Domesticar a un gato salvaje requiere tiempo, conocimiento y paciencia, además de mucha precaución. Un gato salvaje es uno domesticado que ha vuelto a ser salvaje y no ha socializado con personas. Si el gato o gatito luce saludable y deseas tratar de domesticarlo, recuerda que estos gatos te temerán y es probable que te muerdan. No obstante, si encuentras o recibes un gato o gatito callejero temeroso o asustado que tolera cierta interacción con humanos sin morder, puedes tratar de domesticarlo para convertirlo en un gato aceptable. Es probable que nunca puedas convertirlo en un gato de interior; sin embargo, podría convertirse en un gatito de exterior que te tolere.[1] En ocasiones, todo lo que se requiere para convertir a un gatito asustado en una mascota maravillosa es mucha paciencia. Tu primer objetivo debe ser lograr que se sienta cómodo cerca de ti. Luego deberás llevarlo a una visita muy importante al veterinario para cerciorarte de que esté saludable.

Parte 1
Parte 1 de 5:
Observar la naturaleza del gato

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    Conoce la personalidad del gato. Observa al gato por unos días. De este modo, podrás determinar su naturaleza, en particular cuando las personas se acerquen. ¿El gato les teme a las personas? ¿Luce enojado?
    • Si crees que podría ser peligroso, no debes tratar de sostenerlo. En lugar de ello, llama al centro de control de animales o a una organización humanitaria que pueda capturar y manipular al gato de forma profesional si crees que este puede generar un peligro.
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    Observa el lenguaje corporal de los gatos para obtener pistas. Los gatos comunican sus sentimientos con un lenguaje corporal que puede ser bastante evidente.[2] Por ejemplo, pueden hacer lo siguiente:
    • Un gato furioso tendrá las orejas aplanadas hacia atrás y las pupilas dilatadas, moverá la cola de atrás hacia adelante, y tendrá el lomo encorvado y el pelo erizado. Por lo general, el gato emitirá gruñidos. Este es un signo de que debes retroceder.
    • Si no ha escapado, un gato asustado por lo general permanecerá con el cuerpo recto o tendrá la cola entre las patas. Procede con cautela cuando intentes domesticar a estos gatos.
    • Por otro lado, las orejas de un gato feliz y relajado estarán hacia adelante y alertas, y su cola estará estirada. Su pelaje estará plano (no erizado), y el gato incluso podría estirarse, recostarse y rodar sobre su lomo.[3]
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    Observa la salud general del gato. No estarás cerca del gato, pero podrás observar su salud general desde lejos.[4] Determina si luce delgado o escuálido. Podría tener hambre. Mira su pelaje para determinar si luce saludable, o si luce apelmazado, irregular, calvo o poco saludable de alguna otra forma. Determina si el gato tiene otros problemas evidentes, como cojera, cortes, heridas, etc.[5]
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    Mantente alejado de los gatos que creas que puedan tener rabia. Por lo general, los gatos y los gatitos salvajes no están vacunados y conllevan un riesgo leve de portar el virus mortal de la rabia. Si bien es muy poco común, la rabia en los gatos puede ocurrir principalmente en los gatos y gatitos de exterior que no hayan sido vacunados. Los síntomas de la rabia pueden variar, y esta podría tardar meses en desarrollarse luego de que el gato o gatito se haya expuesto al virus.
    • Los signos clásicos de la rabia en los gatos y los gatitos incluyen a los signos de enfermedad (letargo, dejar de comer y debilitamiento) o los cambios en el comportamiento (agresividad, inquietud, desorientación, parálisis y convulsiones).[6]
    • Si encuentras un gato salvaje con estos síntomas, llama al centro de control de animales y no intentes sostenerlo.

Parte 2
Parte 2 de 5:
Dejar que el gato se adapte a tu presencia

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    Haz que el gato conozca tu voz. Si el gato luce dispuesto a domesticarse, la próxima acción será hacer que se acostumbre a ti y a tu voz. Siéntate cerca de él y háblale con un tono de voz suave y amable.[7]
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    Coloca comida seca o húmeda para el gato. Conforme sigas hablándole al gato, déjale un poco de comida para que la pruebe.[8] Hazlo aproximadamente por 3 días. Mientras tanto, no intentes acercártele.
    • Luego de 3 días, observa si presenta un lenguaje corporal positivo para determinar si luce cómodo con tu presencia. Un gato feliz tendrá las orejas hacia adelante, mantendrá la cola arriba y quizás encorve el lomo. Su pelaje estará plano e incluso podría ronronear.
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    Intenta acercarte al gato con comida. Toma una cuchara con comida para gatos húmeda o atún enlatado, y mantenla tendida conforme te le acerques. Di su nombre o di “gatito”. Si el gato te sisea, esto puede significar que tan solo está asustado y necesita más tiempo para sentirse cómodo en tu presencia. Tómate tu tiempo para dejar que se sienta cómodo comiendo comida seca cerca de ti.
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    Identifica los signos de agresividad. Si el gato muestra algún signo de agresividad, como lanzarse contra ti o gruñir, esto significa que necesitará más tiempo para acostumbrarse a tu presencia. Asimismo, podrías tener que reconsiderar la opción de llamar al centro de control de animales.
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    Usa un producto con feromonas de gato. Si necesitas ayuda para hacer que el gato se sienta bienvenido, podrías probar un producto con feromonas de gato. Estas substancias imitan las feromonas de los gatos que pueden tranquilizar a un gato mediante su aroma.[9] Existen aerosoles con los que puedes rociar el área que esté cerca del gato. Sin embargo, ten en cuenta que el sonido del aerosol puede molestar o asustarlo.
    • También existen toallitas con feromonas con las que puedes limpiar un área determinada. Incluso podrías usar un difusor si el gato se encuentra en un área cerrada.
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    Acaricia al gato con una cuchara. Consigue una cuchara o espátula de cocina larga hecha de madera. Envuélvela con un paño suave. La lana funciona bien para este fin. Tiende con lentitud una cucharada de comida lo suficientemente cerca de ti como para que puedas acercarte sin asustar al gato. Mientras coma, acerca la cuchara poco a poco y acarícialo con ella. Podrías requerir algunos intentos y unos días para lograr que el gato se sienta cómodo con este proceso.
    • Si el gato huye, no lo persigas. Acarícialo en un momento posterior.

Parte 3
Parte 3 de 5:
Hacer contacto con el gato

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    Usa prendas protectoras. Lo mejor es manipular al gato usando ropa protectora hasta que puedas llevarlo a un control con el veterinario. Usa guantes gruesos, una camisa de manga larga y pantalones largos para disminuir la probabilidad de que te rasguñe o te muerda.
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    Acaricia al gato con la mano. Luego de haber acariciado al gato con una cuchara por un tiempo, trata de pasar la mano por debajo de la cuchara y acariciarlo. Solo acaricia los hombros y la cabeza del gato.
    • No te acerques más por su parte inferior. Si un gato se siente amenazado, se pondrá muy a la defensiva. Solo podrás acariciarle la barriga cuando confíe totalmente en ti.[10]
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    Levanta al gato. Levanta al gato con una toalla o una manta.[11] Hazlo después de haberlo acariciado un par de veces. Escoge un momento en el que el gato luzca tranquilo y relajado.
    • Podrías tardar un largo tiempo en llegar a esta etapa. Esto en realidad depende del gato. Algunos nunca llegan a estar verdaderamente domesticados como para poder levantarlos.
    • Si el gato forcejea cuando lo cargas, déjalo ir. Podría llegar a rasguñarte o morderte. Asimismo, podrías arruinar todo tu trabajo duro al llegar a este punto.

Parte 4
Parte 4 de 5:
Acudir al veterinario con el gato

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    Haz que el gato se acostumbre a una jaula. Tendrás que colocar al gato en una jaula para poder transportarlo al veterinario a fin de que le realice una evaluación médica importante. Tendrás que darle un tiempo al gato para que se acostumbre a la jaula.
    • Deja la jaula abierta en tu casa, así el gato podrá explorarla por su cuenta.
    • Coloca su plato de comida frente a la jaula, así será más probable que investigue.[12]
    • Coloca la comida en el interior de la jaula para que el gato entre.
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    Lleva al gato al veterinario. Si con el tiempo puedes llegar a sostener al gato, llévalo al veterinario lo más pronto que puedas. Puedes hacer que evalúe su salud, que lo vacune y que lleve a cabo cualquier otro tratamiento que podría requerir.
    • Vacuna al gato a fin de protegerlo de diversas enfermedades, como la leucemia felina y otras más. Consulta con el veterinario sobre las vacunas que recomienda.
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    Consulta con el veterinario sobre los tratamientos contra las pulgas y antiparasitarios. Es probable que el gato haya estado al aire libre durante toda su vida; por ello, deberás brindarle tratamiento y protección contra las pulgas y los parásitos.[13] El veterinario puede aplicarle tratamientos contra pulgas y parásitos en el mismo centro, o podría recomendarte tratamientos que puedas aplicarle en casa.
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    Haz que esterilicen o castren al gato. Una de las maneras más eficaces en la que puedes ayudar es hacer que la esterilicen si es hembra o lo castren si es macho, así evitarás el nacimiento de gatitos salvajes. El veterinario cortará la punta de su oreja, el cual es un procedimiento indoloro que se realiza cuando el gato está bajo los efectos de la anestesia. Se extraerá la punta de la oreja, lo que será un signo de que el gato ha sido esterilizado a castrado.[14]

Parte 5
Parte 5 de 5:
Socializar a un gatito salvaje

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    Intenta domesticar al gatito entre las 4 y las 6 semanas de edad. Si un gatito se encuentra en la etapa de destete, este responderá mejor a la domesticación. Durante esta etapa, dejará de depender de su madre. Cuando un gatito haya socializado, será adecuado para la adopción.[15]
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    Dale al gatito un lugar en donde sentirse seguro. Cuando no estés trabajando de forma activa para socializarlo, asegúrate de que tenga una habitación pequeña y tranquila a donde pueda ir y relajarse. Podría ser un baño o una habitación extra.[16]
    • Deja una luz nocturna prendida durante toda la noche, así la habitación no estará totalmente oscura en ningún momento.
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    Escoge un lugar adecuado. Es de utilidad aumentar la exposición del gatito a las personas entrenándolo en un área con actividad humana. Podrías probar un área de tu patio en donde otras personas trabajen o jueguen. También podrías probar un área en tu casa.[17]
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    Desciende a la misma altura que la del gatito. No luzcas gigante al quedarte parado junto al gatito. Siéntate en el piso o el suelo junto con él.
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    Dale un poco de comida para gatos húmeda. Puedes emplear la comida como una manera de socializarlo, siempre y cuando el gatito esté saludable. De este modo, podrás animarlo a acercarse a ti, ya que tendrá hambre y querrá comer la comida que tengas. Siéntate cerca del gatito mientras coma.
    • Incluso podrías tratar de colocar el tazón de comida en tu regazo para lograr que el gatito esté cerca de ti.[18]
    • Aleja la comida cuando no estés cerca. De este modo, el gatito asociará la comida con el hecho de estar en tu presencia.[19]
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    Deja que el gatito lama la comida de tu dedo. Luego de que se haya acostumbrado a que estés cerca cuando come, ofrécele un poco de comida de tu mano. Puedes usar comida para gatos húmeda o comida para bebés (dale una comida para bebés con sabor a carne o pollo).
    • Un gatito podría tratar de tragar la comida en lugar de lamerla, ya que esta es la forma natural en la que se la come. Podría tratar de morder con cuidado tu dedo conforme lo alimentes.
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    Empieza a acariciar al gatito. Si el gatito está hambriento y come con impaciencia, trata de acariciarlo con cuidado. Primero acaricia solo la cabeza y los hombros.
    • Si escapa, regresa al paso anterior y dedícale un mayor tiempo.
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    Empieza a acariciarlo sin comida. Luego de que el gatito se haya acostumbrado a tu presencia y a que lo toques, tendrás que emplear el método sin la comida. Esto garantizará que el gatito siga disfrutando que lo acaricies incluso si no le brindas comida. Realiza una sesión de caricias luego de que el gatito haya comido y esté satisfecho.
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    Haz que el gatito conozca a otras personas poco a poco. Si vas a domesticar a un gato teniendo en mente su adopción, tendrás que cerciorarte de que esté socializado con otras personas, no solo contigo.[20]
    • Para empezar, deja que una persona a la vez pase algunos momentos con el gatito. Estas personas también deben tratar de alimentar al gatito primero en un plato, y luego con el dedo. El gatito se acostumbrará a sus voces, aromas y acciones.

Consejos

  • Evita tocar la barriga, la cola y las pezuñas del gato hasta que sepa que no vas a lastimarlo. Estas son áreas sensibles y el animal podría rasguñarte o morderte.
  • Procede con lentitud. Podrías ralentizar el proceso en gran medida si intentas forzar al gato más allá de su zona de confort.[21]

Advertencias

  • Si el gato actúa de forma agresiva, aléjate por un momento.
  • Solo las personas capacitadas para lidiar con gatos salvajes deben tratar de manipular a estos animales.
  • Si un gato te muerde (ya sea salvaje o mascota), acude al doctor para que cure la mordedura. Supervisa los rasguños de gato con cuidado para cerciorarte de que no se infecten.[22]

Acerca de este wikiHow

Pippa Elliott, MRCVS
Coescrito por:
Veterinaria del Colegio Real de Cirujanos Veterinarios
Este artículo fue coescrito por Pippa Elliott, MRCVS. La Dra. Elliott es una veterinaria con más de 30 años de experiencia. Se graduó en la Universidad de Glasgow en 1987, y ha trabajado como cirujana veterinaria durante 7 años. Después, la Dra. Elliott trabajó como veterinaria en una clínica de animales durante más de una década. Este artículo ha sido visto 104 946 veces.
Resumen del artículoX

Para domesticar un gato, háblale suavemente para que se acostumbre a tu voz. Mientras le hablas, ponle comida seca o húmeda en un tazón. También debes esperar 1 o 2 días antes de tratar de acariciarlo para que tenga tiempo de acostumbrarse a ti. Cuando lo acaricies, céntrate primero en sus hombros o pescuezo. Si se muestra reacio a acercarse a ti, puedes usar un producto con feromonas, como pañitos o un espray, lo que ayudará a calmarlo y a hacerlo sentir seguro en tu presencia. Si quieres consejos para preparar a un gato para que lo examine un veterinario y para hacer que un gatito salvaje logre socializar con otros animales, ¡sigue leyendo!