Las infecciones por hongos, también conocidas como candidiasis, se producen a causa de un hongo del tipo levadura llamado Candida albicans y aparecen en la boca, la vagina, la piel, el estómago o el tracto urinario.[1] Las infecciones vaginales por hongos son muy comunes, sobre todo en las mujeres. Asimismo, las personas que tienen un sistema inmunitario débil corren un mayor riesgo de sufrir infecciones vaginales y bucales. La mayoría de estas infecciones pueden tratarse en casa, pero es necesario que consultes con un médico si se trata de tu primera vez o si los síntomas no desaparecen con el tratamiento.

Método 1
Método 1 de 5:
Utilizar medicina tradicional

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    Presta atención los síntomas de una infección por hongos. El riesgo de contraer una infección vaginal por hongos podría aumentar si tomas antibióticos, estás embarazada, o tienes sobrepeso, diabetes o el sistema inmunitario deteriorado. Algunos síntomas de la candidiasis pueden ser:
    • escozor, irritación, dolor o sensación de ardor en el área vaginal;
    • una secreción blanca inodora y grumosa;
    • sarpullidos en la piel, manchas y ampollas en la ingle.
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    Utiliza cremas antimicóticas de venta libre. El médico podría prescribirte un medicamento antimicótico para ayudarte a eliminar la infección o sugerirte alguno de venta libre. Una candidiasis real es provocada por un hongo, así que las cremas antimicóticas de venta libre son uno de los tratamientos que más se utilizan.[2]
    • Si no mejoras después de 3 a 4 días, llama a tu médico para que te dé otras recomendaciones.
    • NO utilices productos de venta libre si estás embarazada o si has tenido infecciones recurrentes. Ve al médico para que te ayude a combatir la candidiasis.
    • Asegúrate de utilizar una crema antimicótica que se promocione específicamente como tratamiento de la candidiasis. Es posible que otras cremas antimicóticas no estén formuladas para utilizarse en el área vaginal.
    • Las cremas de venta libre se administran por un periodo de uno a siete días. Sigue las instrucciones del empaque para saber con qué frecuencia debes aplicártela.
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    Compra un supositorio vaginal de venta libre. Al igual que la crema antimicótica, un supositorio vaginal de venta libre trata la infección al entrar en contacto directo con el hongo que la provoca. Los ingredientes pueden variar un poco, pero normalmente el supositorio contiene componentes antimicóticos como el clotrimazol, el butoconazol, el miconazol o el tioconazol.[3]
    • Los supositorios de venta libre también vienen como tratamientos para utilizarse de uno a siete días. Lee las instrucciones incluidas en el empaque para saber con qué frecuencia debes administrártelos y de qué manera se deben insertar.
    • Un supositorio generalmente será cónico, con una forma de vara o cuña y se tendrá que insertar directamente en la vagina.
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    Toma un medicamento oral de venta libre. Hay tabletas orales de venta libre, pero no son tan frecuentes como los tratamientos tópicos y es posible que no sean muy eficaces contra las infecciones más fuertes. Consulta con tu médico antes de probar un nuevo medicamento, pues algunos tienen efectos secundarios cuando se combinan con otros fármacos, hierbas o suplementos.[4]
    • Lee la etiqueta del empaque para determinar cuál es la dosis y la frecuencia de uso correctas. Un tratamiento de tabletas orales de venta libre por lo general durará entre uno y siete días.
    • Estas tabletas están compuestas de un componente antimicótico apto para ingerirse.
    • Evita el uso excesivo de antibióticos pues estos pueden matar las bacterias beneficiosas que normalmente controlan al hongo Candida.
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    Aplícate una crema de venta libre para aliviar el escozor. Estos medicamentos deben aplicarse solo alrededor de la vulva y no adentro de la vagina. Las cremas vaginales pueden combinarse con corticoides de baja intensidad a fin de reducir la inflamación y el escozor, y por lo general vienen con un aplicador para calcular de manera precisa la cantidad que se va a utilizar.[5]
    • Consulta con tu médico antes de utilizar alguna crema de venta libre.
    • Las cremas son más espesas que las lociones, pero pueden filtrarse. Por lo tanto, piensa en utilizar una toalla higiénica o un protector diario; pero no uses un tampón porque este absorberá la crema y disminuirá su efectividad.
    • Una crema para aliviar el escozor no combatirá la infección, pero aliviará la picazón, la irritación y el malestar general que se asocian con la candidiasis. Debes utilizarla junto con una crema antimicótica, un supositorio vaginal o una tableta oral.
    • Utiliza únicamente una crema que esté formulada para su administración en el área vaginal. Otras podrían alterar el equilibrio de pH en esta área, lo que empeorará la infección.
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Método 2
Método 2 de 5:
Cambiar tu dieta

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    Evita ciertos alimentos y bebidas. Seguir una dieta programada puede ayudarte a reducir la aparición de bacterias que provocan las infecciones vaginales. Algunos expertos recomiendan no consumir alcohol, alimentos azucarados y bebidas que tengan edulcorantes artificiales, así como carbohidratos refinados y productos con una alta concentración de levadura.
    • Algunos productos lácteos, como el queso y la mantequilla, también podrían estimular la candidiasis, pero aún se necesita investigar más este punto.
    • Si tienes niveles bajos de azúcar en la sangre o no sabes bien qué alimentos debes evitar, pídele a tu médico o nutricionista que te elaboren una dieta personalizada.
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    Toma un suplemento de vitamina C. Esta vitamina, también conocida como ácido ascórbico, es un antioxidante natural importante que contribuye a estimular la función inmunológica. Se puede consumir vitamina C como un suplemento dietético en una dosis recomendada de 500 a 1000 mg, dividida en dos a tres dosis al día. También puedes agregar alimentos ricos en vitamina C a tu dieta diaria. Consulta con tu médico antes de tomar un suplemento de esta vitamina si usas algún medicamento inmunodepresor o tienes el sistema inmunitario debilitado. Sin embargo, las fuentes naturales de vitamina C no conllevan efectos secundarios. Algunas de ellas son las siguientes:
    • pimientos rojos o verdes;
    • frutas cítricas como la naranja, el pomelo, la toronja, los limones o los jugos cítricos no concentrados;
    • espinaca, brócoli y coles de Bruselas;
    • fresas y frambuesas;
    • tomates;
    • mango, papaya y melón.
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    Incorpora un suplemento de vitamina E. Esta vitamina es un antioxidante que estimula el sistema inmunitario y podría surtir efecto si la causa de la candidiasis es tu sistema inmunitario debilitado. La dosis recomendada para adultos es de 15 mg al día. Podrás encontrar vitamina E en alimentos como:
    • aceites vegetales
    • almendras
    • maní
    • avellanas
    • semillas de girasol
    • espinaca
    • brócoli
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    Consume alimentos que contengan ácidos grasos omega 3. Los ácidos grasos esenciales pueden contribuir a reducir la inflamación y la sensación de ardor que a menudo experimentan las personas que sufren de candidiasis. Se recomienda ingerir una mezcla de omega 6, que se encuentra en el extracto de onagra, y omega 3, que se encuentra en el pescado o el aceite de linaza. Ingiere 2 cucharadas de aceite al día o de 1000 a 1500 mg en dosis divididas en dos tomas diarias- Algunos alimentos ricos en omega 3 son los siguientes:
    • huevos
    • frijoles pintos o de carita (Castilla), soya
    • tofú
    • salmón salvaje y sardinas
    • nueces; almendras; semillas de chía y de linaza
    • aceite de canola, de pescado y de linaza
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    Consume probióticos. Los probióticos son bacterias beneficiosas que se encuentran comúnmente en el recubrimiento interno de los intestinos y que tienen una función antimicótica que controla la Candida, al tiempo que mejora tu sistema inmunitario. Asimismo, algunos estudios indican que el yogur que tiene cultivos probióticos activos puede contribuir a prevenir la candidiasis. A continuación, se mencionan algunas maneras de aumentar tu consumo de estos cultivos.
    • Prueba suplementos probióticos que tengan una concentración de entre 1 a 10 miles de millones de bifidobacterium hasta dos veces al día.
    • Consulta con tu médico antes de consumir probióticos si tomas medicamentos supresores del sistema inmunitario o antibióticos.
    • Consume 250 ml (8 oz) de yogur natural sin azúcar todos los días para reducir las infecciones vaginales por hongos.
    • También puedes comprar un supositorio vaginal probiótico para ayudar a restablecer el equilibrio de las bacterias en tu vagina.
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Método 3
Método 3 de 5:
Utilizar remedios caseros

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    Come más ajos. El ajo es conocido por sus propiedades antibacterianas y antimicóticas, que se deben a un compuesto natural llamado alicina. Piensa en comer un diente de ajo crudo al día o agregar entre 2 y 3 dientes molidos a tus comidas. En cuanto a los suplementos, toma el equivalente a un diente de ajo al día o una tableta que contenga entre 4000 y 5000 mcg de alicina.
    • El ajo podría interactuar con diversos medicamentos, incluidos los que se utilizan para tratar el VIH. Además, es posible que incremente el riesgo de sangrado en las personas que tienen el sistema inmunitario débil, estén tomando anticoagulantes, hayan sufrido algún tipo de herida o se hayan sometido a una cirugía. Consulta con tu médico antes de utilizar ajos o suplementos a base de ellos.
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    Bebe extracto de equinácea. Esta es una hierba que tiene efectos antivirales y antioxidantes, y que estimula la función inmunológica del cuerpo, reduce la inflamación y recupera el equilibrio hormonal. La equinácea también puede ser beneficiosa si se combina con el econazol, un agente antimicótico que se utiliza para tratar las candidiasis y ayuda a reducir la recurrencia de las infecciones. De acuerdo a estudios, tomar entre 2 y 9 ml de jugo de equinácea o 1 taza de infusión puede contribuir a controlar y enfrentar las infecciones vaginales provocadas por el hongo Candida.
    • Para elaborar una infusión, coloca de 1 a 2 gramos de raíz seca o extracto de equinácea en agua caliente durante 5 minutos; después, cuélala y bébela.
    • La equinácea puede interactuar con diversos medicamentos, así que consulta con tu médico antes de tomarla.
    • Algunas personas experimentan efectos secundarios menores como malestar estomacal, náuseas, mareos y sequedad en los ojos. No tomes la equinácea con el estómago vacío.
    • Asimismo, no la tomes si tienes esclerosis múltiple, tuberculosis, trastornos del tejido conectivo, leucemia, diabetes, VIH o SIDA, cualquier enfermedad autoinmune o algún trastorno hepático.
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    Prueba con un baño de aceite de árbol de té. Este producto es conocido por sus propiedades antivirales y antimicóticas. De acuerdo a estudios, este aceite podría ser eficaz en el tratamiento de infecciones vaginales, pero no se recomienda aplicarlo directamente en esta área; más bien, pruébalo en un baño.
    • Agrega de 10 a 15 gotas de aceite de árbol de té a un baño caliente y sumérgete en él durante 15 minutos. Repite el proceso hasta 2 o 3 veces por semana. Esta medida podría ayudarte a controlar las infecciones vaginales por hongos y evitar que vuelvan a aparecer.
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Método 4
Método 4 de 5:
Evitar las infecciones vaginales por hongos

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    Pon en práctica una buena higiene. Puedes evitar que aparezcan infecciones vaginales o que estas sean recurrentes si mantienes tu área genital limpia y seca. En esta lista se mencionan otros consejos de higiene que podrían ayudarte a evitar la candidiasis.[6]
    • No utilices jabón en el área genital; lávala solo con agua caliente.
    • Cuando vayas al baño, siempre límpiate de adelante hacia atrás.
    • Evita productos como las fragancias, los spráis de higiene femenina o los polvos en el área genital.
    • Cambia tus toallas higiénicas, copas menstruales y tampones cada 2 a 4 horas.
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    Ponte ropa cómoda. Evita la ropa ajustada, como los pantalones apretados, las mallas o las pantis. Estas prendas pueden provocarte irritaciones y empeorar los síntomas. Asimismo, evita estar con ropa de baño o de ejercicios por periodos de tiempo largos y lava las prendas sudorosas o mojadas después de cada uso.[7]
    • Usa ropa interior o pantis de algodón en lugar de seda o nailon, pues estos materiales podrían incrementar la sudoración en el área genital, lo que provoca irritación.
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    Evita las duchas vaginales. Aunque algunas mujeres creen que estas contribuyen a limpiar y refrescar el área vaginal, el procedimiento puede empeorar una candidiasis. Las duchas vaginales pueden cambiar el balance natural del pH en el interior de la vagina, e irritar y dañar la piel y las membranas mucosas, independientemente de que utilices productos herbales o médicos. Las duchas también pueden incrementar el riesgo de presentar infecciones vaginales, enfermedad pélvica inflamatoria y complicaciones en el embarazo.[8]
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Método 5
Método 5 de 5:
Determinar el momento de buscar tratamiento médico

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    Acude al médico la primera vez que experimentes los síntomas de una infección vaginal. Como una infección vaginal puede compartir síntomas con otra condición médica, tu médico deberá brindar un diagnóstico adecuado. En primer lugar, podría recomendarte tratamientos de venta libre o recetarte uno más potente.[9]
    • Tu médico te ayudará a elegir el mejor tratamiento para ti.
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    Acude al médico si tus síntomas no mejoran con los tratamientos de venta libre. Si tus síntomas persisten o empeoran con el tratamiento, podrías necesitar un tratamiento más potente. De manera alternativa, tus síntomas podrían tener una causa distinta. Por suerte, el médico podría brindarte un diagnóstico adecuado y recetarte un tratamiento que te ayude.[10]
    • No sigas usando tratamientos de venta libre por más de 5 a 7 días sin consultar con tu médico.
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    Tu médico podría tomar una muestra de tu vagina o realizarte un examen vaginal. En la mayoría de los casos, frotará un hisopo en tu vagina para recolectar una muestra para luego enviarla a un laboratorio. La prueba confirmará si tienes una infección, así como el tipo de hongo.[11] Como alternativa, el médico podría hacerte un examen vaginal para buscar otros síntomas de infección.[12]
    • Tu médico también podría hablarte sobre los factores de riesgo.
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    Habla con tu médico sobre la posibilidad de tomar un medicamento antimicótico. Estos medicamentos son más fuertes que los que puedes adquirir de venta libre. Tu médico podría recetarte un tratamiento antimicótico de ciclo corto para que lo tomes por 3 a 7 días. Otra opción sería darte un tratamiento antimicótico de una sola dosis llamado fluconazol (Diflucan), el cual generalmente se toma una sola vez.[13]
    • En el caso de una infección grave, el médico puede recetarte dos tratamientos de una sola dosis que tomes cada tres días o podría recomendarte un tratamiento de ciclo largo.
    • Un tratamiento de ciclo corto podría incluir el uso de ungüentos, cremas, supositorios o tabletas.
    • Asegúrate de tomar todos tus medicamentos según lo indicado. De lo contrario, la infección podría recrudecer.
    • Dile a tu médico si existe la posibilidad de que estés embarazada, ya que los medicamentos orales no son adecuados para estos casos. No obstante, las cremas y los ungüentos son adecuados, siempre y cuando tu médico los apruebe.[14]
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El contenido de este artículo no pretende ser un sustituto del consejo, examen, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Siempre debes comunicarte con tu médico u otro profesional de salud calificado antes de comenzar, cambiar o suspender cualquier tipo de tratamiento de salud.

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