Escribir un discurso, o elogio, fúnebre para tu padre puede ser una experiencia desgarradora. Es completamente normal sentirse triste y nervioso al enfrentar esta tarea tan personal, por lo que debes ser muy cuidadoso durante el proceso de escritura. Puedes empezar haciendo una lluvia de ideas. Piensa en los recuerdos de tu padre que más atesoras y en cómo podrían encajar en el discurso. A partir de ahí puedes comenzar a escribir. Procura expresar cuánto significó para ti y lo agradecido que estás por su presencia en tu vida. Considerando que dar el discurso puede ser emocionalmente agotador, es buena idea practicar un poco de antemano para asegurarte de poder hacerlo en público.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Preparar un esquema

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    Recuerda que se trata de un discurso o elogio fúnebre y no de un obituario. Estos son diferentes: un obituario es un resumen de los datos de la vida de una persona. Se concentra en sus logros, su carrera profesional, el lugar de su nacimiento, sus familiares supervivientes, entre otros. Por otro lado, los discursos fúnebres tienen como propósito capturar la esencia de una persona.[1]
    • Los obituarios contienen datos y suelen ser menos sentimentales. Los discursos fúnebres se enfocan en la historia de una persona, qué significó su vida para otros y para el orador.
    • Evita escribir una lista interminable de los logros y datos de la persona. Es mejor concentrarse en sus historias y en los recuerdos que hablan de su carácter.
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    Reúne algunas ideas. Antes de empezar a escribir, es buena idea tener una lluvia de ideas para agilizar tu mente. Dedica un tiempo a anotar recuerdos e historias, así como otras cosas que recuerdes del carácter de tu padre. Esto puede ayudarte a crear la estructura del discurso.[2]
    • Para empezar, escribe todas las ideas que se te ocurran respecto a tu padre. ¿Qué es lo primero que viene a tu mente al pensar en tu padre? ¿Cuál es tu recuerdo más importante de él? ¿Qué palabras usarías para describirlo?
    • Asimismo, piensa en las cosas materiales que asocias con él. ¿Qué música te recuerda a tu padre? ¿Qué películas, programas de televisión, comidas, sonidos y aromas? Es buena idea rodearse de esto mientras escribes, ya que podría evocar recuerdos valiosos que puedes usar en tu discurso.
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    Establece un tema general. Un discurso de este tipo debe ser conciso y tener un propósito. No es bueno que hables de distintos recuerdos que no tienen una conexión uno con otro. Conforme haces la lluvia de ideas, trata de encontrar un tema que encierre todo. ¿Qué tema o mensaje central enlaza todos los recuerdos?[3]
    • No es necesario que hagas una reflexión profunda o examines el tema de la muerte. Está bien admitir que la muerte es algo terrible y confuso. Más bien, habla sobre el propósito de su vida. ¿Quién fue tu padre y cómo será el mundo ahora que no está?
    • Puedes usar conceptos subjetivos o vagos como tema. Tal vez tu padre era un abogado que trabajaba en derecho civil. Puedes concentrarte en su generosidad, servicio a la comunidad y ayuda a los demás. O quizá era un empresario que construyó su fortuna desde cero. Entonces el tema puede ser los frutos de la tenacidad, el trabajo duro y la dedicación.
    • También puedes hablar sobre lo que aprendiste de él. ¿Cuál es la lección más valiosa que te dió? ¿Cómo la aplicas a tu vida?
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    Decide cómo vas a organizar el discurso. Existen muchas maneras de hacerlo. El método que emplees dependerá del tema, así como de la información que incluyas. Conforme trabajas en el esquema, descubre la mejor manera de organizarlo.[4]
    • Puedes organizar la información en orden cronológico. Esto puede servir si vas a utilizar anécdotas de su juventud y de su vida adulta. Por lo tanto, si tus historias y recuerdos sucedieron en momentos distintos, considera usar el orden cronológico.
    • Asimismo, puedes agrupar las ideas similares. Si vas a mencionar varias características de tu padre demostradas en distintos momentos y recuerdos, organízalas por ideas. Por ejemplo, si vas a mencionar su éxito como empresario y que se debe a su determinación, ética laboral y habilidad, puedes tomar cada una de sus cualidades y acompañarla de recuerdos o anécdotas.

Parte 2
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Escribir el discurso

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    Primero preséntate. Quizá te parezca extraño, ya que lo más probable es que muchas de las personas ya te conozcan, pero esto es algo que se acostumbra hacer al inicio del discurso fúnebre. Dile a los asistentes quién eres y cuál es tu relación con el difunto.[5]
    • Es posible que esta sea la parte más sencilla del discurso. Solo debes decir quién eres y cómo era tu relación con tu padre. Así la gente confiará en ti.
    • Por ejemplo, puedes empezar así: “Mi nombre es Jane Sherman. El día de hoy nos reunimos para despedir a mi padre, Glenn. Soy hija única, por lo que siempre tuve una relación cercana con mi padre. Hablábamos casi a diario, incluso luego de que me mudará a mi propia casa”.
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    Establece el tono. Esto es importante para el discurso fúnebre. La idea es mantener el tono a lo largo del texto. Piensa en cuál es la mejor manera de transmitir tu mensaje a todos.[6]
    • Es buena idea conversar con tu familia y con el encargado del servicio sobre este tema. Lo ideal es mantener el mismo tono durante todo el servicio. Por ejemplo, si habrá una ceremonia religiosa, tal vez debas adoptar un tono sombrío y respetuoso.
    • Sin embargo, no es necesario que el servicio limite el tono. En primer lugar, este debe reflejar quién era tu padre. Si era una persona jovial, que hacía bromas todo el tiempo, puedes ser un poco más informal. Considera este discurso como una celebración de su vida más que el lamento de su muerte.
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    Incluye una historia. La mayoría de los discursos fúnebres incluyen por lo menos una historia sobre el difunto. Comienza con algo que llame su atención. Elige una que represente a tu padre como persona. La idea es que te lleve al tema general del discurso.[7]
    • Por ejemplo, si tu discurso habla sobre cómo podía encontrar el lado divertido a las situaciones, pese a haber tenido una vida difícil, elige una anécdota sobre su capacidad de aligerar los problemas, pese a las circunstancias.
    • En el caso de que haya muerto de cáncer, puedes hablar sobre cómo enfrentó el diagnóstico del tumor. Empieza algo así: “Cuando mi padre se enteró de que tenía cáncer, hizo muchas bromas sobre los posibles tratamientos. Recuerdo que me dijo ‘Creo que prefiero la radiación’. Pensé que tal vez era porque ofrecía una mejor oportunidad de recuperación, pero al preguntarle por qué me respondió: ‘¿Quién sabe? Tal vez toda la radiación me convierta en un superhéroe. Podría ser como el Hombre Araña'”.
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    Concéntrate en los detalles. Además de capturar la esencia de tu padre de manera general, es buena idea entrar en detalles. Así tu público tendrá recuerdos pequeños de él que le ayudarán a sobrellevar la pérdida.[8]
    • Los detalles sensoriales pueden ayudar. Tal vez a tu padre le encantaba estar al aire libre y siempre olía a tierra. O quizá le encantaba el rojo y siempre vestía alguna prenda o accesorio de ese color.
    • Incluye tantos detalles como puedas recordar. Por ejemplo, puedes escribir algo así: “Recuerdo que mi papá siempre cantaba canciones de Johnny Cash; tenía la voz profunda de un barítono. Los domingos por la mañana al despertar lo oía cantar ‘I walk the line’ desde el sótano y disfrutaba el aroma del café fresco que llegaba hasta mi habitación”.
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    Aprovecha todos los recursos que tengas. Si no logras encontrar las palabras para expresar algo, usa otras fuentes. Tienes la opción de emplear una referencia o cita para explicar algo referente a tu padre.[9]
    • Si tu padre era una persona religiosa, podrías usar pasajes de la Biblia. Ahí puedes encontrar muchas reflexiones sobre la vida y la muerte, así que es una buena fuente.
    • Asimismo, puedes usar libros, películas, canciones y programas de televisión que tu padre amaba. Por ejemplo, si era un gran fanático de Robert Frost, puedes incluir una línea de algún poema.
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    Aligera el ambiente. El discurso fúnebre no debe ser completamente lúgubre. Es mejor hacerlo un poco más ameno. Si se torna muy serio, podría parecer que tratas de dramatizar la muerte, lo que podría darle un tono sentimentalista o sermoneador al momento. Elige espacios específicos del texto en los que puedas hablar de sus defectos. Así le proporcionarás una imagen completa de tu padre a los asistentes.[10]
    • Piensa en algo gracioso que puedas compartir sobre tu padre. ¿Le gustaba discutir? Incluye una historia divertida sobre alguna ocasión en que se quedó peleando por la cuenta incluso después de que todos ya habían dejado pasar la situación. Podrías decir algo así: “Pese a su sentido del humor, no era una persona perfecta. Podría ser demasiado crítico y a veces le gustaba dar la contra. Recuerdo una vez, durante las vacaciones familiares, en que fuimos a un restaurante…”.
    • Una historia que ilustra los defectos de una persona debe ser ligera. La idea no es que parezca que estás enfadado con el difunto, ya que podría parecer irrespetuoso. Por ejemplo, no deberías hablar sobre una pelea increíblemente grave que tuvieron solo para demostrar que le gustaba discutir. A nadie le parecerá divertido. En vez de eso, concéntrate en situaciones triviales que hagan reír a tu público.
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    Añade algunas frases a manera de conclusión. Conforme te aproximas al final del discurso, incluye unas cuantas oraciones finales que redondeen la idea general. Este es el momento de tocar el tema principal. ¿Qué querías comunicar mediante el discurso? ¿Qué deseas que las personas recuerden de tu padre?[11]
    • Reúne algunas ideas que resuman quién es tu padre. Dile a los asistentes directamente lo que quieres comunicar. Por ejemplo, podrías decir algo así: “Lo que aprendí de mi padre es que la vida es corta. En ocasiones, puede llegar a ser cruel. Pero la mejor manera de afrontarla es con una sonrisa y con la capacidad de apreciar los momentos cortos de alegría sin importar las circunstancias".
    • Asimismo, es bueno incluir un agradecimiento a los asistentes por su tiempo. Menciona brevemente algo como: “Les agradezco que hayan venido para recordar a mi padre, Glenn Sherman, y que me hayan dado la oportunidad de contarles un poco más sobre él. Sé que se hubiera sentido honrado de saber cuántas personas realmente se preocupaban por él”.

Parte 3
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Completar y dar el discurso

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    Haz los últimos arreglos y añade la información que falte. Una vez que termines de escribir el borrador del discurso, imprímelo y léelo. Conforme lo revisas, busca lugares donde puedas extenderte y dar más detalles según sea necesario.[12]
    • Evalúa si lo que escribiste tiene sentido. ¿Las historias ayudan a ilustrar el tema? ¿Te parece que falta algo? ¿Te faltó alguna historia especial o podrías haberte extendido en algún aspecto de la personalidad de tu padre? ¿Hay alguna parte que no encaje?
    • Añade la información que necesite tu discurso. Si te parece que puedes extender el tema, entonces hazlo. También puedes quitar cualquier parte que no encaje bien. Recuerda tener el tiempo en consideración. Generalmente, un discurso fúnebre dura entre 5 y 7 minutos.
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    Memoriza parte del discurso. Cuando das un discurso de este tipo, es buena idea saber parte del texto de memoria. De esta manera, no tendrás problemas para expresarte. No es necesario que sepas todo el contenido. Asimismo, es conveniente tener algunas notas contigo en caso de que los nervios o las emociones te distraigan al hablar.[13]
    • Si quieres memorizar todo el texto, trabaja con partes cortas. Puede ser abrumador tratar de recordar todo de una sola vez.
    • Es buena idea tener notas con pequeños recordatorios. Así mantendrás el hilo del tema conforme das el discurso.
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    Practica el discurso regularmente. Recuerda practicar varias veces durante los días previos al funeral. Lee el texto en voz alta para ti mismo o frente al espejo. Concéntrate en los momentos donde no tienes mucha confianza y practícalos más.[14]
    • También puedes pedirle a algún amigo o familiar que te escuche mientras practicas. Otra persona puede darte alguna opinión sobre cómo mejorar tu discurso.
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    Mantente firme emocionalmente. Nunca es fácil escribir un discurso fúnebre y puede ser incluso más difícil si es sobre tu padre. Conforme avances, procura mantener tus emociones bajo control.[15]
    • Pide ayuda. Las relaciones que mantienes con otras personas son importantes durante el proceso de duelo. Confía en tus amigos y familiares en tus momentos de debilidad.
    • Intenta trabajar en tu sentido de identidad. Perder a un padre puede hacerte sentir perdido y sin guía. Intenta pensar en quién eres sin tu padre y cómo puedes seguir adelante.
    • Vive en el presente. Recuerda que tu vida continúa. Sé agradecido por lo que tienes y por cada día de vida. Aprovecha cada instante al máximo pese a tu pérdida.

Consejos

  • Haz contacto visual con los dolientes conforme das el discurso. Así podrás establecer una mejor conexión con el público que si solo leyeras el papel.
  • Mantén la duración entre 5 y 10 minutos. No es que haya una limitación, pero quizá sea difícil hablar del padre que acabas de perder por más de 10 minutos.

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