Uno de los eventos más estresantes en la vida de una persona es mudarse. Hacerlo puede convertirse en un desafío aún más si tu cónyuge no quiere mudarse, sobre todo si estás totalmente decidido a tomar este paso. No obstante, no tienes que renunciar a tu sueño. Puedes aumentar las probabilidades de que tu cónyuge acepte considerar mudarse si te preparas para la conversación, conversan las ventajas y las desventajas, y luego tratan de elaborar un plan juntos.

Método 1
Método 1 de 3:
Planificar la conversación

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    Espera el momento adecuado. Programar es importante en la vida, especialmente si quieres hablar con tu cónyuge de algo que tal vez no quiera hacer. Trata de encontrar un momento en el ambos estén relajados, en calma y de buen humor, y no estresados. Un fin de semana cuando ambos estén sin la presión del trabajo es el momento ideal.
    • El mejor momento para abordar el tema es cuando estén a solas. Intentar convencer a tu cónyuge de hacer algo cuando están en grupo o cuando hay otras personas alrededor puede dar la impresión de que tratas de ponerlo en la mira y hacer que esté de acuerdo para que no se avergüence frente a los demás. Es probable que tu cónyuge se ponga a la defensiva e incluso se sienta traicionado. En lugar de eso, inicia la conversación mientras estén teniendo una cena agradable o cuando estén relajados en el sofá.[1]
    • Puedes decirle algo como “¿Podemos cenar esta noche? Hay algo que me gustaría conversar contigo”.
    • Si a tu cónyuge le encanta el fútbol y hay un gran juego esa noche, entonces quizás sea buena idea hablar al día siguiente. Elige un momento en el que ninguno se distraiga y puedan concentrarse.
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    Haz tu investigación. Evalúa por qué mudarse del área sería una buena idea para tu cónyuge. Trata de encontrar puntos de venta que funcionen a favor de tu cónyuge. Tener está información a mano cuando toques el tema podría ayudar a convencer a tu pareja de mudarse.[2]
    • Tal vez no le gusta el clima donde viven actualmente y tu ubicación ideal tiene uno que crees que le podría gustar. También es posible que los trabajos sean mejores en esa área.
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    Escribe tus pensamientos. Puedes iniciar una conversación sintiéndote preparado, pero si recibes oposición por parte de tu cónyuge, es posible que te olvides de toda tu preparación mental. Para evitarlo, anota las razones que tienes para querer mudarte. Tus notas pueden servir como una lista de verificación de temas que deseas tocar durante la conversación.
    • Es posible que sea útil anotar las respuestas de tu cónyuge para cada uno de tus temas. Hacerlo te permitirá volver a la lista y pensar en posibles soluciones a las preocupaciones de tu cónyuge para cuando vuelvan a tener otra conversación acerca de mudarse.[3]
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Método 2
Método 2 de 3:
Evaluar juntos las ventajas y las desventajas

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    Conversen sobre las ventajas de la situación. Después de haber pensado bastante acerca de las razones para querer mudarte, debes conversar con tu cónyuge. Seguro tienes buenas razones para querer mudarte. Ser abierto con tu pareja sobre esas razones podría influir en su pensamiento. Sin embargo, ten cuidado de no actuar como si tu idea fuera la única opción al exponer tus razones ya que, si lo haces, podría hacer que tu pareja se desanime y no permita ninguna negociación.
    • Asegúrate de mencionar todas las ventajas en las que puedas pensar. Estas pueden incluir mejores escuelas, estar más cerca de la familia o amigos, o vivir en un barrio más seguro. Si quieres mudarte a una casa más pequeña, menciona que probablemente su hipoteca o alquiler será más económico cada mes, que pagarán menos por los servicios públicos y que quizás no tendrán que realizar mucho trabajo de jardinería.[4]
    • Si tú y tu cónyuge tienen objetivos a largo plazo, hablan de cómo mudarse puede ayudarlos a alcanzar sus objetivos. Por ejemplo, pagar una hipoteca más baja puede ayudarles a ahorrar para una jubilación anticipada, o mudarse cerca de sus familiares puede significar que ellos los ayuden a cuidar a sus hijos, lo que les hará ahorrar dinero en guarderías y niñeras.
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    Hablen sobre las desventajas. Si deseas que tu cónyuge tenga una mente abierta sobre lo que quieres, también tienes que tener una, lo cual incluye reconocer las posibles desventajas de mudarse. Deja que tu cónyuge exprese sus preocupaciones sin discutir ni interrumpir. Tal vez tu cónyuge quiere quedarse donde están por razones sentimentales, o no quiere tener que pasar por el estrés de vender y comprar una casa. Estas son razones válidas para querer quedarse. Demostrar que entiendes que mudarse tiene sus inconvenientes podría ayudar a que tu cónyuge se dé cuenta de que estás dispuesto a escuchar y aceptar sus dudas, y no exigirle a hacer lo que quieres.[5]
    • Nadie quiere sentir que no lo escuchan o que su opinión no importa. Asegurarle a tu cónyuge de que entiendes las razones por las que se muestra reacio a mudarse le demostrará que lo apoyas. Esto generalmente deja abierta la posibilidad de conversar sobre el tema en un futuro, en lugar de que tu cónyuge se cierre inmediatamente.
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    Resuelvan el problema. Una vez que hayas escuchado las preocupaciones de tu cónyuge, descubran si pueden abordar y resolver los problemas juntos. Si has investigado, es posible que esto sea más fácil. Por ejemplo, es probable que a tu cónyuge le preocupe la delincuencia en el nuevo vecindario. Tener las estadísticas sobre la seguridad del área puede resolver el problema. También es posible que sea útil tomar un descanso y hablar del tema de la mudanza con personas ajenas a la relación, como amigos y familiares, que puedan proporcionar una perspectiva única.
    • Por ejemplo, si tu cónyuge siente nervios de alejarse de sus padres, puedes decirle “Entiendo que estés reacio a mudarte porque no quieres alejarte de tus padres. Creo que podemos llegar a un acuerdo para que puedas ayudarlos cuando lo necesiten incluso si no vivimos tan cerca como antes”. Luego, trabajen en un plan juntos que incluya mudarse y también hacer lo que tu pareja quiera hacer.[6]
    • Esto le demostrará a tu pareja que la escuchas y que tomas en serio sus preocupaciones.
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Método 3
Método 3 de 3:
Llegar a un acuerdo juntos

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    Involucra a tu cónyuge en la planificación. Tal vez tu pareja no quiere mudarse porque no quiere sentirse fuera del proceso de tomar decisiones. Puedes prevenirlo al incluirlo en toda la planificación. Involucrarlo no solo lo ayudará a sentir que tiene voz en la situación, sino que también puede hacer que se emocione con respecto a la mudanza.
    • Miren algunas casas juntos, exploren los vecindarios y elijan las opciones para el diseño. Es posible que se dé cuenta de que la mudanza es mejor si ve cómo son las casas y el área.[7]
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    Haz una prueba. Si deseas mudarte a una nueva ciudad, estado o incluso país, planea unas vacaciones allí. Estar inmerso en el área puede ayudarle a tu cónyuge a cambiar de opinión cuando vea lo que el nuevo ambiente puede ofrecerle. Elige actividades que resalten la ubicación y encuentra cosas que le gusten a tu pareja. Planificar tu viaje con anticipación para incluir lo que le gusta a tu cónyuge podría marcar una diferencia.
    • Si es posible, alquila un departamento en la nueva ubicación por unos meses. Esto permitirá que tu cónyuge tenga una verdadera idea de lo que sería mudarse allí. Es posible que descubras que a tu pareja le gusta ese lugar debido a esto o incluso descubrir que preferirías no mudarte después de vivir allí.[8]
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    Comprométanse en algo. Si todavía no pueden llegar a un acuerdo, por lo menos traten de comprometerse en algo. Sugiere poner la casa en alquiler por un año y mudarse a tu lugar ideal hasta que termine el contrato de arrendamiento. Si tu cónyuge aún no está feliz, haz una oferta para regresar a su casa. No obstante, si tu pareja está dispuesta a mudarse por ti, tú debes cumplir tu palabra y mudarse de nuevo si no le gusta la nueva ubicación.
    • Para hacer el acuerdo de manera más oficial, elaboren una especie de contrato. Incluyan que aceptan vivir en la nueva casa por un año y que se mudarán de regreso si no están contentos con la nueva casa. Tener un documento como este puede hacer que tu cónyuge se sienta más seguro de que, de hecho, se mudarán si no quiere quedarse después de un año.[9]
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Acerca de este wikiHow

Michelle Joy, MA, MFT
Coescrito por:
Terapeuta licenciada en matrimonio y familia
Este artículo fue coescrito por Michelle Joy, MA, MFT. Michelle Joy es una terapeuta licenciada en matrimonio y familia y es miembro de la Junta Directiva de los Servicios de Consejería del Instituto de Parejas en el Área de la Bahía de San Francisco. Con casi 20 años de capacitación y experiencia en terapia, Michelle ofrece cursos intensivos de terapia de parejas, talleres de comunicación y talleres de preparación matrimonial. Michelle también es maestra certificada de eneagrama, se ha presentado en la 25ª. Conferencia Internacional de Eneagrama anual, y se graduó del nivel avanzado del modelo de desarrollo de la terapia de parejas. Tiene una maestría en Asesoramiento Psicológico otorgada por la Universidad de Santa Clara. Este artículo ha sido visto 6994 veces.
Categorías: Matrimonio
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