Muchas personas piensan que hacer que un gato escuche sus órdenes es imposible. Sin embargo, no es así. Los gatos pueden ser más difíciles de entrenar que los perros, pero con tiempo y paciencia, podrás hacer que te presten más atención. Para empezar, establece un sistema de premios. Busca una manera de hacer que entienda en qué momento se porta bien. Entrénalo a diario en sesiones cortas, para que aprenda qué comportamientos son apropiados. Corrige el mal comportamiento en el momento, pero de forma delicada. Castigarlo solo lo estresará y podría fomentar el mal comportamiento.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Establecer un sistema de premios

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    Determina qué tipo de comida le encanta. Las golosinas pueden ser una manera fantástica de premiarlo por el comportamiento positivo. Sin embargo, el tipo de golosina que le des es importante. Es poco probable que se porte bien por su comida cotidiana. Busca una golosina que le encante y úsala como premio.[1] [2]
    • Compra una variedad de golosinas en la tienda de mascotas local y determina cuál le gusta. Durante el entrenamiento, usa aquellas a las que responda bien.
    • También puedes darle algunos alimentos para personas. A algunos gatos les encanta comer pavo y pollo. Si al tuyo le gusta mucho cierto alimento para personas, este podría servir como un premio.
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    Prueba otros premios. No todos los gatos responderán bien a la comida. El tuyo podría preferir otro tipo de premio. Tal vez le encante un juguete en particular. Podrías premiarlo dejando que juegue con este juguete luego de que se porte bien. Si es muy amigable, acarícialo como premio.[3]
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    Establece una conexión con los premios usando un clicker. Puedes comprar un clicker pequeño en una tienda de mascotas. Puedes usarlo como una manera de indicarle que se está portando bien. Enséñale a asociar el clicker con las experiencias positivas.[4]
    • Entrénalo en un lugar pequeño y tranquilo, libre de distracciones. Esto lo mantendrá enfocado.
    • Al principio, todo lo que necesitarás es establecer que un clic significa que recibirá un premio. Siéntate con él y presiona el clicker. Luego dale un premio de inmediato. Puedes darle una golosina, un juguete o atención.
    • Hazlo cada día hasta que empiece a reaccionar al sonido del clicker. Los gatos se distraen con facilidad; por ello, las sesiones de entrenamiento deben ser cortas. Estas no deben durar más de 5 minutos.
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    Haz sonar el clicker cuando el gato obedezca tus órdenes. Esto reforzará que escucharte es bueno. Él entenderá que el clic significa que recibirá un premio, así que ten el clicker a la mano en la casa. Hazlo sonar cuando obedezca tus órdenes.[5]
    • Por ejemplo, si ves que come una de las plantas de la casa. Dile algo como “Bájate”.
    • Si responde haciéndote caso, haz sonar el clicker. Si no te obedece, no lo hagas sonar.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Reforzar los comportamientos positivos

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    Prémialo en el momento inmediato. Los animales viven el momento presente. El gato no entenderá por qué lo premias si retrasas los premios. Debes dárselo tan pronto como te obedezca.[6]
    • Por ejemplo, imagina que está golpeando a otro gato de la casa con las patas, le dices “No” y deja de molestarlo de inmediato.
    • No esperes unos minutos para premiarlo. Haz sonar el clicker de inmediato y dale un premio.
    • Si vas a usar golosinas como premios, podrías tener que llevar algunas contigo por toda la casa. De esta forma, si te escucha y lo cumple, podrás darle un premio de inmediato.
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    Practica con él todos los días. Esto ayudará a consolidar los comportamientos. Esto lo animará a escucharte más en su vida cotidiana. Puedes enseñarle órdenes pequeñas que lo animen a obedecerte, como ir a ti cuando digas su nombre.[7] [8]
    • Elige un área libre de distracciones y mantén las sesiones cortas. En general, es vital que las sesiones duren menos de 5 minutos. Los gatos tienen periodos de atención cortos.[9]
    • Enséñale a realizar un comportamiento determinado. Prémialo cuando lo realice. Por ejemplo, di su nombre. Si se te acerca, dale un premio.
    • Por lo general, tendrás que entrenarlo en incrementos. Esto significa que primero harás que el gato complete el comportamiento de forma parcial. Por ejemplo, imagina que lo llamas y da unos pasos hacia adelante. Dale un premio. Con el tiempo, sé más exigente y no lo premies hasta que complete una mayor parte del comportamiento.
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    Regáñalo con delicadeza. A los gatos no se les debe gritar por portarse mal, pero deben experimentar alguna consecuencia. Si quieres que el tuyo te escuche, asegúrate de que entienda lo que la palabra “no” significa.
    • Solo tienes que decirle “No” en voz alta cuando se porte mal. No le grites, ya que esto puede alterarlo. Tan solo dile “No” cuando muestre un comportamiento negativo.
    • Si detiene el comportamiento cuando se lo pides, prémialo con golosinas, un juguete o un elogio.
    • Si no te obedece cuando le dices “No”, agrega un aplauso pequeño.
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    Reduce las golosinas y los premios con el tiempo. Con el tiempo, el gato debe portarse bien sin recibir un premio. No tienes que enseñarle que solo debe portarse bien cuando va a recibir algo. Reduce los premios a medida que te obedezca más.[10]
    • Usa el clicker. En el futuro, el gato aprenderá a considerarlo como un premio en sí, ya que le indicará que se está portando bien.
    • Una vez que domine el acto de obedecerte, solo tendrás que premiar el buen comportamiento de manera intercalada. Con el tiempo, no le des premios en lo absoluto.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Evitar las tácticas de entrenamiento negativas

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    No uses una botella rociadora. Muchos defienden la táctica de llevar en la mano una botella rociadora llena de agua de grifo. Si el gato se porta mal, recibirá una rociada rápida como castigo. Sin embargo, esto no le enseñará a portarse bien. Es más, en realidad puede agravar los comportamientos negativos.[11]
    • Rociarlo solo hará que se estrese. Con frecuencia, los gatos realizan comportamientos negativos porque algo anda mal.
    • Podría rasguñar los muebles porque su rascador le desagrada. Castigarlo por rasguñar los muebles no evitará que lo sigua haciendo. Solo aprenderá a rasguñar cuando no estés.
    • La botella rociadora empeorará los comportamientos problemáticos. Si el gato se siente estresado en casa, podría volverse más agresivo y portarse mal con más frecuencia.
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    No lo sujetes del cogote. Esto consiste en sujetarlo de la piel suelta en su cuello para detener los comportamientos negativos. Muchas personas creen que esta táctica establecerá el dominio sobre el gato. Sin embargo, en realidad asustará y humillará a los gatos adultos. Esto no mejorará su comportamiento.[12]
    • La única situación en la que esto es apropiado es una emergencia médica. Por ejemplo, si está lastimado, tendrás que llevarlo al veterinario. Si está alterado y se resiste a entrar a su jaula, sujetarlo del cogote podría ser la única manera de hacer que deje de retorcerse.
    • Si lo sujetas de esta forma debido a una emergencia, suéltalo tan pronto como pase el peligro.
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    No lo castigues. Los gatos no entienden los castigos, y esto solo les causa estrés.[13] Nunca uses algo más que un simple “No” y un aplauso para disuadir los malos comportamientos. No le grites ni lo coloques en una jaula como castigo.[14]
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Advertencias

  • No le des leche u otros lácteos como premios. A los gatos no les cae bien la leche, ya que no pueden digerir los lácteos de forma apropiada. Esta puede causarles vómitos o diarrea.[15]
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Acerca de este wikiHow

Brian Bourquin, DVM
Coescrito por:
Veterinario
Este artículo fue coescrito por Brian Bourquin, DVM. Brian Bourquin, mejor conocido como "Dr. B” para sus clientes, es veterinario y propietario de Boston Veterinary Clinic, una clínica veterinaria y de salud para mascotas con tres sedes: South End/Bay Village, Seaport y Brookline, Massachusetts. Boston Veterinary Clinic se especializa en atención veterinaria primaria, incluyendo atención preventiva y de bienestar; atención médica y de emergencia; cirugía de tejidos blandos; y odontología. La clínica también brinda servicios especializados en conducta, nutrición y terapias alternativas para el manejo del dolor mediante acupuntura y tratamientos terapéuticos con láser. Boston Veterinary Clinic es un hospital acreditado por la AAHA (American Animal Hospital Association), y es la primera y única clínica certificada como Fear Free (reducción de sentimientos de estrés en las mascotas) de Boston. Brian tiene más de 19 años de experiencia veterinaria y obtuvo su doctorado en Medicina Veterinaria en la Universidad de Cornell.
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