Si tu alfombra es muy transitada o tiene marcas provocadas por años de muebles sin mover, es hora de esponjarla para devolverle su aspecto original. Pasar el cepillo y la aspiradora será suficiente para una alfombra apenas aplastada, pero las marcas profundas necesitarán más atención. Utiliza vinagre y agua, hielo, una plancha o una secadora para enderezarla. Luego, espónjala frotándola con los dedos, raspándola con el borde de una cuchara o peinándola con un tenedor.

Método 1
Método 1 de 4:
Utilizar vinagre

  1. 1
    Rocía las zonas afectadas de la alfombra con agua y vinagre. Mezcla partes iguales de agua y vinagre en una botella de espray. Rocía bien la zona marcada o aplastada de la alfombra. Cubre toda la zona con líquido, pero no satures la alfombra hasta el punto de dejarla empapada.
    • Asegúrate de que la botella de espray esté limpia y sin restos de otros limpiadores o químicos antes de utilizarla.
    CONSEJO DE ESPECIALISTA
    Kadi Dulude

    Kadi Dulude

    Profesional de limpieza de casas
    Kadi Dulude es el dueño de Wizard of Homes, una empresa de limpieza con sede en la ciudad de Nueva York. Kadi lidera un equipo de más de 70 profesionales de limpieza registrados, y sus consejos de limpieza han aparecido en Architectural Digest y New York Magazine.
    Kadi Dulude
    Kadi Dulude
    Profesional de limpieza de casas

    Truco de experto: rocía vinagre blanco puro sobre la alfombra seca para eliminar los malos olores de la tela. Siempre haz la prueba en una zona pequeña de la alfombra para verificar que el vinagre o cualquier otro agente de limpieza sea seguro antes de utilizarlo.

  2. 2
    Deja reposar el limpiador por 10 a 30 minutos. Dale tiempo a la mezcla para que actúe sobre las fibras de la alfombra. Ajusta el tiempo que la dejas actuar según qué tan profundas y planas sean las marcas. Dale al menos 10 minutos o espera media hora si hay marcas profundas.
    • El vinagre suele utilizarse como una solución de limpieza, así que la zona rociada terminará más limpia que el resto de la alfombra.
  3. 3
    Absorbe el líquido con una toalla. Presiona suavemente una toalla blanca y limpia sobre la alfombra húmeda. Sécala hasta absorber la mayor parte del líquido. No presiones muy fuerte o volverás a aplastar la alfombra.
    • Es importante utilizar una toalla blanca para no teñir la alfombra con ningún color.
  4. 4
    Raspa la alfombra con el borde de una cuchara. Sostén una cuchara de modo que el borde esté contra la zona de la alfombra que estás esponjando. Presionando la cuchara en ella, ráspala a lo largo de la alfombra en líneas rectas. Así las fibras volverán a enderezarse.[1]
    • Si una cuchara no te da los resultados esperados, peina la alfombra con los dientes de un tenedor.
    • También prueba con un cepillo de cerdas rígidas pero no metálicas para nivelar la alfombra cuando la marca haya desaparecido. El cepillo de pelo de jabalí funciona bien.
  5. 5
    Déjala secar antes de pisarla o ponerle cosas encima. Después de esponjar la alfombra, asegúrate de no caminar por encima de ella antes de que se seque. Tampoco vuelvas a colocar ningún mueble en la zona mientras está húmeda. Esto puede tardar de 2 a 3 horas como mínimo, según el tamaño de la zona.

Método 2
Método 2 de 4:
Derretir hielo

  1. 1
    Coloca cubitos de hielo en la marca. Agarra un poco de hielo del congelador y ponlo en las marcas de la alfombra. Si tienes varias marcas (como las de las cuatro patas de un sofá), coloca al menos un cubito de hielo en cada marca. Si está tiene más de 5 cm (2 pulgadas) de ancho, coloca más de un cubito en la marca.[2]
  2. 2
    Deja que el hielo se derrita por completo. Una vez que las marcas estén cubiertas con cubitos de hielo, déjalas reposar el tiempo suficiente para que el hielo se derrita. Esto puede tardar de 20 minutos a 1 hora como mínimo, según la temperatura de la habitación y la cantidad de hielo que pongas en cada marca.[3]
  3. 3
    Absorbe el agua con una toalla blanca y limpia. Cuando todo el hielo de cada marca se haya derretido, absorbe toda el agua con una toalla limpia. Presiónala suavemente de modo que no vuelvas a marcar la alfombra. La toalla debe estar limpia y blanca, para no teñir la alfombra con ningún color.[4]
  4. 4
    Esponja la alfombra con los dedos, una cuchara o un tenedor. Frota la zona previamente marcada con los dedos hasta que la alfombra se levante como debería. Si esto no la esponja lo suficiente, ráspala con el borde de una cuchara o péinala con los dientes de un tenedor.[5]
    • Nivela la alfombra con un cepillo suave una vez que las fibras se hayan vuelto a esponjar.

Método 3
Método 3 de 4:
Utilizar una plancha

  1. 1
    Coloca un trapo húmedo sobre la zona que deseas esponjar. Agarra una toallita blanca o una toalla de mano de tu armario de ropa blanca. Humedécela con agua tibia. Colócala sobre la alfombra marcada o plana. Si necesitas esponjar una zona grande, podría ser necesario utilizar más de una toalla o repetir el proceso varias veces.[6]
  2. 2
    Aplica vapor en la toalla con una plancha a temperatura media. Conecta la plancha de ropa y ponla a temperatura media. Sostenla unos centímetros por encima de la toalla y muévela alrededor con un movimiento circular. Hazlo por 30 a 60 segundos y luego revisa la alfombra.[7]
    • No pongas la plancha directamente en la alfombra o la toalla, ya que podrías dañar las fibras de la alfombra.
  3. 3
    Esponja la alfombra con los dedos. Después de calentar la zona, coloca la plancha a un lado donde no queme nada. Retira la toalla de la zona, teniendo cuidado de no quemarte. Frota la alfombra con los dedos de modo que las fibras vuelvan a enderezarse. Aplica la toalla y vuelve a calentarla si es necesario.
    • Para fibras de alfombra más rebeldes, ráspala con el borde de una cuchara o péinala con un tenedor para esponjarla más.
    • Después, cepilla la alfombra para dejarla con un aspecto uniforme.

Método 4
Método 4 de 4:
Utilizar una secadora de cabello

  1. 1
    Llena una botella de espray con agua limpia. Busca una botella de espray nueva o enjuaga bien una vieja. Llénala con agua tibia del grifo. Si el grifo no tiene agua muy limpia, utiliza agua embotellada o destilada. No utilices agua muy caliente o podrías dañar las fibras de la alfombra.
  2. 2
    Rocía la alfombra aplastada con agua. Asegúrate de cubrir por completo la zona marcada o plana, pero no la rocíes tanto que empapes la alfombra. Si te excedes con el agua, arruinarás la alfombra con el paso del tiempo.[8]
  3. 3
    Sécala con la secadora. Conecta una secadora de cabello cerca de la zona de la alfombra que planeas tratar. Ponla a temperatura baja. Si tiene una función de ventilador alto, está bien activarla. Sostén la secadora a 15 cm (6 pulgadas) de la alfombra y muévela de un lado a otro por toda la zona.[9]
  4. 4
    Espónjala. Cuando la alfombra esté casi seca, frota la mano de un lado a otro por toda la zona para volver a enderezar las fibras. Si la alfombra no se esponja como lo deseas, cepíllala unas cuantas veces con un cepillo de cerdas rígidas pero suaves.

Acerca de este wikiHow

Kadi Dulude
Coescrito por:
Profesional de limpieza de casas
Este artículo fue coescrito por Kadi Dulude. Kadi Dulude es el dueño de Wizard of Homes, una empresa de limpieza con sede en la ciudad de Nueva York. Kadi lidera un equipo de más de 70 profesionales de limpieza registrados, y sus consejos de limpieza han aparecido en Architectural Digest y New York Magazine. Este artículo ha sido visto 1647 veces.
Categorías: Limpieza de alfombras