada mientras estás fuera. Es posible que, si supera la primera media hora sin darse cuenta de que te has ido, después esté dispuesto a acomodarse para tomar una siesta.

Acerca de este wikiHow

Toni Woods
Coescrito por:
Adiestradora de perros profesional
Este artículo fue coescrito por Toni Woods. Toni Woods es una adiestradora canina profesional y propietaria de Spot on Dog Training en Washington DC. Con más de 15 años de experiencia, Toni se especializa en mejorar las relaciones entre los perros y sus familias, así como en aliviar el sufrimiento de los perros que experimentan ansiedad por separación. Tiene una licenciatura en biología de la Universidad de Wittenberg y ha impartido la materia de Biología por nueve años. Actualmente dedica su vida a ayudar a perros que sufren ansiedad por separación. Este artículo ha sido visto 15 610 veces.
Categorías: Perros
Resumen del artículoX

Para detener el mal comportamiento de un perro, háblale y reacciona con tranquilidad en vez de gritarle, ya que los perros no responden bien al castigo verbal o físico. Puedes decirle "¡No!" firmemente y con un tono de voz reservado solo para el mal comportamiento. Asegúrate de quitar cualquier objeto, juguete o planta que lo estimule de forma negativa y premia su buen comportamiento con felicitaciones y premios para reforzarlo positivamente. Si quieres más consejos para comprender los problemas de comportamiento de tu perro, ¡sigue leyendo!