Independientemente de que te acabes de mudar a una nueva casa o apartamento y quieras encontrar la forma de hacer que tu habitación se vea muy bien o de que por fin hayas decidido rediseñar tu habitación tan desordenada y abarrotada, esta es una de las habitaciones de tu hogar en donde es probable que pases una gran cantidad de tiempo. Por tanto, debes asegurarte de que sea un lugar acogedor y bien diseñado de forma que puedas sentirte bien al dormir y relajarte allí.

Método 1
Método 1 de 3:
Determinar la disposición

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    Retira todo lo que haya en tu habitación si es necesario. Lo ideal es empezar con una página en blanco. Por tanto, en caso de que quieras rediseñar tu habitación, pídeles ayuda a tus amigos y págales con una pizza para que te ayuden a despejar todo lo que haya allí.
    • En caso de que haya pasado mucho tiempo desde la última vez que hayas barrido o pasado un plumero a tu habitación, asegúrate de limpiarla bien de forma que puedas obtener una mejor idea del espacio.
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    Considera la circulación de la habitación. Esto se refiere a la forma como las personas podrán desplazarse alrededor de tu habitación. Obtén una idea en cuanto al camino que seguirá alguien al circular por tu habitación con el objetivo de que el acceso al baño y al lugar en donde se encuentre tu armario sea lo más fácil posible a la vez que aún haya suficiente espacio a ambos lados de la cama para poder caminar.
    • Determina de qué forma tanto tú como tu pareja podrán acceder al armario y al baño. Por ejemplo, si tú te levantas temprano pero tu pareja no, podrías disponer las cosas de forma que puedas acceder con más facilidad al baño en la oscuridad o al armario de tu lado de la cama.[1]
    • Puedes probar una circulación simple o una circulación con base en una entrada a un lado de la habitación, aunque esto dependerá de su tamaño y su disposición y de las necesidades de quienes la ocupen. En la mayoría de los hoteles, los planos están diseñados para brindar una circulación simple. Esto es razonable, dado que permite que la disposición sea abierta y funcional.
    • Si tu habitación tiene un baño privado unido a ella o si tiene una puerta en la parte exterior, será un poco más difícil elaborar los planes de circulación. Si cualquiera de estos es el caso para tu habitación, tu enfoque debe estar en asegurarte de que el espacio se mantenga despejado y de que sea fácil desplazarse a través de él.[2]
    • Si te mudaste a una casa nueva y vas a diseñar desde cero la disposición de tu habitación, debes tener en cuenta en dónde ubicarás el baño y el armario, ya que, si el acceso a estos se encuentra antes que la cama, necesitarás un pasillo más largo. Por otro lado, si dispones la circulación de forma que el acceso al baño y al armario pueda realizarse a través de la zona en donde se encuentre la cama, podrás ahorrar espacio, ya que no será necesario un pasillo aparte.
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    Determina la ubicación de las ventanas de la habitación o cuál será la vista. Si lo primero con lo que te encuentras al entrar en una habitación es una agradable vista por la ventana, la impresión que recibirás por lo general será más relajante y acogedora que si la vista al entrar es solo la de la cama.[3]
    • Trata de que la disposición exhiba una ventana grande con una vista agradable y de que no cubra ni obstruya alguna ventana más pequeña. Esto se debe a que estas últimas constituyen una buena fuente de luz natural que le brindará calidez a la habitación.
    • Ten en cuenta que es posible incorporar diseños que puedan bloquear la luz, como las cortinas largas o las persianas, de forma que la luz pueda entrar en la habitación durante el día pero permitiéndote conservar tu privacidad durante la noche.[4]
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    Mide el espacio. Después de determinar aproximadamente cómo te gustaría poder desplazarte por la habitación, emplea una cinta métrica para registrar la longitud y el ancho de la habitación entera. No olvides medir también el espacio entre las ventanas y la puerta y entre el armario y el baño.
    • De esta forma, podrás saber el tamaño que deberán tener la cama, las mesas de noche y los demás muebles de decoración que vayas a comprar.
    • Si vas a decorar la habitación con muebles que ya tengas, al medir el espacio, podrás determinar si todos ellos cabrán según la disposición que hayas establecido o si será necesario deshacerte de algunos muebles.
    • Asimismo, tener estas medidas te ayudará a asegurarte de que haya suficiente espacio entre los muebles para facilitarte el desplazamiento por la habitación.
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    Dibuja la disposición. Antes de regresar todos los muebles a tu habitación, debes partir de una disposición dibujada en una hoja de papel. De esta forma, podrás modificarla o hacerle ajustes sin verte obligado a mover de un lado a otro la cama o la mesa de noche.
    • Asimismo, te ayudará a determinar si todos los muebles existentes permanecerán en la habitación o si deberás deshacerte de todo lo que no se ajuste a la disposición.
    • Si optas por pintar las paredes, ten en cuenta que debes evitar tener que volver a retirar todos los muebles de la habitación. Por tanto, no dispongas los muebles hasta después de tener una versión final de la disposición y el esquema de colores de la habitación.
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    Determina la ubicación de la cama. Esta constituye el mueble clave en tu habitación. Por tanto, una vez que establezcas en dónde estará ubicada, podrás decidir el lugar en el que mejor encajarán los demás muebles de decoración. Nuevamente, en términos de la circulación, hay dos posibilidades principales en cuanto a dónde ubicar la cama:[5]
    • Apoyada contra la pared que se encuentre del lado opuesto a la puerta de la habitación. De esta forma, al entrar en ella, obtendrás una vista agradable debido a que la cama no obstruirá ninguna ventana. La circulación de la habitación será muy simple y abierta.
    • A lo largo de la pared más larga de la habitación. En la mayoría de las habitaciones, hay una pared que no tiene ni ventanas ni puertas. Esta disposición deja un espacio suficiente como para que pueda haber una mesa de noche a cada lado de la cama.
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    Decide si tu habitación tendrá un tocador. Un tocador o armario para la ropa constituirá probablemente el segundo mueble de mayor tamaño en la habitación. Sin embargo, es posible que no sea necesario preocuparte por esto si es que la habitación viene con un armario incorporado. Entre las opciones a tu disposición para colocar el tocador, se encuentran las siguientes:[6]
    • Frente a la cama en una esquina de la habitación. Sin embargo, debes tener en cuenta que se podría reducir la amplitud del espacio al colocar el tocador en una esquina. Puedes ajustarlo de forma que quede contra una pared, mirando hacia la cama.
    • Si vas a colocar una cajonera amplia o un aparador, también podría servirte como un soporte para un televisor. En este caso, sería conveniente colocarlo frente a la cama apoyado contra la pared opuesta para que puedas ver la televisión con facilidad.
    • En cambio, si vas a colocar un tocador de menor estatura, podrías ubicarlo en un extremo de la cama de forma que puedas acceder fácilmente a él y mantener las paredes despejadas y abiertas
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    Elige los muebles de decoración. Después de ubicar los muebles más grandes, observa si aún queda espacio para colocar mesas de noche a cada lado de la cama, sillas decorativas y lámparas de pie.[7]
    • Podrías también colocar un escritorio pequeño y sillas, aunque esto dependerá del espacio a tu disposición en la habitación.
    • Quizás también quieras colocar una otomana al pie de la cama o cerca del armario de forma que haya lugares adicionales en donde sentarse.

Método 2
Método 2 de 3:
Determinar el esquema de colores

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    Elige un color "ancla". Este es el color que resaltarás, acentuarás o complementarás con otros matices de colores,[8] así como también será el color más prominente en la habitación y el que establecerá la sensación o el estilo. Por tanto, debes determinar si prefieres un color ancla neutro, como el blanquecino o el gris claro, para crear un entorno más relajante o si prefieres un color ancla intenso y vívido, como el turquesa o el anaranjado, para crear una atmósfera vibrante.[9] También puedes simplemente optar por tu color favorito.
    • Ten en cuenta que, aunque uses un color ancla más neutro, de todas formas, puedes emplear accesorios como almohadones pequeños, ropa de cama y artículos decorativos pequeños para añadirle puntos de colores vívidos e intensos a tu habitación.
    • También puedes basarte en algún tema para elegir el color ancla, como un tema náutico, un tema de la Francia provincial o un tema del estilo chic californiano.[10]
    • Puedes buscar en sitios web de diseños para habitaciones para encontrar ideas de posibles esquemas de colores.[11] [12]
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    Elige dos matices complementarios. Lo mejor es empezar con dos matices para no abrumar la habitación con demasiados colores, aunque puedes optar por añadir más matices complementarios.
    • El color ancla debe actuar como una referencia para ambos matices. Si el color ancla es más neutro, podrías optar por matices más fríos, como el azul y el verde, o más cálidos, como el rojo y el amarillo. Si el color ancla es más intenso, podrías optar por matices más neutros, como el gris o el blanco, o más brillantes, como el albaricoque o el turquesa.
    • Para obtener una guía en cuanto a cuáles son los posibles matices para un color ancla, consulta un círculo cromático. Si tienes dudas, obtén ideas buscando ejemplos en línea.[13]
    • Puedes combinar los matices con los tonos, las sombras y los tintes de diversas formas. Haz clic aquí para acceder a una guía al respecto.
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    Determina si pintarás las paredes de tu habitación. Después de elegir el esquema de colores, lo siguiente es determinar si pintarás todas las paredes del color ancla o si solo pintarás una para mandar un mensaje.
    • Para obtener consejos sobre cómo pintar una habitación correctamente, lee el artículo Cómo pintar un cuarto.

Método 3
Método 3 de 3:
Finalizar la habitación

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    Regresa tus muebles a la habitación. Después de terminar con la disposición, de finalizar el esquema de colores y de dejar que se seque la pintura, llama a los amigos que te hayan ayudado a retirar todos tus muebles de la habitación y vuelve a incentivarlos con pizza para que te ayuden a regresar los muebles a la habitación.
    • Coloca los muebles ciñéndote a la disposición que hayas establecido. Si las medidas se realizaron correctamente y la circulación del espacio estuvo bien considerada, la disposición de la habitación debe estar bien espaciada y brindar un acceso fácil.
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    Dispón la iluminación en la habitación. Presta atención a la iluminación con la que ya cuentes en la habitación (por ejemplo, una luz en el techo o una luz fijada a la pared) para determinar si es preciso instalar otros dispositivos para mejorar la iluminación actual o añadir lámparas de pie o lámparas para la mesa de noche de forma que la habitación cuente con varias fuentes de luz.
    • Las luces que se colocan en el techo distribuyen la luz uniformemente por toda la habitación y con frecuencia son las que más iluminan. Asimismo, puedes emplear bombillos más tenues para personalizar el nivel de brillo u oscuridad de las luces que haya en el techo. Estos son excelentes elementos para una habitación, aún más si el esquema de colores es neutro.[14]
    • Puedes usar las lámparas de pie para que algunos espacios específicos estén mejor iluminados y hacer que la habitación tenga un entorno más íntimo, sobre todo si colocas estas lámparas junto a la cama o en una esquina de la habitación.
    • Para iluminar áreas específicas de la habitación, puedes colocar también una lámpara sobre una mesa de noche o un escritorio. Este tipo de lámpara también es muy útil para leer y trabajar, sobre todo por la noche, ya que su brillo no es lo suficientemente fuerte como para alterar el horario natural de sueño del cuerpo, además de que no despertará a la persona con quien duermas.[15]
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    Elige la ropa de cama. Esta también es fundamental para el diseño de la habitación, ya que es probable que la cama sea el punto focal. Por tanto, trata de conseguir un cubrecama o una funda para edredón cuyo patrón o diseño combine con el esquema de colores de la habitación.[16]
    • También debes conseguir sábanas de buena calidad, almohadas, cojines y almohadones de decoración para hacer de tu cama un lugar acogedor para recostarse, ya que tu objetivo es que sea cómoda y relajante.[17]
    • Considera la posibilidad de colocar también alfombras decorativas de forma que el espacio sea aún más acogedor.
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    Añade accesorios a la habitación. Para que tu habitación tenga una sensación más personal e íntima, puedes incluir artículos y recuerdos personales. Asegúrate de que estos detalles exhiban tu propio estilo de forma que el espacio no sea tan soso.
    • Decora las paredes colgando obras de arte que te gusten, coloca tus libros favoritos en una mesa o escritorio o dispón una fila de plantas en maceta o suculentas en tu tocador para que tu habitación tenga un toque de naturaleza.[18]
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    Mejora y hazle cambios a tu habitación con el tiempo. No es necesario sentirte presionado para que tu habitación quede lo más completa posible. En cambio, lo más probable es que, conforme vayas añadiendo o quitando determinados muebles o accesorios, tu habitación vaya evolucionando con el tiempo (como ocurre con todo). Para encontrar un excelente diseño, por lo general se necesita tiempo, y lo más probable es que debas perfeccionarlo. Por tanto, no te apresures, tómatelo con calma y diviértete diseñando tu habitación.[19]

Consejos

  • Puedes encontrar en línea diversos sitios web de planificación de habitaciones que te permitirán elaborar un mapa tridimensional de tu diseño y el esquema de colores.[20]

Advertencias

  • Para mover los muebles más grandes, como la cama, el tocador y el televisor, lo mejor es pedirle ayuda a una o más personas.

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