Este artículo fue coescrito por Patrick Muñoz. Patrick es un coach de voz y oratoria reconocido a nivel internacional. Él se enfoca en los discursos públicos, el poder vocal, el acento y los dialectos, la reducción de acento, el doblaje, la actuación y la terapia del habla. Ha trabajado con clientes como Penélope Cruz, Eva Longoria y Roselyn Sánchez. BACKSTAGE votó por él como el coach de voz y dialectos favorito de Los Ángeles, es el coach de voz y discursos de Disney y Turner Classic Movies, y es miembro de la Asociación de Coaches de Voz y Oratoria.
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Escribir un discurso de despedida tal vez te parezca una tarea abrumadora. Podría ser difícil encontrar las palabras correctas para tu ultimo día, sea en tu graduación, tu jubilación o cualquier otra ocasión. Trata de resumir tus experiencias, agradece a todas las personas involucradas y expresa buenos deseos para el futuro, y hazlo todo con elegancia y encanto. Esta es una tarea difícil, pero si reflexionas con cuidado, podrás escribir el discurso de despedida perfecto.
Pasos
Parte 1
Parte 1 de 3:Decidir qué decir
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1Resume tu experiencia. Piensa en la experiencia global que has vivido en el lugar del que te vas. Quizás sea un trabajo, una escuela, un puesto de voluntario o un lugar en el que has vivido por mucho tiempo. Trata de pensar en lo que has hecho mientras has estado ahí y en cómo contarías del principio hasta el final la historia del tiempo que has pasado ahí.[1]
- Prueba escribir una narración que cuente la historia del tiempo que has pasado en este lugar. No todo lo que escribas tiene que ser adecuado para un discurso. Simplemente escríbelo para ayudarte a recordar todo lo que has hecho y darte cuenta de lo que ha sido más significativo para ti.
- Tu narración podría comenzar con una frase parecida a “Vine a trabajar aquí apenas salí de la universidad y nunca había vivido solo antes. Era tan tímido que no hice amigos en nueve meses. Luego, obtuve ese ascenso un año más tarde y formé lazos estrechos en mi nueva área”.
- No hay problema en escribir aspectos que han sido difíciles, pues los puedes editar después. Podrías incluir algo así: “Detesté tener que pasarme a otra oficina”. Cuando edites el discurso, podrías convertirlo en una anécdota divertida o en una frase como “Incluso cuando tuvimos que pasarnos a la otra oficina, no pude evitar darme cuenta de que mis colegas lograron estar contentos en un tiempo difícil”.
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2Incluye algunas anécdotas selectas. Una vez que hayas escrito tu resumen, piensa si hay alguna anécdota que puedas recordar del tiempo que has estado en ese lugar. Una anécdota puede ser divertida o conmovedora, pero debe tratarse de una historia corta y específica que ayude a hacerse una idea de la vida cotidiana y, a la vez, transmita tus pensamientos y sentimientos en general.[2]
- Una anécdota podría comenzar de esta forma: “Siempre me acordaré de mi tercer día de escuela. A Spencer y a mí nos mandaron a sentarnos uno al lado del otro en el bus. Sin embargo, al tercer día, mi abuela me siguió hasta el bus y dijo que tenía que hablar con Spencer…”.
- Una anécdota puede ser una gran forma de expresar tu aprecio por una persona en específico o ilustrar algo que aprecias del lugar en general. Por ejemplo, la anécdota mencionada podría terminar así: “…por supuesto, desde ese entonces, él nunca me ha dejado” o “…por lo que supe que esta comunidad estudiantil sería finalmente un lugar donde me sentiría como en casa”.
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3Toca un punto serio o sentido. Será bueno que el discurso sea optimista en general, pero también es buena idea tomarte un tiempo para reflexionar sobre lo que has ganado en el tiempo que has pasado en ese lugar y lo que extrañarás. A las personas les gustará que reflexiones un momento y compartas tus sentimientos sobre la ocasión.[3]
- Piensa en las cosas por las que estás agradecido o los momentos que te han ayudado a convertirte en la persona que eres. Incluye una referencia similar a “Cuando John me defendió en nuestro primer año de estudios” o “Cuando el jefe llevó mi propuesta al directorio y me di cuenta de que mi opinión contaba”.
- Piensa en las razones por las que estás triste de irte. Podrías expresarlo con algo como “Sé que un grupo de personas que se cuidan entre ellas de esta forma no se encuentra con frecuencia” o “Aprendí tanto de todas las personas de aquí que me da pena tener que pasar a otra etapa sin ellas”.
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4Incluye buenos deseos. Probablemente otras personas se quedarán cuando tú digas tu discurso de despedida. Exprésales tus buenos deseos a los que se quedan. Trata de ser sincero, aunque no hay problema si haces una o dos bromas siempre que no sean mal intencionadas.[4]
- Puedes desearle buenas cosas al grupo en general de esta forma: “Por supuesto, el próximo año, estoy seguro de que el equipo va a llegar por fin a las nacionales sin mí”.
- También puedes expresar buenos deseos personales de esta forma: “Janet, espero que tu transición al puesto de vicepresidenta sea sencilla. Sé que lo harás excelente. Richard, espero que tengas buena suerte en hacerte cargo de todo el departamento”.
- También puedes expresar las esperanzas y los deseos que tienes para ti mismo, en frases como esta: “No sé lo que viene para mí, pero espero que involucre personas tan buenas como ustedes”.
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Parte 2
Parte 2 de 3:Escribir el discurso
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1Escribe un esquema. Una vez que hayas creado un contenido, será tiempo de organizarlo para que el discurso fluya de manera agradable. Una gran forma de hacerlo es elaborando un esquema. Este es un método para organizar el contenido a fin de darle un orden lógico que un lector o un oyente pueda seguir.[5]
- El esquema puede ser tan detallado como quieras.
- Debe contener espacio para una introducción, el cuerpo del discurso y una breve conclusión.
- Un esquema no contiene el texto completo del discurso. Simplemente incluye puntos y un resumen de cada sección.
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2Inicia el discurso con una frase divertida para romper el hielo. Los discursos que empiezan con una broma o una ocurrencia excelente capturan la atención del público de inmediato. En particular, en el caso de un discurso de despedida, el público estará esperando algo muy seco o pesado. Incluso si la ocasión es un poco solemne, trata de comenzar con algo divertido. Así, dejarás en pie un buen tono y harás que las personas escuchen el resto.[6]
- Una frase para romper el hielo puede ser algún tipo de broma interna o cántico que todos los presentes sepan y puedan apreciar.
- Si alguna de las anécdotas que has escrito es especialmente divertida o enérgica, podría ser una buena forma de abrir el discurso también.
- A veces, una frase célebre o un mensaje inspirador podrían servir a modo de apertura, aunque sería mejor que los guardes para la conclusión.
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3Escribe el cuerpo. El cuerpo del discurso es la parte en la que puedes compartir las anécdotas y resumir el tiempo que has estado ahí, si fuera apropiado. Puedes contar historias sobre personas y experiencias en específico, además de sentimientos más generalizados sobre las personas y el lugar.[7]
- Cuando hables de forma general o hagas un resumen, recuerda “mostrar, no decir”. Esto quiere decir que usualmente es más contundente ser específico y dar detalles o ejemplos en lugar de generalizar.
- Como ejemplo de “mostrar, no decir”, puedes escribir “En mi primer día de trabajo, me di cuenta de que la mitad de la oficina se quedaba una media hora más después de la hora de cierre para asegurarse de que los informes estuvieran listos”, en lugar de decir “Todos siempre trabajan muy duro aquí”.
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4Termina con una frase célebre o una línea culminante. La forma en que termines tu discurso es probablemente lo que recordarán mucho las personas después de que se acabe. Decide si quieres terminarlo con un tono gracioso o serio. Incluso si tu discurso ha sido en gran parte solemne, dejar a las personas con una broma podría ser una buena forma de cerrar. Podría ser un elemento que alivie muy bien la tensión.[8]
- Puedes buscar buenas frases célebres en Internet por tema. Hay frases casi para cualquier ocasión.
- Si eres muy inteligente, podrías terminar con una línea culminante que se enlace con una broma o una anécdota que hayas dicho al principio del discurso.
- Por ejemplo, si lo has iniciado con una frase como “Nunca me olvidaré de mi primer día aquí. Pensé que estaba perdido cuando entré por la puerta y me di cuenta de que había llegado 20 minutos tarde”. Podrías cerrar este discurso así: “Bueno, creo que solo tengo tiempo para esto. Fíjense, cinco años después, todavía me atraso veinte minutos”.
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Parte 3
Parte 3 de 3:Pronunciar el discurso
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1Recita tu discurso para ti mismo. Escribir un discurso es solo un aspecto de toda la presentación. También tendrás que practicar decirlo en voz alta. Esto se debe a que, a menudo, la forma en que escribes un texto no te permitirá mover la lengua con facilidad.[9]
- Revisa las partes que te parezcan confusas o que no fluyan fácilmente. Haz notas o cambios que contribuyan al momento de emitir el discurso.
- Programa el discurso cuando lo pronuncies.
- Dilo frente a un espejo para que puedas ver con qué frecuencia eres capaz de dejar de mirar el papel sin confundirte.
- También puedes practicarlo frente a un amigo cercano y pedirle sus comentarios.
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2Haz que el discurso sea breve. Quizás tengas mucho que decir, lo que dependerá del tiempo que has estado en ese lugar y cuánto ha significadoó para ti. Sin embargo, este discurso no es la oportunidad de dar detalles minuciosos al respecto. Recuerda que las personas probablemente tendrán que volver a trabajar o habrá otras cosas que querrán hacer en su tiempo. Si lo haces correctamente, podrás dar un discurso poderoso en un tiempo corto.[10]
- Un discurso de despedida usualmente debe durar cinco minutos. Diez son aceptables en algunas circunstancias. Un discurso más largo debe reservarse solo para circunstancias muy especiales, como cuando un jefe de estado renuncia.
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3Habla con confianza. Muchas personas se ponen nerviosas cuando hablan frente a un grupo. Hay muchos trucos que te ayudarán a combatir los nervios si fuera necesario. Practica tu discurso muchas veces y después prepárate para pararte frente a un grupo de personas.[11]
- Debes saber que podrías equivocarte. Prepárate para ello. No te recrimines si sucede. Asúmelo y sigue adelante. Incluso podrías burlarte de ti mismo para que el público se sienta cómodo.
- Concéntrate en las personas que parecen conectadas con el discurso. Si están asentando con la cabeza, sonriendo o tienen los ojos fijos en ti, concéntrate en ellas, pues su energía te dará más confianza.
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Consejos
- Cuando tengas dudas, mantente en una nota positiva. Las personas recordarán los sentimientos positivos por mucho tiempo después de que te hayas ido.
- Si vas a hacer bromas sobre otros, asegúrate de que sean ligeras y no se puedan tomar como malintencionadas.
Referencias
- ↑ http://www.write-out-loud.com/farewell-speeches.html
- ↑ http://www.famous-speeches-and-speech-topics.info/speech-topics/farewell-speech.htm
- ↑ http://www.mrmediatraining.com/2013/09/15/how-to-give-a-memorable-goodbye-speech/
- ↑ http://www.write-out-loud.com/farewell-speeches.html
- ↑ http://www.ismckenzie.com/outline-template-for-writing-a-speech/
- ↑ http://www.famous-speeches-and-speech-topics.info/speech-topics/farewell-speech.htm
- ↑ http://www.famous-speeches-and-speech-topics.info/speech-topics/farewell-speech.htm
- ↑ http://www.famous-speeches-and-speech-topics.info/speech-topics/farewell-speech.htm
- ↑ https://www.reference.com/education/write-farewell-speech-b6ac94b4a58e7261