Ya sea que ya estés en una relación íntima y que quieras reanimar tu vida sexual o ya sea que quieras dar el paso de tener intimidad física con tu pareja por primera vez, esto puede ser abrumador para ambos. Existen varias maneras de lograr que tu pareja esté más interesada en tener sexo y la comunicación abierta es la clave de ello.

Parte 1
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Comunicar tus deseos

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    Trata de no tomarlo como algo personal. Muchas parejas tienen varios impulsos sexuales. Solo porque a tu pareja no le interese tener sexo tanto como a ti, eso no significará que no se sienta atraída por ti. De hecho, existen muchas otras razones por las que tu pareja podría no querer tener sexo tanto como tú, tales como:[1]
    • deficiencias hormonales
    • sensación de malestar
    • baja autoestima
    • fatiga
    • estrés
    • depresión o bajo estado de ánimo
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    Mejora la comunicación diaria con tu pareja. Tener una buena relación emocional con tu pareja podría conducirte a una mejor vida sexual. Empieza a tomarte el tiempo de hablar con tu pareja como un amigo. Muéstrate interesado en el bienestar y felicidad de tu pareja. Algunas buenas formas de mejorar la comunicación son:[2]
    • Preguntar a tu pareja qué tal le fue en el día. Tómate el tiempo de sentarte y hablar con tu pareja al menos una vez al día, por ejemplo, durante la cena o cuando tomen el café de la mañana. Di algo como “¿Cómo te fue en el trabajo?”, “¿Pasaste un buen rato con tus amigos?” o “¿Qué tienes para hoy?”.
    • Llamar o mandar mensajes de texto durante el día. Mantenerte en contacto durante el día también puede ayudarte a mejorar tu comunicación. Trata de enviar a tu pareja un mensaje de texto rápido o simplemente llámala para saludarla. Podrías enviar a tu pareja un mensaje de texto como “Pienso en ti, ¿qué haces en este momento?” o llámala y dile “Hola, ¿cómo va tu día hasta ahora?”.
    • Escuchar. Utiliza buenas habilidades para escuchar cuando tu pareja hable a fin de mostrar que estás interesado y comprometido. Por ejemplo, mira a tu pareja, haz contacto visual con ella, asiente con la cabeza y haz declaraciones neutrales para indicar tu atención, tales como “Sí”, “Ya veo” y “Adelante”.
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    Haz que tu pareja sepa cómo te sientes. Es importante permitir que tu pareja sepa que te gustaría tener sexo de manera más frecuente y que conozca cualquier otra inquietud que tengas sobre la relación sexual. Decirle a tu pareja estas cosas puede hacer que sea más fácil para ambos llegar a tener soluciones para el problema.[3]
    • Por ejemplo, puedes empezar una conversación sobre tu vida sexual diciendo algo como “Me siento más cerca de ti cuando tenemos sexo de manera regular, pero no lo hemos tenido mucho últimamente, ¿está todo bien?”.
    • Ten en cuenta que tu pareja podría haber tenido malas experiencias sexuales en el pasado con sus parejas que no fueron tan consideradas o comprensivas. Sé considerado y hazle saber que puede decirte las cosas sin que emitas un juicio (si es así para ti).
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    Sé paciente. No dejes que tu deseo por tener intimidad física controle tus pensamientos y acciones. Construir una base para el amor físico toma tiempo.[4] Considera retroceder un poco a fin de dar tiempo a tu pareja para que esté lista y así tener sexo según su propio tiempo.
    • En una relación hay muchísimas oportunidades para tener sexo, por lo tanto, en el panorama general de las cosas probablemente no sea un gran problema tener un poco menos de sexo de lo que idealmente te gustaría.

Parte 2
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Probar juguetes y técnicas

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    Programa un “momento erótico”. Hacer espacio en tu horario para tener algo de tiempo íntimo y sexi con tu pareja podría conducir a tener más sexo. Trata de separar 30 minutos por día en el que ambos hagan algo sexi juntos sabiendo que eso no debe llevar a tener sexo. Solo puede ser una forma de relajarte y sentirte cercano con tu pareja.[5]
    • Por ejemplo, podrían tomarse una ducha juntos después de ir al gimnasio, encender algunas velas y disfrutar de una copa de vino, darse masajes mutuamente o simplemente echarse en la cama y hablar por un rato.
    • Durante ese momento trata de no forzar el sexo. Simplemente disfruta de la intimidad con tu pareja y deja que todo fluya. Recuerda que simplemente porque una noche tu pareja no esté de humor como para tener sexo, eso no significará que no estará de humor otra noche.
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    Habla sobre el uso de juguetes sexuales. Habla con tu pareja sobre la posibilidad de llevar a la habitación algunas ayudas o juguetes sexuales. Los juguetes sexuales pueden ser efectivos al aumentar la excitación y placer durante y antes del sexo.[6] Por ejemplo, podrían probar:
    • lubricantes con sabor
    • vibradores
    • almohadas de posicionamiento sexual (como cuñas)
    • un columpio sexual
    • ropa interior comestible
    • bolas anales
    • estimuladores de pluma
    • artículos que limiten la libertad (como esposas ligeras o herramientas de esclavitud)
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    Trabaja con tu pareja para llegar al orgasmo. No debes presionar a tu pareja para tener un orgasmo; sin embargo, puedes preguntarle si hay algo que puedes hacer a fin de conseguir que sea más fácil que tenga un orgasmo. También puedes leer algunas técnicas distintas para incrementar las posibilidades de que tu pareja llegue al orgasmo.[7]
    • Ten en cuenta que muchas mujeres necesitan estimulación directa en el clítoris para llegar al orgasmo, por lo tanto, lamer, tocar, acariciar o utilizar un vibrador en esa parte puede aumentar bastante las posibilidades de que ella llegue al orgasmo. Si tu pareja es hombre, pregúntale lo que funciona para él. Esto puede ayudar a aliviar sus problemas de ansiedad en el rendimiento y así también encenderlo.[8]
    • Toca a tu pareja por todas parte y bésala en lugares distintos a los labios (pero también bésala ahí).
    • Utiliza lubricante a fin de evitar irritaciones o relaciones sexuales dolorosas.
    • Cambia las cosas: pueden tener sexo en una habitación distinta o emplear una posición diferente. No siempre deben tener sexo exactamente de la misma manera.
    • También puedes buscar productos tópicos, tales como Zestra, el cual podría ayudar a incrementar el flujo sanguíneo en las mujeres que sufren de trastornos de interés o excitación sexual femenina.
    • Haz saber a tu pareja que consideras que su cuerpo es atractivo. Algunas veces las personas son cohibidas respecto a la forma en que lucen y eso podría desconectarlas del sexo. Tranquilizar a tu pareja diciéndole que es atractiva podría hacer que sea más fácil que se relaje y entre en buen estado de humor.
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    Prueba el juego de roles. Vestirte con disfraces o simplemente participar en una pequeña fantasía puede ayudar a hacer que el sexo sea más emocionante. Habla con tu pareja sobre la posibilidad de introducir algo de juego de roles en tu vida sexual.
    • Por ejemplo, podrías vestirte como alguien que sabes que a tu pareja le parece muy atractivo, por ejemplo, una celebridad, un determinado tipo de profesional o un personaje de ficción.[9]
    • Otra opción es fingir que son nuevos (o secretos) amantes y encontrarse en una habitación de hotel a una hora determinada. También puedes utilizar gafas de sol, ropa oscura o incluso pelucas a fin de conseguir algo de intriga adicional.

Parte 3
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Buscar algún problema que haya

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    Pregúntale a tu pareja si hay algo mal. Si estás en una nueva relación, ella podría tener un problema físico del que se avergüence, por ejemplo, una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Sé abierto, amable y cariñoso a fin de alentar a tu pareja a compartir sus sentimientos contigo. A menudo podrás ayudarla simplemente con una actitud de apoyo.
    • Debes estar preparado para no reaccionar negativamente de manera visible a lo que te diga. Sin embargo, si no estás preparado para tener sexo con alguien que tiene una ETS, tendrás que ser frontal respecto a eso. Si te enteras de que tiene una ETS y quieres romper la relación, la clave es hacerlo afirmando que tú tienes un problema y no ella.
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    Trabaja en la relación como un todo. La intimidad física no será posible si todavía no eres cercano a nivel emocional con la otra persona.[10]
    • Si ya antes tuvieron relaciones íntimas y a tu pareja parece ya no interesarle eso, piensa en los problemas que podrían tener dejando de lado lo físico. ¿Pelean bastante? ¿Pasan suficiente tiempo juntos? ¿Tu pareja se siente amada en tus interacciones cotidianas? Si falta alguna de estas cosas, trabaja en ello antes de tratar de persuadir a tu pareja para tener sexo contigo.
    • Si todavía no tuviste sexo con tu pareja, asegúrate de que se sienta cómoda contigo y de que confíe en ti. Sé considerado con sus necesidades a nivel no sexual, es decir, asegúrate de que disfrute de las actividades que elijas para las citas y de que muestre interés en su vida diaria. Celebra sus éxitos y apóyala cuando tenga problemas en la escuela, trabajo, familia, salud o cuando simplemente tenga un mal día.
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    Habla sobre el consumo de pornografía. Es posible que tu pareja se haya vuelto dependiente de la pornografía y que por lo tanto tenga menos deseo de sexo real. O es posible que tu pareja quiera tener más variedad de experiencias sexuales contigo. Por ejemplo, ella podría querer ver pornografía junto a ti antes o durante el sexo contigo.[11]
    • Tener una conversación sin prejuicios donde aborden con cuidado el tema de la pornografía y la manera en que debe (en todo caso) encajar en la vida sexual juntos puede significar que al menos compartiste una conversación íntima y posiblemente complicada, lo cual en sí mismo podría hacer que los dos se sientan más cercanos y que así incrementes el deseo de tu pareja de tener sexo.
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    Cambia tu comportamiento típico. Existe una buena probabilidad de que tu pareja y tú hayan desarrollado algunas reglas clásicas respecto al sexo. Tú podrías ser el que normalmente trate de iniciar el sexo y que tu pareja sea la que normalmente se niegue. Hacer más de lo mismo probablemente dé lugar al mismo resultado frustrante.[12] A fin de tratar de cambiar las cosas puedes hacer lo siguiente:
    • Retroceder al inicio por un tiempo y ver qué pasa. Tal vez tu pareja sienta menos presión y empezará el sexo contigo.
    • Enfocarte en tus otras necesidades. Dado que tu pareja rechazó tener sexo, es posible que te enfoques tanto en eso al punto de descuidar otros aspectos importantes de tu vida. Empieza por hacer las cosas que son importantes para ti, como tus aficiones, pasar tiempo con amigos y hacer otras cosas que te interesen.
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    Repite lo que funcione. Recuerda algunos de los momentos en que tu pareja y tú tuvieron el mejor sexo y piensa qué sucedió durante esos momentos. Es posible que tu pareja suela necesitar un determinado ambiente para estar de humor, por lo tanto, si recreas ese ambiente, ella podría estar más interesada en tener sexo.[13] Por ejemplo:
    • ¿La relación sexual fue excelente luego de que ambos hicieron algo emocionante juntos?
    • ¿La relación sexual fue excelente luego de que ambos se abrieron a nivel emocional y dejaron al descubierto sus vulnerabilidades uno al otro?
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    Visita a un terapeuta sexual. Haz que tu pareja sepa que es importante para ti ver a un profesional calificado a fin de hablar sobre tu vida sexual.[14]
    • Si eres una mujer y es tu pareja hombre el que tiene un menor deseo sexual, es posible que tenga bajos niveles de testosterona o que sufra de impotencia o ansiedad en su rendimiento. Ponle en claro que lo amas y que sin importar lo que pase él será más feliz al ver a un profesional calificado que lo pueda ayudar.
    • Si eres un hombre y es tu pareja mujer la que tiene un menor deseo sexual, un terapeuta sexual puede ayudarlos a identificar la manera en que el impulso sexual llegue más a la par o puede ayudarlos a trabajar mediante compromisos que los deje más felices.

Advertencias

  • No dejes que la gran cantidad de material adulto en Internet te engañe al punto de creer que el sexo “es de ese modo”. Eso es ficción y tratar de recrear esas situaciones en la vida real puede dañar seriamente a tu pareja a nivel físico y emocional. Fácilmente perderás toda su confianza si no comprendes la diferencia entre pornografía y realidad.

Acerca de este wikiHow

Elvina Lui, MFT
Coescrito por:
Terapeuta matrimonial y familiar
Este artículo fue coescrito por Elvina Lui, MFT. Elvina Lui es una terapeuta licenciada en matrimonios y familias que se especializa en asesoramiento de relaciones en el área de la Bahía de San Francisco. Elvina recibió su maestría en Consejería del Western Seminary en 2007 y se capacitó en el Asian Family Institute en San Francisco y New Life Community Services en Santa Cruz. Tiene más de 13 años de experiencia en asesoramiento y está capacitada en el modelo de reducción de daños. Este artículo ha sido visto 28 692 veces.
Categorías: Sexualidad