Si debes escribir un abstracto para un documento académico o científico, no temas. El abstracto es un resumen corto e independiente del trabajo o del documento que otros pueden usar como una vista general.[1] Un abstracto describe el contenido del ensayo, ya sea que se trate de un experimento científico o de un análisis literario. Ayudará al lector a entender el documento y, a la gente que busca un trabajo en particular, a decidir si satisface sus necesidades. En vista de que un abstracto es solo un resumen del trabajo que ya has realizado, es fácil de lograr.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Empieza el abstracto

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    Escribe el documento antes. Aunque un abstracto va al principio del trabajo, hace las veces de un resumen del documento entero. Más que introducir el tema, será una vista general de todo lo que has escrito en el documento. Deja la redacción del abstracto para el final, después de que hayas terminado el documento.
    • Una tesis y un abstracto son completamente diferentes. La tesis en un documento introduce la idea central o la pregunta, mientras que un abstracto funciona como una revisión del documento completo, incluyendo los métodos y los resultados.
    • Aunque creas saber de qué tratará el documento, siempre deja el abstracto para el final. Podrás hacer un resumen mucho más preciso si solo resumes lo que ya has escrito.
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    Revisa y entiende cualquier requisito para escribir el abstracto. El documento que escribes probablemente tenga pautas y requisitos específicos, ya sea que se trate de una publicación en una revista, una presentación en una clase o parte de un proyecto de trabajo. Antes de empezar a escribir, consulta la rúbrica o las pautas que se te presentaron para identificar los puntos importantes a tomar en cuenta.
    • ¿Hay una extensión máxima o mínima?
    • ¿Hay requisitos de estilo?
    • ¿Escribes para un profesor o para una publicación?
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    Considera a tu audiencia. Los abstractos se escriben para ayudar a los lectores a encontrar tu trabajo. Por ejemplo, en las revistas científicas, los abstractos permiten a los lectores decidir rápidamente si la investigación discutida tiene que ver con sus propios intereses. Los abstractos también ayudan al lector a entender rápidamente el argumento central.[2]
    • ¿Leerán este abstracto otros académicos en tu campo?
    • ¿Debe estar accesible a los lectores en general o para alguien de otro campo?
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    Determina el tipo de abstracto que debes escribir. Aunque todos los abstractos cumplen esencialmente la misma meta, el abstracto tiene dos estilos principales: el descriptivo y el informativo. Tal vez se te haya asignado un estilo específico, pero si no, tendrás que determinar cuál es el correcto para ti. Por lo general, los abstractos informativos se usan para investigaciones más largas y técnicas, mientras que los abstractos descriptivos son mejores para los documentos más cortos.[3]
    • Los abstractos descriptivos explican el propósito, la meta y los métodos de la investigación, pero dejan de lado la sección de los resultados. Por lo general, tienen una extensión de tan solo 100 a 200 palabras.
    • Los abstractos informativos son como una versión condensada del documento, la cual da una vista general del contenido de la investigación, incluyendo los resultados. Son más largos que los abstractos descriptivos y pueden tener desde un solo párrafo hasta una página entera de extensión.[4]
    • La información básica incluida en ambos estilos de abstracto es la misma. Sin embargo, la diferencia principal es que los resultados solo se incluyen en un abstracto informativo, cuya extensión es mucho más larga que la del descriptivo.
    • Un abstracto crítico no se suele usar, pero se puede requerir en algunos cursos. Un abstracto crítico cumple las mismas metas que los otros tipos, pero también relacionará el estudio o el trabajo discutido con la propia investigación del escritor. Puede hacer una crítica del diseño o los métodos de la investigación.[5]

Parte 2
Parte 2 de 3:
Escribe el abstracto

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    Identifica el propósito. Imagínate que escribes de la correlación entre la falta de almuerzo en las escuelas y las malas calificaciones. Pero, ¿por qué es importante? El lector quiere saber por qué la investigación tiene relevancia y cuál es su propósito. Empieza el abstracto descriptivo considerando las siguientes preguntas:[6]
    • ¿Por qué decidiste hacer este estudio o proyecto?
    • ¿Cómo dirigiste la investigación?
    • ¿Qué descubriste?
    • ¿Por qué es importante esta investigación y tus hallazgos?
    • ¿Por qué alguien debe leer el ensayo completo?
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    Explica el problema en cuestión. Los abstractos expresan el “problema” detrás de tu trabajo. Piensa en esto como el asunto específico que tu investigación o proyecto aborda. Algunas veces, puedes mezclar el problema con tu motivación, pero es mejor tener claridad y separar ambos.[7]
    • ¿Qué problema trata de entender mejor o resolver la investigación?
    • ¿Cuál es el alcance del estudio: un problema general o algo específico?
    • ¿Cuál es la afirmación o el argumento principal?
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    Explica tus métodos. Motivación: revisado. Problema: revisado. ¿Y los métodos? Has llegado a la parte en la que debes proveer una vista general de cómo lograste el estudio. Si tú hiciste el trabajo, incluye una descripción aquí. Si revisaste el trabajo de otros, puedes explicarlo brevemente.[8]
    • Habla de tu propia investigación, incluyendo las variables y tu enfoque.
    • Describe la evidencia que tienes para respaldar la afirmación.
    • Provee una vista general de tus fuentes más importantes.
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    Describe los resultados (solo si se trata de un abstracto informativo). Aquí es en donde se empieza a diferenciar un abstracto descriptivo de uno informativo. En un abstracto informativo se te pedirá que hables de los resultados del estudio. ¿Qué es lo que descubriste?[9]
    • ¿A qué respuesta llegaste a partir de tu investigación o estudio?
    • ¿Tu hipótesis o argumento estaban respaldados?
    • ¿Cuáles son los descubrimientos generales?
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    Escribe la conclusión. Esto debe terminar el resumen y cerrar el abstracto. Aquí, debes abordar el significado de tus descubrimientos, así como la importancia del documento en general. Este formato con conclusión, se puede usar tanto en el abstracto descriptivo como en el informativo, pero solo abordarás las siguientes preguntas en un abstracto informativo:[10]
    • ¿Cuáles son las implicancias de tu trabajo?
    • ¿Tus resultados son generales o específicos?[11]

Parte 3
Parte 3 de 3:
Elige un formato para tu abstracto

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    Mantenlo en orden. Hay preguntas específicas que el abstracto debe responder, pero también las respuestas tienen que mantenerse en orden. De manera ideal, deben reproducir el formato general del ensayo, con una “introducción” general, un “cuerpo” y una “conclusión”.
    • Muchas revistas tienen pautas de estilo específicas para los abstractos. Si se te ha dado un conjunto de reglas o pautas, síguelas al pie de la letra.[12]
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    Provee información útil. A diferencia de los párrafos temáticos, que deben ser intencionalmente vagos, un abstracto debe proveer una explicación útil del documento y de la investigación. Redacta el abstracto de manera que el lector sepa exactamente de qué hablas y no se quede con referencias o frases ambiguas.
    • Evita el uso de siglas o abreviaturas directamente en el abstracto, ya que requieren una explicación para que el lector pueda comprenderlas. Además, usan espacio precioso de redacción y, por lo general, es mejor no usarlas.
    • Si el tema es lo suficientemente conocido, puedes hacer referencia a los nombres de las personas o de los lugares en los que se centra tu documento.
    • No incluyas tablas, figuras, fuentes o citas largas en el abstracto. Abarcan mucho espacio y, por lo general, no es lo que desean los lectores de un abstracto de todas formas.[13]
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    Escríbelo desde cero. Tu abstracto es un resumen, sí, pero debes escribirlo totalmente separado del documento. No copies y pegues citas directas de ti mismo y evita simplemente parafrasear las oraciones que has escrito en algún lugar del documento. Escribe el abstracto usando un vocabulario y unas frases completamente nuevos para mantenerlo interesante y sin redundancias.
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    Usa frases y palabras clave. Si tu abstracto se publicará en una revista, las personas deben ser capaces de encontrarlo fácilmente. Para buscarlo, los lectores ingresarán consultas determinadas en bases de datos en línea esperando que documentos, como el tuyo, aparezcan. Trata de usar 5 a 10 palabras importantes o frases clave para la búsqueda de tu abstracto.[14]
    • Por ejemplo, si escribes un documento sobre las diferencias culturales en cuanto a la percepción de la esquizofrenia, asegúrate de usar palabras como “esquizofrenia”, “transcultural”, “carácter cultural”, “enfermedad mental” y “aceptación social”. Estos pueden ser términos de búsqueda que las personas usen al buscar un documento sobre el tema.
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    Usa información real. Debes atraer a las personas con tu abstracto; es el gancho lo que las hace seguir leyendo tu documento. Sin embargo, no hagas referencia a ideas o a estudios que no están incluidos en el documento. Citar material que no usas en tu trabajo puede confundir a los lectores y, finalmente, reducir la audiencia.
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    Evita ser muy específico. Un abstracto es un resumen y, como tal, no debe hacer referencia a puntos específicos de la investigación más allá de nombres y locaciones. No tienes por qué explicar o definir ningún término en el abstracto, una referencia es todo lo que los lectores necesitan. Evita ser muy explícito en el resumen y limítate a una vista general muy amplia de tu trabajo.[15]
    • Asegúrate de evitar el argot. El lector general en tu área quizás no entienda este vocabulario especializado y puede causar confusión.[16]
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    Asegúrate de hacer las revisiones básicas. El abstracto es una pieza de redacción que, como cualquier otra, debe pasar por revisión antes de darse por terminada. Revisa los errores gramaticales y ortográficos y asegúrate de que tenga un formato apropiado.
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    Recibe los comentarios de alguien. Pedir a alguien que lea tu abstracto es una buena manera de saber si has resumido bien la investigación. Trata de encontrar a alguien que no conozca del todo tu proyecto. Pídele que lea el abstracto y pregúntale que entendió de él. Esto te permitirá saber si has comunicado de manera adecuada y clara los puntos clave.[17]
    • Consultar a tu profesor, a un colega de tu campo, a un tutor o a un asesor de un centro de redacción puede ser muy útil. Si tienes estos recursos disponibles, úsalos.
    • Pedir asistencia también puede ayudarte a conocer algunas convenciones de tu campo. Por ejemplo, es muy común usar la voz pasiva (“los experimentos fueron realizados”) en las ciencias. Sin embargo, en las humanidades es preferible usar la voz activa.

Consejos

  • Por lo general, los abstractos tienen uno o dos párrafos y no deben tener más del 10 % de la extensión del ensayo entero. Busca otros abstractos en publicaciones similares para que tengas una idea de cómo debes hacer el tuyo.[18]
  • Considera cuidadosamente cuán técnico debe ser el documento o el abstracto. A menudo, es razonable asumir que los lectores tienen alguna comprensión de tu campo y del lenguaje específico que supone, pero cualquier cosa que puedas hacer para que el abstracto sea más fácil de leer es algo bueno.

Acerca de este wikiHow

Megan Morgan, PhD
Coescrito por:
PhD en Inglés
Este artículo fue coescrito por Megan Morgan, PhD. Megan Morgan es una asesora académica del programa de posgrado en la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Georgia. Recibió su PhD en Inglés en la Universidad de Georgia en 2015. Este artículo ha sido visto 72 314 veces.
Categorías: Escritura