En ocasiones, hablarles a los niños puede sentirse como aprender un idioma extranjero. Por desgracia, no existe un manual útil de conversación ni una aplicación de traducción que pueda hacerte sonar amistoso, alentador y firme al mismo tiempo. No te preocupes. Este artículo reúne muchos trucos, consejos e ideas de conversación para que puedas hablar de una forma abierta y honesta con los niños que haya en tu vida.

Método 1
Método 1 de 15:
Siéntate o arrodíllate a su nivel.

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    Bajar a su nivel hace que seas mucho más abordable. Aunque las cosas se mantengan ligeras y amistosas, es posible que un niño se sienta intimidado si le hablas desde mucho más arriba. En cambio, toma asiento o arrodíllate cerca del niño de forma que no tenga que mirarte hacia arriba. Esto puede ser de ayuda para atemperar la conversación.[1]

Método 2
Método 2 de 15:
Conversa sobre temas con los que se puedan identificar.

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    A los niños les encanta hablar sobre sus intereses y preferencias. En lo que respecta a las conversaciones, preguntarles por sus cosas favoritas es un tema bastante seguro al que puedes recurrir. Podrías preguntarles por su cantante favorito o los programas de televisión que les guste ver. Incluso podrías preguntarles por su animal favorito o pueden comparar sus colores favoritos.[2]
    • Las mascotas son otro tema seguro y fácil. Podrías preguntarles si tienen un perro o gato en casa y cómo se llama.

Método 3
Método 3 de 15:
Pídeles consejo o ayuda.

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    A los niños les encanta resolver problemas "de adultos". Comparte un problema ligero y no muy serio con el que te hayas topado en tu rutina diaria. Podría ser que tengas problemas para irte a dormir a una buena hora o nunca puedas encontrar las llaves de tu auto antes de ir a trabajar. Al niño le encantará tener la oportunidad de encontrar una solución a tu problema, ya sea grande o pequeño.[3]
    • Podrías decir: "No sé qué darle a mi amigo por su cumpleaños. ¿Puedes ayudarme a elegir un regalo?" o "Iba a ver una película este fin de semana, pero soy muy indeciso. ¿Qué te parece que deba ver?".

Método 4
Método 4 de 15:
Hazles cumplidos genuinos y alentadores.

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    Enfócate en el esfuerzo y el carácter del niño en lugar de algo superficial. Si bien los cumplidos superficiales (por ejemplo, "Tu cabello se ve muy bonito" o "Me encanta tu camiseta") son agradables, no duran mucho. Enfócate en cambio en algo que el niño haga activamente. Los cumplidos específicos dejan un impacto mucho mayor y te ayudarán a establecer una conexión con los niños con más facilidad.[4]
    • Por ejemplo, los cumplidos como "Me encanta cómo dibujas los caballos", "Te ves muy fuerte en esos patines" y "Fue muy amable que compartieras tu bocadillo con tu hermano" son mucho más genuinos que "¡Tus ojos son de un color muy bonito!" o "Tu familia es muy grande".

Método 5
Método 5 de 15:
Haz preguntas abiertas.

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    Las preguntas de respuesta afirmativa o negativa no te harán llegar muy lejos en una conversación. Invita en cambio al niño a entrar en muchos detalles sobre lo que piense y sienta. Antes de hacer una pregunta, repítela primero en tu mente. Si el niño podría responderla en una o dos palabras, intenta en cambio reestructurarla.[5]
    • "¿Qué es lo que más te gustó de la escuela hoy?" es una pregunta mucho mejor que "¿Tuviste un buen día en la escuela?".

Método 6
Método 6 de 15:
Expresa mucho interés.

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    Los comentarios pequeños y alentadores le transmiten a un niño que lo escuchas. A medida que comparta su historia, ten un aspecto involucrado e interesado a lo largo de la conversación. Las frases como "Qué interesante" o "Continúa, por favor" le transmiten al niño que su tiempo es valioso y que te importa lo que diga.[6]
    • Algunas excelentes formas de expresar interés son "Cuéntame más sobre eso" o "No puede ser. ¡No te creo!".

Método 7
Método 7 de 15:
Presta atención al lenguaje corporal.

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    Es posible que un niño afirme estar "bien" en tanto que su lenguaje corporal cuente otra historia. En lugar de estar animado y relajado, es posible que disfrace sus emociones con su lenguaje corporal (por ejemplo, cruzar los brazos o encorvar los hombros). Toma en cuenta sus palabras y también sus movimientos de forma que tengas una perspectiva más completa sobre lo que el niño intenta decir.[7]
    • Por ejemplo, si un niño dice que tuvo un buen día en la escuela pero no establece contacto visual, podrías asumir que algo no le fue bien.

Método 8
Método 8 de 15:
Deja hablar al niño sin interrumpirlo.

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    Las interrupciones únicamente detendrán la conversación. Considéralo de este modo: si estuvieras contándole una historia muy emocionante a un amigo, ¿querrías que te interrumpiera y hablara por encima de ti? El mismo principio aplica también para los niños. Dales bastante tiempo para que digan lo que estén pensando, aunque tengan algunas dificultades para pensar en las palabras adecuadas. Cuando hayan terminado de hablar, no dudes en responder y comentar sobre lo que hayan dicho.[8]

Método 9
Método 9 de 15:
Escucha en lugar de ofrecer soluciones.

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    En ocasiones, los niños simplemente quieren a alguien que los escuche. Si un niño está desahogándose sobre su día, deja que termine su historia en lugar de apresurarte a resolverle el problema. Tus intenciones son buenas, pero es importante que el niño se sienta escuchado y comprendido en lugar de como un ítem en una lista de quehaceres.[9]

Método 10
Método 10 de 15:
Llama a tu hijo por su nombre.

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    Esta es una excelente forma de llamar la atención del niño. Los niños pequeños no pueden enfocarse en demasiadas cosas a la vez. Decir el nombre de tu hijo le ayuda a enfocarse en ti y en tu voz, y no en lo que ocurra a su alrededor. No digas "Oye" u "Oye tú" sino, en cambio, llámalo por su nombre. Es posible que observes una diferencia.[10]
    • Podrías decir: "Lucas, por favor recoge tus juguetes antes del almuerzo" o "Jaime, toma tu suéter antes de que salgamos".
    • Si el niño está distraído, di su nombre hasta que se enfoque en ti. Luego, di lo que le quieras decir.

Método 11
Método 11 de 15:
Habla con un tono serio.

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    Un tono impreciso conduce a una conversación imprecisa. Los niños escuchan más que solo las palabras. También escuchan la forma como dices las cosas. Si no suenas serio, es probable que no te tomen en serio. En cambio, establece un equilibrio entre ser amable y firme de forma que el niño comprenda que no estás enojado pero tampoco eres pusilánime.[11]
    • "¿Podrías guardar tu ropa antes de cenar, por favor?" es mucho más firme y directo que "¿Te importaría guardar tu ropa hoy en algún momento?".

Método 12
Método 12 de 15:
Habla a un volumen normal al disciplinar a tu hijo.

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    Los gritos no logran mucho, aunque el niño también grite. Mientras más grites, el niño aprenderá más a desconectarse de tu voz. En cambio, habla con calma y respetuosamente frente al niño de forma que comprenda que hablas en serio.[12]
    • Por ejemplo, no grites "¡Vístete para la escuela!" desde la cocina sino, en cambio, podrías llamar a la puerta del dormitorio de tu hijo y decir "El bus llegará en menos de una hora. ¿Podrías comenzar a vestirte para la escuela?".

Método 13
Método 13 de 15:
Elige palabras positivas al hablarle a tu hijo.

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    El lenguaje negativo no tendrá un buen impacto en tu hijo. No digas lo que no debe hacer sino, en cambio, enfócate en lo que tu hijo deba hacer. El lenguaje positivo y alentador ayuda a fomentar la confianza en uno mismo e inspira a los niños a desarrollar mejores hábitos en el futuro.[13]
    • No digas "No se juega en la cocina" sino, en cambio, podrías decir "Ve a jugar a la sala, en donde están todos tus juguetes".
    • "Estoy orgulloso de ti por compartir tus juguetes" es mucho más positivo y alentador que "No debes ser egoísta".

Método 14
Método 14 de 15:
Simplifica los sermones que les des a tus hijos.

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    Los sermones largos no logran mucho a la larga. No atosigues a tus hijos ni te quejes sobre una determinada tarea o quehacer sino, en cambio, haz el intento de simplificar la solicitud a una sola palabra. Tu hijo captará el mensaje sin sentirse menospreciado ni subestimado en el proceso.[14]
    • Podrías decir, "¡Clara, el gato!" en lugar de "Se suponía que ayer ibas a limpiar la caja de arena y aún no lo has hecho".
    • Podrías decir "¡Niños, mochilas!" en lugar de "Les dije que empacaran sus mochilas hace 5 minutos".

Método 15
Método 15 de 15:
Ofrécele a tu hijo muchas opciones para tranquilizarlo.

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    Algunos niños no reaccionan bien a las órdenes. En cambio, divide una tarea u orden en un escenario divertido de "esto o aquello". Tu hijo estará más contento de seguir el juego si se siente en control de sus decisiones y su rutina.[15]
    • No le digas a tu hijo que empaque su almuerzo sino, en cambio, pregúntale si quiere un sándwich de mantequilla de maní y mermelada o de jamón y queso.
    • No le pidas a tu hijo que se vista sino, en cambio, dale distintas opciones de atuendos para ese día.
    • En ocasiones, es posible que no haya ninguna opción viable que puedas ofrecerle. No hay problema, tan solo ofrece alternativas cuando te sea posible.

Consejos

  • Haz el intento de separar un poco de tiempo todos los días para conversar, sobre todo si tienes un hijo en casa. Esta es una excelente forma de forjar vínculos y conectar con él, además de que le brinda un lugar saludable para compartir sus pensamientos y sentimientos.[16]

Acerca de este wikiHow

Julie Wright, MFT
Coescrito por:
Especialista en crianza y sueño de los bebés
Este artículo fue coescrito por Julie Wright, MFT. Julie Wright es una terapeuta matrimonial y familiar y cofundadora de The Happy Sleeper, que ofrece consultoría del sueño y clases en línea sobre el sueño de los bebés. Julie es una psicoterapeuta autorizada que se especializa en bebés, niños y sus padres, y es coautora de dos libros para padres más vendidos (The Happy Sleeper y Now Say This) publicados por Penguin Random House. Creó el popular programa Wright Mommy, Daddy and Me en Los Ángeles, California, que brinda apoyo y aprendizaje a padres nuevos. El trabajo de Julie ha sido mencionado en The New York Times, The Washington Post y NPR. Julie recibió su entrenamiento en el Cedars Sinai Early Childhood Center. Este artículo ha sido visto 12 301 veces.
Categorías: Vida familiar