Enseñar a tu hijo a dormir toda la noche puede ser un desafío. Sin embargo, si te esfuerzas por desarrollarle una rutina para dormir constante y saludable, así como prepararte para la forma en la que manejarás cualquier perturbación a mitad de la noche, te predispondrás para el mayor éxito posible al lograr que tu hijo duerma durante toda la noche.

Método 1
Método 1 de 2:
Desarrollar una rutina para dormir

  1. 1
    Mantén la constancia en la rutina para dormir de tu hijo.[1] Es importante tener la misma hora de dormir cada noche, con la mínima variación. Ten en cuenta que no hay problema con tener una ligera excepción en ciertos días, como fines de semana u ocasiones especiales, como ir a la cama 30 minutos después. Sin embargo, tendrás que evitar las grandes variaciones. La constancia en la hora de acostarse ayuda a optimizar la rutina para dormir de tu hijo, al entrenar su cerebro para que reconozca el momento de dormirse y el de levantarse.
    • Además de tener horas de dormir constantes, también deberá tener horas de levantarse constantes (una vez más, dentro de la media hora más o menos).
    • Dormir hasta más tarde los fines de semana (o en días no escolares) no es una buena idea, especialmente si tu hijo tienes problemas para dormir durante toda la noche, ya que no querrás que descanse demasiado.
  2. 2
    Realiza todas las noches la misma rutina para la hora de dormir. [2] Otra medida que puedes adoptar para ayudar a tu hijo a dormir toda la noche es tener la misma rutina de sueño cada noche. Esto ayuda a que tu hijo tenga el estado de ánimo indicado antes de dormir, lo que aumenta las posibilidades de que duerma toda la noche sin perturbaciones. Muchos padres leen a sus hijos una o dos historias antes de acostarlos, y algunos les dan un baño relajante y caliente.
    • Lo importante sobre las actividades antes de acostarlo es que lo ideal sería que se relaje y que lo pongan de buen humor (por ejemplo, las actividades que ayudan a calmar la mente de tu hijo antes de ponerlo a dormir).
    • También es ideal si las actividades antes de acostarlo implican un tiempo de conexión entre el niño y tú. Darle esa atención antes de llevarlo a dormir puede ayudar a evitar las perturbaciones durante la noche o el llanto que puede ser consecuencia del deseo de tu hijo de tener un tiempo de conexión adicional contigo.
  3. 3
    Evita el tiempo frente a una pantalla antes de dormir. Los estudios han demostrado que el tiempo que se pasa frente a una pantalla, ya sea la de una televisión, computadora, celular o videojuego, reduce la producción natural de melatonina del cerebro (una sustancia química que ayuda con el ritmo circadiano y el sueño). Por tanto, el tiempo frente a una pantalla antes de acostarse se ha relacionado con los problemas para dormir, así como con los problemas para permanecer dormido. Si es posible, establece rutinas antes de la hora de dormir con tu hijo desde una edad temprana, como leer juntos historias o darle un baño.
  4. 4
    Optimiza el ambiente para dormir del niño.[3] Asegúrate de que la habitación de tu hijo sea oscura y, si es necesario, instala cortinas oscuras o persianas para oscurecer el cuarto. Un ambiente oscuro indica al cerebro que es tiempo de dormir, así que puede ayudar a tu hijo tanto a dormir bien como a permanecer dormido durante la noche.
    • Asimismo, si vives en un hogar o vecindario ruidoso o con sonidos perturbadores, considera instalar una fuente de ruido blanco o reproducir una cinta que incluya ruido blanco en la habitación de tu hijo. Esto puede ayudar a acallar algunos ruidos que pueden haber contribuido anteriormente a levantar al niño durante la noche.
    • Asegúrate de que la habitación se encuentre a una temperatura cómoda, ni muy caliente ni muy fría.
  5. 5
    Pon a dormir a tu hijo cuando esté somnoliento, pero no muy agotado.[4] Curiosamente, si un niño está agotado, es menos probable que duerma bien toda la noche. También se pasa por alto el aprendizaje de la habilidad importante para la vida de quedarse dormido (y las habilidades de autorrelajación que la acompañan). Por tanto, es mejor poner a dormir al niño cuando esté somnoliento y no dejarlo solo hasta que realmente se duerma.
    • De manera similar, es importante no reducir el número de siestas diurnas del niño hasta que duerma toda la noche.
    • Contrariamente a la creencia popular, reducir las siestas demasiado pronto tiene un impacto negativo en el patrón de sueño del niño.
    • Una vez que el niño duerma toda la noche, puedes reducir el número de siestas de dos a una, y después de una a cero; sin embargo, asegúrate de solo hacer estos cambios una vez que pueda dormir toda la noche sin problemas.
  6. 6
    Mira lo que come tu hijo antes de dormirse. No debes alimentarlo con comida llena de azúcar justo antes de dormir. Esto contribuirá a lo que se conoce comúnmente como “sobredosis de azúcar”, que hace referencia al momento donde el niño tiene un exceso de energía debido a una subida repentina de los niveles de azúcar en la sangre. No es necesario decir que este es un efecto que debes evitar a la hora de dormir.
    • Por otra parte, tampoco debes permitir que tu hijo se acueste con hambre. La alimentación insuficiente puede causar que se despierte en medio de la noche con hambre. Por tanto, asegúrate de que haya consumido la cantidad suficiente de calorías antes de acostarse para que así duerma toda la noche.
    • Trata de no alimentarlo dentro de 30 a 60 minutos antes de la hora de dormir (a menos que sea un bebé).
  7. 7
    Deja que el niño se encariñe con un peluche.[5] A partir de los seis meses de edad, se recomienda que el niño tenga un peluche o una manta con los cuales se pueda encariñar. Esto servirá para dos propósitos: en primer lugar, le dará a tu hijo una idea de compañía mientras se duerme; y en segundo lugar, puede darle un sentimiento de felicidad en torno a la idea de irse a dormir si siente que está acompañado de un "pequeño amigo".
  8. 8
    Ten en cuenta el impacto de tener un segundo hijo.[6] Muchos padres notan que los patrones de sueño de su primer hijo se alteran con la presencia de un nuevo bebé en casa. Una de las razones para esto es que el niño mayor puede sentirse como "segunda mejor opción" y tener un gran deseo de atención parental, lo que causa rabietas y llanto durante la noche. Si planeas tener un segundo hijo, asegúrate de que el primero pase por la transición de tener un nuevo lugar para dormir al menos dos meses antes de la llegada del nuevo niño (si este cambio requiere que tu hijo mayor se mude de habitación o pase de una cuna a una cama).
    • No querrás que tu hijo mayor se sienta "desplazado" por la llegada de un nuevo bebé.
    • También, a medida que avance la transición, asegúrate de hacer partícipe a tu hijo mayor de la vida del bebé de una forma adecuada para su edad. Esto ayudará a que el niño mayor tenga un sentido de responsabilidad e importancia, y le permitirá seguir sintiéndose valorado ante tus ojos.
    Anuncio

Método 2
Método 2 de 2:
Manejar las perturbaciones a la mitad de la noche

  1. 1
    Ten un plan para las perturbaciones a la mitad de la noche. [7] Si tu hijo se levanta a la mitad de la noche, es importante que tú (y tu pareja) discutan un plan con anticipación sobre la forma en la que manejarán estos ataques cuando sucedan. Es probable que tu pensamiento no sea el más perspicaz a la mitad de la noche, así que tener un plan en marcha puede disminuir el estrés que sientes y también asegurar que respondas de forma sistemática cada vez en el caso de que tu hijo tenga problemas para dormir toda la noche.
  2. 2
    No invites a tu hijo a dormir en tu cama.[8] Cuando los niños tienen problemas para dormir toda la noche, algunos padres recurren a invitar al niño a dormir en su cama. Puede parecer la única forma (la más fácil) de aliviarlos y ayudarlos a volverse a dormir. Sin embargo, si realmente buscas resolver el problema, invitar al niño a dormir en tu cama no es la solución. Esto solo fomentará los malos hábitos para dormir, ya que realmente se recompensa al niño por levantarse a la mitad de la noche.
    • Invitar al niño a dormir en tu cama también falla en enseñarle la habilidad importante para la vida de aprender a volverse a dormir, si se levanta a la mitad de la noche.
  3. 3
    No mezas a tu hijo para que se vuelva a dormir.[9] Otro patrón de afrontamiento al cual los padres pueden recurrir es mecer al niño para que se vuelva a dormir. Esta es otra conducta contraproducente, ya que evita que el niño aprenda a dormirse por su cuenta.
  4. 4
    Evita reforzar las conductas negativas como llorar.[10] Si tu hijo llora a la mitad de la noche, lo ideal sería ignorarlo y dejar que se calme solo hasta que se vuelva a dormir. Si te apresuras a levantarte con el sonido del llanto e inmediatamente consuelas a tu pequeño, reforzarás sin querer el patrón negativo de sueño al recompensar que se levante por la noche.
    • La excepción es si tu hijo llora más de lo normal, tiene un llanto poco usual o si está enfermo en ese momento. Quizás debas revisarlo para asegurarte de que no esté incómodo, sienta dolor ni tenga un pañal sucio.
    • Incluso si solo respondes al llanto de vez en cuando, el efecto de refuerzo sigue siendo igual de fuerte (e incluso más fuerte).
    • Esto se debe a que el "refuerzo intermitente" (una conducta que a veces se recompensa con atención, pero no siempre) realmente se registra como la forma más fuerte de refuerzo en el cerebro.
    • Por tanto, si respondes al llanto del niño calmándolo, esto desarrollará vías en el cerebro del niño de que debe continuar con esa conducta (cuando lo que sucede es que tratas de reducir esa misma conducta).
  5. 5
    Mantén la concentración en la meta a largo plazo.[11] Cuando se trata de un niño que no puede dormir durante toda la noche, es fácil estresarse y desilusionarse con los desafíos del momento. Sin embargo, es importante mantener la mente concentrada en el éxito a largo plazo. Lo que tratas de enseñar a tu hijo es las habilidades de autorrelajación de aprender a dormirse, que incluyen cómo volverse a dormir después de levantarse durante la noche.
    • Con dedicación y constancia en tu enfoque, tu hijo lo aprenderá; sin embargo, no es algo que cambiará de la noche a la mañana.
    • Mantén tu compromiso de enseñarle esta habilidad importante para la vida y confía en que se adaptará con el tiempo.
    Anuncio

Acerca de este wikiHow

Laura Marusinec, MD
Coescrito por:
Pediatra certificado por el colegio oficial
Este artículo fue coescrito por Laura Marusinec, MD. La Dra. Marusinec es pediatra certificada por el colegio oficial en el Children's Hospital de Wisconsin, donde pertencece al Consejo de Práctica Clínica. Ella recibió su doctorado en mediciana en el Medical College of Wisconsin School of Medicine en 1995 y completó su residencia en el Medical College of Wisconsin in Pediatrics en 1998. Es miembro de la Asociación Americana de Escritores Médicos y de la Sociedad de Atención de Urgencia Pediátrica. Este artículo ha sido visto 10 109 veces.
Categorías: Hijos
Anuncio