Las preguntas abiertas no se pueden responder con un simple "sí" o "no". En cambio, tienen muchas posibles respuestas correctas y requieren que quien responda piense, reflexione y explique.[1] No obstante, escribir preguntas abiertas requiere mucho más esfuerzo que responderlas. Ya sea que te prepares para un debate académico, te prepares para entrevistar a alguien o desarrolles una encuesta para una investigación de mercado o ventas, ten en cuenta que las preguntas deben despertar la reflexión, el debate y las ideas nuevas en las personas que respondan.

Método 1
Método 1 de 2:
Determinar el propósito de tus preguntas

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    Prepara preguntas abiertas en función de una lectura para un debate en clase. Si estudias en la escuela secundaria o la universidad, o eres estudiante de posgrado, quizás tengas que pensar en preguntas basadas en el material de lectura asignado para preparar para los debates en el aula. Los mejores tipos de preguntas para preparar en este caso son las abiertas, dado que la posibilidad de múltiples posibles respuestas correctas da lugar a conversaciones productivas y constantes.[2]
    • Toma nota de las posibles preguntas a medida que leas. Al leer el material fuente para el debate en clase, escribe preguntas generales y amplias sobre lo que leas. Si has identificado o se te ha asignado un propósito para la lectura, úsalo para guiar las preguntas que puedas hacer. Más adelante, puedes usar estas notas para escribir preguntas finales abiertas más pulidas.[3]
    • Si tienes dificultades para pensar en preguntas específicas mientras lees, subraya o encierra en un círculo las partes del texto que parezcan importantes, confusas o conectadas con el propósito de la lectura. Puedes retomarlas más adelante como punto inicial para escribir las preguntas abiertas.
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    Agrega preguntas abiertas en encuestas de investigación de mercado para obtener perspectivas nuevas. Si eres dueño o empleado de un negocio, quizás envíes encuestas de forma periódica a los clientes actuales y potenciales para evaluar su nivel de satisfacción con tu producto o servicio, o para saber si estarían interesados en probar versiones nuevas o similares. En estas situaciones, las preguntas abiertas pueden ayudarte a obtener comentarios e ideas que de otra forma quizás no hubieses obtenido, y pueden ser herramientas útiles para mejorar tu negocio.[4]
    • Por ejemplo, en vez de preguntar "¿Estás satisfecho con tu experiencia?", prueba con algo como "¿Qué parte de tu experiencia te ha resultado más satisfactoria? ¿Qué te ha resultado frustrante o difícil?". En vez de ofrecer una respuesta de "sí" o "no", las personas proporcionarán información específica y, posiblemente, ideas nuevas para mejorar tu producto o servicio.
    • Sin embargo, si buscas datos más simples y cuantitativos, quizás te resulte más fácil recurrir a las opciones múltiples, las preguntas de sí o no, o las preguntas de verdadero falso, que son cerradas. Por ejemplo, si quieres saber qué sabor de helado ha sido el más popular en tu tienda este mes, será más fácil hacer una pregunta cerrada sobre cuál es el que ha comprado con más frecuencia la persona que responda y luego enumerar una lista de sabores disponibles y respuestas posibles.
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    Usa preguntas abiertas para una entrevista con el fin de evaluar a un candidato potencial con detenimiento. Si contratas a alguien por sus servicios o experiencia, tendrás que entrevistarlo antes para asegurarte de que sea apropiado para el puesto. Hacer preguntas abiertas te ayudará a saber más sobre la persona que sobre sus habilidades y logros, lo que te proporcionará una visión fundamental sobre su personalidad, comportamiento y carácter. Luego, puedes evaluar si la relación laboral con el candidato sería productiva y agradable, y no solo si puede completar sus tareas.
    • Algunos ejemplos de preguntas abiertas efectivas que puedes hacer en una entrevista laboral incluyen: "En tu trabajo previo, ¿alguna vez has cometido un error que hayas tenido que hablar con tu empleador? ¿Cómo has manejado la situación?" o "Cuando estabas muy ocupado, ¿cómo lidiabas con el estrés?".
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    Prepara preguntas abiertas para entrevistas periodísticas para garantizar respuestas minuciosas. Si entrevistas a alguien para una revista, un periódico o un blog, hacer preguntas abiertas es una forma ideal de animarlo a explicar sus respuestas por completo en vez de simplemente recitar sus temas de conversación personales. De esta forma, cuando te sientes a escribir el artículo, tendrás información sustantiva sobre las opiniones y políticas del entrevistado, y no solo declaraciones encapsuladas o palabras de moda.[5]
    • Esta estrategia puede ser muy útil al entrevistar candidatos a cargos públicos, quienes a menudo están más preocupados por impulsar sus plataformas que por dar respuestas minuciosas y honestas. Las preguntas cerradas permiten que los entrevistados como estos detengan la conversación con "Sí, pero..." o "No, pero...", y luego vuelvan a hablar de su agenda.
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Método 2
Método 2 de 2:
Escribir preguntas abiertas efectivas

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    Comienza la pregunta con "cómo", "por qué" o "qué". Al comenzar a escribir las preguntas, comienza con palabras que den lugar a varias respuestas posibles. Las preguntas abiertas con palabras más específicas, como "cuál" o "cuándo" a menudo tienen una sola respuesta correcta.[6] En cambio, la pregunta debe promover el debate y la discusión de varias ideas.[7]
    • Esta no es una regla estricta; puedes escribir preguntas cerradas con cualquier palabra principal. Por ejemplo, "¿Qué color de camiseta usaba?" es indudablemente una pregunta cerrada.
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    Crea preguntas que analicen, comparen, aclaren, o exploren la causa y el efecto. Usando las notas que hayas tomado como recurso, desarrolla preguntas que busquen motivos detrás de los eventos o las afirmaciones hechas, buscando aclarar puntos confusos o investigar diferencias clave. Las preguntas de este tipo suelen dar lugar a varias respuestas y debates productivos.[8]
    • Las preguntas analíticas o impulsadas desde el sentido podrían ser por qué un personaje en un texto literario se comporta de cierta forma, cuál es la importancia de cierto concepto particular o cuál es el significado de un escenario o una imagen. En una discusión de clase sobre una novela, puedes preguntar "¿Cuál es el significado del hecho de que María haya contenido sus lágrimas al terminar su rosquilla hacia el final del capítulo dos?".
    • Las preguntas de comparación podrían ser sobre las similitudes o diferencias entre las perspectivas de los personajes, o pedirle a la persona que responde que compare y contraste dos métodos o ideas distintos. Por ejemplo, en una encuesta de marketing, puedes preguntar "¿Qué modelo de abrelatas, el Ergo Twist o el Ergo Twist 2, ha sido más fácil de usar, y por qué?".
    • Las preguntas de aclaración podrían peguntar cuál es el significado de una idea compleja o un término poco claro. Por ejemplo, si entrevistas a alguien que sigue hablando de "la guerra en Navidad", puedes preguntarle "¿Qué es lo que quieres decir exactamente con esa afirmación? ¿Quién ataca la Navidad y cómo?".
    • Las preguntas de causa y efecto pueden preguntar por qué un personaje muestra una emoción en una situación particular, o qué conexiones podrían existir entre dos ideas distintas. Un ejemplo de una pregunta de causa y efecto en una entrevista laboral podría ser "¿Qué aspectos de tu experiencia en los deportes universitarios podría haber influenciado tu enfoque hacia este trabajo?".
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    Evita las preguntas ambiguas, inductivas o que se puedan responder con una sola palabra. Si una pregunta es poco clara en general, parece buscar una respuesta específica o se puede responder con una palabra como "sí" o "no", no dará lugar a un debate productivo y sostenido.[9]
    • Un ejemplo de una pregunta demasiado vaga podría ser "¿Qué hay acerca del extraño comportamiento de Juan? (Bueno, ¿qué hay con eso?).
    • Una pregunta inductiva le proporciona a la persona que responde una pista, por lo que dificulta que los estudiantes que tienen ideas distintas hablen. Un ejemplo podría ser "¿Por qué el océano es el símbolo de la intrascendencia humana y la desesperación existencial?".
    • Un ejemplo de una pregunta de "sí" o "no" puede ser "¿El abuelo desaprueba el deseo de la nieta de convertirse en vaquera?".
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    Evita las preguntas con posibles respuestas limitadas. Por ejemplo, si les das a las personas que responden una pregunta de encuesta de múltiples opciones con una cantidad limitada de respuestas, quizás no puedan proporcionar la respuesta que les resulte más real.[10] A la hora de crear preguntas abiertas, constrúyelas de forma tal que las personas puedan expresarse libremente. No deben limitarse a una sola respuesta correcta e incluso a un conjunto limitado de posibles respuestas (eso sería una pregunta cerrada).[11]
    • Esto podría implicar que les ofrezcas a las personas una caja de texto para escribir sus respuestas a mano o en la computadora en vez de burbujas para rellenar.
    • En un contexto de conversación, como las entrevistas periodísticas, evita darle a la persona posibles respuestas cuando formules la pregunta. Por ejemplo, en vez de preguntar "¿Priorizarías la agresiva revisión del transporte público o el aumento de uso de los combustibles alternativos?", haz una pregunta como "¿Qué estrategias priorizarías para que la ciudad sea más eficiente en cuanto a la energía?".
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    Haz una pregunta abierta después de una pregunta cerrada. Para incentivar respuestas más elaboradas y completas, puedes hacer una pregunta abierta de seguimiento directamente después de una encuesta cerrada, una entrevista o preguntas de debate. De esta forma, podrás obtener información básica y esencial a través de una pregunta con respuestas limitadas, pero también averiguarás el "por qué" detrás de la respuesta.[12]
    • Por ejemplo, si haces una pregunta de opciones múltiples como "¿Con qué frecuencia visitas la biblioteca pública local? A) A menudo, B) En ocasiones o C) Nunca, puedes seguir con preguntas como: "Si has escogido la A, ¿qué aspectos de nuestra biblioteca hacen que sigas regresando?" o "Si has escogido la C, ¿qué evita o te disuade de visitar la biblioteca?".
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    Revisa tus preguntas para asegurarte de que sean abiertas. Cuando termines de escribirlas, revisa cada una y piensa cómo se podrían responder. Si puedes imaginar distintas respuestas largas y profundas, la pregunta está bien formulada. Si favorece mucho una respuesta en particular o se puede responder con una palabra, revísala para que dé lugar a un debate más largo o una respuesta más minuciosa.
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