Puede ser devastador enterarte de que hay una fiesta a la que no te han invitado y en la que van a estar muchos de tus amigos. También es posible que hayas pasado por una fase algo antisocial y que ahora te parezca imposible quitarte la etiqueta de persona solitaria que nunca va a fiestas y a la que, por lo tanto, nadie invita. Si no quieres quedarte sentado en casa toda la noche deseando estar en esa fiesta, aquí tienes varias soluciones para pasar de no conseguir invitación a tener acceso libre.

Método 1
Método 1 de 3:
Utilizar tus contactos

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    Menciónales la fiesta a tus amigos. Puedes sacar el tema de forma natural mientras estén hablando de sus planes para el fin de semana, o puedes preguntar directamente. Deberás dirigirte a amigos que pienses que están invitados, porque si le mencionas la fiesta a otro amigo que no esté invitado, tal vez hagas que esa persona se sienta excluida.
    • Si te ves en la situación de que unos cuantos amigos y tú no están invitados a una fiesta, puedes organizar la tuya propia.
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    Aprovecha las invitaciones de tus amigos. En la mayoría de los casos, se acepta que cada invitado lleve a un amigo para que haya más gente. Si tu amigo te dice que ha recibido una invitación, puedes intentar que te invite a ir con él diciéndole cosas como:[1]
    • "¡Es fantástico! Ojalá yo también pudiera ir".
    • "Yo no tengo ningún plan para esa noche. ¿Crees que podré colarme contigo en la fiesta?".
    • "Tío, hace siglos que no salimos de fiesta. ¡Deberíamos ir juntos!".
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    Demuestra tu agradecimiento si te unes a alguien para ir a una fiesta. Si tu amigo acepta llevarte con él, deberías agradecérselo con algún gesto sencillo, como ofrecerte para manejar el coche hasta la fiesta. Asegúrate de pedirle los datos a tu amigo, ya que es él quien tiene la invitación, e intenta adaptarte a sus deseos.[2]
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    Acepta el rechazo con elegancia. Si tu amigo dice que ya se ha comprometido a ir a la fiesta con otra persona, sé cortés y agradable. Después de todo, es probable que tu amigo o supiera que tú no estabas invitado o que necesitabas una invitación de acompañante. Después puedes intentarlo con otro amigo que pueda estar invitado para ver si te lleva de acompañante.
    • Aun en el caso de que seas rechazado, puedes preguntarle a tu amigo si sabe de algún conocido en común que esté invitado y con el que puedas ir de acompañante.
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    Pide que te inviten a través de un amigo. Esta táctica es especialmente útil si un buen amigo está invitado a la fiesta, pero tú no. De esta forma, el anfitrión y tú se ahorrarán el mal trago, ya que le preguntarás indirectamente a través de un amigo. Puedes sugerirle a tu amigo que le diga al anfitrión:
    • "Eh, Laura, estaba hablando con mi amigo Juan el otro día y resulta que no tiene nada que hacer este fin de semana durante la fiesta. No le comenté nada al respecto por si acaso a ti no te parecía bien, pero ¿te importaría que lo invitase?".
    • "¡Laura! Quería pedirte un favor. Tengo muchas ganas de ir a tu fiesta, seguro que va a ser increíble, pero le prometí a mi amigo Pablo que saldría con él ese día. ¿Lo conoces? Es genial. ¿Te importa que venga conmigo?".

Método 2
Método 2 de 3:
Ofrecer un servicio para la fiesta

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    Piensa en algún servicio único que puedas ofrecer. Haciendo un pequeño esfuerzo podrás encandilar al anfitrión para que olvide que no estabas invitado. Alguna habilidad única, como un talento especial para decorar o para hacer cócteles podrá ayudarte a resaltar el tema de la fiesta. Puedes:
    • hacer adornos especiales;
    • mezclar varias de tus bebidas de fiesta favoritas;
    • ofrecer tus servicios como DJ.[3]
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    Ofrécete para ayudar al anfitrión. A mucha gente le resulta incómodo acercarse al anfitrión o a alguno de los organizadores de la fiesta para ofrecerles ayuda, pero este gesto podría ayudarte a ganar puntos para conseguir una invitación. Tal vez te resulte más sencillo preguntarle a alguien a quien ya conozcas. Empieza por algunas sugerencias específicas, pero ofrece también ayudar en lo que puedas. Puedes ofrecerte para:[4]
    • ayudar con la decoración en fiestas grandes;
    • ayudar a reponer lo que haga falta en la fiesta, como el hielo;
    • organizar o preparar y conectar el equipo de sonido.[5]
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    Prepárate para ayudar. Si el anfitrión o alguno de los organizadores de la fiesta aceptan tu ayuda, tal vez te hagan trabajar a doble turno. Sigue las instrucciones y utiliza tu sentido común para evitar en lo posible que el anfitrión y los organizadores sientan demasiada presión. Y no te olvides de relajarte respecto a la idea de conseguir tu invitación (ahora que estás involucrado en los preparativos de la fiesta, lo más probable es que estés invitado).[6]
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    Muestra iniciativa. Podrías estropear la oportunidad de que te inviten a otras fiestas en el futuro si te quedas sentado de brazos cruzados o haces el mínimo esfuerzo cuando se supone que deberías estar ayudando. Si terminas tu trabajo temprano, pregunta si puedes ayudar a otros en sus tareas. Incluso algo tan sencillo como darle trozos de cinta adhesiva a alguien que esté decorando la casa puede ayudar a que fluyan los preparativos de la fiesta.
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    Si rechazan tu ayuda, acéptalo, pero sé insistente de forma educada. Puede sentar mal que el anfitrión o el organizador te diga que no necesita ayuda sin ofrecerte una invitación, pero es posible que haya otros factores que esa persona esté teniendo en cuenta. Es posible, incluso, que el anfitrión esté intentando protegerte de pasar un mal trago, especialmente si, por ejemplo, alguien a quien no soportas va a estar en la fiesta.
    • Si tienes una gran idea que aportar para mejorar la fiesta, puedes sugerírsela al anfitrión, pero debes tener en cuenta que el hecho de que haya rechazado tu ayuda tal vez sea una forma amable de decirte que no estás invitado.
    • Por ejemplo, puedes ofrecerte como voluntario para hacer fotos de recuerdo en la fiesta. Si al anfitrión u organizador le gusta tu idea, estarás dentro.[7]

Método 3
Método 3 de 3:
Donar suministros para la fiesta

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    Prevé las necesidades de la fiesta. El tipo de fiesta que se celebre determinará las cosas que serán necesarias para que sea un éxito. Una fiesta de baile no es una fiesta de baile sin música, una fiesta de cata de vinos podría ganar encanto con una fascinante decoración clásica, y casi todas las grandes fiestas necesitan reposición de hielo en algún punto de la celebración.
    • Al prever las necesidades, podrás demostrar al anfitrión que eres un buen fichaje para el equipo de organización de la fiesta.[8]
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    Aporta algo a los suministros de la fiesta o llévale un regalo al anfitrión. Hay formas efectivas y costosas de hacerlo, como preparar una comida o llevar bebidas adecuadas. Piensa cuidadosamente en lo que puedes llevar para mejorar la fiesta o en algún regalo específico que puedas hacerle al anfitrión teniendo en cuenta sus gustos. Por ejemplo, puedes:
    • llevar regalos de temporada, como una calabaza de plástico, unos caramelos de Halloween, una botella de rompope, adornos con motivos invernales o bebidas frías en verano;
    • llevar un kit para preparar cócteles como regalo para cuando la fiesta empiece, pero solo si los asistentes son de la edad adecuada;
    • una comida para pasar o unos aperitivos para aportar algo a los suministros[9] [10]
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    Háblale al anfitrión de tu posible contribución. Una vez que hayas pensado en alguna contribución que merezca la pena, háblale de esta posibilidad al anfitrión o a los organizadores. Por ejemplo, si tienes una deliciosa receta galletas con chispas de chocolate, puedes decir algo como:[11]
    • "Laura, he escuchado hablar de tu fiesta. ¡Seguro que va a ser superdivertida! Si necesitas que alguien lleve postres, yo hago unas galletas de chocolate que están de muerte con la receta de mi abuela. ¡A todo el mundo le encantan!".
    • "Entonces, ¿qué planes tienes para el fin de semana? Oh, ¿una fiesta? Pues si necesitas que alguien lleve el postre, yo tengo la mejor receta de galletas de chocolate caseras".[12]
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    Acepta la invitación o el rechazo de forma educada. Si tu oferta satisface las necesidades de la fiesta o el gusto del anfitrión, lo más probable es que te inviten. En este caso, tendrás la ventaja de que además de conseguir una invitación legítima a la fiesta, serás apreciado por tu contribución a los preparativos.
    • Siempre hay alguna posibilidad de que tu oferta sea rechazada, ya sea debido a tus contactos o a la percepción de los anfitriones. Reaccionar a esta situación enfadándote no hará nada a favor de tu reputación. Sé educado y diviértete por tu cuenta.

Consejos

  • Intenta ser simpático y divertido. No tienes por qué entablar amistad con todo el mundo, pero nunca está de más causar buena impresión.
  • Haz nuevos amigos! Si haces nuevos amigos, tal vez te inviten a la próxima fiesta.
  • Si consigues ir a esta fiesta, vístete con tus mejores prendas informales si no hay código de vestimenta. Deberás vestirte de forma que la gente piense que encajas con los demás. De este modo, tendrás más posibilidades de conseguir que te inviten a futuras fiestas.
  • Cuando te vayas, acuérdate de darle las gracias al anfitrión y decirle lo increíble que ha sido su fiesta.

Advertencias

  • Nunca bebas demasiado en ninguna fiesta. Si te emborrachas, puedes acabar haciendo o diciendo cosas que te hagan quedar excluido de la próxima fiesta.
  • Evita los temas de conversación profundos o demasiado serios, como la religión, la política, el dinero o la guerra. Estos temas pueden hacer que los demás se sientan incómodos y no vuelvan a invitarte a sus fiestas.[13]

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Categorías: Fiestas