Los perros son compañeros maravillosos y traen alegría a muchos hogares. Sin embargo, debes asegurarte de elegir el perro adecuado para tu familia y estilo de vida. Hay una gran variedad en personalidad, temperamento y requerimientos de ejercicios entre las distintas razas. Es necesario tener en cuenta todas estas consideraciones a la hora de escoger un perro para formar parte de tu familia.

Parte 1
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Decidir si debes tener un perro

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    Asegúrate de poder mantener un perro en tu casa.[1] Si tu vivienda es alquilada, revisa tu contrato de alquiler para asegurarte de que está permitido tener un perro. No querrás terminar en una situación en la cual tengas que mudarte o buscarle un hogar a tu mascota debido a un litigio de arrendamiento. No trates de “introducirlo a escondidas”, ya que es imposible ocultar un perro y podrías encontrarte en serios problemas con el arrendador. Ten en cuenta que podría ser necesario pagar un depósito adicional por tener una mascota o una tarifa de limpieza por traer un perro a una vivienda alquilada.
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    Investiga sobre las restricciones de razas. Algunos lugares (países, ciudades, distritos o estados) prohíben razas de perros específicas y debes conocer qué está y no está permitido en tu zona.[2] Consulta las “leyes específicas sobre razas” o las “normas sobre perros peligrosos” en tu zona para averiguar si hay o no restricciones respecto a los tipos de perros que puedes traer a tu casa.[3] Por ejemplo, la ciudad de Fitzgerald, estado de Georgia (de Estados Unidos), permite que los pitbull existentes permanezcan en la ciudad, pero prohíbe que los dueños traigan nuevos a la zona.[4] Contáctate también con tu compañía de seguros para saber si te harán comprar un seguro adicional por traer razas específicas a tu casa. Las razas más comunes que figuran en la lista negra incluyen:[5]
    • Pitbull terrier
    • Staffordshire terrier
    • Rottweiler
    • Pastor alemán
    • Presa canario
    • Chow chow
    • Dóberman
    • Akita
    • Híbridos de lobo
    • Mastín
    • Cane corso
    • Gran danés
    • Malamute de Alaska
    • Husky siberiano
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    Ten en cuenta a los demás habitantes de tu casa. Piensa en las personas y otras mascotas que viven contigo. Si tienes un compañero de cuarto o un familiar que es alérgico a los perros, no le gustan o simplemente no quiere uno, ello es un problema que necesitarás resolver. De igual manera, si tienes otras mascotas que no son compatibles con los perros, es posible que no estés en la capacidad de proporcionarle un buen hogar a uno. No traigas a un perro a un hogar donde podría enfrentarse al temor o la hostilidad.
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    Considera la cantidad de tiempo y energía que puedes dedicarle a un perro. Si trabajas largas horas y el trayecto al trabajo es largo, lo más probable es que no dispongas de tiempo suficiente para estar con un perro. Si los perros no reciben suficiente atención de los miembros humanos de su “manada”, pueden volverse destructivos o muy infelices. La atención significa más que solo amor y afecto.
    • ¿Estás en la capacidad de darle a un perro suficiente ejercicio para mantenerlo feliz mental y físicamente?
    • ¿Estás dispuesto a levantarte temprano para dejarlo salir para que haga sus necesidades?
    • ¿Tu trabajo o estilo de vida involucran realizar muchos viajes que te alejarán del perro?
    • Si es así, ¿puedes pagar los gastos de albergue? ¿Tienes un amigo o un pariente dispuesto a cuidar a tu perro mientras estás de viaje?
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    Asegúrate de poder costear los gastos que implica tener un perro. Dependiendo de la raza que elijas, tu perro podría vivir entre 5 a 15 años.[6] Tendrás que gastar dinero para cuidar de tu mascota durante toda su vida, así que asegúrate de poder costear dicha inversión antes de traer un perro a tu casa.
    • La ASPCA (Sociedad americana para la prevención de la crueldad hacia los animales) estima que en el primer año de adopción de un cachorro, los dueños de razas pequeñas gastan cerca de $1314; los dueños de razas medianas $1580; y los dueños de razas grandes $1843.[7] Dichos gastos incluyen: una visita inicial y única al veterinario (como las vacunas y la esterilización o la castración) y la compra de equipo como jaulas para perros, bolsos de transporte y correas, etc.
    • Después del primer año, el gasto disminuye. Dado que solo hay que pagar las visitas regulares al veterinario, la comida, los juguetes y las licencias, los dueños de razas pequeñas pagan cerca de $580 al año; los de razas medianas $695; y los de razas grandes $875.

Parte 2
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Elegir una raza

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    Decide qué tamaño de perro deseas tener. Una vez que hayas realizado tu investigación inicial y que hayas decidido que puedes criar un perro, necesitas decidir qué tamaño de perro es el más adecuado para ti. Si solo dispones de un espacio pequeño, no puedes tener un perro muy grande. En algunos casos, incluso los departamentos que permiten perros ponen un límite respecto a su tamaño. Piensa en lo que quieres: ¿un perrito faldero que se acurruque en tus piernas o un perro grande que asuste a los potenciales intrusos?
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    Familiarízate con los requerimientos de ejercicio de la raza. Ya que los perros han sido criados para propósitos muy distintos en el transcurso de muchos siglos, tienen requerimientos de ejercicio muy distintos. En general, las razas de pastoreo (como los collie y los ovejeros), las razas de trabajo (como el pastor alemán) y las razas cazadoras (como los labradores y los perros de caza) necesitan mucho ejercicio y espacio.[8] Incluso los perros más pequeños como el maltés y el chihuahua necesitan algo de ejercicio diario. Por supuesto, hay razas conocidas por sus bajos requerimientos de ejercicio, incluyendo perros grandes como el mastín napolitano y perros pequeños como el pomerania.[9]
    • Si llevas un estilo de vida activo, puedes elegir una raza activa para dar largos trotes o caminar por la montaña contigo.
    • Si prefieres acurrucarte en el sofá con una película, elige una raza que esté contenta con tu estilo de vida relajado.
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    Considera los temperamentos de las razas. La raza puede influir de forma significativa en la personalidad del perro. Algunas razas (como el braco de Weimar) simplemente son muy grandes y muy llenas de energías como para tenerlas alrededor de niños pequeños, ya que podrían jugar muy bruscamente.[10] Otras razas (como el akita) tienen temperamentos irritables y podrían morder a los niños nerviosos que no saben cómo interactuar con ellas.[11] Investiga respecto a los temperamentos de todas las razas sobre las cuales quieres saber si serían buenas para tu familia.[12] Recurre al Kennel Club Americano u otro registro de razas de perros para tener una idea de las características particulares de cada raza.[13]
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    David Levin

    David Levin

    Paseador y adiestrador de perros profesional
    David Levin es el propietario de Citizen Hound, una empresa profesional de paseadores de perros con sede en el área de la Bahía de San Francisco. Con más de 9 años de experiencia profesional en pasear y adiestrar perros, la empresa de David ha sido votada como la "Mejor en pasear perros de San Francisco" por Beast of the Bay para 2019, 2018 y 2017. Citizen Hound también ha sido clasificada como la paseadora de perros # 1 por SF Examiner y A-List en 2017, 2016, 2015. Citizen Hound se enorgullece de su servicio al cliente, atención, habilidad y reputación.
    David Levin
    David Levin
    Paseador y adiestrador de perros profesional

    Investiga el rango de temperamento de cada raza. Cada raza de perro tiene un rango de temperamento. Por ejemplo, los golden retrievers tienen una escala de energía que va desde altamente activos hasta poco enérgicos. Una vez que hayas identificado las razas que te interesan, averigua qué extremo del rango encaja mejor contigo.

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    Infórmate sobre las necesidades de salud de cada raza.[14] Cada raza de perro viene con su propio conjunto de problemas de salud conocidos. Por ejemplo, se sabe que los pug sufren de lesiones oculares frecuentes e irritación y dolor crónico debido a que han sido criados para tener rostros muy planos y ojos saltones.[15] El inmenso tamaño y el pecho profundo del gran danés a menudo causan distensión abdominal dolorosa y retortijones en el estómago que necesitan atención médica inmediata. También sufren de displasia de cadera y de codo.[16] Debes decidir si los riesgos de salud de determinada raza son aceptables para ti.
    • Dado que los perros “mestizos” tienen más variantes genéticas, tienden a ser más saludables que los perros de raza pura.[17] Si no quieres lidiar con un riesgo elevado de problemas genéticos, considera evitar los perros de raza pura.
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    Piensa en cuánto mantenimiento puedes manejar. Las razas de pelo largo (como el collie) pueden ser hermosas, pero requieren que las cepillen a diario para mantener su pelaje libre de nudos y marañas. Los nudos no solo se ven mal, sino también pueden convertirse en matas de pelo que provocan dolor, irritación e incluso hemorragia e infección.[18] Las razas de pelo corto solo necesitan cepillados ocasionales y podrían ser una mejor opción para un dueño que no quiera dedicar mucho tiempo al acicalamiento.
    • También considera si estás dispuesto a limpiar todo el pelaje que muda un perro de pelo largo.
    • El caniche es considerado como un perro que no muda el pelo. Sin embargo, sí necesita visitas frecuentes al peluquero de perros para evitar que se formen nudos en su pelaje.
    • Otras razas también necesitan un acicalamiento profesional para mantener un pelaje adecuado.
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    Decide si quieres un perro de raza pura o uno "mestizo". Un perro de raza pura te dará un mejor sentido de cómo será su temperamento, ya que los perros a menudo se asemejan a sus padres. Si compras un perro de un criador, también tendrás un mejor acceso a su genealogía e historial médico, lo cual te ayudará a anticipar problemas de salud. Sin embargo, si no prefieres una raza específica, considera adoptar un perro. La mayoría de los perros que están en refugios de animales son híbridos o "mestizos". Conseguir un perro de un refugio te permitirá ayudar a tu comunidad haciéndote responsable de un perro no deseado o callejero.
    • El personal de la sociedad protectora de animales (o cualquier otra organización protectora de animales) generalmente podrá informarte sobre los temperamentos y las conductas de los perros que están a su cargo. Incluso sin características de raza, podrás tener una idea clara de la personalidad de un perro.
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    Escoge un perro de la edad adecuada. El factor final que debes considerar antes de buscar un perro es si quieres un cachorro, un perro adulto o uno mayor. Cada uno de ellos tiene varias ventajas y desventajas.
    • Los cachorros son adorables y pueden crecer junto con los niños para formar recuerdos y amistades duraderas. También representan mucho trabajo al inicio y requieren un entrenamiento cuidadoso para garantizar que sean seguros de tener alrededor de la casa cuando crezcan. Deberás lidiar con accidentes y mucha energía, al igual que con cualquier otro bebé.
    • En el caso de un perro adulto, podría ser difícil hacer que deje sus malos hábitos, pero también puede venir entrenado para hacer sus necesidades en el lugar adecuado. Además, los adultos son más tranquilos que los cachorros y no requieren mucha supervisión.
    • Los perros mayores son propensos a tener problemas de salud, pero pueden ser compañeros maravillosos y cariñosos para las personas mayores o las que llevan un estilo de vida sedentario. Estos perros tienen menos probabilidades de ser adoptados, así que darle un hogar a un perro mayor sería un gran servicio para un animal necesitado.

Parte 3
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Conocer y elegir a tu perro

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    Reúnete con los perros potenciales. Después de haber investigado, debes reunirte con el perro que consideras adoptar. Programa una cita con el criador o el refugio para conocer a todos los perros que consideras criar. Trata de evaluar la personalidad de cada perro jugando, caminando y lidiando con él. Para aumentar tu entendimiento de su personalidad, pasa el mayor tiempo posible con el perro. No adoptes un perro que no sientas adecuado para ti. Sé paciente y sigue buscando; ¡de seguro encontrarás al que vaya acorde contigo!
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    Averigua cuáles son los criterios que hacen que los perros estén disponibles para adopción. Por ejemplo, en la mayoría de los estados de Estados Unidos los cachorros deben tener al menos 8 semanas de edad antes de poder ser vendidos o adoptados, pero algunos permiten las adopciones a las 7 semanas de edad.[19] Si un criador o un refugio ofrece un cachorro menor de 7 u 8 semanas de edad, es probable que no sean una fuente respetable para conseguir una mascota y debes evitarlos. Si adoptas de un refugio, asegúrate de que el personal haya llevado a cabo una evaluación del temperamento del animal antes de ofrecértelo en adopción.[20]
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    Pregunta sobre la conducta de cada perro. Los criadores y los encargados del refugio pasan mucho tiempo con los animales a su cargo. Ellos podrán informarte sobre la personalidad y la conducta de un perro en particular. Pregunta si el perro es amigable o tolera perros más pequeños, gatos u otros animales. Toma lo que aprendas de los cuidadores del perro y combínalo con tus observaciones del perro: ¿juega bien o es agresivo hacia otros perros?
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    Realiza una evaluación inicial de todos los perros disponibles para adopción.[21] Al principio podrías verte tentado a detenerte e interactuar con los perros, pero trata de observarlos desde cierta distancia y anota cuáles sobresalen para ti. En tu segunda visita, interactúa con los que parecían ser adecuados para ti en tu primera visita.
    • Pon tu mano en la jaula y ve cómo reacciona el perro. Debe estar ansioso por acercarse a ti y oler tu mano.
    • Mueve tu mano lentamente de un lado a otro. Si el perro no sigue tu mano, es posible que no esté bien socializado.
    • Evita los perros que te ladran a la cara, saltan o se lanzan contra ti.
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    Presenta al perro a todos los miembros de tu hogar. Si vives con otras personas (incluso tu pareja que te visita mucho), necesitas asegurarte de que el perro reaccione bien ante todos con los que va a entrar en contacto. Cuando visites al perro, ve con otros miembros de tu hogar y observa cómo interactúan con él. ¿Alguien parece tener aversión hacia la personalidad del perro o le tiene miedo? Todos los miembros de tu pequeña “manada” deben estar entusiasmados con la idea de vivir juntos.
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    Pon especial cuidado en verificar la conducta del perro con los niños.[22] Esto es muy importante si ya tienes niños pequeños en tu casa, pero también es crucial si planeas tenerlos en el futuro. Recuerda que un perro podría acompañarte por 15 años o más. No asumas que todos los perros podrán adaptarse a la presentación de un niño. Si no tienes niños, pídele a un amigo que traiga los suyos el día de la visita.
    • Ten en cuenta que ser un dueño responsable significa enseñarles a los niños cómo interactuar de forma segura con los perros. Es tu trabajo evitar que los niños tiren de su cola y orejas o se acerquen mucho a su boca.
    • Sin embargo, nota si el perro está abrumado por los ruidos fuertes o movimientos rápidos de un niño. Si no es así, los instintos del perro aún podrían estar activados de una forma indeseable. Por ejemplo, las razas de pastoreo a veces mordisquean los talones de los niños que están corriendo, lo cual los asusta e incluso los lastima.[23]
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    Infórmate sobre los padres del perro. Si consigues un perro de un criador, es posible que este sea dueño de los padres y te permita conocerlos. La mayoría de los criadores entenderán y aceptarán dicha petición. Interactuar con los padres te permitirá estimar cómo actuará tu perro a medida que crezca, puesto que los perros a menudo heredan los rasgos de la personalidad de sus padres.[24]
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    Si es necesario, participa en una situación de acogida temporal. Si no estás seguro acerca de si un perro es adecuado para ti, pide que te permitan brindarle un hogar temporal. Ello podría ser más fácil si adoptas de un refugio que si compras de un criador. Un refugio puede permitirte acoger a un perro o incluso a varios por un periodo prolongado. Esto te dará tiempo de conocer a tu mascota potencial y de averiguar si es adecuado para tu hogar, familia y estilo de vida.[25]
    • También debes elegir un refugio con una política de devolución razonable, en caso de que no puedas mantener al perro que adoptes.
    • No esperes que te devuelvan tu tasa de adopción si regresas al perro, pero el refugio no debe rechazar por completo la devolución. Rehusarse a aceptar de vuelta a los perros sugiere que es un refugio que no se interesa lo suficiente en las vidas de sus animales.

Advertencias

  • Entrenar a los animales para ir al baño es muy difícil. No te rindas.
  • Evita a los criadores de “patio trasero”, los cuales con frecuencia tienen animales descuidados y muy enfermos.
  • Nunca compres un perro por antojo. Este representa un compromiso grande y a largo plazo y debes considerarlo con mucho cuidado.
  • Asegúrate de saber si el cachorro ha recibido o no sus vacunas.
  • Ten cuidado al momento de comprar perros en Internet. Asegúrate de reunirte con el perro y el vendedor antes de comprar.

Cosas que necesitarás

  • Una jaula para perros
  • Platos de comida y agua
  • Alimento y agua
  • Juguetes
  • Esterilizarlo o castrarlo (opcional)
  • Las razas pequeñas en ocasiones necesitan ropa (suéteres, botas, etc.)
  • Las razas grandes en ocasiones necesitan cinturones o arneses especiales para la seguridad de la mascota y el conductor
  • Un collar que le quede bien
  • Una correa y un arnés adecuados
  • Golosinas para perro

Acerca de este wikiHow

Jennifer Damon
Coescrito por:
Entrenadora de perros profesional
Este artículo fue coescrito por Jennifer Damon. Jennifer Damon es una entrenadora profesional de perros y propietaria de Love for Paws Dog Training en Pasadena, CA. Con más de 10 años de experiencia en adiestramiento de perros, se especializa en determinar la psicología que motiva el comportamiento del perro. Como miembro de apoyo de la Asociación Internacional de Consultores en Comportamiento Animal, a Jennifer le apasiona mejorar la comunicación entre los dueños y sus mascotas a través de métodos suaves y respaldados científicamente. Tiene un BFA en Artes de la Comunicación de la Universidad de Montevallo y un Certificado en Consultoría de Comportamiento Canino del Colegio Internacional de Estudios Caninos. Este artículo ha sido visto 14 687 veces.
Categorías: Perros