Escribir un cuento infantil requiere una imaginación vívida y la habilidad de ponerte en la mente de un niño. Quizás tengas que escribir un cuento infantil para una clase o has decidido escribir uno como un proyecto personal. Para escribir un cuento infantil, comienza con una lluvia de ideas que sean atractivas para niños. Luego, escribe el cuento con una introducción fuerte, una trama y una moraleja. Asegúrate de pulir el cuento cuando hayas terminado de tal manera que pueda ser un éxito con tus jóvenes lectores.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Empezar

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    Identifica el grupo de edad para el que escribirás. Los cuentos infantiles a menudo se escriben con un grupo de edad específico en mente. ¿Vas a escribir un cuento para niños? ¿Para niños más grandes? Identifica si vas a escribir para niños de 2 a 4, 4 a 7, u 8 a 10. El lenguaje, el tono y el estilo del cuento cambiarán en base al grupo de edad para el que vayas a escribir.[1]
    • Por ejemplo, si vas a escribir para un rango de edad de 2 a 4 o de 4 a 7, debes usar un lenguaje simple y oraciones muy cortas.
    • Si vas a escribir para un rango de edad de 8 a 10, puedes usar un lenguaje un poco más complejo y oraciones más extensas que 4 o 5 palabras.
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    Usa un recuerdo de tu infancia como inspiración. Piensa en recuerdos de tu infancia que hayan sido emocionantes, extraños o un poco maravillosos. Usa un recuerdo como la base para el cuento infantil.
    • Por ejemplo, quizás hayas tenido un día extraño en tercer grado que podrías convertir en un cuento entretenido. O quizás hayas tenido una experiencia en un país extranjero cuando eras muy pequeño y tengas una historia del viaje que los niños disfrutarían.
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    Toma algo común y haz que sea fantástico. Elige una actividad o un suceso diario y agrégale extravagancia. Tórnalo fantástico agregándole un elemento absurdo. Usa tu imaginación para tratar de visualizarlo como lo haría un niño.[2]
    • Por ejemplo, podrías tomar un suceso común como ir al dentista y tornarlo fantástico haciendo que la maquinaria utilizada por el dentista cobre vida. También podrías tomar la primera vez de un niño en el océano y tornarlo fantástico haciendo que el niño se adentre en las profundidades del océano.
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    Elige un tema o una idea para el cuento. Tener un tema central para el cuento puede ayudarte a generar ideas. Concéntrate en un tema como el amor, la pérdida, la identidad o la amistad desde el punto de vista de un niño. Piensa en cómo los niños podrían ver el tema y explóralo.[3]
    • Por ejemplo, podrías explorar el tema de la amistad centrándote en la relación entre una niña y su tortuga.
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    Crea un personaje principal único. A veces, un cuento infantil gira en torno a un personaje principal único y con quien sea fácil identificarse. Piensa en los tipos de personajes que no son representados con frecuencia en cuentos infantiles. Haz que tu personaje sea particular usando cualidades reales en niños y adultos que te parezcan interesantes.[4]
    • Por ejemplo, podrías notar que no hay muchos cuentos infantiles que tengan una niña de color como personaje principal. Luego podrías crear un personaje principal que llene este vacío.
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    Dale un par de rasgos peculiares al personaje principal. Haz que el personaje principal resalte para los lectores dándole rasgos físicos únicos tales como un peinado en especial, un estilo de vestir particular o un andar distintivo. También puedes darle rasgos de personalidad como un buen corazón, un amor por la aventura o una tendencia a meterse en problemas.[5]
    • Por ejemplo, podrías tener un personaje principal que siempre peine su cabello en trenzas largas y tenga una obsesión con las tortugas. También podrías tener un personaje principal que tenga una cicatriz distintiva en la mano de aquella vez que se cayó de un árbol.
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    Crea un montaje. Traza el cuento en 6 partes, comenzando con la exposición o el montaje. En el montaje, introduces el escenario, el personaje principal y el conflicto. Comienza con el nombre del personaje principal y después describe un lugar o una ubicación en particular. Luego puedes trazar el deseo o la meta del personaje, así como un obstáculo o problema con el que tenga que lidiar.[6]
    • Por ejemplo, podrías tener una exposición como: una niña llamada Fiona que quiere una mascota descubre una tortuga en el lago cerca de su casa.
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    Ten un incidente detonante. Este es el acontecimiento o la decisión que cambia o desafía al personaje principal. El acontecimiento o la decisión puede provenir de otro personaje. También puede provenir de una institución, tal como una escuela o un trabajo. O puede provenir de la naturaleza, tal como una tormenta o un tornado.
    • Por ejemplo, podrías tener un incidente detonante como: “La mamá de Fiona dice que no puede tener una mascota porque es demasiada responsabilidad”.
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    Incluye una acción creciente. La acción creciente es en donde desarrollas al personaje principal y exploras su relación con otros personajes en el cuento. Muéstralos viviendo su vida en medio del incidente detonante. Describe cómo lo manejan o se adaptan a este.
    • Por ejemplo, podrías tener una acción creciente como: Fiona captura a la tortuga y la esconde en su mochila, cargándola a todos lados con ella en secreto para que su mamá no la descubra.
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    Ten un clímax dramático. El clímax es el punto culminante del cuento, en donde el personaje principal debe tomar una decisión o elección importante. Debe estar lleno de drama y ser el momento más emocionante en el cuento.
    • Por ejemplo, podrías tener un clímax como: “La mamá de Fiona descubre la tortuga en su mochila y le dice que no puede tenerla de mascota”.
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    Incluye una acción decreciente. La acción decreciente es el punto en donde el personaje principal se enfrenta a los resultados de su elección. Podría tener que hacer las paces o tomar una decisión. El personaje quizás también se una a otro en esta sección de la trama.
    • Por ejemplo, podrías tener una acción decreciente como: Fiona y su madre tienen una discusión y la tortuga escapa. Luego ambas van a buscarla cuando descubren que ha desaparecido.
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    Termina con un desenlace. El desenlace cierra el cuento. Le dice al lector si el personaje principal logró alcanzar su meta o no. Quizás el personaje principal obtenga lo que quiere. O quizás llegue a un acuerdo.
    • Por ejemplo, podrías tener un desenlace como “Fiona y su madre descubren a la tortuga en el lago y la ven irse nadando”.
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    Lee ejemplos de cuentos infantiles. Ten una mejor idea del género leyendo ejemplos de cuentos infantiles que hayan sido exitosos. Lee cuentos que se centren en el grupo demográfico o de edad para el que te gustaría escribir. Podrías leer:
    • Donde viven los monstruos por Maurice Sendak
    • La telaraña de Carlota por E.B. White
    • El grufaló por Julia Donaldson
    • El jardín secreto por Frances Hodgson Burnett
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Elaborar un borrador

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    Crea una introducción cautivadora. Comienza con una oración que enganche al lector inmediatamente. Usa una imagen extraña del personaje principal como introducción. Muestra al personaje principal en acción. La introducción debe marcar el tono para el resto del cuento y hacerle saber al lector qué esperar.[7]
    • Por ejemplo, la primera línea de “The Beginning of Smoke” (“El inicio del humo”) de Brunei Darussalam es: “At the beginning of the world, smoke was a man. At that time, there was a boy named Si Lasap, an orphan, who was constantly harassed by the village youths…” (“Al inicio el mundo, el humo era un hombre. En aquel tiempo, había un niño llamado Si Lasap, un huérfano, que era constantemente acosado por los jóvenes del pueblo…”).
    • La introducción establece carácter, tono y un elemento fantástico al “humo”.
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    Usa lenguaje y detalles sensoriales. Haz que tus personajes cobren vida centrándote en lo que ven, huelen, prueban, tocan, sienten y escuchan. Incluye un lenguaje que describa los sentidos de tal manera que la audiencia se mantenga involucrada en el cuento.[8]
    • Por ejemplo, podrías describir un entorno como “ruidoso e intenso” o “cálido y húmedo”.
    • También puedes usar sonidos como “zas,” “pum” o “zum” para hacer que el cuento sea más entretenido para tus lectores.
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    Incluye rimas en el cuento. Atrae la atención de tus jóvenes lectores integrando palabras que rimen en el cuento. Escribe en pareados, en donde el final de cada 2 líneas rime. También puedes usar rimas en la misma oración, tal como “él era feliz como una perdiz” o “ella era brusca y tosca”.[9]
    • Podrías usar la rima perfecta, en donde los sonidos de vocales y consonantes coinciden. Por ejemplo, “él” y “miel” sería una rima perfecta.
    • También puedes usar la rima imperfecta, en donde solo el sonido de la vocal o la consonante coinciden. Por ejemplo, “casa” y “tapa” sería una rima imperfecta, ya que solo la vocal “a” coincide.
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    Usa repetición. Ayuda a resaltar el lenguaje en tu cuento repitiendo palabras o frases clave a lo largo del libro. La repetición puede ayudar a mantener al lector involucrado y hacer que el cuento se quede en su mente.[10]
    • Por ejemplo, podrías repetir una pregunta, tal como, “¿A dónde fue Dorothy la tortuga?” a lo largo del cuento. O podrías repetir una frase como, “¡Oh, no!” u “¡Hoy es el día!” para mantener el ritmo y la energía del cuento.
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    Incluye aliteración, metáforas y símiles. La aliteración en cuando cada palabra comienza con el mismo sonido consonante, tal como “tres tristes tigres” o “mi mamá me mima”. Es una forma divertida de agregar ritmo a tu estilo y mantener la historia entretenida para los niños.[11]
    • La metáfora es cuando comparas 2 cosas. Por ejemplo, podrías incluir metáforas como: “La tortuga es un caparazón verde flotando en el lago”.
    • El símil es cuando comparas 2 cosas usando “como”. Por ejemplo, podrías incluir símiles como: “La tortuga es tan ancha como mi mano”.
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    Haz que el personaje principal se enfrente a un conflicto. El elemento clave de un buen cuento es el conflicto, en donde el personaje principal debe superar un obstáculo, problema o asunto para tener éxito. Limita el cuento a un conflicto que sea concreto y claro para los lectores. Podrías hacer que el personaje principal tenga problemas con la aceptación por parte de los demás, con asuntos familiares o con su crecimiento físico.[12]
    • Otro conflicto común en cuentos infantiles es el miedo a lo desconocido, tal como aprender una habilidad nueva, ir a un lugar nuevo o perderse.
    • Por ejemplo, tu personaje principal podría tener problemas para encajar en la escuela, así que decide tener una tortuga como mejor amiga. O tu personaje principal podría tenerle miedo al sótano de su casa y tiene que aprender a superar sus miedos.
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    Haz que la moraleja del cuento sea inspiradora, pero no sermoneadora. La mayoría de los cuentos infantiles tendrán un final feliz e inspirador con una moraleja. Evita hacer que esta se sienta demasiado severa. Una moraleja sutil será más eficaz y menos evidente para los lectores.[13]
    • Muestra la moraleja a través de las acciones de los personajes. Por ejemplo, muestra a la niña y su madre abrazándose junto al lago mientras la tortuga se va nadando. Esto podría explorar la moraleja de encontrar apoyo en la familia sin decírselo al lector.
  8. 8
    Ilustra el cuento. La mayoría de los libros infantiles vienen con ilustraciones que le dan vida al cuento visualmente. Intenta illustrarlo por tu cuenta o contrata a un ilustrador.[14]
    • En muchos libros infantiles, las ilustraciones se encargan de la mitad del trabajo de transmitir el cuento al lector. Puedes incluir detalles de los personajes como su ropa, peinados, expresiones faciales y color en las ilustraciones.
    • En la mayoría de los casos, las ilustraciones para libros infantiles se crean después de haber escrito el cuento. Esto permite que el ilustrador dibuje en base al contenido en cada escena o línea del cuento.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Pulir el cuento infantil

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    Lee el cuento en voz alta. Una vez que hayas terminado un borrador del cuento infantil, léelo en voz alta para ti mismo. Escucha cómo suena en la página. Nota si tiene un lenguaje muy complicado o de alto nivel para tu grupo de edad meta. Revisa el cuento de tal manera que sea fácil de leer y seguir.
  2. 2
    Muéstrales el cuento a niños. Recibe comentarios de tu grupo de edad meta. Pídeles a tus hermanos, familiares jóvenes o niños en tu escuela que lean el cuento y te den retroalimentación. Modifica el cuento de tal manera que sea más atractivo y que los niños puedan relacionarse con este fácilmente.[15]
  3. 3
    Revisa la extensión y la claridad del cuento. Revisa el borrador y asegúrate de que no sea demasiado largo. A menudo, los cuentos infantiles son más eficaces cuando son cortos y van directo al grano. La mayoría de los cuentos infantiles tienen muy poco texto, y cuando lo tienen, hacen que cuente.
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    Considera publicar el cuento. Si te gusta tu cuento infantil, podrías enviarlo a editoriales que consideren libros infantiles. Escribe una carta de solicitud para tu cuento infantil con el fin de enviarlo a editores y editoriales.
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Acerca de este wikiHow

Stephanie Wong Ken, MFA
Coescrito por:
Máster en Bellas Artes, Escritura Creativa, Universidad Estatal de Portland
Este artículo fue coescrito por Stephanie Wong Ken, MFA. Stephanie Wong Ken es una escritora con sede en Canadá. Los escritos de Stephanie han aparecido en Joyland, Catapult, Pithead Chapel, Cosmonaut's Avenue y otras publicaciones. Tiene una maestría en ficción y escritura creativa de la Universidad Estatal de Portland. Este artículo ha sido visto 330 939 veces.
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