Muchas personas aprenden a dirigir un caballo haciendo uso de las riendas. En general, este método resulta eficaz; sin embargo, en algunas oportunidades saber dirigirlo utilizando únicamente las piernas puede ser útil. Al colocar tus piernas en su lugar y ejercer presión sobre el lugar correcto, puedes indicarle a tu caballo que quieres girar a la derecha o a la izquierda.[1] Asimismo, puedes ordenarle que acelere o disminuya la velocidad sencillamente adecuando tus caderas y tu pelvis a la montura.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Dirigir al caballo con tus piernas

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    Flexiona tus piernas debajo de tus caderas. Si quieres dirigir a tu caballo con tus piernas, necesitarás flexionarlas para poder darle la orden. No aprietes sus costillas con tus piernas, ya que podrías salirte fuera de la montura y perder el control que tenías sobre la misma.[2]
    • Mantén tus piernas justo debajo de tus caderas. Tu cuerpo debe permanecer alineado desde tus orejas hasta los talones.
    • Dobla tus pies de tal forma que tus talones queden más abajo que tus pies. Gira tus dedos ligeramente hacia afuera para que la parte inferior de tus piernas tenga más contacto con el cuerpo del caballo.
    • Deja que tus piernas toquen ligeramente el cuerpo del caballo desde los muslos hacia los tobillos.
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    Voltea tu cabeza hacia donde quieras moverte. Esto te ayudará a tener un mejor control de la dirección que quieres tomar. Mantén el mentón hacia arriba y mira directamente hacia un punto fijo (un árbol, un poste, etc.) hacia donde quieres girar. Voltea tus hombros solo un poco. Si los volteas demasiado, corres el riesgo de perder el equilibrio.[3]
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    Gira tu cadera en la dirección deseada. Una vez que hayas fijado la mirada en el punto hacia donde quieres voltear, empieza a girar la cadera en esa dirección. De esta manera, le enviarás un mensaje a tu caballo indicándole que se aproxima un cambio de rumbo. [4]
    • Trata de mantener el resto de tu cuerpo en una posición estable. Solo debes realizar un ligero giro de cadera.
    • Evita girar muy abruptamente; de lo contrario, nuevamente, corres el riesgo de perder el equilibrio.
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    Ejerce presión con tus piernas para realizar el giro. Una vez que tus hombros y caderas estén apuntando en la dirección deseada, deberás usar tus piernas de manera coordinada y controlar la presión que ejerzas con cada una de ellas, ya que esto afectará el giro en gran medida.[5]
    • Ejerce presión ligeramente sobre la parte posterior de la cincha del caballo con la pierna que queda en la parte externa del giro que tratas de concluir. Por ejemplo, si estás girando a la izquierda, tu pierna derecha debe ser tu pierna externa.
    • Utiliza tu pierna interna para ejercer una presión suave sobre la cincha del caballo.
    • Si estás girando a la izquierda, tu pierna izquierda debe hacer presión sobre la parte izquierda de la cincha y tu pierna derecha debe hacer presión justo en la parte posterior derecha de la cincha del caballo.
    • Si hiciste todo de forma correcta, tu caballo habrá girado hacia donde tú querías. Si no lo hizo, sigue practicando o considera la posibilidad de intentarlo con un caballo que esté más dispuesto a cooperar.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Controlar la velocidad de tu caballo

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    Mueve tus caderas de manera coordinada con los movimientos de tu caballo. Mientras montas tu caballo por un área cercada y marcas sus movimientos, empezarás a tener una idea de su ritmo y la cadencia de sus patas.[6] Una vez que aprendas los movimientos de tu caballo, podrás mover tus caderas suavemente de forma coordinada con su ritmo para llevar mejor el control por medio del asiento.[7]
    • Marca el trote elevándote ligeramente de la montura en un tiempo y volviéndote a sentar en un segundo tiempo. No rebotes haciaarriba y hacia abajo, solo muévete suavemente junto con tu caballo.
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    Mantén tu pelvis inclinada ligeramente hacia adelante. Mientras tu caballo se mueve, tu pelvis se balancea hacia adelante y hacia atrás en sincronía con sus movimientos. De manera natural, tu pelvis coincidirá con el paso de tu caballo; sin embargo, puedes cambiar la velocidad manteniendo la pelvis en su lugar y adaptando tus movimientos pélvicos.[8]
    • Inclina tu pelvis ligeramente hacia adelante. Trata de mantener tu centro de equilibrio y no te inclines demasiado hacia adelante o podrías llegar a desorientarte.
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    Acelera los movimientos de tu caballo. Con tu pelvis y caderas en su lugar, podrás estimular a tu caballo a ir más rápido comunicándote con él solo a través de los movimientos de tu cuerpo. Esto puede requerir algo de práctica, así que debes tener paciencia y seguir adelante.[9]
    • Aumenta el contacto entre tus piernas y los costados del caballo. Una presión muy suave le indicará al caballo que quieres avanzar y, el movimiento de tus caderas y pelvis ajustarán su velocidad.
    • Algunos jinetes le dan una suave patada al caballo a los lados, si este no se da cuenta de que tiene que acelerar.[10]
    • Mueve la cadera y la pelvis hacia adelante y hacia atrás a mayor velocidad que el movimiento de tu caballo.
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    Disminuye la velocidad de tu caballo. Una vez que hayas dominado la forma de acelerar a tu caballo, deberás aprender a disminuir la velocidad. Para acelerar, aumentaste el movimiento de la cadera y la pelvis, pero para reducir la velocidad, será necesario que suspendas todos estos movimientos.[11]
    • Tensa los músculos del abdomen y los glúteos. De esta manera, tu pelvis dejará de moverse en la montura.
    • Mantén el contacto entre tus piernas y los costados del caballo. Sin embargo, asegúrate de no apretar o crear tensión con las piernas; trata de mantenerlas relajadas, colgando naturalmente sobre los costados del caballo.
    • Además, puedes indicarle que quieres reducir la velocidad cerrando los dedos alrededor de las riendas.
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    Considera la posibilidad de usar comandos de voz. Puedes probar utilizando comandos de voz con tu caballo; no obstante, esto funciona mejor cuando el caballo ha llegado a asociar esas palabras o sonidos con una acción complementaria.[12] Sin embargo, los caballos entienden fácilmente algunas palabras (como “so”, “quieto” y “atrás”) ya que se expresan de manera constante.[13]
    • Si quieres que tu caballo responda a un comando de voz como “más rápido”, deberás entrenarlo diciéndole “más rápido” mientras haces presión o lo pateas suavemente a los costados.
    • Ten en cuenta el tono de tu voz. El tono en que le hablas es por lo menos tan importante como lo son en sí las palabras que le dices al caballo.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Establece una técnica adecuada

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    Utiliza una montura inglesa. Si estás decidido a aprender a dirigir a tu caballo con las piernas, deberás usar una montura inglesa antes que una montura vaquera. Las monturas inglesas son más pequeñas, más delgadas y más livianas que las vaqueras. Aunque, aparte de las diferencias de las monturas y en la forma de dirigir al caballo, ambos estilos de montar son, en general, muy parecidos.[14]
    • Las monturas vaqueras están diseñadas para cabalgar y estar sentado durante largo tiempo con comodidad, lo cual es fundamental para el trabajo en un rancho.
    • Las monturas inglesas están diseñadas para maximizar el contacto entre el jinete, el lomo y los costados del caballo.[15]
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    Practica constantemente con el mismo caballo. Algunos caballos están más dispuestos que otros a ceder a los comandos del jinete. Si cambias de caballo cada vez que practiques la forma de dirigirlo con tus piernas, quizá no puedas medir tu progreso de manera acertada. Intenta hacerte una idea de cuán colaborador es tu caballo y, si no parece estar dispuesto a seguir las instrucciones que le das con tus piernas y caderas, tal vez debas considerar la posibilidad de intentar con otro caballo.[16]
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    Siéntate sobre tus isquiones. Todo tu equilibrio y gran parte del control al cabalgar se deriva de la forma de sentarte en la montura. Muchos jinetes principiantes se sientan sobre la parte interior de los muslos en lugar de hacerlo sobre los isquiones, pero esto entorpece la capacidad para utilizar la montura como una ayuda para dirigir al caballo.[17]
    • Trata de mantener tus caderas hacia adelante y tirar tus hombros ligeramente hacia atrás, pero no tanto que sobrepasen la altura de la cadera o perderás el equilibrio.
    • Mantén tus codos un poco flexionados y no permitas que tus manos se descuelguen más allá de la montura.
    • Asegúrate de no estar demasiado inclinado hacia adelante; de lo contrario, no podrás hacer presión con tus piernas de forma adecuada.
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Consejos

  • Si recién comienzas a dirigir a tu caballo con las piernas o eres nuevo montando a caballo en general, siempre debes hacerlo con un compañero. Si algo sale mal, querrás tener junto a ti a un jinete con experiencia.
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Advertencias

  • Solo debes intentar dirigir con las piernas a un caballo domesticado, tranquilo y experimentado.
  • Realiza una limpieza rápida del área donde vas a montar para asegurarte de que tu caballo no se asuste con nada. Si estás tratando de dirigirlo con las piernas y repentinamente se levanta sobre sus patas traseras, podrías caerte y lesionarte gravemente.
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Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 28 205 veces.
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