En un chiste, el remate constituye la última parte y la que obtiene la carcajada principal. El remate viene después de la introducción del chiste y te ayuda a terminarlo usando tu propio punto de vista y sentido del humor. El objetivo de los remates es hacer reír al público mostrándoles un ángulo nuevo que no se esperen sobre un tema. Si quieres escribir un remate, debes seguir la introducción e idear diferentes opciones para rematar el chiste. Haz una lluvia de ideas en cuanto a diferentes finales que te hagan gracia y luego practica los chistes de manera que puedas determinar cuáles suenan mejor.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Seguir la introducción

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    Haz una lluvia de ideas. El remate es lo que hace reír. Si bien todo el chiste podría causarle gracia al público, la parte que lo hará reír más será el remate. Por tanto, debes idear más de un final potencial para el chiste.
    • Considera cuál es tu punto de vista. Tu perspectiva sobre el remate debe ser única de manera que haga que sea cómico.[1]
    • Tardarás un poco en idear un chiste. Debes dedicar un tiempo a considerar lo que haga que la introducción del chiste sea cómica. Esta parte es en donde comentas sobre algo que te parezca cómico y el remate es en donde le das al tema tu giro personal.
    • Considera este chiste de Jerry Seinfeld sobre los productos quitamanchas: "Ahora te enseñan cómo los detergentes pueden quitar manchas de sangre. Esta es una imagen bastante violenta. Me parece que, si tienes una camiseta con una enorme mancha de sangre, quizás tu principal problema no sea lavarla. Quizás primero deberías deshacerte del cadáver".
      • Las tres primeras oraciones constituyen la introducción, en la que Jerry explica lo cómico acerca de los comerciales para productos quitamanchas. Adopta una perspectiva específica y se enfoca en un solo aspecto: las manchas de sangre.
      • La última oración es el remate. Para terminar el chiste, Jerry hace un comentario sobre lo extraño que es que los productos quitamanchas empleen la remoción de manchas de sangre de la ropa como un gancho comercial.
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    Escribe varios remates. Ármate con un bolígrafo y una libreta y escribe la introducción en la parte superior de la página y luego anota más de un remate para ese chiste. Para cada uno, trata de que el ángulo sea diferente.[2]
    • En este momento, evita censurarte. No pienses demasiado en idear el remate perfecto sino, en cambio, realiza una escritura libre de lo primero que se te ocurra.
    • Asegúrate de que los remates tengan relación con la introducción. Puedes incluir determinadas palabras de la introducción en los remates o basarte en ellas al escribirlos.
    • Siguiendo con el ejemplo del chiste de Jerry sobre los detergentes, considera los remates que escribirías siguiendo la introducción: "Ahora te enseñan cómo los detergentes pueden quitar manchas de grande. Esta es una imagen bastante violenta. Me parece que, si tienes una camiseta con una enorme mancha de sangre, quizás tu principal problema no sea lavarla".
    • ¿Qué podrías escribir para ponerle fin al chiste y que haga referencia a esta introducción? Podría ser algo como "Quizás tu principal problema es que eres un asesino en serie". Si bien podría no ser tan bueno como el remate de Jerry, es por esta razón que te será útil hacer una lluvia de ideas y escribir varias opciones. El remate podría no ser tan cómico como el original pero de todas formas está vinculado a la introducción y hace que el chiste tome una dirección diferente de la que esperaría el público.[3]
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    Asegúrate de que el remate siga a la introducción. Para escribir un remate perfecto, la introducción debe ser una historia que el oyente pueda seguir hasta llegar al remate.
    • Una vez que hayas escrito más de un remate, lee cada uno de ellos para cerciorarte de que la introducción conduzca a ellos.[4]
    • Tacha los remates que no hagan referencia a la introducción.
    • Sin embargo, si uno de tus remates te gusta mucho aunque no haga referencia exactamente a la introducción, podrías reescribir el chiste de manera que el remate encaje mejor. Los chistes son fluidos y el proceso de escribir uno bueno suele requerir editarlo varias veces.
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    Asegúrate de que la introducción y el remate sean cortos. Muchos comediantes han desarrollado estilos para contar chistes en los que no siempre se sigue la estructura rígida de introducción y remate. Sin embargo, en su mayoría, los chistes son relativamente cortos. La introducción solo debe extenderse por unas cuantas oraciones (en la mayoría de los casos, entre una y dos) y el remate debe tener la misma extensión o ser más corto.[5]
    • Considera este chiste de Jimmy Carr que abarca dos oraciones. Una oración constituye la introducción y otra, el remate: "No se debería llamar la Fundación Pide Un Deseo, ¿verdad? Su verdadero nombre debería ser la Fundación Pide Otro Deseo Porque No Podemos Hacer Nada Sobre ESE Otro".

Parte 2
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Escribir el remate

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    Refuerza el chiste. Después de determinar con cuál remate terminarás, puedes escribir el chiste en su totalidad. Presta atención a su extensión y busca en dónde podrías recortarlo.
    • En comparación con el remate, ¿la introducción es demasiado corta o larga? ¿El chiste incluye algunas partes que no contribuyan a tu perspectiva ni mejoren el remate?
    • Siguiendo con el ejemplo del chiste de Jerry Seinfeld sobre el detergente, considera en qué medida perdería gracia si añadiera una parte relacionada con las demás funciones del detergente. El chiste sería menos cómico si hablara sobre los demás tipos de manchas que los detergentes quitan o lo absurdos que son estos comerciales en general. La introducción tendría tres oraciones más que no tendrían relación con el remate.
    • Asimismo, asegúrate de que el remate trate sobre una sola idea. Siguiendo con el ejemplo del chiste de Jimmy Carr, el remate es "Su verdadero nombre debería ser la Fundación Pide Otro Deseo Porque No Podemos Hacer Nada Sobre ESE Otro". En este caso, el remate trata sobre una idea que sintetiza la perspectiva de Jimmy. En lugar de perder tiempo con ejemplos de otros deseos o la explicación de que el primer deseo que los niños piden es el de no estar enfermos, el remate es lo suficientemente sólido como para que el público entienda lo que quiere decir sin que tenga que explicársele. El énfasis en la palabra "ESE" es cómico porque el público sabe automáticamente que se refiere a las enfermedades de los niños sin que el comediante tenga que perder el tiempo explicándolo.
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    Cambia de rumbo en el remate. A menudo, el remate puede incluir una reinterpretación de lo que figure en la introducción. De esta forma, puedes darle un giro al chiste o destruir la suposición que hayas establecido en la introducción.
    • Imagina que has escrito un chiste sobre algo que hayas visto en las noticias. En este caso, la introducción sería como el titular que se leería en el periódico o en un sitio web de noticias. Este suele ser el mecanismo de la sección Weekend Update ("Noticias del fin de semana") del programa cómico estadounidense Saturday Night Live. En la introducción, los presentadores le dan al público información verdadera, luego de lo cual dan un remate que causa gracia porque da un giro inesperado y rompe con las suposiciones del público.
    • Por ejemplo, este es un chiste que figuró realmente en una edición de Weekend Update: "David Beckham, la estrella del fútbol británico, ha firmado un contrato por 250 millones de dólares con el equipo Los Angeles Galaxy". Esto se recita como si fuera el titular de una noticia y, por sí solo, no tiene gracia. El público espera que lo que le siga sea un chiste sobre David Beckham o el dinero o un británico que se muda a los Estados Unidos.
    • Sin embargo, es más cómico hacer que el remate reoriente las suposiciones del público. Mediante la introducción, tienes muchos temas potenciales que podrías abordar. Es posible que el público espere que te vayas por la tangente hablando sobre David Beckham. Sin embargo, el remate del chiste verdadero da un giro: "…el cual aparentemente… existe".
    • En este caso, el remate destruye las suposiciones que el público podría haber tenido sobre el significado de tal contrato y, en cambio, comenta sobre el hecho de que a nadie en el país sabe sobre uno de los deportes más populares del mundo ni tiene interés en él.
    • Para ayudarte a encontrar un remate, emplea las seis preguntas principales: quién, qué, cuándo, dónde, por qué y cómo. Las respuestas a estas preguntas te brindarán material en el cual puedas basarte y que podría ayudarte a encontrar un ángulo que es posible que el público no se espere. En el chiste anterior sobre David Beckham, podrías obtener tu propio remate tratando de responder a la pregunta de por qué firmó el contrato. Esto se debe a que tu propio sentido del humor te hará preguntar por qué este tema le interesaría a alguien en un principio. También es útil responder al "quién", porque David Beckham es un atleta de fama mundial ya sea que a alguien le guste o no el fútbol.
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    Orienta el remate al público. Podrás ayudarte a elaborar remates que tengan un mejor efecto si conoces a tu público. Este debe poder identificarse con el remate y encontrarlo cómico.
    • Esto quiere decir que, si vas a contar el chiste en un determinado entorno o para un grupo de personas de una determinada edad, quizás debas tener cuidado con el lenguaje que uses.
    • No escribas un remate que sepas que el público no comprenderá.
    • Si conoces al público, esto te será útil para adaptar mejor los chistes y los remates y también podría facilitarte la elaboración de un remate cómico. Si vas a contar el chiste a personas de una determinada profesión, será más cómico si los chistes y los remates tienen relación con esta, ya que al público le será más fácil identificarse con ellos.
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    Termina con una frase o línea ingeniosa o un giro. No es necesario que el remate termine siempre en la palabra más cómica pero sí deberías adoptar el hábito de intentarlo. Después de todo, el remate es un golpe, por lo que debería ser rápido y conciso y terminar con lo más cómico.
    • Determina cuál será la palabra con la que darás el golpe. Cada remate tendrá una palabra que establecerá un vínculo con la idea de tu chiste y constituirá la parte más cómica. Esta palabra debe estar ubicada lo más cerca del final del chiste como sea posible.
    • Este es un ejemplo de un chiste de Mike Birbiglia: "Mi familia es italiana, pero no somos italianos verdaderos. Somos más como italianos del Olive Garden". La parte más cómica del chiste es la frase "italianos del Olive Garden" y, por esta razón, se encuentra en la parte final del chiste. Además, da tiempo para que el público reaccione y se ría debido a que no hay nada que venga después.
    • Si sigues hablando después de la línea ingeniosa de tu chiste, el público no tendrá tiempo para disfrutarlo.
    • Revisa el remate para encontrar cuál es la línea ingeniosa. Si esta no se encuentra al final del chiste, revisa para ver cómo puedes reorganizar la estructura del remate de forma que esta parte pueda estar al final.
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    Practica el chiste en voz alta. Léelo en voz alta y busca su ritmo. Lo que hará que tu chiste y tu remate tengan gracia será, en parte, la forma como lo cuentes con una voz propia y única.
    • Lee el chiste en voz alta para ver cómo se siente. Revisa para ver si hay alguna parte que se sienta torpe o que sea demasiado larga y si puedes recortarlo en algún otro lugar.
    • Léele el chiste a un amigo y observa si se ríe y si el chiste tiene un efecto en él. Puedes pedirle su opinión sobre el chiste y ver en qué partes podrías hacer cambios.

Parte 3
Parte 3 de 3:
Añadir un posible retruque

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    Escribe un segundo remate que vaya inmediatamente después del remate original. Se conoce como retruque a la extensión de un chiste que tiene la función de un segundo remate o de una forma cómica de hacer la transición a otro chiste o de añadirle algo al primer chiste.[6]
    • En esencia, el retruque es el chiste que sigue, el cual se alimenta del chiste anterior. Esto es muy común en los repertorios de los comediantes en vivo.
    • El propósito del retruque es ayudarte a pasar de una forma lenta y natural a otro tema sin dejar de provocar carcajadas.
    • En ocasiones, los retruques se escriben para dar la impresión de que se te acaban de ocurrir en el momento durante la presentación.
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    Emplea el retruque para hacer la transición a tu siguiente chiste. A veces, puedes usar un retruque para establecer una conexión entre tus chistes en la forma de apéndices o comentarios ingeniosos.
    • Añade un remate más para unir los chistes que hayas escrito.
    • En otro repertorio de Mike Birbiglia, este habla sobre cómo los niños en los últimos años de la primaria empiezan a besarse y el chiste termina diciendo: "Yo no voy a hacer eso. Y todas las chicas dijeron, 'No importa. No estás en la lista'".
    • En este caso, "…todas las chicas dijeron, 'No importa'" es el primer remate, el cual termina el primer chiste y provoca una carcajada.
    • La frase "'No estás en la lista'" es el retruque o el segundo remate, ya que continúa el chiste, provoca una mayor carcajada y permite que Mike haga una transición para hablar sobre las camarillas sociales en las escuelas que están basadas en quién está o no en una "lista".
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    Emplea un retruque para reorientar el chiste en caso de que el remate no surta efecto. En ocasiones, los chistes no tienen efecto, en cuyo caso podrías añadir un retruque como un remate de respaldo.
    • Imagina que, en uno de tus chistes, el remate no tiene efecto. Imagina que es un chiste muy simple, como "Un sacerdote, un pastor y un rabino entran en un bar y el cantinero dice: '¿Esto es un chiste?'", pero el remate no le causa gracia a nadie cuando lo cuentas. Por tanto, puedes tener un retruque bajo la manga para continuar el chiste.
    • Este puede ser tan simple como "El sacerdote, el pastor y el rabino se miran y luego el sacerdote dice "¿Qué? ¿Acaso eres un comediante? ¿Por eso necesitas otro trabajo como cantinero?".
    • Incluso podrías ir más allá e incluirte a ti mismo en el chiste. Con frecuencia, lo que causa gracia son las personas que tienen la capacidad para el humor crítico de sí mismas. Como el retruque no es tan gracioso, podrías aprovechar la oportunidad para burlarte de ti mismo añadiendo otro retruque, como "Para ser figuras religiosas, no me dieron una buena propina. Tuve que trabajar un turno adicional para pagar el alquiler".
    • Si te burlas de ti mismo y te incluyes en el chiste en el papel del cantinero y comediante sin dinero, podrías generar un poco de compasión en el público y provocar una carcajada.

Consejos

  • Emplea una línea o frase ingeniosa para terminar el remate (y, por tanto, el chiste). Las palabras más cómicas deben encontrarse lo más cerca posible del final del chiste.
  • Idea varias opciones de remates y recita cada una de ellas en voz alta para determinar cuál suena mejor.
  • En caso de que idees un remate brillante que no siga del todo a la introducción, reescríbela.
  • Aprovecha el remate como una oportunidad para incorporar tu propia perspectiva y humor al chiste.

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