Las infusiones en aceite de oliva con hierbas aromáticas son un ingrediente ligero y delicioso que aporta sabor a muchos tipos de comidas. Puede usarse para cocinar o como aliño. Tanto las infusiones hechas en frío como en caliente son fáciles de hacer en casa, pero para este proceso hay que tener una consideración cuidadosa de los ingredientes para prevenir la proliferación de bacterias en la botella.

Método 1
Método 1 de 3:
Hacer sabores fuertes

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    Escoge un aceite de oliva extra virgen de alta calidad. En el supermercado o una tienda de alimentos especializada, busca una botella de aceite de oliva que sea de color verde oscuro. Este color sirve para proteger el sabor del aceite. Lee la etiqueta para asegurarte de que diga “extra virgen”, que es la calidad más alta de aceite de oliva disponible. Procura comprar una botella que indique claramente la región de cultivo de las aceitunas y la fecha de cosecha.
    • Si no encuentras extra virgen, también puedes comprar “virgen”, cuya calidad es ligeramente menor, pero igual tiene un muy buen sabor y puede usarse para hacer infusión.
    • No olvides ver la fecha de vencimiento para asegurarte de tener el tiempo suficiente para hacer y usar el aceite.
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    Haz infusión en aceite con un solo ingrediente si quieres un sabor fuerte e intenso. Muchos prefieren añadir solo 1 ingrediente al aceite para darle un sabor distintivo. Para hacer una infusión agradable y fuerte, puedes hacer una con romero, tomillo, ajo trufa, limón o albahaca.[1]
    • Por ejemplo, si haces comida italiana con regularidad, puedes hacer un aceite de oliva con ajo para usarlo mientras cocinas.
    • Si te gusta echar aceite de oliva en las ensaladas, puedes hacer una infusión de limón o jengibre en el aceite.
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    Crea mezclas de sabor con 2 ingredientes. Escoge sabores y hierbas que suelas usar en conjunto en tus recetas, ya que estos suelen combinar bien. Algunas de las infusiones con varios ingredientes más populares son las hechas con ajo y chile, hierbas italianas, y romero y ajo.[2]
    • Como regla general, procura no hacer infusiones con más de 2 ingredientes. Con más ingredientes, podría haber un conflicto de sabores.
    • Si quieres experimentar con infusiones de más de 2 ingredientes, haz tandas más pequeñas para hacer pruebas de sabor. Así evitarás desperdiciar aceite y te asegurarás de que los sabores combinen bien.
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    Haz una infusión en frío para hierbas frescas e ingredientes orgánicos. Si tus ingredientes son hierbas tiernas, tales como la albahaca, el orégano, el cilantro y el perejil o ingredientes de tamaño pequeño, como los granos de pimienta, desprenderán su sabor fácilmente al cortarlos o picarlos y pueden usarse para hacer una infusión en frío. Este método también es el ideal para ingredientes como los limones, los cuales deben mantenerse en frío para evitar que se rancien.[3]
    • Si no sabes si para el ingrediente que quieres usar hay que hacer una infusión en frío o en caliente, prueba primero con una infusión en frío. Este método es apto para la mayoría de los ingredientes y crea un perfil de sabor ligero.
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    Haz una infusión en caliente para hierbas duras e ingredientes preservados. Si vas a usar hierbas duras, tales como el romero y la salvia, una infusión en caliente es lo mejor para que desprendan todos sus sabores intensos. Este método también es bueno para ingredientes preservados como los hongos y chiles deshidratados.[4]
    • Para hierbas duras, como el romero, la salvia y el tomillo, solo necesitarás unas cuantas ramitas para la infusión, ya que suelen ser más fuertes y el aceite caliente extraerá su sabor.
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Método 2
Método 2 de 3:
Hacer infusión en frío con ingredientes frescos

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    Lava y seca las hierbas frescas y los ingredientes orgánicos. La infusión en frío es ideal para ingredientes tiernos, tales como el perejil, el cilantro, los chiles frescos o ingredientes de tamaño pequeño como los granos frescos de pimienta. Lávalos con agua tibia y déjalos secar extendidos toda la noche para no transferir agua a la infusión.[5]
    • Si bien no proliferarán bacterias en el aceite de oliva, pueden hacerlo en los ingredientes húmedos agregados a la infusión.
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    Echa las hierbas a un procesador de alimentos y tritúralas durante 30 segundos. Por cada litro de aceite, usa aproximadamente 1 taza (250 ml) de hierbas frescas para la infusión. Echa los ingredientes al procesador de alimentos y enciéndelo durante 30 segundos o hasta que las hierbas estén bien trituradas.[6]
    • El triturado ayudará a que las hierbas empiecen a desprender sus sabores para saborizar el aceite y a acelerar el proceso de infusión.
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    Echa las hierbas en la botella y viérteles el aceite. Echa las hierbas trituradas a una botella limpia y seca, y llénala con aceite a temperatura ambiente. Deja el menor espacio posible en la parte superior de la botella y enrosca o cierra bien la tapa. Inviértela unas cuantas veces para mezclar bien los ingredientes.[7]
    • Asegúrate de que la tapa esté lo más cerrada posible para evitar que le entre aire a la botella mientras se realiza la infusión.
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    Refrigera el aceite de 1 a 2 semanas para que se realice la infusión de los sabores. El refrigerador es el lugar perfecto para las infusiones hechas en frío, porque es oscuro salvo que se abra la puerta y la temperatura está regulada. Cada 2 a 3 días, sirve un poco del aceite y pruébalo para ver el progreso de la infusión.[8]
    • Las infusiones en aceite hechas en frío deben estar siempre refrigeradas para evitar que se pongan rancias.
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    Cuela y vuelve a embotellar el aceite cuando el sabor tenga la intensidad suficiente. Cuando el sabor sea de tu agrado, el aceite de oliva estará listo. Pásalo por un colador para retirar los ingredientes sólidos y luego échalo mediante un embudo a un envase limpio, seco y con tapa, por ejemplo, un tarro de vidrio o una botella con corcho. Vuelve a poner el envase en el refrigerador para tenerlo almacenado de manera segura.[9]
    • Las infusiones en aceite hechas en frío duran de 2 a 3 semanas almacenadas en el refrigerador. Si observas un cambio en el sabor del aceite, deséchalo de inmediato y prepara una tanda nueva.
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Método 3
Método 3 de 3:
Hacer infusión en caliente

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    Pon a calentar el aceite en una olla mediana a 65 °C (150 °F) y retírala del fuego. Sobre el quemador, aumenta lentamente la temperatura del aceite hasta que llegue a 65 °C (150 °F). Luego, retira la olla del quemador y ponla a un lado para que empiece a enfriar.[10]
    • Calentar el aceite a más de 65 °C (150 °F) puede cambiar el perfil de sabor. Procura mantenerlo a esta temperatura o a una menor para obtener los mejores resultados.
    • No empieces a echar los ingredientes al aceite mientras se calienta. De lo contrario, los ingredientes pueden cocinarse y cambiar el sabor general del aceite.
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    Echa las hierbas duras y los ingredientes preservados al aceite a medida que enfría. Una vez que la temperatura máxima del aceite de oliva descienda, empieza a echar los ingredientes, que pueden ser romero, tomillo, salvia, chiles u hongos deshidratados. Usa una cuchara o espátula para integrarlos bien al aceite y luego déjalo reposar para que enfríe.[11]
    • Después del mezclado inicial, procura no tocar los ingredientes mientras se realiza la infusión. Esto puede cambiar el sabor del aceite y enfriarlo demasiado rápido.
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    Cuela los ingredientes de la infusión cuando el aceite haya enfriado y alcanzado la temperatura ambiente. Después de aproximadamente 1 hora, el aceite deberá haber alcanzado los 22 °C (72 °F). Pasa el aceite por un colador para retirar los ingredientes sólidos y luego vierte el aceite colado a un envase limpio, seco y con tapa usando un embudo.[12]
    • Recuerda que entre más tiempo reposen los ingredientes en el aceite, más fuerte será el sabor. Si quieres un sabor más intenso, deja que el aceite repose 1 o 2 horas más antes de colarlo y embotellarlo.
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    Almacena esta infusión en aceite de oliva hecha en caliente a temperatura ambiente o en el refrigerador. Como el aceite se ha calentado y no hay otros ingredientes en el envase, será seguro mantener la infusión sobre una mesada fuera del refrigerador. Sin embargo, también puedes refrigerarla si prefieres usarla fría.[13]
    • La infusión en aceite hecha en caliente se conservará durante 1 mes después del embotellado. Si observas un cambio en su sabor, deséchala y vuelve a hacer una tanda nueva.
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Cosas que necesitarás

Hacer infusión de los ingredientes en frío

  • ingredientes frescos
  • aceite de oliva
  • tarro o botella limpia, seca y con tapa
  • procesador de alimentos
  • colador
  • embudo

Hacer infusión en caliente

  • olla mediana
  • ingredientes duros o preservados
  • aceite de oliva
  • tarro o botella limpia, seca y con tapa
  • colador
  • embudo

Advertencias

  • Asegúrate de que las hierbas estén completamente secas antes de echarlas al aceite. Si están húmedas, pueden proliferar bacterias peligrosas causantes de botulismo.
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Categorías: Comida y diversión
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