Existen muchas dietas en la actualidad y puedes comprar todo tipo de libros y comidas preparadas para seguirlas. ¡Con la dieta del agua, no es necesario que compres nada que no quieras comprar! Aun mejor, el ejercicio no es lo principal de esta dieta. Todo se trata del agua.

Parte 1
Parte 1 de 3:
Prepararte para bajar de peso

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    Investiga sobre la dieta del agua. Existen muchas variaciones de esta dieta, como la que se usa con los ayunos o simplemente consumir agua fría a diario. Por ejemplo, una versión indica que consumas unos dos vasos de agua antes de cada comida mientras sigues una dieta baja en calorías. Los investigadores han descubierto que las personas que hicieron esto perdieron unos 2,3 kg (5 libras) más que las omitieron este paso.[1]
    • La dieta del agua es mejor para un corto periodo de tiempo. Es más segura si se sigue junto con una dieta normal y puede ser peligrosa si se usa mientras uno ayuna.
    • Es posible que la dieta del agua no sea segura para todos. Cuando haces la dieta del agua, aparecen síntomas de niveles bajos de azúcar en la sangre como los mareos y la fatiga, sin contar con el estreñimiento, la deshidratación y la intolerancia a las temperaturas frías.[2] Si sabes que tienes problemas de bajos niveles de azúcar en la sangre, tal vez la dieta del agua no sea adecuada para ti.
    • Esta dieta suele tener un efecto rebote, es decir, vuelves a recuperar el peso perdido en cuanto vuelves a seguir tu dieta normal.
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    Establece una meta realista. Cuando decidas bajar de peso, debes saber en dónde estás y a dónde quieres llegar. Tómate el tiempo de tomarte algunas medidas (como tu peso) y de revisar los estándares para tu peso corporal (como el IMC) y después establece metas teniendo en cuenta esos elementos.
    • Pésate. Una vez que veas tu peso actual, podrás establecer metas de pérdida de peso más exactas.
    • Revisa tu IMC (índice de masa corporal). El IMC puede indicarte qué tan saludable es tu peso según tu estatura. Alguien que mide 180 cm (5,9 pies) y pesa 68 kg (150 libras) haría el siguiente cálculo: [150 ÷ (65x65)] x 703 = 24,96. El IMC de 24,96 está dentro de su peso normal.[3]
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    Hazte un examen médico. A lo mejor revises tu IMC en casa, pero no empieces un nuevo programa para bajar de peso sin consultar primero con tu doctor. Él podrá evaluar con más exactitud tu IMC y brindarte recomendaciones sobre tu estado físico y dieta.
    • Dile al doctor sobre tu plan de la dieta del agua para que pueda brindarte recomendaciones dietéticas saludables. Cada persona cuenta con requisitos físicos distintos y ver al doctor evitará que te dañes de forma innecesaria.
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Parte 2
Parte 2 de 3:
Bajar de peso

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    Bebe una cantidad de agua que sea la mitad de tu peso corporal. La cantidad de agua que consumas en total cada día depende de ti, pero los especialistas recomiendan tomar una cantidad equivalente a la mitad de tu peso corporal en onzas (es decir, si pesas 68 kg o 150 libras, debes tomar 75 onzas o 2,2 litros de agua al día).[4]
    • Si te olvidas de tomar agua antes de las comidas (algo inevitable ya que vas a usar un método nuevo), no te mortifiques. Vuélvelo a intentar en la siguiente comida. Le cogerás el truco.
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    Toma agua con frecuencia. Tómala a primera hora cuando te despiertes y 30 minutos antes de cada comida. La sensación de llenura cuando llenas tu estómago de agua evita que comas en exceso.
    • Toma agua después de las comidas. Al contrario de los rumores que indican que tomar agua durante las comidas es malo, tomar agua después de comer en realidad ayuda a la digestión y evita que te estriñas.[5]
    • Toma agua después de hacer ejercicios. Debes reemplazar los fluidos, aunque no tengas mucha sed. Los atletas deben tomar de 1,5 a 2,5 vasos de agua más de la cantidad recomendada (la mitad de tu peso corporal en onzas).[6]
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    Determina qué tipo de agua consumir. El agua del grifo tiene la mala reputación de contener químicos, pero la Agencia de Protección del Medio Ambiente supervisa directamente su producción. El agua embotellada debe seguir algunas normas, pero la Agencia de Protección del Medio Ambiente no puede garantizar su seguridad como la del agua del grifo.[7] Si tu casa cuenta con un sistema de filtro, úsalo, pero no te estreses por usar agua filtrada.
    • Aunque las ventas del agua embotellada han superado las del café, leche y jugo, el agua embotellada es muy mala para el medio ambiente y algunas ciudades han empezado a gravarla con un impuesto y a eliminarla del gobierno.[8] El agua del grifo es igual de segura para el consumo, es gratis y no daña el medioambiente.
    • Los sistemas de filtración de agua en casa pueden filtrar algunos elementos del agua del grifo, como el cloro, pero ninguno de ellos puede eliminar todos los contaminantes del agua. Además, tienes que mantener estos sistemas o desarrollarán contaminantes, frustrando su propósito.[9]
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    Ten una botella de agua. Para tener agua a la mano todo el día, invierte en una buena botella de agua sin bisfenol A, ya sea de plástico, metal o vidrio.
    • No es necesario que compres una botella de agua, pero debes mantenerte al tanto de la cantidad de onzas de agua que tomas cada día. Quizás puedas usar un vaso en el trabajo y otro en casa en vez de una botella de agua.
    • Cuando comas afuera, aprovecha las bebidas que se piden antes de las comidas y pide agua. Asegúrate de beberla a sorbos antes de que te traigan la comida.
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    Realiza un poco de ejercicios ligeros. Lo principal de la dieta del agua es tomar agua para bajar de peso, pero el ejercicio te ayuda a quemar calorías. Si ya sigues una rutina de ejercicios, no la cambies por la dieta del agua. Si no, empieza caminando varias veces por semana antes de comenzar a realizar un ejercicio más intenso.
    • Solo haz ejercicios si también comes. Hacer ejercicios junto con la dieta del agua puede desacelerar tu metabolismo aun más, poniéndote más vulnerable a los efectos de hipoglicemia, lo cual puede ser peligroso.
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Parte 3
Parte 3 de 3:
Cumplir tus metas

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    Establece metas para tu estado físico. Las metas pueden mantenerte motivado y te ayuda a determinar qué funciona y qué no. Por ejemplo, haz una lista de lo que quieres lograr físicamente. Si quieres bajar 4,5 kg (10 libras) en un mes, anótalo en un lugar en el que puedas verlo todos los días.
    • Tienes que calcular cuánto peso bajarás en la dieta del agua con el fin de establecer una meta más clara. Por ejemplo, en el estudio mencionado anteriormente, los investigadores descubrieron que las personas bajaron 7 kg (15,5 libras) a lo largo de 12 semanas cuando tomaron 2 vasos de agua antes de cada comida.
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    Ten un calendario de pared. Cuélgalo donde lo puedas ver, como la cocina. Marca las fechas de inicio y fin para tu dieta.
    • Aunque tengas tus metas de estado físico anotadas en otro lugar, como en una hoja de papel o en tu celular, contar con un calendario de pared mantiene tus metas visibles. Esto es importante para cuando vayas a la cocina y busques un bocadillo poco saludable.
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    Usa una aplicación para tu estado físico. Mira tu teléfono inteligente todos los días. ¿Por qué no convertirlo en algo que te motive a bajar de peso? Algunas aplicaciones como MyFitnessPal pueden ayudarte a registrar tu consumo de agua y alimentos, y las calorías que quemas cada día. Algunos estudios han demostrado que registrar los alimentos y los ejercicios les ayuda a las personas a bajar más de peso que las personas que no llevan ese registro.[10]
    • Algunas personas usan un brazalete que registra su estado físico para que no tengan que pensar en registrar la información en un celular (como el FitBIt). Estos brazaletes pueden registrar tus movimientos y medir tus hábitos para dormir, entre otros.
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    Reduce tu ingesta calórica. El propósito de la dieta del agua no es contar las calorías, pero para que bajes de peso, debes consumir menos calorías de las que quemas. El punto está en exigirle a tu cuerpo usar la energía de la grasa acumulada.[11]
    • Registra cada bocado en una aplicación de tu estado físico. Puede sorprenderte todo lo que en realidad comes en un día y motivarte a comer menos.
    • Si te olvidas de registrar algo, calcula lo mejor que puedas. Es mejor tener información calculada que nada de información para generar resultados que se puedan calcular.
    • Ten en mente que la dieta del agua es una dieta con efecto rebote porque cuando tomas agua en vez de comer, tu cuerpo suele tomar los nutrientes de tus músculos en vez de la grasa. Esto desacelera tu metabolismo, exigiéndote mantener una dieta de muy pocas calorías que no es adecuada para mantener tu peso.
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Consejos

  • No hagas caso omiso a la aplicación de tu estado físico. Debes registrar tu peso a la misma hora todos los días (es mejor en la mañana) con el fin de ver resultados. Ver que vas bajando de peso te mantendrá motivado.
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Advertencias

  • En realidad, es posible que tomes demasiada agua, aunque es poco común. Se denomina “hiponatremia” y puedes prevenirlo siguiendo las señales de sed de tu cuerpo, así como las señales de aumento de peso e hinchazón al realizar una actividad física.
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Categorías: Programas de dieta
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