Los caballos son animales inteligentes y elegantes que pueden darles mucha alegría y aventura a sus dueños y a otras personas. Una de las características más emocionantes de un caballo es su capacidad para correr muy rápidamente en las competencias o en las cabalgatas libres por el campo. De hecho, los caballos pueden correr a una velocidad de entre 13 y 88 km/h (8,1 a 55 mph).[1] La mayoría de los caballos nunca alcanzarán una velocidad de 88 km/h (55 mph), pero puedes hacer que el tuyo corra más rápidamente con el acondicionamiento adecuado o con ayudas que le indiquen que acelere.

Método 1
Método 1 de 2:
Acondicionar al caballo

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    Establece un cronograma de entrenamiento. Es posible acondicionar a tu caballo con solo hacerlo correr con regularidad. Sin embargo, si estableces un plan para la forma como quieras entrenar al caballo, esto puede serte de ayuda para medir su progreso y mantenerte enfocado en la tarea.[2]
    • Haz que el entrenamiento se mantenga constante por las primeras 8 semanas. Por ejemplo, quizás debas hacer correr al caballo todos los días durante esta primera fase. Después de desarrollar la resistencia del caballo, puedes reducir a 4 o 5 los días de entrenamiento.[3]
    • Adjudica una cantidad equitativa de tiempo al calentamiento, el trote, el galope, el trote largo y el enfriamiento. Quizás debas establecer una distancia específica, como 6,5 km o 4 millas, y dividir cada sección en kilómetros.
    • Incorpora una variante (por ejemplo, una carrera a toda velocidad) cada cierta cantidad de días para cambiar la rutina de entrenamiento. Esto puede ayudar a desarrollar los músculos del caballo de una mejor manera.
    • Observa y presta atención a los cambios en la condición del caballo todas las semanas. Restablece tus objetivos o el programa de entrenamiento según sea necesario.
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    Revisa la montura del caballo. La comodidad es un elemento importante en la capacidad del caballo para acelerar y puede facilitarles más el acondicionamiento a ti y a él. Asegúrate de que la montura esté ajustada adecuadamente y no haya nada roto ni desgastado para ayudar a asegurar que el caballo esté cómodo. Una montura incómoda podría hacer que el caballo no quiera ir más rápidamente o mover las patas.[4] Revisa lo siguiente de la montura:
    • el armazón de la silla de montar para asegurarte de que no se mueva
    • las barras de la silla de montar para ver si hay remaches sueltos
    • las solapas para ver si hay puntadas débiles o sueltas
    • las palanquillas para ver si están secas
    • los estribos para ver si están secos y desgastados
    • las bridas para ver si tienen bordes ásperos que podrían lastimarle la boca delicada del caballo
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    Haz calentamiento con el caballo. Antes de comenzar con ninguna rutina o ejercicio de acondicionamiento, es importante que le permitas al caballo calentar las patas y el cuerpo, lo cual puede eliminar el dolor o la inflamación persistente y evitar las lesiones.[5]
    • Deja que el caballo camine a un ritmo pausado por entre 15 y 30 minutos. Podrías hacerlo caminar en ambas direcciones y también en círculos.
    • Ten cuidado al andar en círculos con el caballo. Mantén los círculos suaves e intercalados con las caminatas rectas. Los círculos pueden ser duros físicamente para el caballo.[6]
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    Haz trotar al caballo. Si quieres que corra más rápidamente, deberá trotar cierta distancia. El trote es un ritmo más rápido que una caminata pero más lento que un galope o una carrera. Según tu plan de entrenamiento, puedes hacer que el caballo trote por un determinado tiempo o distancia.[7]
    • Estimula a tu caballo a trotar mediante pistas verbales o físicas (por ejemplo, chasquidos o un empujón suave con los estribos).[8]
    • Añade galopes largos a la fase de trote para desarrollar los músculos del caballo. Por ejemplo, podrías trotar por 30 minutos, luego añadir un galope largo de un minuto y después 15 minutos más de trote. Modifica este patrón como les parezca a ti y a tu caballo.[9]
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    Incrementa el trote a un galope. Alrededor de la mitad del programa de entrenamiento de tu caballo debe ser a ritmo de galope o de carrera. Cuando se sienta cómodo con el trote, dale pistas para que acelere hasta correr.[10]
    • Divide la fase de galope en partes manejables. Por ejemplo, podrías dejar que el caballo galope por 1,6 km (1 milla) y luego dejar que trote por uno o dos minutos antes de comenzar otro trote por 1,6 km (1 milla).[11]
    • Ten en cuenta que quizás tu caballo no pueda galopar distancias largas si se encuentra en las primeras fases del entrenamiento. Disminuye la velocidad o la distancia hasta que esté listo para galopar por un tiempo o distancia específico.
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    Regresa a un trote. Una vez que el caballo haya galopado por el tiempo o distancia establecido, baja la velocidad a un trote, a lo que algunas personas llaman "brisear".[12] Puedes dividir esta fase en dos partes para lograr un entrenamiento óptimo: la primera parte puede ser un trote largo y la segunda un trote lento.[13]
    • Considera la posibilidad de variar el trote con momentos de caminata o de galope para desarrollar la resistencia y los músculos del caballo.
    • Ten en cuenta que el trote largo después de galopar puede alargar la zancada del caballo y ayudarlo a meter la barriga.[14]
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    Enfría al caballo. Los caballos pueden calentarse o sobrecalentarse durante el entrenamiento. Enfriar al caballo después de una buena sesión de entrenamiento puede ayudar a reforzar el entrenamiento, eliminar el ácido láctico de los músculos y evitar que se lastime.[15]
    • Haz caminar al caballo como una forma de enfriarlo. El tiempo de enfriamiento debe mantenerse proporcional al entrenamiento. Por ejemplo, si incrementas la velocidad o la distancia, debes asegurarte de que el caballo tenga más tiempo de caminata al final de la sesión.[16]
    • Dale un premio al caballo por una buena rutina de ejercicios y asegúrate de que tenga agua y comida frescas. Esto le brinda la nutrición e hidratación adecuadas y puede ayudar a que corra más rápidamente.
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    Evalúa la condición del caballo. Cuando hayan pasado alrededor de 45 días, debes poder ver una diferencia en la tonificación muscular y resistencia del caballo. Tómate el tiempo de observar el progreso que haya tenido y haz ajustes al plan de entrenamiento según sea necesario.[17]
    • Dale al caballo el tiempo suficiente de descanso entre sesiones de entrenamiento. Esto puede ayudar a evitar que se lastime. Si tu caballo parece estar aletargado, tiene la crin larga o de aspecto opaco, o muestra indicios de lesión (por ejemplo, cojea), es posible que no esté descansando lo suficiente o tenga un problema para el que se necesite atención veterinaria inmediata.
    • Las lesiones en los ligamentos y los desgarros en los músculos son comunes en los caballos que entrenan demasiado para su condición. Asimismo, es común que los caballos que hayan entrenado en exceso o que no estén en forma no reaccionen con rapidez a las órdenes o pistas. No olvides que no debes exigirle demasiado a tu caballo, y dale bastante tiempo de recuperación entre sesiones.
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    Trabaja con un entrenador. Si no eres experto en el entrenamiento de caballos, podrías contratar a un entrenador u otro profesional equino para que te ayude a diseñar el plan de entrenamiento. Quizás quieras invertir en una sesión privada de entrenamiento. Esto puede ayudar al entrenador a identificar problemas en el andar o la condición de tu caballo, de haberlos. Luego, el entrenador puede sugerir una forma de remediar el problema y ayudar a que tu caballo se vuelva más rápido y fuerte.[18]
    • Haz una lista de preguntas e inquietudes para el entrenador. Asegúrate de incluir los objetivos que tengas para el caballo, una historia clínica y cualquier otra información pertinente. Si el entrenador hace preguntas, asegúrate de ser totalmente honesto. De lo contrario, podrías hacerle daño a tu caballo o evitar que alcance de una forma eficaz los objetivos que hayas establecido.
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Método 2
Método 2 de 2:
Indicarle al caballo que acelere

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    Dale pistas a tu caballo mediante órdenes de voz. Una de las formas más simples y eficaces de lograr que tu caballo corra con mayor rapidez es que se lo ordenes. Los caballos no comprenden las palabras del mismo modo que los humanos, pero sí entienden las órdenes simples (por ejemplo, "trota" o "galopa") e incluso los sonidos como los chasquidos o los besos.[19]
    • Asegúrate de usar palabras cortas y coherentes al darle pistas al caballo. Por ejemplo, si quieres que vaya más rápidamente, siempre debes usar la palabra "galopa" o "corre" y no usarlas de manera intercambiable. Asimismo, debes asegurarte de decir las palabras con claridad.
    • Presta atención al tono y la frecuencia de tu voz. Deben permanecer suaves y amables, ya que el caballo no responderá a los gritos o la ira.
    • Respalda las pistas verbales con otras ayudas o señales hasta que el caballo corra más rápidamente. Después de que tu caballo acelere, no es necesario que le des más órdenes verbales hasta cuando quieras que baje la velocidad.
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    Usa ayudas con las manos. Las riendas constituyen otra forma de comunicarte con tu caballo para que acelere. La mayor parte del tiempo, será necesario que combines las ayudas con las manos con ayudas con las piernas como la forma más eficaz de transmitirle al caballo lo que deseas. Mientras mejor conozcas a tu caballo, comprenderás más las ayudas más eficaces con las manos y las piernas que debas usar.[20]
    • Mueve las manos hacia adelante a la vez que empujas con las piernas para indicarle al caballo que extienda su zancada durante un trote o galope.
    • Mantén las manos niveladas y por encima de la cruz del caballo sin cruzar más allá de su cuello. Utiliza la ayuda con la mano hasta cuando ya quieras que el caballo baje la velocidad.
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    Vincula las ayudas con las piernas a las señales con las manos. La mayor parte del tiempo, las ayudas con las piernas se usan junto con una ayuda con la mano. La ayuda con la pierna refuerza las órdenes y puede darle un empujón suave a tu caballo para que avance. Prueba con distintas combinaciones de órdenes con las manos y las piernas para fijarte en lo que funcione mejor para tu caballo.[21]
    • Revisa para asegurarte de que tu pierna esté en la posición correcta al montar el caballo. Debe quedar justo detrás de la correa de la cincha en la silla de montar, la cual abarca el área más grande del cuerpo del caballo.
    • Aplica una presión suave hacia adentro con la pierna o el pie para indicarle al caballo que avance y suba la velocidad. También servirá darle una palmadita ligera. Si tu pierna choca contra el codo del caballo, ajústala de forma que choque justo detrás de la correa de la cincha. Esto puede evitar la mala comunicación o las lesiones en el caballo.
    • Deja de usar órdenes con las piernas cuando el caballo empiece a correr con mayor rapidez. Puedes volver a usarlas cuando quieras que el caballo baje la velocidad.
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    Evita las ayudas artificiales. Los látigos y las espuelas son ayudas artificiales que algunas personas usan para hacer que sus caballos corran con mayor rapidez. Sin embargo, existe evidencia contradictoria en cuanto a si son pistas eficaces para un caballo. Asimismo, es posible que le ocasionen heridas o traumatismos, y esto podría hacer que sea reacio a correr del todo.[22]
    • Considera la posibilidad de evitar los látigos del todo. La evidencia sugiere que el desempeño de los caballos al azotarlos no es mejor sino, de hecho, peor. Los látigos también pueden lastimar al caballo si se usan en exceso o en las partes equivocadas del cuerpo.[23]
    • Únicamente usa espuelas si eres un jinete con experiencia. Las espuelas se usan en el talón para brindar una ayuda más precisa con las piernas. Sin embargo, pueden ocasionarle daños significativos a los costados del caballo si no se usan de la forma correcta.[24]
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Consejos

  • Asegúrate de que tu caballo tenga tiempo suficiente para descansar entre carreras.
  • Escucha o siente las reacciones del caballo. Evita obligarlo a hacer nada que parezca ocasionarle dolor o incomodidad.
  • Aprende a realizar un desmontaje de emergencia por si acaso pierdas el control del caballo.
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Advertencias

  • Usa siempre un casco para prevenir las lesiones graves o la muerte.
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Cosas que necesitarás

  • caballo
  • silla de montar
  • casco
  • herramientas y ayudas

Acerca de este wikiHow

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Coescrito por:
wikiHow Staff Writer
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