Una vez que termines de escribir un manuscrito, estarás listo para pasar a la fase de edición. La edición es el proceso de releer el primer borrador para buscar puntos que necesiten revisión y hacer los cambios necesarios.[1] Ya sea que escribas un libro, un ensayo, una historia corta o un artículo para enviar a una revista académica, tu manuscrito necesitará una revisión antes de enviarlo a una editorial. La edición involucra corrección, pero va mucho más allá. Aprender a editar un manuscrito puede ayudarte a preparar tu proyecto de escritura para su presentación y publicación.

Parte 1
Parte 1 de 4:
Prepararte para editar

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    Espera para poder leer el trabajo con ojos nuevos. Si recién terminas de escribir el manuscrito, probablemente sientas una merecida sensación de logro. Al estar apegado a tu trabajo inmediatamente después de terminar el manuscrito, puede ser muy difícil distanciarte lo suficiente del escrito como para hacer los recortes y las revisiones necesarios. En vez de iniciar la fase de edición una vez que termines el trabajo, es mejor que lo dejes a un lado durante un tiempo para poder abordarlo con una mirada nueva.[2]
    • Una lectura fresca te permite ver el manuscrito como si estuvieras leyendo el trabajo de otra persona, lo que puede hacer que te resulte más sencillo tomar distancia de tus propias palabras.
    • En caso de ser posible, tómate al menos una semana sin leer o escribir tu manuscrito de cualquier forma. Es posible que puedas mejorarlo si te tomas algunas semanas.
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    Imprime el manuscrito. Cuando estés listo para sentarte y empezar a editar, quizás te resulte útil tener una copia impresa. Ver tus palabras en la computadora podría obligarte a ver el trabajo como lo has hecho durante la escritura. Es decir, las cosas que tenían sentido para ti en tu cabeza se pueden leer de forma diferente cuando se ven como producto final.[3]
    • Algunos escritores consideran que leer las palabras en una página impresa facilita la detección de errores, los puntos débiles y los pasajes mal escritos.
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    Haz una lectura objetiva. Antes de sentarte a editar el manuscrito, quizás te resulte útil leerlo una vez como si fueses un lector que toma un libro impreso. No realices cambios mientras lo lees; aún estás en la etapa de preparación. Simplemente escribe notas en los márgenes cuando encuentres una sección confusa o mal escrita para saber dónde enfocarte cuando lo retomes.[4]
    • Intenta simplemente obtener una impresión general del trabajo como un todo.
    • Piensa en ti mismo como un lector externo. Intenta leer todo el manuscrito en un máximo de tres o cuatro lecturas para poder asimilarlo como un trabajo completo.
    • ¿Hay partes del manuscrito que parecen incompletas o confusas? Toma nota de estas secciones, pero aún no te preocupes por revisarlas.
    • ¿Cuáles son las partes fuertes, atractivas e interesantes del manuscrito? Márcalas para saber qué es lo que menos deseas quitar.
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    Lee el trabajo en voz alta. Esto puede ayudarte a escuchar las palabras en vez de simplemente verlas. Muchas personas consideran que escuchar las palabras en voz alta facilita la detección de errores. [5]
    • Leer en voz alta también ralentiza la lectura, que podría ser otra razón por la que es más fácil detectar errores.

Parte 2
Parte 2 de 4:
Hacer revisiones

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    Revisa el contenido. Revisa el manuscrito con una mirada más crítica. ¿Hay algo en el contenido que no funcione? En el caso de la ficción, ¿hay vacíos en la trama o lugares en los que la narración se desmorone? En el caso de la no ficción creativa (memorias, recopilación de ensayos, reportajes), ¿hay algún vacío en el trabajo en el que quizás algo que tenía sentido para ti no lo tenga para un lector externo? En el caso de un manuscrito académico, ¿la investigación respalda claramente tus conclusiones?[6]
    • ¿Existe alguna conclusión a la que llegues con el escrito que no tenga sentido para un lector?
    • ¿Tiene sentido todo el manuscrito? ¿Es todo coherente de principio a fin? Si tienes una tesis o un argumento central, ¿está completo y suficientemente respaldado?
    • ¿Los personajes son realistas y verosímiles? ¿Son interesantes y complejos, o resultan planos y bidimensionales?[7]
    • En el caso de las obras de no ficción, ¿presentas a cada persona de forma justa y honesta?
    • ¿Hay suficientes detalles sensoriales en el manuscrito? ¿La narración cobra vida y resulta atractiva?
    • Haz las revisiones necesarias para cumplir con estos y otros puntos de interés en el manuscrito.
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    Trabaja en la estructura. Si escribes un trabajo académico, necesitarás una introducción y una conclusión adecuadas. Si el manuscrito es un trabajo creativo, necesitarás un principio convincente y un final sólido. A nivel página por página, todo el manuscrito debe estar organizado con una progresión clara y lógica que lleve al lector de forma natural desde el principio hasta el final.[8]
    • Busca las transiciones que guían al lector de un párrafo al siguiente. Si son débiles o no están, formula una oración o dos que sirvan como transición al siguiente párrafo.
    • Al leer el manuscrito, ¿has perdido el interés en algún momento en la mitad del trabajo? De ser así, quizá tengas que reestructurar el cuerpo del manuscrito. Quizás hayas sobrecargado todas las secciones fuertes al principio y al final, y hayas olvidado enfocarte en el cuerpo de la obra. Vuelve a escribir estas secciones según sea necesario.
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    Haz cambios al nivel de la oración. Una vez que te hayas ocupado de las cuestiones más importantes (como la trama y la estructura), tendrás que examinar detenidamente el vocabulario que utilizas en cada línea. Busca la coherencia en el trabajo de las líneas y oraciones fuertes y perfeccionadas.[9]
    • Asegúrate de que el punto de vista y el tiempo verbal sean coherentes. No hagas un cambio repentino de la perspectiva de una persona a otra, o del pasado al presente o el futuro.
    • ¿Hay oraciones raras que son confusas, toscas o están mal escritas? ¿Hay oraciones mal formuladas? ¿Hay párrafos interminables? Recuerda que los lectores prefieren párrafos breves con mucha acción en vez de párrafos extensos e interminables.
    • Busca y reemplaza o elimina las "palabras muletilla". Estas son las palabras y frases a las que sueles recurrir por comodidad o exceso de confianza. En cambio, parafrasea esas oraciones con una prosa original y fresca o elimina directamente esas partes.[10]
    • Busca oraciones innecesarias (líneas "de relleno") y elimínalas. Sin importar cuánto te guste la forma en que has compuesto una línea, si no es esencial y no contribuye a la trama o al desarrollo de cualquier personaje, es un desperdicio de espacio.
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    Considera la posibilidad de pedir una retroalimentación externa. Sin importar cuán minucioso hayas sido con la edición del manuscrito, es inevitable que haya algunos problemas que no puedas notar. Aquí es cuando puede ser útil contar con un lector externo. Si quieres un editor profesional, puedes buscar servicios de edición en internet. También puedes pedirle a alguien que conozcas y en quien confíes que revise tu trabajo, pero debe ser alguien capaz de darte una retroalimentación objetiva. Es mejor evitar pedir opiniones a tus padres o a tu pareja, dado que quizás les resulte difícil ver más allá de su relación y encontrar problemas que debas mejorar.[11] Haz las siguientes preguntas al lector o revisor:
    • ¿El manuscrito tiene sentido?
    • ¿Las ideas están claras y bien organizadas?
    • ¿La transición entre las ideas, las oraciones y los párrafos es natural y está bien ejecutada?
    • ¿El estilo de escritura es interesante y fácil de entender?
    • ¿Hay problemas gramaticales, sintácticos o de formato?[12]

Parte 3
Parte 3 de 4:
Dar formato al manuscrito

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    Revisa la ortografía de tu manuscrito. Si no has tenido activada la función de revisión ortográfica de tu computadora durante el proceso de escritura, actívala ahora. Revisa la ortografía de todo el documento y busca errores ortográficos, uso inadecuado de mayúsculas y minúsculas y errores gramaticales. Corregir estos errores ayudará a que el manuscrito parezca más profesional y pulido, y podría marcar la diferencia entre la aprobación o el rechazo de una editorial.[13]
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    Utiliza solo espacios simples. Muchas personas han aprendido a escribir poniendo dos espacios después de cada punto. Sin embargo, hoy en día, la mayoría de los editores y editoriales (con relativamente pocas excepciones) solo utilizan un espacio. Tener dos espacios después de cada signo de puntuación obliga al editor a revisar todo el manuscrito y eliminar los espacios innecesarios. Puedes ahorrarle mucho tiempo y esfuerzo a tu editor (y, por tanto, hacer que el manuscrito sea más atractivo) si utilizas el método convencional de un solo espacio después de los signos de puntuación.[14]
    • Si necesitas eliminar los espacios adicionales en el manuscrito y usas Microsoft Word, puedes utilizar la función "Buscar y reemplazar". Simplemente ve a "Editar", pasa el ratón por encima de "Buscar" y haz clic en "Reemplazar". En la sección "Buscar", pulsa la barra espaciadora dos veces, y en la sección "Reemplazar", pulsa la barra espaciadora una vez. Luego, haz clic en "Reemplazar todos".[15]
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    Sigue las pautas de formato solicitadas. Si planeas enviar el manuscrito a una editorial, es importante que sepas bien cuál es el formato que la misma espera. Si no te ha comunicado directamente sus pautas de formato deseadas, visita su sitio web. La mayoría de las editoriales incluyen las pautas en su sitio web que indican el tamaño y el estilo de la fuente, el espaciado entre líneas (por lo general, espacio simple o doble), las sangrías, los márgenes, los saltos de página y los números de página.[16]
    • El tipo de fuente estándar es Times New Roman tamaño 12.
    • Muchas editoriales prefieren que se incluyan los números de página, pero no todas lo hacen. En el caso de las que sí lo exigen, pueden requerir que los números se impriman en la parte superior derecha, inferior derecha o inferior central de la página.
    • Si presentas un manuscrito académico, asegúrate de que las citas tengan el formato esperado por la editorial.[17]

Parte 4
Parte 4 de 4:
Finalizar el manuscrito

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    Dale otra lectura. Una vez que realices los cambios en las oraciones, la estructura y la trama del manuscrito, elimines las partes innecesarias y apliques el formato requerido, vuelve a leer el trabajo. Sin dudas notarás una gran mejora, pero intenta no dejarte llevar por cuán bueno es el trabajo ahora. En cambio, busca partes que puedan necesitar más revisión y enfócate en perfeccionar esas secciones.
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    Busca una opinión externa. Si te sientes cómodo compartiendo tu trabajo con otra persona (un amigo de confianza o un familiar, por ejemplo), hazlo. Al igual que has necesitado una mirada fresca antes de empezar la revisión, la mirada más fresca es la de un lector externo e imparcial. Es posible que aún haya partes del manuscrito que tengan sentido para ti en tu cabeza, pero que para una persona ajena resulten confusas, poco claras o simplemente poco interesantes.[18]
    • Dile al lector que quieres una evaluación honesta y exhaustiva del manuscrito. Diles a tus amigos que reserven los elogios para cuando se publique el trabajo, y diles que quieres comentarios útiles y reflexivos sobre qué puedes mejorar.
    • Si crees que los comentarios que recibes son válidos, haz los cambios necesarios en el manuscrito. Recuerda que es normal que la mayoría de los manuscritos pasen por numerosas y extensas revisiones antes de su publicación.
    • Invita a tus amigos a una buena comida o a una botella de su licor favorito (suponiendo que ambos tengan edad para beber legalmente) para mostrar tu agradecimiento.
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    Presenta el trabajo. Cuando sientas que el manuscrito está bien pulido y completo, será hora de intentar publicarlo. Si tienes un editor o agente, envíale tu obra. Si lo envías a una editorial, confirma que la misma acepte actualmente manuscritos nuevos. Asegúrate de incluir una carta de agradecimiento para mostrar tu aprecio por el tiempo y el interés del editor, agente o editorial, y muestra tu agradecimiento a cualquier otra persona que te haya ayudado a llevar el trabajo a la fase de publicación.

Consejos

  • Asegúrate de dar crédito a cualquier fuente que hayas usado (si correspondiera).
  • Asegúrate de que el manuscrito cumpla con los requisitos de formato de la editorial donde quieras presentar el trabajo.
  • No te molestes demasiado por pequeñeces. Confía en que tu trabajo saldrá adelante y en los comentarios de tus amigos y editores.

Acerca de este wikiHow

Michelle Golden, PhD
Coescrito por:
Doctorado en Inglés, universidad Georgia State
Este artículo fue coescrito por Michelle Golden, PhD. Michelle Golden es profesora de inglés en Athens, Georgia. Recibió su maestría en educación de maestros de artes lingüísticas en 2008 y recibió su doctorado en inglés en la Universidad Georgia State en 2015.
Categorías: Escritura